Gürtel, la trama
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Gürtel, la trama

David Fernández

  1. 230 páginas
  2. Spanish
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Gürtel, la trama

David Fernández

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"Este es un libro de pocos héroes y muchos villanos, un libro que escenifica los tentáculos de la corrupción. Ahí están la 'Gürtel', la 'Púnica', los papeles de Bárcenas, la 'Malaya'; casos que se confunden, casos que suponen toda una losa para el Partido Popular y que, de no ser por estos periodistas malditos, jamás habrían salido a la luz". Nacho Cardero, director de El Confidencial.

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Información

Año
2015
ISBN
9788416616268

VII. El tesorero

Sr. D. Luis Bárcenas Gutiérrez
GERENTE
PARTIDO POPULAR
C/ Génova, 13
Madrid
Madrid, a 25 de mayo de 2004
Estimado Sr. Bárcenas
Adjunto le remito resumen de facturas emitidas pendientes de pago que, al día de hoy, totalizan 827.916,10 euros.
Esta deuda pendiente, unida a los anticipos que para iniciar la campaña electoral que comienza el próximo jueves debemos hacer, nos coloca en una difícil situación financiera. Por ello le ruego que, en la medida de sus posibilidades, nos abone estas cantidades a la mayor brevedad, así como que considere el realizarnos un pago a cuenta para sufragar parte de los anticipos que debemos hacer efectivos en estos días.
Le agradezco por anticipado la atención que, a buen seguro, prestará a esta solicitud.
Atentamente, Pablo Crespo Sabaris
Demasiados formalismos para dos personas que se conocían muy bien cuando la carta fue redactada. La misiva, no obstante, revelaba entre líneas que una relación que había sido muy fructífera en años anteriores se empezaba a enfriar en 2004. En mayo de ese año, tras los trágicos atentados del 11-M, el PP acababa de perder unas elecciones generales que creía ganadas en febrero. A pesar de la derrota, el partido se ponía en manos de Mariano Rajoy, el perdedor, y la trama liderada por Francisco Correa ya intuía que sus negocios con los populares no iban a fluir como antaño. Lo primero, pues, era saldar cuentas. El mensaje era claro. «Luis, me debes 827.000 euros. No seas pesado y paga. Con lo que nosotros hemos sido. Si incluso acabo de regalar a Mariano y a su familia, incluida la chacha, un fin de semana de asueto en un hotelazo de las islas Canarias. Anda, paga y no seas cabrón». Rajoy y Crespo se conocían bien. El padre de este último, Manuel Crespo Alfaya, fue mano derecha de un joven Rajoy cuando este ocupó la presidencia de la Diputación de Pontevedra.
La relación entre la trama liderada por Correa y Bárcenas fue especial. Muy especial. El sumario revela que su primer contacto data por lo menos de diciembre de 1996. La agencia de viajes de Correa, Pasadena, le organizó un fin de semana a Finlandia con excursión incluida con perros huskies siberianos. Correa reservó tres habitaciones dobles en la ciudad de Helsinki «en pisos altos para clientes VIP». A Bárcenas, un empedernido trotamundos, le había hablado muy bien de Paco Correa un buen amigo común, Francisco Álvarez-Cascos, que ya había viajado con su agencia. Bárcenas debió quedar muy satisfecho porque Correa amplió su cartera de negocios y empezó a organizar, además de viajes para dirigentes del PP, actos electorales para los populares. El primer gran trabajo para la trama se desarrolla en las elecciones gallegas de 1997, en las que Pablo Crespo era número tres del PP gallego y en las que Bárcenas se llevó una pequeña gratificación de 11.000 euros.
Comenzó entonces una relación muy provechosa a la que se unió Jesús Sepúlveda, que tras su paso por Castilla y León fue nombrado por Aznar secretario nacional del Área Electoral y enseguida empatizó con Correa. Todo perfecto para ‘Don Vito’. Sepúlveda organizaba los actos, Correa los hacía y Bárcenas los pagaba desde la gerencia. Ideal para organizar todo el cotarro y luego repartise las ganancias. En los 205 folios del auto que resume la extensa investigación de la primera etapa del caso (periodo 1999-2005), el juez Pablo Ruz incluyó expresamente el nombre de una empresa que no se repite muchas veces en el sumario. Su inclusión no es baladí, y ayuda a comprender la cuadratura del círculo.
Spinaker 2000 S.L. fue creada en octubre de 2001. La constituyó Luis de Miguel, el primer asesor fiscal de la trama. Los verdaderos dueños de esta empresa eran cuatro: Francisco Correa, Luis Bárcenas, Jesús Sepúlveda y Jesús Merino (que fue consejero y vicepresidente de la Junta de Castilla y León, diputado y senador). Spinaker tenía participaciones en otra empresa, Rialgreen SL, «la cual tenía como actividad económica principal la gestión de la organización de las campañas electorales del PP».
¿Qué campañas? Los comicios municipales, autonómicos, generales y al Parlamento Europeo que se celebraron en los años 2003 y 2004, en las que el partido movió mucho dinero. José María Aznar decidió nombrar a Ana Mato en el año 2003 (todavía era esposa de Sepúlveda) Coordinadora de Organización del PP, un puesto que le permitía participar en la preparación de las elecciones. Este nombramiento se publicitó entonces en algunos medios, hoy en cambio ha desaparecido de su actual currículum. Eldiario.es publicó incluso que Ana Mato fue la encargada de negociar con las empresas de la trama la organización de las campañas de 2003 y 2004. Una de ellas, las municipales de 2003, fue la que aupó a Jesús Sepúlveda a la alcaldía de Pozuelo.
Es decir, que mientras Sepúlveda y Bárcenas ocultaban su participación en el capital de una empresa que contrataba con el PP actos electorales, la mujer del primero formaba parte del equipo que organizaba esos actos; y el segundo, Bárcenas, los pagaba. Spinaker «tuvo por objeto la canalización de los ingresos procedentes de la organización de las campañas electorales», afirma el sumario, que también asegura que la empresa fue creada «con fondos de Francisco Correa de procedencia ilícita» y que «Bárcenas, Merino y Sepúlveda participaron en Spinaker de modo opaco, al objeto de enmascarar los réditos presuntamente obtenidos por su actividad de intermediación».
Hay ejemplos de cómo se beneficiaba Spinaker. Luis Bárcenas, en nombre del PP, firmó un contrato de prestación de servicios publicitarios para las campañas municipales y autonómicas de 2003 con la sociedad Rialgreen, representada por Pablo Crespo, mano derecha de Correa. Rialgreen subcontrató a su vez a la empresa McCann Erickson a través de un convenio de colaboración empresarial, ya que Rialgreen era sólo una tapadera y no tenía capacidad para realizar esos actos. El beneficio que generó estos servicios se repartió al 50% entre McCann y Rialgreen. «De la parte que le corresponde a esta última se realizan dos porciones». Una de ellas se trasvasa a la sociedad Spinaker 2000 S.L. que la distribuye, una vez deducido el porcentaje correspondiente a Luis de Miguel como gestor, en partes iguales entre Bárcenas, Merino, Sepúlveda y Correa. «Cada uno de los socios ocultos recibió 13.927 euros por este contrato de publicidad», dinero que había salido del PP, según sugiere la investigación judicial. Otro ejemplo: por las elecciones andaluzas de marzo de 2004, Rialgreen facturó 500.000 euros, de los que Rialgreen se llevó 209.000 euros.
«Los beneficios fueron distribuidos por Luis de Miguel enmascarándolos mediante facturas presuntamente mendaces emitidas por sociedades cuya gestión tenía atribuida». El sumario es contundente en su conclusión. «Por tanto los fondos públicos recibidos para la financiación electoral y que se destinan a pagar los gastos electorales que realiza la formación política, actos de la campaña electoral realizados por Rialgreen, revierten a los responsables políticos del Partido Popular encargados del control de los ingresos y gastos electorales, distrayendo estos recursos de forma indirecta para su lucro personal a través de una facturación ficticia con empresas de Luis de Miguel».
Spinaker era el mejor ejemplo de que Correa había fraguado una gran amistad dentro del PP, justo con el dueño de las llaves de la caja fuerte. De hecho, de todos los cargos públicos implicados en el caso, Bárcenas es el que encabeza el ranking de sobornos recibidos por la trama: 1,2 millones de euros en metálico y 157.000 euros en viajes (Correa le pagó escapadas a Finlandia, Escocia, Alemania, Suiza, Alaska, Italia, Estambul, India, Londres, Cuba, Tenerife y Menorca…). Sin olvidar los pequeños detalles: en Navidades Correa siempre mandaba dos cajitas de puros habanos (25 puros por caja) al «señor Bárcenas».
Al grupo enseguida se unió Jesús Merino, hombre fuerte del partido en Castilla y Léon, donde fue secretario general del PP. En cierta medida, Castilla y León es la primera estación de un largo camino. Cuando la trama decidió lanzar sus tentáculos fuera del PP nacional y agarrar con fuerza las administraciones controladas por los populares empezó por Castilla y León. La primera adjudicación amañada de la que se tiene constancia es la construcción de la variante de la carretera de Olleros de Alba (Palencia), unas obras que la Junta licitó en noviembre de 2002 por 2,84 millones de euros y que se llevó Teconsa. La comisión de Paco Correa fue del 3%, 73.650 euros, que repartió entre cinco personas, supuestamente implicadas en la adjudicación. De momento, los investigadores sólo pudieron identificar a dos: «L/LB», es decir, Bárcenas; y Jesús Merino. Cada uno se llevó 18.600 euros.
LB también se llevó en el año 2002 otros 24.040 euros por otra carretera adjudicada a Teconsa en Villanueva de Mena, en Burgos; y otros 60.000 euros por la adjudicación a una UTE, en la que también estaba Teconsa, de una planta de tratamiento de residuos en Salamanca en el año 2003. Jesús Merino, por su parte, está acusado de cobrar 331.737 euros gracias a sus ilícitos negocios con la trama. Está imputado por cohecho, blanqueo de capitales, apropiación indebida, delitos contra la Hacienda Pública y estafa. Según el sumario, Bárcenas, Merino y Correa beneficiaron principalmente a cuatro empresas: Teconsa, Sufi S.A., la Constructora Hispánica y Aqualia Infraestructuras. Estas cuatro sociedades pagaron a Bárcenas 579.000 euros en sobornos. Anticorrupción sostiene que Correa, por su parte, se metió al bolsillo 1,22 millones de euros gracias a las comisiones que pagaban los empresarios que se llevaron las adjudicaciones en las que intervino Bárcenas.
El sumario también revela que Bárcenas exigía un segundo tipo de pago por sus servicios, aparte de la comisión pactada tras una obra amañada. Para ello, Correa usaba su agencia de viajes, Pasadena, que llegó a emitir facturas al PP de Castilla-La Mancha, al PP europeo y a la Fundación de Estudios Europeos (vinculada al partido) «que no respondían a servicios realmente prestados o por importe superior al realmente prestado». De esa forma, en 2001 y 2002, «Bárcenas procedió a desviar, con la colaboración de Correa, al menos 43.562 euros de esas entidades».
Bárcenas también ideó una fórmula para aflorar el dinero en metálico que obtenía ilícitamente «a través de la simulación de operaciones de compraventa de obras de arte», algo que además le permitía no pagar impuestos «al declararlos como ganancias procedentes de ventas de elementos patrimoniales con una fecha muy antigua de adquisición». Según los investigadores, Bárcenas descubrió su amor por el arte en diciembre de 2002. El día 9 de ese mes solicita un préstamo bancario de 325.000 euros para comprar un cuadro del pintor Juan Van der Hammen y León, crédito que se le concedió en efectivo y en billetes de 500 euros. Un mes después, Bárcenas canceló el préstamo y devolvió el dinero también en billetes de 500 euros alegando que la operación no se pudo realizar.
Los marchantes del cuadro han reconocido que nunca negociaron la venta con Bárcenas, por lo que la Audiencia Nacional cree que esta operación fue una coartada, «un mecanismo para disponer de efectivo con el que poder operar sin que genere alertas en el sistema financiero, logrando por tanto introducir en el sistema financiero legal esos fondos de origen ilícito». La mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, también obtuvo 560.000 euros en efectivo gracias a la venta de cinco obras de arte, algo que luego se demostró que fue un montaje. Una pintora argentina declaró ante el juez Pablo Ruz que recibió 1.500 dólares por firmar un contrato falso entre Rosalía Iglesias (que haría de vendedora de sus cuadros) y unos supuestos compradores a los que nunca conoció.

La amistad se rompe en 2004

Bárcenas ha asegurado ante el juez que fue él quien apartó a Correa del partido en el año 2004 — como si se tratase de un ejercicio de ejemplaridad al detectar cómo se las gastaba ‘Don Vito’ — y que él no era el «Luis el cabrón» que aparecía en la contabilidad de la trama. El cabrón era el constructor Luis Delso, un plasta que daba la tabarra a Correa con una deuda de 72.000 euros. Pero antes de que el «divorcio» se materializase ambos decidieron invertir en noviembre de 2003 en un proyecto inmobiliario promovido por un amigo de Correa y de Alejandro Agag, Jacobo Gordon Levenfield (hoy imputado). Este último, un joven constructor, decidió levantar 16 viviendas de lujo en Majadahonda, un municipio dirigido entonces por Guillermo Ortega, alcalde en nómina de Correa. Jacobo Gordon creó la empresa Real Estate Equity Portfolio, que puso en marcha el proyecto Twain Jones, nombres rimbombantes que luego los compradores de los pisos conocerían como Residencial Adriático, mucho más fácil de pronunciar. Los pisos iban a costar entre 485.000 euros y el millón de euros.
Según los investigadores, entre los inversores del proyecto estuvieron el propio alcalde de Majadahonda a través de una empresa pantalla (Sundry Advices), el propio Correa y la esposa de Luis Bárcenas, Rosalía Iglesias, a través del capital que puso otra sociedad tapadera radicada en Londres, Rustfield Trading Limited. Una de las conversaciones entregadas por Pepe Peñas a la Policía revela que Correa se enfadó con Jacobo Gordon porque la operación se bloqueó y «no descolgaba el puto teléfono y llamaba a Aznar». Narciso de Foxá, el alcalde que sustituyó a Guillermo Ortega y echó a la mujer de Correa del Ayuntamiento, había paralizado el proyecto con la excusa de que faltaban unos informes técnicos. Bárcenas tuvo que mediar y al final los pisos se terminaron y se vendieron. Este proyecto, según el sumario, sirvió para que varios de los imputados blanquearan dinero en España oculto en el extranjero.

Los famosos 1.000 millones

Principios de 2007. La grabadora estaba oculta en el bolsillo de su chaqueta. En una mesita apartada de un discreto salón del céntrico hotel Fénix de Madrid, José Luis Peñas oyó de nuevo el nombre que alguna vez había pronunciado su amigo. «De Bárcenas hemos hablado poquito», preguntó Peñas, conocedor de que una vez puesto el anzuelo Francisco Correa, nada modesto y muy fanfarrón, sacaba la lengua a pasear. ‘Don Vito’ sonrió antes de contestar mientras degustaba su bebida favorita, una coca-cola con mucho hielo y unas gotitas de whisky de malta. «Yo, Paco Correa, le he llevado a Bárcenas 1.000 millones de pesetas, a su casa y a Génova. Todo de adjudicación de obras de Fomento, cuando estaba Cascos, 1.000 kilos. Sé dónde los tiene, cómo los saca de España y el paraíso fiscal». La frase, concluyente, se oye con nitidez a pesar de las notas del pianista del hotel.
El comentario de Correa supuso el principio del fin para Bárcenas. Peñas entrega esta grabación a la UDEF en noviembre de 2007. El caso se destapa el 6 de febrero de 2009. Dos semanas después, el 23 febrero de 2009, se fecha el primer informe policial que identifica a Luis Bárcenas Gutiérrez como posible integrante de la trama. El 6 de marzo otro informe policial ratifica que Bárcenas pudo recibir en sobornos y regalos 1,3 millones de euros. Nace entonces del tronco del caso una rama que ya no parará de crecer, y que se volverá tan fuerte que se convertirá en un caso dentro del caso. Luis Bárcenas, entonces senador por Cantabria, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP, tesorero del partido desde 2008 y antes gerente nacional desde 1990, socavará los cimientos del PP. El contable de la trama, José Luis Izquierdo, guardaba cuando fue detenido detallados archivos sobre la contabilidad ‘B’ de las empresas de su jefe. Allí aparecía 27 veces «L.B.», «L. Barc.», «L. Bárcenas» o «Luis el cabrón», sí, el mismo Luis que se negaba en mayo de 2004 a pagar 827.000 euros a las empresas de Correa.
Francisco Correa nunca ha vendido a su examigo ante la Justicia. El 30 de abril de 2009, cuando declaró ante el juez Antonio Pedreira, segundo instructor del caso, ‘Don Vito’ aseguró que sus palabras sobre Bárcenas siempre se habían malinterpretado, y que todo se debía a su fuerte carácter.
—Y yo me cogía tal rebote y tal cabreo… Impresionante. Y yo más de una vez, lo he dicho dos mil veces, decía, pero cómo me hacéis esta faena, si yo a esta casa es como si hubiera traído cajas de más de 1.000 o 2.000 millones de pesetas. Pero si os he ahorrado más de 1.000 millones de pesetas. Y es posible que yo, a veces cabreado… Soy una persona de carácter agresivo, digo cosas que se malinterpretan.
—Esta manera de expresarse le ha tenido que acarrear a usted muchos disgustos — le preguntó el ...

Índice

  1. Portada
  2. Créditos
  3. Título y autor
  4. Dedicatoria
  5. Prólogo. Por Nacho Cardero
  6. I. El soplón
  7. II. El capo
  8. III. El espabilado
  9. IV. El pardillo
  10. V. El corrupto
  11. VI. Las gacelillas
  12. VII. El tesorero
  13. VIII. El instructor
  14. IX. Los pijos
  15. X. ‘Gürtel’, la trama
  16. Anexo
  17. Agradecimientos
  18. Contraportada