CAPÍTULO 1
DESARROLLO EMOCIONAL PRIMITIVO
EN LOS ESCRITOS DE WINNICOTT
CAPÍTULO 1
DESARROLLO EMOCIONAL PRIMITIVO EN LOS
ESCRITOS DE WINNICOTT
Algunas ideas de Winnicott acerca del desarrollo emocional pueden emplearse a modo de fundamentos psicoanalíticos de la Clínica del Acompañamiento Terapéutico. En este sentido, hay por lo menos tres puntos de referencia, a saber:
1. Las dificultades del desarrollo emocional tienden a bloquear el proceso de constitución del aparato psíquico y predisponer a la psicotización del individuo. En este sentido, conviene adelantar que no se trata de un determinismo cerrado, sino de una “predisposición a”.
2. El análisis de los cuidados maternos suficientemente buenos, en el desarrollo emocional primitivo, puede servir como referencia conceptual a la hora de pensar acerca de la intervención con pacientes psicóticos.
3. Muchas de las reflexiones clínicas de Winnicott brindan unas referencias bastante cercanas a la práctica del Acompañamiento Terapéutico. En este sentido, destacaría sus planteamientos acerca del encuadre, dirección ambiental, manejo clínico, trabajo asistencial, objetos y fenómenos transicionales, el juego y el campo de la experiencia cultural, etc. Incluso cuenta el caso de una paciente que, tras diez años de análisis, entró en un profundo estado de regresión a la dependencia, de modo que “yo visitaba a la paciente en su casa, y hasta manejaba sus asuntos y le compraba la comida” (Winnicott, 1989a, 65).
Al enfatizar el papel de la madre, sobre todo en las fases más primitivas del desarrollo, Winnicott (1965, 49) advierte que al emplear la expresión “cuidado materno” se está refiriendo al cuidado recibido tanto de la madre como del padre. De todas formas, para un primer acercamiento haré una exposición en los términos que empleó Winnicott, es decir: centrando el análisis en la figura de la madre. Al final de este capítulo “aparecerá” el padre y la función paterna (función específica, pero no exclusiva, del padre).
Conviene advertir, por otra parte, que en este capítulo haré una exposición de la lectura que hago de los escritos de Winnicott, permitiéndome, cuando considere necesario, emplear términos e ideas que el autor no empleaba (como, por ejemplo, “constitución del aparato psíquico”).
1.1 Estado primario indiscriminado y fusionado
Los comienzos del desarrollo emocional se caracteriza fundamentalmente (aunque no exclusivamente) por el hecho de que el lactante no discrimina entre mundo externo e interno. A este estado psíquico, anterior a la separación del yo y el no-yo (me/not-me), Winnicott (1971b, 169) denominó “estado primario fusionado”. Aunque en este contexto el bebé puede llegar a representar mentalmente (relación de objeto) a la figura materna, todavía no hay percatación de relacionarse con un objeto no-yo, “[…] el concepto de objeto aún no tiene significado para el niño, aunque éste experimente ya satisfacción al relacionarse con algo que nosotros vemos como un objeto.” (Winnicott, 1964,33).
1.2 Procesos de maduración y ambiente facilitador
La expresión “procesos de maduración” hace referencia a “una tendencia innata al crecimiento y la evolución personal” (Winnicott, 1989a, 234), es decir, a procesos innatos que conducen a la constitución del aparato psíquico (represión primaria, sistemas consciente e inconsciente, separación del no-yo y el yo, integración del yo, etc.).
Sin embargo, esta tendencia innata al crecimiento y la evolución no garantiza ningún resultado en este sentido. La actualización de los procesos de maduración depende de un ambiente facilitador satisfactorio, que consiste en una adaptación activa a las necesidades del lactante.
En las primeras etapas del desarrollo, el desvalimiento físico y psíquico del lactante demandan un ambiente facilitador que se adapte casi el cien por cien a sus necesidades. Cuando esta adaptación es efectiva los procesos de maduración se van convirtiendo en lo que Winnicott (1965, 53) denominó “continuidad existencial” (going on being), lo cual sienta las bases del establecimiento del sí-mismo primitivo.
Cuando no hay un ambiente facilitador que sostiene los procesos de maduración, se produce el bloqueo o ruptura de la continuidad existencial y la amenaza de aniquilación del sí-mismo, debido a la emergencia de “agonías primitivas” o “angustias impensables” (Winnicott, 1989a, 114), estrechamente relacionadas con las angustias psicóticas.
La intrínseca relación entre procesos de maduración y ambiente facilitador hizo que Winnicott concluyera que “no podemos describir al bebé si no describimos el ambiente.” (Winnicott, 1989a, 302). De ahí que propuso describir el desarrollo en términos de dependencia respecto al ambiente .
1.3 De la dependencia absoluta a la independencia
Winnicott (1965, 99-110) plantea tres categorías de dependencia que tendrán lugar en el desarrollo del individuo, siempre que este no sufra un bloqueo significativo. Estas categorías son:
A. Dependencia absoluta
B. Dependencia relativa
C. Hacia la independencia
A) Dependencia absoluta
Sobre todo, durante las primeras semanas después del parto, debido a su desvalimiento físico y psíquico, el lactante se encuentra en un estado de “dependencia absoluta”, o “doble dependencia”, respecto al ambiente físico y emocional. La expresión “dependencia absoluta” viene a significar que la continuidad existencial del lactante depende de forma absoluta de la adaptación y provisión ambiental.
Por otra parte, conviene diferenciar entre lo que se observa y lo que (se supone que) le pasa al lactante. Si la dependencia absoluta es un hecho evidente para el observador, a su vez el lactante todavía no es capaz de percatarse de esa dependencia. Se trata de “un estado que podría describirse simultáneamente como de independencia absoluta [desde la perspectiva del lactante] y dependencia absoluta [para el observador]” (Winnicott, 1958, 227, corch. LDM). La expresión “doble dependencia” hace referencia a esta simultaneidad entre la dependencia absoluta y la falta de percatamiento por el lactante.
En este contexto, el neonato todavía no puede organizar defensas intrapsíquicas adaptativas, de modo que solo puede beneficiarse, o sufrir las consecuencias, según la provisión ambiental sea satisfactoria o no (cf. Winnicott 1987b, 213).
Para poder atender las necesidades del lactante y así sostener sus procesos de maduración, la madre tendrá que entrar en un estado emocional al que Winnicott (1958, 405-412) denominó “preocupación maternal primaria”. En términos generales, este estado emocional se caracteriza por:
• Una sensibilidad exaltada en lo que se refiere a las manifestaciones de su bebé. Dicha sensibilidad es especialmente intensa al final del embarazo y en las primeras semanas después del parto.
• Gran capacidad para identificarse con el lactante sin perder la propia identidad, y así reconocer y atender sus necesidades a través de una comunicación física y silenciosa.
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