Vida cotidiana y santidad I
eBook - ePub

Vida cotidiana y santidad I

en la enseñanza de San Josemaría

  1. 624 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Vida cotidiana y santidad I

en la enseñanza de San Josemaría

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

"En la línea del horizonte, hijos míos, parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria..." (San Josemaría Escrivá de Balaguer, Homilía de la Misa en el Campus de la Universidad de Navarra, 8 de octubre de 1967).Esta obra en tres volúmenes es el primer intento de exponer teológicamente, de modo sistemático, el conjunto del mensaje de san Josemaría acerca de la santificación del trabajo profesional y de la vida cotidiana.Tras analizar el marco histórico-teológico de la enseñanza de san Josemaría y sus destinatarios principales -los fieles cristianos laicos y los sacerdotes seculares- este volumen trata sobre la finalidad de la vida cristiana. Dar gloria a Dios buscando el reinado de Cristo en la vida cotidiana, hasta alzarle en la cumbre de las actividades humanas.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Vida cotidiana y santidad I de Ernst Burkhart en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Teología y religión y Religión. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2010
ISBN
9788432139444
Categoría
Religión

PARTE PRELIMINAR

MARCO HISTÓRICO Y TEOLÓGICO DE LA ENSEÑANZA DE SAN JOSEMARÍA

I. PRECEDENTES Y CONTEXTO. — I.1. Conciencia de la vocación a la santidad en los “primeros cristianos”. Prototipo de la enseñanza de san Josemaría — I.2. Declive de la conciencia de la vocación y misión de los laicos en las Edades Media y Moderna. La tradición religiosa y el mensaje de san Josemaría — I.3. Resurgimiento de la conciencia de la vocación laical en el siglo XX. El contexto de la predicación de san Josemaría — I.4. Acerca de la bibliografía teológica sobre san Josemaría. II. BASE CONCEPTUAL. — II.1. El uso de las fuentes — II.2. Las nociones básicas sobre la vida cristiana, en san Josemaría: a) La santidad como vida sobrenatural; b) Vida de hijos de Dios en Cristo; c) Vida infundida por el Espíritu Santo; d) Vida en la Iglesia. Santificación y apostolado; e) Elevación de la vida humana; f) Santificación en medio del mundo y transformación del mundo en la historia. III. LLAMADA UNIVERSAL A LA SANTIDAD Y DESTINATARIOS DE LA ENSEÑANZA DE SAN JOSEMARÍA. — III.1. La llamada universal a la santidad y al apostolado — III.2. Unidad y diversidad de vocaciones en la Iglesia — III.3. Destinatarios del mensaje de san Josemaría.
«El Reino de los Cielos es como un grano de mostaza que toma un hombre y lo siembra en su campo... y llega a hacerse como un árbol, hasta el punto de que los pájaros del cielo acuden a anidar en sus ramas» (Mt 13,31-32). Cuando san Josemaría comienza la siembra de su mensaje en 1928, el campo en el que arraiga la semilla cuenta ya con veinte siglos de historia fecundada por el cristianismo1. De esa tradición se alimenta y sin ella no habría podido ni siquiera nacer; pero al mismo tiempo es una simiente nueva, destinada a crecer y a desarrollarse hasta convertirse en árbol que ofrezca cobijo a quienes buscan la santificación en la vida ordinaria.
Mucho se podría hablar de la relación entre el mensaje espiritual de Josemaría Escrivá de Balaguer y la época en la que nace, así como de sus precedentes en la tradición de la Iglesia y su novedad. El objeto de esta Parte preliminar es tratar sólo algunos aspectos de estas cuestiones como introducción a la exposición sistemática de su enseñanza.
Ofreceremos primero unos elementos generales que permiten situar el mensaje de san Josemaría en la historia de la espiritualidad cristiana (sección I); después, un marco conceptual de su enseñanza (sección II); terminaremos tratando de la llamada universal a la santidad y, dentro de este tema —central en su predicación—, veremos a quiénes se dirige principalmente (sección III).

I. PRECEDENTES Y CONTEXTO

En una entrevista de 1966, san Josemaría alude con las siguientes palabras al lugar donde sitúa su enseñanza, dentro de la vida y de la historia de la Iglesia:
La espiritualidad y la acción del Opus Dei se insertan (...) en el proceso teológico y vital que está llevando el laicado a la plena asunción de sus responsabilidades eclesiales, a su modo propio de participar en la misión de Cristo y de su Iglesia2.
En ese “proceso teológico y vital” del laicado se inserta, pues, la enseñanza que vamos a estudiar. Por eso, para contextualizarla histórica y teológicamente, hemos elegido recorrer las diferentes etapas de dicho proceso, desde los momentos iniciales en las primitivas comunidades cristianas, hasta el periodo de efervescencia en la época contemporánea a san Josemaría, pasando por un lapso de siglos en los que se percibe un cierto eclipse de la conciencia de la vocación y misión de los laicos.
Dos observaciones nos parecen necesarias acerca de esta opción.
La primera es que no permite abarcar todo el contexto de la enseñanza de san Josemaría. Nos lleva a fijarnos únicamente en la columna vertebral temática, sin entrar en aspectos particulares como, por ejemplo, el desarrollo histórico de la doctrina sobre la filiación divina adoptiva, o sobre el sacerdocio común, o sobre el trabajo humano, etc., ni en otros temas aún más específicos, vinculados a las formas de piedad, como la corriente espiritual que difunde el “Amor misericordioso” y la devoción al Corazón de Jesús, vivamente sentida por san Josemaría desde los primeros años de su predicación3. Son puntos que encontraremos a lo largo de los distintos capítulos del libro y entonces intentaremos resumir el contexto propio de cada tema. Ahora nos concentramos sólo en lo que hemos llamado la “columna vertebral temática”: el proceso histórico de la vocación y misión de los laicos.
La segunda observación se refiere a un inconveniente en cierto modo inevitable cuando se examina la posición de un autor en la historia. Puede parecer que la evolución de los sucesos y de las ideas está como orientada hacia el autor que se estudia; en nuestro caso se podría tener la impresión de que las diversas etapas del proceso teológico del laicado “culminan” de algún modo en la enseñanza de san Josemaría. Tal impresión no respondería ni a nuestra intención ni a la realidad de las cosas. El mensaje de Josemaría Escrivá de Balaguer ha surgido, en palabras de Pablo VI, «como expresión de la perenne juventud de la Iglesia»4: como un nuevo brote del bimilenario árbol de la Iglesia. Aquí estudiaremos sus raíces, pero sin olvidar que otros brotes del árbol se alimentan también del mismo terreno. Porque las formas que adopta la vida espiritual en la historia no progresan siempre en una sola línea, ni las más recientes deben verse necesariamente como fases de una evolución que, superando a las anteriores, dejarán a su vez paso a otras nuevas. En el árbol de la Iglesia, el Espíritu Santo suscita muchas formas de vida espiritual, todas ellas con un tronco común, pero diversas unas de otras. Esa unidad y esa diversidad estarán presentes de continuo en nuestro recorrido a través de la historia del laicado o, más exactamente, de las diferentes etapas por las que ha pasado la conciencia de los laicos de su vocación y misión en la Iglesia.
¿A qué etapas nos referimos? Es bastante común hablar de tres grandes periodos, a los que ya hemos aludido, de esa toma de conciencia por parte de los laicos5. Los confines históricos no son netos y tampoco nos detendremos a precisarlos ya que sólo nos interesa la visión dominante en cada periodo.
La fase inicial es la comúnmente llamada “época de los primeros cristianos”, desde la era apostólica hasta el siglo iv aproximadamente. Viene después una larga etapa cuyo centro se sitúa en los siglos medievales de “cristiandad”, aunque en lo referente a nuestro tema continúa hasta bien entrada la edad moderna. El tercer periodo, de fecunda reflexión teológica, abarca el siglo xx pero comienza a gestarse desde mucho antes, en el seno de la “modernidad”. Nos detendremos a continuación en estas etapas, sobre todo en la tercera, que constituye el inmediato contexto de la enseñanza de san Josemaría.
Cuando hablamos de “laicos” nos referimos siempre a los “fieles cristianos laicos”, no, evidentemente, a los “no católicos” (sentido que tiene el término “laico” en algunos lugares, principalmente en relación con la política y la cultura).
Como es sabido, el término “laico” proviene del griego laikós, que significa perteneciente al pueblo (laos)6. No aparece en el Antiguo Testamento (versión de los LXX) ni en el Nuevo, donde se designa a los miembros de la Iglesia como “fieles” o “santos” (cfr. Ef 1,1; Col 1,2; 1 Tm 4,3; 4,10; 4,12; etc.). A finales del siglo i, san Clemente Romano lo refiere a los miembros del pueblo de Dios que no son sacerdotes7. Pero de este modo —que se empleará comúnmente durante siglos— se indica lo que el laico no es, sin decir lo que es. Sólo se da a entender genéricamente que es “un fiel cristiano”, “un bautizado”. Pero también los demás cristianos son “fieles” y “bautizados”. Álvaro del Portillo hace notar sencillamente que «todos los laicos son fieles, pero no pued...

Índice

  1. Portada
  2. Creditos
  3. INDICE
  4. PRINCIPALES ABREVIATURAS
  5. INTRODUCCIÓN GENERAL
  6. PARTE PRELIMINAR
  7. PARTE I
  8. VISIÓN GENERAL DE LA PARTE PRIMERA
  9. Capítulo primero
  10. Capítulo segundo
  11. Capítulo tercero
  12. Reflexión conclusiva de la Parte I
  13. índice de autores citados en el volumen i
  14. selección bibliográfica