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- 88 páginas
- Spanish
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eBook - ePub
Botín de guerra
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Índice
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Información del libro
Botín de guerra es la historia de un cautiverio contado en primera persona. Versos que oscilan entre la búsqueda de lo existencial, la melancolía, la ironía y el humor. Su protagonista, un periodista que cubre la guerra civil en Siria, se refugia en la poesía cuando es secuestrado por combatientes yihadistas. El lector descubrirá su vida aquí y allí, en un continuo vaivén entre el encierro y el recuerdo de las vivencias atrás dejadas.
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Información
Categoría
LiteraturaCategoría
PoesíaAquí II
BOTÍN DE GUERRA
La ley islámica sella
el futuro inmediato
de mi ser. Soy rehén,
sólo botín de guerra:
carne de ejecución,
un sujeto esclavo,
cambio por prisioneros
o canje por rescate.
Tres millones de dólares,
tal vale mi gaznate.
VINO
Me doblego a la demencia de la copa vacía.
¡Cuánto te extraño!
La mejor droga, la más ponderada,
el disolvente de los velos impostados,
el alarife del marchamo más franco:
la sonrisa.
Los soldados de Alá dicen que el Corán lo prohíbe.
En el paraíso dispuso Dios
«ríos de vino, delicia de los bebedores».
Así recitan en su libro los musulmanes.
Bilal me mira desdeñoso
y despliega su carácter tornadizo.
Levanta su kaláshnikov hacia mi rostro
y contraataca con más aleyas.
Tras la letanía, Bilal se expresa:
—¡Calla, perro cristiano!
Leche, miel y huríes esperan en el paraíso a los mártires
que combaten en el camino de Alá.
Mi sudario ya fue empapado en el pozo Zamzam
y temo más la vida que la muerte.
Tú no y bien sospechas tu suerte.
Pinchazos en el estómago y debilidad de piernas.
La situación es de angustia,
pero no grave.
A Bilal le hace falta una taberna.
PRUEBA DE VIDA
Esta madraza es un presidio.
Otras escuelas hay.
Otras escuelas hay menos tóxicas y más solares.
Pero del shock antropológico también se aprende…
Y se muere en tiempos homicidas.
En las umbrías de los burdeles se mira mucho el reloj.
Avanzan mis manecillas hacia el entendimiento final
sin sexo erizado ni onirismo redentor, quia.
Soy carnada política.
Soy carnada de propaganda.
Y carnada económica de estos milicianos
y de unos cuantos abogados de Londres y Dubai.
A sabiendas dispusieron la escena: el reestreno de una tragicomedia.
Arrodillado y maniatado, dos figuras me escoltaron sobre un fondo negro y blanco: la bandera adoptada del islam político más fervoroso. El protocolo manda: de punta en negro y blandiendo sus AK-47, Asem y Abed se habían disfrazado de ninjas para la ocasión. Luego de tomar unas fotos de la escena, Bilal me hizo un cuestionario:
—¿En qué países has vivido?
Viví en un país donde el laúd sonaba en los cafés,
donde la música no era la lengua de Satán,
donde la nobleza de las piedras
—piedras ugaríticas, bizantinas, cruzadas, islámicas—
velaba por evadir el afán destructivo del hombre.
La Historia y su carga, sus muchas cargas.
En Siria era la belleza diacrónica uno de sus fardos.
—¿En qué fecha fue tu boda?
Fue en verano,
cuando el lubricante del deseo huele a sonrisa cómplice
y a esencia d...
Índice
- Portada
- Créditos
- Título y autor
- Dedicatoria
- Cita
- Preludio
- Aquí I
- Allí I
- Aquí II
- Allí II
- Aquí III
- Allí III
- Aquí IV
- Mecenas
- Contraportada