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Contradicciones en la ciudad de Río de Janeiro: los impactos experimentados por la población de Porto Maravilha
Paulo Bastos*
Regina Bienenstein**
* Doctorante del Programa de Posgrado en Arquitectura y Urbanismo, Universidad Federal Fluminense. Correo electrónico: <
[email protected]>.
** Profesora titular del Programa de Posgrado en Arquitectura y Urbanismo, Universidad Federal Fluminense. Correo electrónico: <
[email protected]>.
Introducción
La disputa por la tierra siempre ha caracterizado el proceso de urbanización en Brasil y ha sido el tema para las poblaciones de bajos ingresos en la lucha por su derecho a la ciudad y a una vivienda adecuada, a pesar de los avances en términos de la legislación, desde la Constitución Federal de 1988 y del Estatuto de la Ciudad, de 2001 (Bienenstein, R., 2001: 13). Sin embargo, en los últimos años se observan retrocesos en los logros populares por medio de las acciones emprendidas por el gobierno de Río de Janeiro, presentados con colores de modernidad, pero reflejan los mismos conflictos urbanos encontrados en las metrópolis brasileñas.
Desde que el actual alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, asumió el cargo (2009-2012 y 2012-2016), impuso una lógica urbana con una defensa política asociada a la modernidad. En el ámbito urbanístico, una de las intervenciones de más visibilidad es Porto Maravilha, un proyecto de revitalización con la declarada intención de recalificar la región del puerto, un área de cinco millones de metros cuadrados. Los puntos relevantes del discurso oficial para el desarrollo de la región se basan en principios de sostenibilidad, realizados por medio de la reestructuración de calles, avenidas y plazas que, supuestamente, traerán una mejor calidad de vida para los residentes actuales y futuros. Se prevé la completa transformación de la región para 2016.
Naturalmente, una intervención de esta magnitud tendrá un impacto directo en la vida de sus habitantes y en el medio ambiente, así como en la dinámica de la apropiación de la tierra urbana. La región, como un resultado de las alianzas entre el Estado y el sector privado (asociación público-privado, app), deberá observar un aumento gradual en la privatización de los espacios públicos, en favor de una “modernización” con fuerte atractivo para la imagen de la ciudad, inspirado en la experiencia/marca de la ciudad de Barcelona e incluso con los proyectos firmados por los mismos arquitectos.
Estas transformaciones se incrustan en una lógica de la ciudad mercancía, que se maneja bajo una idea de marketing que desea dejarla apta para la expansión del capital en su territorio. Acerca de esta mercantilización de la ciudad, Carlos Vainer expresa que “esta es tal vez una de las ideas más populares de hoy en día entre los neo planificadores urbanos: la ciudad es una mercancía que se vende en un mercado altamente competitivo y donde otras están en venta” (Vainer et al., 2012: 78).
En el caso de la ciudad de Río de Janeiro, este discurso gana más fuerza, además de una mayor legitimidad por parte de la población, por su condición de ciudad sede de la final de la Copa Mundial de la fifa en 2014 y anfitriona de los Juegos Olímpicos en 2016.
Con el apoyo de una popularidad vinculada a un contexto internacional que aseguró Río de Janeiro para estos eventos, Paes reunió suficiente fuerza política para poner en práctica este proyecto de ciudad, junto con propuestas apoyadas por un gran atractivo financiero. Sin embargo, lo que se observa es que la relación con los más pobres está marcada por contradicciones entre el discurso y las acciones oficiales.
En este capítulo se presenta una visión crítica de las políticas urbanas de Río de Janeiro (véase figura 1), asimismo se destacan los impactos que sufrió la gente de la región portuaria, a través de cuatro secciones: la primera presenta el proyecto Porto Maravilha y los intereses en dicha acción; en la segunda se compara el discurso oficial y la práctica de la gestión municipal; la tercera se centra en el desarrollo de esta intervención, así como los movimientos de resistencia construidos por aquellos que son afectados, y la cuarta son las conclusiones, donde se formula una crítica referente a las ciudades que experimentan esta realidad.
Intereses presentes en Porto Maravilha
La zona portuaria de Río de Janeiro, comprendida entre el centro económico y político de la ciudad y la bahía de Guanabara, aparece como un eslabón importante de la ciudad con su área metropolitana. Allí se encuentra la estación de autobuses Novo Rio, para los autobuses interurbanos e interestatales y grandes rutas metropolitanas, como la avenida Brasil y el puente Rio-Niterói. Por lo tanto, es un pasaje crucial para que la población llegue a sus puestos de trabajo y vuelva a casa al final del día.
Figura 1. Ubicación de la ciudad de Río de Janeiro. Fuente: <https://goo.gl/VWJdkm>.
El desarrollo de las actividades portuarias en esta región se produjo a partir del siglo xviii, que proporciona un panorama único para la región. Rabha (1994: 63) señala que el hecho fue confirmado por una geografía privilegiada que posee “calas que gozaban de buenos fondeaderos, más protegidos de los alrededores del castillo, antigua zona en donde se concentró esta actividad en la capital imperial”. Desde entonces, la región comenzó a concentrar un gran número de trabajadores y residentes que viven de las actividades que se desarrollan; además, un gran número de acciones comerciales, que proporcionaron una dinámica económica importante que registró, a partir de los años setenta, un fuerte descenso debido al traslado de la capital a Brasilia, así como el papel creciente del puerto de Santos, ubicado en el estado de São Paulo, por lo que disminuyó la importancia económica, lo cual se refleja en la morfología de sus casas y el traslado de empresas.
Esta zona —designada por la alcaldía de Río de Janeiro como área de planificación 1— incluye los barrios Caju, Gamboa, Santo Cristo y Saúde, cubre 8.40 km² y, de acuerdo con el ayuntamiento, en 2010 tenía 48 664 habitantes y 17,368 hogares (Prefeitura do Rio de Janeiro, 2014) (véanse figuras 2 y 3).
De acuerdo con los datos del ayuntamiento (2012), 17,409 de sus residentes viven en asentamientos precarios (barrios marginales), es decir, 35%, aproximadamente, de su población. Lo que demuestra el carácter popular de la zona. Mientras que la ciudad de Río de Janeiro presenta más del doble del porcentaje de residentes que habitan en barrios marginales.1
Según el portal geográfico de Río (Portal Geo),2 96.17% de los hogares regulares y 94.89% de los barrios pobres del área de planificación 1 tenían suministro de agua proveniente de la red pública, al igual que las cifras de la ciudad de 96.28%. En relación con la red de alcantarillado, las cifras de dicha área son más altas que en la propia ciudad, 92.20% para los hogares regulares y 83.90% para las viviendas en los barrios pobres; mientras que en la ciudad sólo 78% de los hogares tienen acceso a esta red.
Figura 2. Ubicación del área de planificación 1, en Río de Janeiro. Fuente: <https://goo.gl/dIjTu>.
Figura 3. Mapa del área de planificación 1, en Río de Janeiro. Fuente: <https://goo.gl/ZlUoHP>.
Esta infraestructura es similar a las condiciones presentes en su entorno. Sin embargo, al analizar los datos sociales, encontramos algunas diferencias, a pesar de que su índice de desarrollo humano (idh)3 (0.78) es cercano al valor que se encuentra en la ciudad en su conjunto (0.79) (ibge, 2014):
- La región tiene una población de 11,552 personas en edad escolar, pero sólo existen registros de 7,397 matrículas en escuelas públicas. Se cuenta con ofertas en guarderías y educación para jóvenes y adultos, con una tasa de asistencias de 74.91 por ciento.
- Respecto a la educación superior, las estadísticas informan que 460 personas han completado la educación superior y 25, el posgrado (maestría y doctorado), es decir, 0.9% de la población con educación superior y 0.05% con posgrado. La ciudad de Río de Janeiro presenta 3% con educación superior y 0.26% con posgrado.
- La esperanza de vida de los residentes locales es de 69.59 años; mientras que en la ciudad es de 71.60 años.
Es importante mencionar que, según datos del ayuntamiento, el ingreso per cápita de la población es de US$130.00, que 3.03% de los niños entre 10 y 14 años trabajan y que 15.94% de las familias se benefician de los programas de transferencia de ingresos del gobierno. Esta realidad constituye una fuerte justificación para su recuperación, por medio de un proyecto urbano importante que ganaría las condiciones para su eficacia en la Ley Municipal núm. 101/2009 (cdurp, 2009), que creó la Operação Urbana Consorciada da Área de Especial Interesse Urbanístico da Região Portuária do Rio de Janeiro (véase figura 4). Según la Companhia de Desenvolvimento Urbano da Região do Porto do Rio de Janeiro (cdurp) —que presenta propuestas, condiciones y oportunidades de inversión en la región—, el proyecto es una iniciativa estratégica e innovadora de la municipalidad de Río de Janeiro, con la finalidad de promover la reestructuración local a través de la expansión, articulación y recalificación de los espacios públicos de la zona; de la creación de nuevas condiciones de trabajo, vivienda, transporte, cultura y recreación; del fomento al desarrollo económico de la región, y del mejoramiento de la calidad de vida de sus residentes actuales y futuros, es decir, se trata de la sostenibilidad ambiental y socioeconómica del área (cdurp, 2014).
Figura 4. Área de intervención de Porto Maravilha, plano urbanístico. Fuente: <https://goo.gl/qcyXCu>.
No obstante, estas acciones pueden ser adversas para los residentes actuales. Es importante tener en cuenta que una parte de la ocupación de la región ha sido el resultado de un proceso de expansión de la ciudad, lo que ha ocasionado un desplazamiento de los más pobres. Carlos indica:
A principios del siglo xx Río de Janeiro fue marcada por varias intervenciones urbanas llevadas a cabo por el gobierno federal y el ayuntamiento, a cargo de las administraciones del presidente Rodrigues Alves y del alcalde Pereira Passos (1903-1906) , especialmente en su zona centro. Estas obras estaban dirigidas, entre otras cosas, a la adaptación del centro para las nuevas “económicas e ideológicas determinaciones de los tiempos”. En este contexto, la región vecina a la zona portuaria de la ciudad recibió grandes cantidades de población de bajos ingresos que fueron expulsados de la zona centro de la ciudad, ahora muy valorada, debido a los trabajos de modernización realizados. La nueva ubicación de la población permitió que la cuota de mano de obra barata, al estar “cerca, pero lejos del centro”, tuviera, de esta manera, acceso a las “oportunidades” que se ofrecían (Carlos, 2010: 26).
Este contexto se combina con la ocupación del Morro da Providencia, y constit...