Rosa chicle
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Rosa chicle

  1. 35 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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Rosa chicle

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Índice
Citas

Información del libro

Pieza teatral breve. Seis escenas y tres finales. Libia y Elvia son mujeres. Mujeres solas. Mujeres que esperan. Que sufren y esperan. El amor. El perdón. El embarazo. Y a un tal Ludueña. Son hermanas. O amigas. O enemigas. Son todas y es una sola. Leerlas es como escuchar el soundtrack de una telenovela.

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Información

Editorial
A capela
Año
2020
ISBN
9789878606866
Edición
1
Categoría
Letteratura
Categoría
Teatro

Escena 1

Libia está sentada frente al televisor y está visiblemente embarazada. En off, se escucha la voz de Elvia:
ELVIA: ¿Empezó?
LIBIA: Están pasando la propaganda de «La extraña dama», parece que la van a dar de nuevo.
ELVIA: ¿Empezó?
LIBIA: ¡Cómo me gustaba Jorge Martínez! ¡Aaahhhh! «Marcelito Ricciardi». Con ese sombrerito blanco, siempre tan bien vestido, tan buen mozo, ese porte que tiene. Ahora, la monjita, flor de putita la Sor Piedad esa, ¿eh?, no me digás que no.
ELVIA (gritando cada vez más fuerte): ¿Empezóóóó?
LIBIA: Ya lo decidí: cuando tenga una hija le voy a poner Fiamma. Y la voy a mandar a una escuela privada. Porque ahora no sabés qué clase de enfermedades te podés agarrar en una pública.
ELVIA: Avisame cuando empiece, que quedó linda ayer.
LIBIA: Sí, a una escuela privada y religiosa, porque aunque no vaya a la iglesia muy seguido, yo en Dios te creo, en Dios y en la Difunta Correa. Eso sí, ojo con la Difuntita que lo que tiene de buena lo tiene de cobradora.
ELVIA: ¿Empezó? ¡Avisame!
LIBIA: La comunión que la haga, ahora la confirmación, ella elige. Porque después de todo, lo lindo es verlas entrar con el vestido blanco, recibiendo por primera vez a Jesús, entregándose a Él, abriendo la boca bien grande para recibirlo, saboreando ese cartoncito divino con el que sentís que te estás ganando el cielo.
ELVIA: ¡¿Yyyyyyyyyyyyy?! Avisame, Libia, mirá que quedó linda.
LIBIA: ¡Qué lindo nombre Fiamma! «Fiammita vení a tomar la leche», «Fiammita, hacele caso a mamá» «Fiammita con los nenes, no».
ELVIA: Avisame.
LIBIA (para sí misma): Parece que ya empieza (pausa). No sé si será muy cristiano, pero yo lo de la menstruación se lo explico. No vaya a ser cosa que se manche el guardapolvo por no saber... ¡Un papelón! Qué vergüenza. No, sí, yo se lo explico, sino después las miran y ya quedan embarazadas.
ELVIA: ¿Empezó?
LIBIA (para sí, muy bajito): ¡Sí, sí! ¡Está empezando! (Empieza a cantar al compás de la música que empieza a sonar en la pantalla) «Yo no sé, porqué me siento hoy tan diferente, porqué no quiero nada con la gente. ¿Qué será? ¿Qué será? Yo no sé porqué mi cuerpo cambia día con día y siento que yo ya no soy la misma. ¿Qué será? ¿Qué será?...»
ELVIA aparece (quizás detrás del sillón) justo cuando comienza el estribillo. También está visiblemente embarazada. Se pone a cantar junto a su hermana que tal vez para ese entonces ya se ha parado y está bailando una especie de coreografía que ambas comparten, o no.
AMBAS (cantando): «Ahora, despierta la mujer que en mí dormía, y poco a poco se muere la niña. Empieza la aventura de la vida. Ahora, me enciende como un sol la primavera, mis sueños se convierten en promesas, me cambia el corazón de quinceañera...». [1]
Debe entenderse que la música de la apertura de la novela termina y continúa el capítulo de la misma.
LIBIA: Quince.
ELVIA: ¿Por qué no me avisaste? Sos avarienta, ¿no?
LIBIA: Quince.
ELVIA: Por tu culpa, siempre me pierdo el principio.
LIBIA: Ahora ya debe tener como quince.
ELVIA: ¿Vos decís? Cómo pasa el tiempo.
LIBIA: Debe estar pensando en su fiesta, en qué vestido ponerse, en los invitados.
ELVIA: A vos no te van a invitar, no te hagás ilusiones.
LIBIA: Yo le hubiese hecho un hermoso peinado, un hermoso vestido, le habría enseñado tanto. Cómo sentarse, cómo bailar el vals, a quién invitar, a quién no.
ELVIA: A vos no te van a invitar. Ni se debe acordar de vos.
LIBIA: Le hubiese hecho un hermoso vestido.
ELVIA: Si hace como quichicientos años que no la ves.
LIBIA: ¡Shhhh! (como escuchando un ruido, silencio) ¿Ludueña? ¿Sos vos?
Silencio
ELVIA: La procesión va por dentro.
LIBIA: A lo mejor en algún momento, piensa en mí. A lo mejor recuerda algo. A lo mejor se acuerda de todo.
ELVIA: Eso sería más triste.
LIBIA: A lo mejor se acuerda.
ELVIA: En eso se va a poner, con las cosas que le deben decir.
LIBIA (nerviosa de repente): Que me drogo, por ejemplo. ¿Podés creer? Yo, que no te tomo ni un vinito con el almuerzo.
ELVIA (a la gente): Una vez la encontraron durmiendo en la calle.
LIBIA: Que en mi vida probé un cigarrillo.
ELVIA: ¡Durmiendo en un cantero estaba!
LIBIA: ¡A mí! ¡Podés creer! «Drogadicta» me gritaban.
ELVIA (a la gente): ¡Borrachísima! ¡Tirada en un cantero, beoda, mal! Decí que la encontraron y la cargaron...

Índice

  1. Cubierta
  2. Rosa chicle
  3. Escena 1
  4. Escena 2
  5. Escena 3
  6. Escena 4
  7. Escena 5
  8. Escena 6
  9. Autora
  10. Notas