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Historia del establecimiento del cristianismo (1777)
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El presente ensayo de Voltaire nos presenta los orígenes del cristianismo y su posterior orientación hacia una religión de Estado, así como la adopción de algunos de sus principios. Pero sobre todo, nos invita a la tolerancia.
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NOTAS
1. Suetonio (Claud., xxv)
2. El Inglés Hyde (1630-1703) publicó en 1700: Veterum Persorum et magorum religionis Historia.
3. Ver Tomo XI, XVII, XXIX.
4. Ver Deuteronomio (Nota de Voltaire).
5. Ver Génesis (Nota de Voltaire).
6. En su Examen de los discursos de Sherlock acerca de la utilización del espíritu de las profecías, 1750.
7. Ezequiel c. XX; Amos c. V; Hechos c; VII (Nota de Voltaire).
8. Ver la historia de Michas, en los Jueces, c. XVII y siguientes.
9. Satirev, hacia 180 y siguientes.
10. Ovidio, Fastos, IV, 270.
11. Cap. XI, vers. 6.
12. Cap. XI, vers. 23.
13. Cap. XV, vers 19, 24, 25.
14. Mateo, Cap. XII (Nota de Voltaire).
15. Ver el artículo Genealogía en el Diccionario filosófico, tomo XIX.
16. Ver de Sancto Matrimonii Sacramento, tomo I, p. 141. Tomos XXI y XXXV.
17. Algunos espíritus débiles, o falsos, o ignorantes, o bribones han pretendido encontrar en la antigüedad los testimonios de la masacre de los inocentes que se suponen degollados por orden de Herodes, de miedo que uno de esos niños nacido en Belén arrebatara el reino a Herodes, de setenta años de edad y sufriente de una enfermedad mortal. Los defensores de tan extraña causa han encontrado un pasaje de Macrobio en el cual se dice: «Mientras Augusto supo que Herodes, rey de los judíos en Siria, había incluido su propio hijo entre los niños de menos de dos años que él había mandado matar: Más vale, dijo él, ser el cerdo de Herodes que su hijo».
Los que abusan así de este pasaje no se dan cuenta de que Macrobio es un autor del siglo V, y que por consiguiente no podía ser visto por los cristianos de ese tiempo como un antiguo.
No pensaban que el Imperio Romano era por entonces cristiano y que el error público había podido bien engañar a Macrobio, quien se place contar viejas historietas. Debería haber notado que Herodes no había entonces ningún hijo de dos años.
Podían aún observar que Augusto no pudo decir que más valía ser el cerdo de Herodes que su hijo, pues Herodes no tenía cerdos.
En fin, se podía fácilmente suponer que hay una falsificación en el texto de Macrobio, pues estas palabras, pueros infra binatuns Herodes jussit interfici (los niños menores de dos años que Herodes mandó matar), no están en los manuscritos antiguos.
Se sabe bien cuánto se permitieron los cristianos ser falsificadores por la buena causa. Ellos falsificaron, y torpemente, el texto de Flavio Josefo; hicieron hablar a este fariseo determinado, como si hubiera reconocido a Jesús por el mesías. Forjaron las Cartas de Pilatos, las Cartas de Pablo a Séneca y de Séneca a Pablo, los Escritos de los Apóstoles, los versos de las Sibilas. Supusieron más de doscientos volúmenes. Hubo de siglo en siglo una serie de falsificadores. Todas las gentes instruidas lo saben y lo dicen y entre tanto la impostura probada predomina. Son ladrones cogidos en flagrante delito, a los cuales se les deja lo que han robado (Nota de Voltaire.
18. Voltaire ya lo había citado en el tomo XVII y XVI.
19. Lucas, c. XIV (Nota de Voltaire).
20. Ibid.
21. Mateo, cap. X.
22. Ibid.
23. Juan, cap. XII.
24. Los defensores de estos espantosos absurdos, pagados por defenderlos y cargados de honores y de bienes para engañar a las gentes se han atrevido a adelantar que un griego, llamado Flegón, había hablado de las tinieblas que cubrieron toda la tierra durante el suplicio de Jesús. Es verdad que Eusebio, obispo arriano, quien ha contado tantas mentiras cita también al tal Flegón, de quien no se conoce su obra. Y estas son las palabras que cuenta Flegón:
«El cuarto año de la olimpíada doscientos dos hubo el mayor eclipse del sol; hacía noche al medio día, se veían las estrellas; un gran temblor de tierra destruyó la ciudad de Nicea en Bitinia».
1° Lectores sabios y atentos, notad que otro autor, Eusebio, cuenta el mismo pasaje y dice el segundo año de la olimpíada doscientos dos y no el cuarto.
2° Notad que nunca se pudo hacer conjeturas, ni en qué año fue Jesús condenado al suplicio, ni en qué año nació, de tanto que su vida y su muerte son oscuras.
3° Notas que el historiador que tomó el nombre de Mateo coloca la muerte de Jesús al tiempo de launa llena, que todos los cristianos aceptas esta época, y que entre tanto es imposible que suceda en luna llena un eclipse de sol.
4° Notad que si tal prodigio sucedió, tal milagro hubie...
Índice
- Cubierta
- Portadilla
- Portada
- Créditos
- Contenido
- I. Que los judíos y sus libros fueron durante mucho tiempo ignorados por los otros pueblos
- II. Que los judíos ignoraron por largo tiempo el dogma de la inmortalidad del alma
- III. Cómo el platonismo penetró entre los judíos
- IV. Sectas de los judíos
- V. Supersticiones judías
- VI. De la persona de Jesús
- VII. De los discípulos de Jesús
- VIII. De Saúl, cuyo nombre fue cambiado en Pablo
- IX. De los judíos de Alejandría, y del Verbo
- X. Del dogma del fin del mundo, unido al platonismo
- XI. Del abuso sorprendente de los misterios cristianos
- XII. Que los cuatro evangelios fueron los últimos en conocerse. Libros, milagros, mártires supuestos
- XIII. De los progresos de la asociación cristiana. Razones de estos progresos
- XIV. Consolidación de la asociación cristiana bajo varios emperadores, y sobre todo bajo Diocleciano
- XV. De Constancio Chlore, o el Pálido, y de la abdicación de Diocleciano
- XVI. De Constantino
- XVII. Del «labarum»
- XVIII. Del Concilio de Nicea
- XIX. De la donación de Constantino, del papa de Roma, Silvestre. Breve análisis sobre si Pedro fue papa en Roma
- XX. De la familia de Constantino y del emperador Juliano el Filósofo
- XXI. Cuestiones sobre el emperador Juliano
- XXII. En qué podía ser útil el cristianismo
- XXIII. Que la tolerancia es el principal remedio contra el fanatismo
- XXIV. Excesos del fanatismo
- XXV. Contradicciones funestas
- XXVI. Del teísmo
- Notas