Los transportes, siglos XVI al XX
eBook - ePub

Los transportes, siglos XVI al XX

  1. 168 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Los transportes, siglos XVI al XX

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Los transportes en México resultan fundamentales dada la diversidad de sus suelos y de sus producciones que han hecho crucial el desplazamiento de productos entre sus diferentes regiones, pues ha sido la única manera de satisfacer las necesidades de la población, el intercambio de mercancías y el crecimiento económico. En este trabajo se presentan los modos de transporte dominantes y su impacto sobre el desempeño de la economía en la historia de nuestro país. Como en buena parte de los sectores del México actual, la característica principal de los transportes ha sido la convivencia de diversos modos que aparecieron en su momento por la necesidad que imponía la geografía y que, aún obsoletos, permanecieron debido a los problemas estructurales de la economía.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Los transportes, siglos XVI al XX de Luis Jáuregui en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historia del mundo. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

De caminos, mulas y barcos.
Los transportes en el México
colonial y en los primeros años
de vida independiente




AUNQUE LA CONQUISTA ESPAÑOLA del continente americano probablemente seguía un modelo ya utilizado en las Indias occidentales, en materia económica los conquistadores debieron ajustarse en buena medida a las condiciones que hallaron en el Nuevo Mundo. Así, paulatinamente, fueron aplicando diversos cambios que resultaron en la modificación paulatina de las estructuras económicas indígenas, dando paso a la nueva economía colonial.
Múltiples fueron las reformas que experimentó la economía mesoamericana a la llegada de los españoles. Por una parte, y sin duda el factor más importante, el decremento de la población modificó las pautas de producción, transporte, mercados y tributos. Por otra, a partir de la conquista, México formó parte de la economía española como consumidor de productos europeos como proveedor de metales preciosos.
Desde el punto de vista del transporte, los cambios impuestos por la civilización europea definieron el modo de portar personas y productos de los siguientes siglos. En lo general, este modo fue el de bestias de carga y en ocasiones las carretas que éstas jalaban, y de diversos navíos para el comercio de grandes distancias.


CAMINOS Y ARRIERÍA


En los años inmediatos a la conquista, México continuó dependiendo en parte de las pautas indígenas. Sin embargo, paulatinamente se impuso el modo español de hacer intercambios. Esto se manifestó principalmente en la expansión de las rutas de comercio y en la orientación de la economía hacia el exterior. Ambos factores requerían de una red de caminos que obedeciera a las nuevas condiciones económicas, a la vez que tomara en cuenta la geografía. Esta nueva red de caminos suplió casi en su totalidad a las rutas precortesianas debido, fundamentalmente, a factores tecnológicos, pues las rutas prehispánicas, ante la ausencia de la tecnología que hacía uso de bestias de carga y tiro, poco consideraban aspectos tales como la pendiente de los caminos o lo cerrado de las curvas: aspectos que se debieron tomar en cuenta al construir rutas sobre las cuales transitarían animales cargados y carretas.
En el siglo XVI y de acuerdo con las necesidades económicas, en México se hicieron caminos nuevos. Su trazado fundamental, que partía de la ciudad de México, iba de norte a sur y de este a oeste. Hacia el norte, fue abierto el camino real que llevaba a las zonas mineras y ganaderas. Hacia el sur, pasando por Oaxaca, el camino se dirigió hacia el puerto de Huatulco y el Istmo de Tehuantepec. Con dirección al oeste el camino pasaba por Cuernavaca y terminaba en el puerto de Acapulco. Por último, la ruta más importante iba hacia el este: en una rivalidad que duró toda la época colonial, dos caminos a Veracruz se convirtieron en la puerta del México novohispano.18
Los principales caminos del siglo XVI no eran, sin embargo, los únicos que existían en la Nueva España. Es importante señalar que si bien ya se usaban las carretas, lo cual requería un camino más o menos marcado, era común el transporte de personas y productos sobre el lomo de caballos, burros o mulas, así como el uso de los tamemes que, debido a la falta de mulas y no obstante las continuas prohibiciones por parte de la Corona española, continuó durante siglos después de la conquista como modo de transporte indígena. Éste determinaba que un buen número de caminos fuera casi improvisado, no obstante que se les dominaba "caminos" e incluso "caminos reales".
Conforme se fueron expandiendo los intereses comerciales de los españoles se formalizaron nuevas rutas que soportaban un tráfico comercial de importancia. Así, el camino a Toluca comunicaba a la ciudad de México con Michoacán y con el occidente de la Nueva España. Hacia el sur, dos caminos, uno hacia Cuernavaca y el otro hacia Cuautla, comunicaban con el Marquesado del valle en el sur y con tierra caliente hacia los puertos de Acapulco y Huatulco en el Pacífico. Por otro lado, en los primeros años de la Colonia había dos rutas directas a Veracruz: la más importante, que pasaba por Otumba, Apam y Jalapa, y la de menor importancia que atravesaba por el valle de Orizaba. Estas rutas suministraban al valle de México. La mercancía de Europa provenía de Veracruz; algunos productos ganaderos llegaban desde Apam, Calpulalpan y Toluca; el trigo de Atlixco y Tehuacán; el maíz de Toluca, Tepeaca, Ixtlahuaca y Metepec; el azúcar de Cuernavaca e Izúcar y el índigo desde Michoacán. En cuanto al camino hacia el norte, éste atravesaba un buen trecho de tierras aun no conquistadas hasta llegar a la recién fundada ciudad de Zacatecas, centro de producción argentífera que suministraba a la capital novohispana de plata y ganado.19
Los caminos más importantes de la Nueva España fueron sin duda los que llevaban de la ciudad de México al puerto de Veracruz. Era tal su importancia que en 1540, 100 trenes de mulas podían estar simultáneamente en el camino entre el puerto y la capital novohispana.20 El camino se estableció porque Veracruz era el único puerto de llegada de Europa, así como por el resultado de las diferencias geográficas y ecológicas de ambas localidades, lo cual propiciaba el intercambio de diversos productos. En parte como resultado de esto, durante la época colonial, la ciudad de México fue adquiriendo características de gran consumidora y productora (o concentradora) de diversos bienes; Veracruz era desde el punto de vista geográfico y geopolítico la entrada y salida de dichos productos. Por otro lado, la necesidad de una comunicación con la porción oriental y sureña del espacio colonial surgió por el tipo de producción que salía de estas regiones y que tenía una fuerte demanda en la capital virreinal y zonas aledañas.21
El desplazamiento de productos de las tierras costeras de Veracruz a la mesa central implicaba un esfuerzo de magnitudes considerables, de forma que sólo una demanda vigorosa, en parte determinada por una población con capacidad económica, podía hacer frente a los costos de dicho esfuerzo. En primer término, debido a las montañas que se encuentran hacia el oriente de la capital, sólo se puede salir del valle por tres lugares: el paso de Río Frío, el llamado "Paso de Cortés" o circundando el macizo montañoso por el norte. En segundo lugar, al borde del altiplano central se encuentran las elevaciones de la Sierra Madre Oriental que sólo permiten tres pasos, muy angostos, hacia las tierras bajas de la costa. El paso del norte es el de Jalapa; el del sur recorre el valle de Orizaba, un cañón profundo que llega al borde de la meseta en un acantilado casi vertical; el tercer paso atraviesa entre los picos de Orizaba y Perote.22
La situación geográfica, económica e institucional, determinó el trazado y nivelación inicial del camino México-Veracruz facilitando el paso de las carretas, contaba con pastos y aguas para las bestias, y no dañaba las propiedades indígenas.23 Cuando la geografía no era determinante, las rutas fueron estableciéndose por el criterio de la comodidad. Así, por lo general, los caminos pasaron por donde había lugares para hospedar a los viajeros y alimentar a los animales. Esto fue particularmente importante en la ruta que iba del puerto de Veracruz a Jalapa y a la ciudad de México. A lo largo de las tierras bajas, el clima y las enfermedades hacían difícil el camino; ello obligaba a los viajeros a tratar de salir de las tierras calientes lo más pronto posible, por lo cual la primera etapa del camino que salía de Veracruz era la Venta de Aguilar, seguida de Jalapa, Perote, Puebla, Apam, Otumba, Teotihuacan y la ciudad de México.24 Cabe aclarar, empero, que este y los demás caminos novohispanos de la época, de ninguna manera se asemejaban a las carreteras actuales; más bien se trataba de algo más que unos cuantos puentes de madera (tal vez de piedra) y una serie de señaladores a la vera del camino.25
El camino real hacia el norte, determinado principalmente por la búsqueda de plata y no exclusivamente por motivos de defensa o religiosos,26 se desarrolló de acuerdo con las necesidades de los pueblos que se habían establecido, éstos sí con motivos defensivos, a lo largo de la ruta que iba hacia los reales mineros. A partir de la ciudad de México, el camino se bifurcaba pasando tanto por Tula como por Jilotepec para después unirse poco antes de llegar a San Juan del Río. Después de atravesar Querétaro, el camino se dividía de nuevo en dos rutas: la que llevaba a San Miguel y la que continuaba hacia Paso de Jofre (lo que después sería San Luis de la Paz); a partir de San Felipe continuaba un solo camino hasta Zacatecas.27 A este último asentamiento llegaban caminos menores provenientes de Guadalajara y del Bajío que no obstante soportaban "un copioso tránsito".28 Con el propósito de facilitar el transporte del mineral de plata que debía procesarse en los molinos de Zitácuaro y la ciudad de México, el camino a Zacatecas recibió una atención especial por parte de las autoridades virreinales, de manera que para mediados del siglo XVI éste se había mejorado sustancialmente como para que por él pudieran circular grandes carros. Lo mismo sucedió con los caminos que del Bajío y Michoacán iban hacia el norte de la Nueva España. Esto también facilitaba los envíos de mercancía hacia los reales mineros que a partir de esos años comenzaron a aparecer en el norte del territorio colonial.
Gracias a la aparición de una serie de posadas o ventas que a lo largo del camino hacían más seguro y menos incómodo el viaje, las rutas que se abrieron hacia Zacatecas durante la segunda mitad del siglo XVI permitieron abastecer a éste y otros reales mineros que paulatinamente fueron apareciendo más al norte. Al principio, cuando la ganadería aún no alcanzaba el auge que tendría después, el abastecimiento de las minas dependió de la fuerza de los tamemes, a pesar de la constante oposición de las autoridades virreinales al uso de los indios con estos propósitos.29 Ya en el siglo XVII, a medida que fue creciendo la ganadería, fueron cobra...

Índice

  1. Presentación. ENRIQUE SEMO
  2. La historia de los transportes en México
  3. De tamemes y canoas, los transportes en el México prehispánico
  4. De caminos, mulas y barcos. Los transportes en el México colonial y en los primeros años de vida independiente
  5. De ferrocarriles, carreteras y puertos. Los transportes en el siglo XIX
  6. De ferrocarriles, carreteras, aviones, puertos y barcos. Los transportes en el siglo XX
  7. Bibliografía
  8. Aviso legal