Competencias informacionales
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Competencias informacionales

Rutas de exploración en la enseñanza universitaria

  1. 152 páginas
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Competencias informacionales

Rutas de exploración en la enseñanza universitaria

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Información del libro

Durante el transcurso de los últimos años la información ha dejado de ser un asunto puramente técnico para adquirir una categoría social. Más allá de entender los procesos de búsqueda de información y adquisición de destrezas en el uso de las tecnologías, es importante considerar una aproximación sociocultural que rescate la historia y el contexto social de los estudiantes, el despliegue de la competencia en situaciones concretas de aprendizaje y las relaciones intersubjetivas que ocurren en los procesos de mediación, como factores constitutivos de la competencia informacional. En ese sentido, Competencias informacionales. Rutas de exploración en la enseñanza universitaria destaca la importancia que adquiere la participación del profesor y otros adultos mediadores en los procesos colaborativos de construcción de conocimiento en los que la competencia encuentra todo su sentido. Los autores cuestionan la metáfora que establece una dicotomía entre nativos e inmigrantes digitales, que sugiere una supuesta superioridad del estudiante frente al profesor en lo que se re_x001f_ere al dominio de las destrezas tecnológicas como si estas fueran el único factor determinante de la competencia. Este libro es el resultado de un trabajo interdisciplinario, no solo porque fue escrito por investigadores provenientes de distintas disciplinas, sino porque en él convergen historias de vida y enfoques epistemológicos novedosos. Esta publicación es muestra de los avances del grupo de investigación Aprendizaje y Sociedad de la Información.

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Información

1. El estudio de la competencia
informacional en estudiantes
universitarios

Introducción

La búsqueda de la inserción de América Latina de manera competitiva en un mundo globalizado devuelve la mirada hacia los sistemas educativos y su contribución al crecimiento económico y al desarrollo social sostenible. Si bien el desarrollo económico y las posibilidades de competitividad de las naciones de cara al siglo xxi se encuentran en función de complejos factores interrelacionados, hay que destacar la importancia que en este contexto tiene el potencial formativo que ofrecen los sistemas educativos. Estos sistemas deben garantizar el desarrollo de competencias fundamentales en los ciudadanos para el aprendizaje a lo largo de la vida, lo que les permitirá ampliar sus capacidades para incorporarse al mundo del trabajo, y aportar en diferentes escenarios del desarrollo social, científico y comunitario. Estas capacidades son las que finalmente dan cuenta de la calidad de la educación.
Las preguntas y preocupaciones sobre los niveles de calidad de la educación son precisamente las que han llevado a la Comisión Europea (2004) a acoger las orientaciones del Consejo de Barcelona de 2002 sobre las competencias clave, que en el contexto de la sociedad de la información han de ser desarrolladas por las nuevas generaciones para la realización personal, la inclusión social, el ejercicio de la ciudadanía y el empleo.
Entre estas competencias se encuentran aquellas denominadas digitales, las cuales abarcan las relacionadas con el manejo de la información, el pensamiento crítico, el uso de nuevas tecnologías, y el desarrollo de destrezas comunicativas (Comisión Europea, 2004). Dichas competencias engloban la denominada competencia informacional, relacionada con habilidades, motivaciones y aptitudes para acceder, evaluar y hacer uso de la información.
La definición de competencia informacional ha tenido un progresivo pero lento desarrollo como concepto. El término en inglés information literacy fue acuñado en 1972 por Paul Zurkowski (Kelly, 2013), fue traducido al español como competencias informacionales y surge como concepto a propósito de la preocupación de los bibliotecarios por enseñar a los usuarios el manejo de la información (Grafstein, 2002). Buena parte de esta literatura viene del campo de la bibliotecología y ha influenciado gradualmente el campo epistemológico de la psicología y de la educación, específicamente en el estudio de contextos de aprendizaje. Una de las definiciones de competencias informacionales que es retomada en la literatura sobre el tema es la de Marais (1992), quien las define como “el proceso de adquisición de conocimiento sobre actitudes y habilidades en información, como factores determinantes de la forma en que la gente explora la realidad, se desarrolla, vive, trabaja y se comunica en la sociedad de la información” (p. 76).
Es posible apreciar que la definición en sí misma deja un amplio margen de ambigüedad, lo cual ha dado lugar a diversas interpretaciones sobre su significado. Se ha vinculado con habilidades de estudio, habilidades de investigación y con habilidades para consulta en biblioteca; por otro lado, se ha relacionado con el uso de instrumentos electrónicos para el acceso y uso de información. En este marco de ambigüedad, la Association of College and Research Library (acrl), división de la American Library Association (ala) (2000), aporta alguna precisión al definir las competencias informacionales como “un conjunto de habilidades que exigen a los individuos reconocer cuándo se necesita información y poseer la capacidad de localizar, evaluar y utilizar eficazmente la información requerida” (p. 2).
Desde la perspectiva de la acrl, un sujeto competente en el ámbito informacional es aquel que ha aprendido cómo aprender; sabe cómo organizar el conocimiento, cómo encontrar información y cómo usarla de tal suerte que los demás puedan aprender de ella. Se espera además que desarrolle estas competencias para la vida de manera que pueda usarlas para cualquier situación en la que tenga que encontrar información para responder inteligentemente a cualquier producto o actividad. Esta conceptualización sirvió de punto de partida para el trabajo que dio origen a la investigación del grupo colombiano Aprendizaje y Sociedad de la Información.
En este capítulo se hace una breve revisión del número de publicaciones, los países y las áreas de conocimiento que producen publicaciones en relación con las competencias informacionales en el contexto universitario, especialmente en la última década del presente siglo. Al final, se hace un breve recuento sobre las líneas de trabajo del grupo, en particular sobre algunos de los conceptos que fundamentan la “competencia informacional”; además, se hace referencia a la investigación adelantada, la cual se amplía en los capítulos posteriores.

La importancia del estudio
de la competencia informacional

Algunas preguntas en torno a las oportunidades reales que actualmente tienen las personas para acceder a la información que circula por internet, han conducido a que se generen serias preocupaciones sobre la profunda brecha digital, que no solamente guarda relación con aspectos tecnológicos sino también generacionales, socioeconómicos y de género. Dicha brecha digital afecta la capacidad de la población para acceder y producir información relevante para su vida social e incorporarse al mundo del trabajo.
El desarrollo económico de un país así como las oportunidades de la población para participar de manera activa y propositiva en la sociedad son por tanto seriamente afectados por la carencia del capital cultural (capacidades y recursos) necesario para afrontar los retos de la sociedad de la información. Los impactos son de diferentes órdenes, no solo de tipo económico, sino también y especialmente en el logro de metas de orden personal y de bienestar social. Así, la ausencia de competencias para el uso efectivo de la información y la falta de inversión en educación para su desarrollo generan rezagos en este renglón dado que afectan la cualificación del capital humano y de capacidades ciudadanas (Ferro Bayona, Amar Amar y Abello Llanos, 1998).
Lo anterior es especialmente crítico para América Latina pues al no responder a las nuevas demandas que plantea la sociedad de la información se generan condiciones de exclusión social por la insuficiencia de marcos cognitivos y conceptuales para la apropiación de la información y el uso de tecnologías para acceder a esta. En ese sentido, la idea anterior constituye una necesidad urgente en una sociedad basada cada vez más en el uso intensivo de información (Ferro Bayona, Amar Amar y Abello Llanos, 1998).
Por otra parte, dado que la información hoy es un bien primario fundamental para participar en las sociedades contemporáneas y en procesos de toma de decisiones a diferentes niveles (van Dijk, 2005), las limitaciones que afectan a la población desdibujan el carácter que tiene la información como bien público y repercuten en el conocimiento de la gente sobre los derechos relacionados con la participación en el conocimiento, el acceso a la información y su flujo equilibrado (Martín Barbero, 2005).
Si bien a nivel global se han llevado a cabo esfuerzos para superar la brecha digital, el hecho de haberla definido en términos de infraestructura tecnológica y carencia de instrumentos para el acceso a las redes ha retrasado la puesta en marcha de acciones contundentes que interpelen las condiciones de calidad de la educación. En este aspecto han tenido una influencia decisiva planteamientos como los del Banco Mundial, para el cual el rezago económico de América Latina se explica a partir de dos debilidades, una de las cuales es la brecha en las destrezas instrumentales de la población para el uso de herramientas tecnológicas (Gill, Guasch, Perry y Schady, 2005). Esta definición o postura frente al problema ha conducido a que los esfuerzos se orienten hacia la adquisición de tecnologías y al aprendizaje técnico-instrumental para su uso, de lo cual resultan escasas las acciones orientadas hacia el desarrollo de competencias para la evaluación y el uso reflexivo y crítico de la información para la solución de problemas; capacidades fundamentales para la participación social.
Lo que finalmente ha sido limitante en este campo es la ausencia de una dimensión educativa en la definición de la brecha digital que potencie las competencias con que cuentan los jóvenes para responder a las nuevas demandas de una sociedad basada en información. En ese sentido no solo se trata de inversión en la infraestructura en educación, sino fundamentalmente de procesos de investigación con una visión integradora y no exclusivamente tecnológica.

La investigación en competencias informacionales

Hasta finales del siglo xx las competencias informacionales no habían sido investigadas suficientemente, pero para entonces comenzaba a observarse un incremento considerable en el número de estudios publicados. Evidencia de esto es el estudio adelantado por Rader (2002), quien seleccionó más de 5000 publicaciones a lo largo de treinta años. Dicho estudio evidencia que mientras en 1973 solamente se publicaron veintiocho, en el año 2002 se publicaron trescientas, y del total de estudios el 60% tenía que ver con desarrollos en instituciones de educación superior y el 20% en educación básica.
En la primera década del siglo xxi, una preocupación generalizada sobre el desarrollo de competencias informacionales en edades escolares comenzó a cobrar fuerza en Europa, Australia, países del sureste asiático, y Estados Unidos, en donde las competencias informacionales han sido objeto de estudio y de diseño de políticas educativas.
En este punto resulta pertinente detenerse brevemente en el aporte que los estudios de la Universidad Estatal de California (csu, 2001) hicieron al proceso de transformación de la biblioteca universitaria hacia el siglo xxi que favorecían el aprendizaje de competencias para el acceso, evaluación y uso de la información. Para la Comisión de esta universidad intervenir sobre estas competencias constituye una prioridad, lo que explica que en abril de 1995 haya conformado un grupo de trabajo para definir y recomendar los niveles de competencias básicas en el uso del conocimiento y la información adquirida, y la manera de llevar a cabo seguimientos a lo largo del proceso formativo para el desarrollo de dichas competencias en los estudiantes (Dunn, 2002). Como proyección de la investigación en este campo, los autores concluyeron que se debía trabajar en la precisión de los conceptos para aclararlos y operacionalizarlos con el fin de identificar variables medibles de la competencia informacional. Vale la pena mencionar que el estudio de la csu, pionero en la investigación sobre competencias informacionales desde 1994, ha sido fuente de investigación para otros proyectos relacionados con esta temática. No en vano, la Association of College and Research Library (acrl, 2000) lo ha tomado como referente en la definición de estándares, las cuales han permitido repensar los conceptos de información, aprendizaje y conocimiento en el contexto de la educación superior.
El estudio bibliométrico adelantado por Shaheen, Chang, Hnin, Ma May Win y San Yu (2015), revela el incremento sostenido que comenzaron a tener las publicaciones entre 2003 y 2011, las cuales pasaron de 48 a 347, con una copiosa producción por parte de investigadores norteamericanos.
En los primeros cinco años del siglo xxi, la investigación sobre competencias informacionales se enfocó fundamentalmente en su estudio en contextos académicos (Shaheen et al., 2015). De alguna manera, en distintos países la alfabetización informacional es más visible en sus desarrollos conceptuales y prácticos en el campo educativo (niveles de secundaria y universidad), aunque no siempre hace parte del currículo oficial (Lau, 2007). Esto posiblemente se deba a la relación que se establece entre el desarrollo de estas competencias y la promoción de habilidades para analizar, abstraer, contrastar, argumentar, sintetizar, en situaciones donde el acceso del estudiante a la información se orienta a tareas académicas (Eagleton y Guinee, 2002).
Una aproximación a las publicaciones científicas de la base de datos de Scopus, entre 2012 y 2016, permite observar que Estados Unidos, seguido del Reino Unido, lidera la publicación de estudios en contextos universitarios, como se puede apreciar en la figura 1.
Figura 1. Países con publicaciones sobre competencias
informacionales entre 2012-2016
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Fuente: Scopus, datos recuperados el 2 de marzo de 2016.
Algunos de los estudios en el contexto de países anglosajones, que tienen vigencia...

Índice

  1. Portada
  2. Portadilla
  3. Créditos
  4. Prólogo
  5. Introducción
  6. 1. El estudio de la competencia informacional en estudiantes universitarios
  7. 2. Aproximaciones al concepto de información en la documentación y la ciencia de la información
  8. 3. Metodología para la observación de la competencia informacional
  9. 4. Perfiles de la competencia informacional de estudiantes universitarios
  10. 5. La competencia informacional y las trayectorias de profesores universitarios
  11. 6. Desplazamientos en la investigación sobre competencias informacionales y nuevas exploraciones
  12. Epílogo
  13. Sobre los autores