El dilema de la seguridad humana desde la perspectiva de las regiones del mundo

Carlos Uscanga, Daniela López Rubí, Mariana Alejandrina Solano Silva

• Editorial: UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
• Año: 2019
• ISBN:
  9786070299193
• Categoría: Política y relaciones internacionales
• Categoría: Relaciones internacionales

El presente Cuaderno de Estudios Regionales tiene el objetivo de aportar algunos elementos de análisis sobre el tema de la Seguridad Humana desde una doble perspectiva. Por un lado, realizar una aproximación sobre la evolución del concepto y sus interpretaciones tanto en la experiencia de los países que conforman la Unión Europea y Japón. Por el otro lado, se presenta un análisis sobre las formas de intervención dentro de los mecanismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para apoyar las necesidades y problemas de una emergente nación independiente como lo es Timor-Leste.

La Seguridad Humana en la agenda
de la cooperación internacional
para el desarrollo de Japón

Carlos Uscanga

Introducción

Las estrategias de cooperación internacional de Japón sufrieron un reajuste importante en el marco de la posguerra fría. La fatiga de la ayuda y la crisis del financiamiento para resolver los problemas de la pobreza mundial obligaron al gobierno japonés a replantear sus formas tradicionales para la asignación de los esquemas de Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) tanto en el sentido operacional como en el fortalecimiento de su misión.

Un aspecto importante, casi olvidado, que se refiere al papel de Japón dentro de la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) fue el rápido tránsito de país receptor neto a donador. Después de la Segunda Guerra Mundial, en el marco de la ocupación del SCAP (Supreme Commander of the Allied Powers ) en la isla se iniciaron los procesos de reconstrucción a través de un conjunto de mecanismos financieros 27 por un total de dos mil millones de dólares registrados de finales del año de 1945 a 1951.

La negociación para el pago de reparaciones de guerra, a través de indemnizaciones o programas de subsidio, bajo la modalidad de acuerdos bilaterales, negociados con los países afectados por el expansionismo militar generaron el espacio para la re-inserción de Japón en el Asia Pacífico y su rápida conversión como oferente de CID, calidad que fue alcanzada en 1954 en el marco de su participación en el Plan Colombo.28

La AOD japonesa mantuvo una visión utilitaria estrechamente ligada a la promoción de la infraestructura básica en la región del Este y Sudeste de Asia con un fuerte vínculo con sus corporaciones para la realización de esos programas. En este marco, en los decenios subsecuentes Japón avanzó de manera paulatina como uno de los actores más importantes. Los años noventa definen el paulatino alejamiento de la visión mercantilista cuyos objetivos primarios reflejaban los intereses de la burocracia y los empresarios japoneses para garantizar, a través de la cooperación, el acceso de mercados estratégicos y recursos naturales, así como la ampliación de las oportunidades de negocios para sus corporaciones.

Sin embargo, el cambio de las condiciones políticas y económicas globales, así como la necesidad de elaborar una agenda del desarrollo más transparente e incluyente donde la sociedad civil reclamaba un espacio de mayor partición, fueron elementos que directamente incidieron en el proceso de reestructuración que fue objeto la AOD japonesa a principio del presente milenio. En este marco, Japón adopta como un elemento central a la Seguridad Humana como instrumento articulador de las acciones de la CID.

Este apartado tiene como objetivo hacer un análisis general de la visión de Japón sobre el tema de la Seguridad Humana en la AOD, así como de las transformaciones más relevantes de su estrategia general de cooperación internacional a la luz del perfil emergente de la política exterior estratégica de Japón en sus intentos por alcanzar un mayor protagonismo dentro de la agenda mundial.

Política exterior estratégica japonesa y la
cooperación internacional para el desarrollo

Al realizar una revisión sobre las acciones de la cooperación internacional y la política exterior es clara su estrecha relación plasmada en la necesidad de utilizar activos (financieros, humanos e institucionales) para el cumplimiento de los intereses estratégicos de los Estados Nación. Diferentes matices pueden encontrarse dentro de los principales donadores de financiamiento para el desarrollo, mientras en algunos se remarca ese nexo de manera clara en los principios y misión de sus programas de cooperación existen otro grupo de países que lo expresan de facto. En esta última clasificación se encuentra el caso de Japón.

En líneas anteriores ya se planteó el hecho del ingreso de Japón al club de donadores de AOD a medianos de los años cincuenta, este proceso estuvo acompañado por la transición de una política exterior del gobierno japonés que dio más peso a la agenda comercial y financiera internacional ante la necesidad de impulsar la recuperación económica. Asimismo, en el entorno de la guerra fría cimentó su alianza con los Estados Unidos en el terreno de la seguridad regional.

La pasividad estratégica de Japón en la política internacional originó un perfil sui generis de este país. Por un lado, le permitió desarrollar su política económica exterior para el acceso a mercados, recursos naturales, alimentos y ampliar los espacios de negocios para sus corporaciones. Por el otro, logró su inserción e influencia en los temas “suaves” de la agenda mundial abordando a los temas “duros” de manera cautelosa y cuando eran necesario los dirimía en el marco de su asociación con Washington dentro del contexto de enfrentamiento bipolar.29

El proceso de avance de Japón en los programas de cooperación internacional en la década de los setenta y ochenta permitió ganar terrero, tanto en el plano bilateral o multilateral, a través de la presencia como uno de los principales donadores de AOD. La orientación de las acciones de CID se centraron en programas de infraestructura básica de gran escala con un fuerte contenido de “ayuda atada” donde las empresas japonesas eran las encargadas de la realización de los proyectos. Asimismo, las modalidad de la cooperación a través de préstamos en yenes fue uno de los elementos permanentes en este periodo.30

Japón entendió que la AOD podría ser un instrumento muy importante no sólo para sus estrategias de la política económica exterior a través del despliegue de su poder suave sino también para ampliar su participación dentro de los foros multilaterales y avanzar en los temas “duros” de la política internacional. Para ilustrar lo anterior, el gobierno de Japón no dudó en desplegar de manera pragmática todos sus recursos para el apoyo de sus candidatos para organismos internacionales como Koichiro Matsuura electo en 1999 como director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés).

Este caso es emblemático pues se observa las prioridades de Japón para ampliar la representación de sus connacionales en los organismos internacionales debido su subrepresentación en puestos de alto nivel, a pesar que la contribución japonesa para el financiamiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es de casi el 20 por ciento. El cabildeo para lograr la elección del entonces embajador de Japón en Francia se elevó como una prioridad del gobierno japonés. Matsuura tenía una vinculación cercana con el ex primer ministro japonés Kiezo Obuchi que terminó convirtiéndose virtualmente como coordinador de esos esfuerzos.31 Para Japón era importante obtener ese puesto debido a que para finales del decenio de los noventa no había un número considerable de japoneses ocupando puestos de alto nivel, con excepción de Sadako Ogata nombrada en 1991 como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Yasushi Akashi que durante el periodo de 1996-1998 ocupó el cargo de subdirector general para asuntos de humanitarios y ayuda de emergencia.

Japón tuvo que enfrentar a Ghazi Algosaibi postulado por Arabia Saudita como un fuerte contrincante apoyado por la mayoría de los países del Medio Oriente. Asimismo, Ismail Serageldin cand...

Índice

• Presentación
• Introducción
• Operaciones y misiones de Naciones Unidas en Timor-Leste a la Luz de la Seguridad Humana
• La Unión Europea y la Seguridad Humana ante conflictos armados
• La Seguridad Humana en la agenda de la cooperación internacional para el desarrollo de Japón
• Sobre los autores