- 296 páginas
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Información del libro
Este libro se enmarca en una colección de psiquiatría que aspira a ser una alternativa humanista al cientificismo pragmático, al reduccionismo biológico que ha secuestrado la disciplina. Y esa orientación rebelde, que cuenta con numerosos apoyos —fenomenológicos, existencialistas, hermenéuticos o lingüísticos—, tiene en la melancolía uno de sus refugios principales. El positivismo psiquiátrico, es decir, la medicina aplicada a los problemas mentales, donde se encuadró la psiquiatría desde su nacimiento a principios del siglo XIX, intentó de inmediato la transposición de los sufrimientos psíquicos en enfermedades. Un procedimiento de reducción y encajamiento nosológico que enseguida encontró en la melancolía una resistencia inflexible. La melancolía se opuso, como ninguna otra experiencia mental, a esta tendenciosa metamorfosis. La encaró sencillamente aprovechando el carácter familiar de su malestar, esto es, su semejanza y continuidad con la tristeza que experimentamos en la vida ordinaria. La pena que sentimos en condiciones normales se vive con lisa y llana naturalidad, buscando los motivos que la despiertan en el entorno y en el interior del psiquismo, sin recurrir a causas cerebrales extraordinarias.Este texto que presentamos viene a alimentar a la Otra psiquiatría y a recordarle su obligación principal, que no es otra que entender al sujeto como sujeto, y a sostener la tristeza como sentimiento, como emoción y como síntoma de cualquier dificultad psicológica. Para ayudarnos a alcanzar ese objetivo contamos con este libro, donde vamos a encontrar pormenorizada la sabiduría que ha acumulado el hombre, a lo largo de los siglos, sobre ese testimonio de su imperfección que, según la Enciclopedia de Diderot, constituye la tristeza del hombre. El lector de este texto tiene ante sí muchos de los escenarios en los que la melancolía ha influido en los asuntos humanos, y sólo le cabe juzgar en torno a cuáles permanecen incólumes, indisolublemente atados al tiempo, y cuáles han sido desplazados y abandonados a la inercia del pasado. Pero torcerá su entendimiento si se obliga a creer que la modernidad y la ciencia han borrado la historia y no se conserva nada de lo anterior, como si se hubiera hecho tabla rasa de esa cultura que ha guiado nuestros pasos.
Preguntas frecuentes
Información
Notas
Índice
- Cubierta
- Portada
- Créditos
- Índice
- Prólogo - El oráculo de tristezas más certero
- Palabras preliminares
- I. ¿Es mejor reír que llorar? Demócrito y Heráclito, dos caras del melancólico sentir
- II. El temperamento melancólico en Grecia y Roma. Unos cuantos nombres al comienzo de una larga reflexión
- III. Genio y carácter melancólico. El 'Problema XXX' del Pseudo-Aristóteles
- IV. El demonio meridiano: pensamiento medieval sobre la melancolía. El deseo sin objeto
- V. La melancolía, enfermedad del genio. El individualismo renacentista y la melancolía. Ficino y el nuevo elogio del hombre artista
- VI. La melancolía, hacia una elegante manera de estar en el mundo. El norte y el sur de europa ante el sentimiento de tristeza barroco
- VII. España, el Siglo de Oro de los melancólicos
- VIII. La melancolía hispana, entre la enfermedad, el carácter nacional y la moda social
- IX. Melancolía y siglo XVIII en España. ¿La disolución de un carácter y una cultura?
- X. La melancolía romántica y los liberales españoles. El ejemplo de Blanco White
- XI. La melancolía amorosa en el surrealismo de Lorca. 'El público' y lo uno imposible
- XII. Enfermedad y melancolía en la literatura y en el arte del siglo XX. El ejemplo de David Nebreda
- Sobre el autor
- Notas