Cindy Coignard
LAS MILITANTES DEL POUM
Traducción de Cristina Simó-Nin i Espinosa y Marta Giráldez Puvill
Introducción
Según Mercedes Yusta, la historia de la guerra civil española ha tomado últimamente un nuevo cariz con la construcción del discurso de los «vencidos» y de las víctimas de la represión dictatorial. Gracias a esta «recuperación de la memoria histórica» se puede contar lo que nunca había salido a la luz, completar lo que se dijo e incluso rectificar la historia, parcial y sesgada, defendida por la dictadura del general Franco durante varias décadas: la guerra civil, vista como una «cruzada», servía de legitimación al régimen permitiéndole establecer su historia y la memoria «oficial» de la guerra.
La exhumación de este pasado enterrado arroja nueva luz sobre numerosos acontecimientos hasta hoy no reconocidos, incluso ignorados por gran parte de la población. Es el caso, por ejemplo, de la historia del POUM y, sobre todo, de las mujeres —bien militantes que ingresaron en el partido, bien simpatizantes— cuyas voces, acalladas en tantas ocasiones, empiezan a dejarse oír. Hay quien ha querido y sigue queriendo olvidar, pero también hay quien ahora desea recordar en voz alta y contar lo que largo tiempo tuvo que guardarse para sí. Para algunos y algunas, no resultó fácil decidirse a testificar, a explicar las propias vivencias y experiencias. Tal es el caso de Emèrita Arbonès: en el testimonio que ofrece a Isabel Olesti en Nou dones i una guerra (2005), explica cómo, hablando un día del POUM con uno de sus nietos, éste le pregunta por qué no le había contado nunca nada de todo aquello, y ella responde: «Por miedo, como todo el mundo». Así pues, en el exilio había que ser discreto; el POUM era perseguido, incluso en la Francia de finales de los años 1960, como nos cuenta Maria Teresa Carbonell en una entrevista:
Es decir que allí [en Francia] la situación fue muy delicada porque si eras extranjero y te cogía la policía, te expulsaba del país, y él [Wilebaldo Solano] todavía era refugiado, o sea que en esto tuvo que ser muy prudente. Y nosotros, por ejemplo cuando había una manifestación y estábamos en la manifestación e iban a hacer algo determinado, nos íbamos; porque si la policía te cogía, puede que te metiera en la cárcel o puede que no, pero a nosotros nos enviaban al país de Franco. O sea que había que ser muy prudente.
Pero son muchos los testigos de la guerra civil española, a menudo veinteañeros en la época, que desaparecen llevándose a la tumba valiosos recuerdos y datos. Tal como Manuel Alberich decía a Isabella Lorusso cuando ésta lo visitó, en 1995: «Muchos de nosotros rondamos los ochenta. A lo largo de los años, cada vez que alguien “se va” deja un gran vacío interior en los demás. Cuando muere uno de nosotros, es como si muriéramos todos un poco; es como si viniera a faltarnos algo a todos». Aunque para algunos el peso del pasado puede ser opresivo y paralizante, conocerlo es esencial. Comprender el pasado puede tener relevancia social porque enseña a no repetir ciertos errores y a entender mejor la sociedad en la que vivimos, con sus inevitables evoluciones y cambios.
Los primeros estudios realizados sobre el POUM, en la segunda mitad de los años setenta, son obra de militantes como Víctor Alba, que publica un libro en dos volúmenes (El marxisme a Catalunya, 1974), o de investigadores como Pelai Pagès (El movimiento trotskista en España 1930-1935, 1977), Nelly Garcia (Le POUM: de septembre 35 à juin 37, memoria de máster, 1975) u Olivier Bertrand (Le POUM 1917-1939, étude bibliographique, memoria de máster, 1980).
En las décadas siguientes esta actividad se enriquece y multiplica, pero haremos notar que todos los trabajos y textos aparecidos hasta la fecha ofrecen más bien un punto de vista y un análisis puramente políticos en el sentido amplio: se centran principalmente en la construcción del partido y su ideología, su entrada en el Frente Popular y los conflictos que surgieron en el momento de la revolución española y de la guerra civil (con el PSUC, por ejemplo); en las figuras de Andreu Nin y de Joaquim Maurín y en las relaciones del partido con la CNT (Confederación Nacional del Trabajo); o también en el proceso al POUM en 1937.
A partir de los años noventa ven la luz memorias de militantes (hombres y mujeres) que serán esenciales para profundizar en el conocimiento de la historia del POUM, así como compilaciones de testimonios de militantes, del POUM y de otros partidos, como Nou dones i una guerra (2005), Dones republicanes (2006) o también Veus de l’exili (2007). Pero si bien se trata de fuentes importantes, a menudo presentan testimonios pero no van más allá de un esbozo de estudio. Asimismo, la Fundación Andreu Nin compiló un dosier titulado El POUM i la problemàtica de la dona que recoge documentos capitales de la época (escritos, páginas de periódicos, testimonios), pero, una vez más, no se propone ningún análisis de estas fuentes primarias.
Hasta hoy, nos consta un solo trabajo centrado en este tema y con ánimo global de síntesis: la memoria de Yasmine Dehny Les femmes du P.O.U.M., realizada en 1986 en Grenoble bajo la dirección de Pierre Broué. Ciertamente, hallamos nombres de mujeres y rastro de sus actos en los trabajos antes mencionados, así como en obras más generales sobre las mujeres durante la guerra civil, como en Mary Nash, Mujer y movimiento obrero en España 1931-1939 (1981) y Rojas: las mujeres republicanas en la guerra civil (1999); pero esto no rinde cuenta suficiente del papel que tuvieron las mujeres en el seno del partido y en la sociedad.
Jordi Gordon realizó recientemente, en 2011, un documental titulado muy acertadamente Doblemente olvidadas. Mujeres del POUM. El film, de unos quince minutos, subraya la presencia de las mujeres en la guerra civil española y, sobre todo, el papel del Secretariado Femenino del POUM y de su órgano de prensa, Emancipación. Tres militantes —Mika Feldman, Maria Teresa Carbonell y Teresa ...