hablado por el agua César
París y yo
novedad esperada
novedad cualquiera
peruanidad de cara a lo que siento
estoy solo
solo
solo
bajo la quimera nublada
rápida en la que está cayendo
pasa cae y habla algo que no cesa en todo
soy César a pesar de todo
agua versada maltratada y yo
un ráfaga de mi consecuencia
más pasado
más palabra
más sueño
de lo que miro y necesito aclararme
había sido yo el del tiempo insistente
una vida entera con mi oído en mí mismo
cuando mi cuerpo dice
y llueve mientras mi vida no aparece ni desaparece
la oigo y vivimos muy necesitados el uno del otro
donde no hay vísperas de ninguna simulación
todo lo que vivo hablando pasa y vuelve
entre mis labios
con mi presagio más fuerte
y bien amado sea este sentido de la lluvia
mi circunstancia llueve cayendo
como una segunda piel sobre los ojos
a la que no estoy dispuesto a renunciar
mi nada precisa
necesita algo
una profundidad que cante
hable y roce
cada momento empapado de palabras
mientras soy solamente un hombre
y no me exijo otra fragilidad
soy lo que tiene la sangre en el habla
y se hunde en la sangre que habla
porque el total de la poesía anda
anda
y anda
sobre los rumores del espacio vacío
y todo lo demás
entre la música y el impacto de lo incierto canta
llueve poesía y toso
soy casi el agua de mí mismo y toso
hasta el fondo del honor que es buscar a la poesía
hasta el fondo de lo que la espero
hablo contra el cielo
y el cielo contesta
pienso gotas de mí mismo
y ya murmura el silencio de lo presentido
porque es cierto que llueve
porque el agua hace ruido cantante
cuando vuelve a vivir por la mudanza o la revelación
de un adiós mojado por la tertulia de mí conmigo
cuando trato de no molestarme
en el peligro que le hago correr o sentir o vivir al pasado
de cualquier precisamiento una y otra vez
apenas visto
y transparente
y líquido
y ahora
paciencia contra mí
toda discusión con lo insólito
tiene su melancolía
llueve
acuso una mirada al techo del tiempo
y llueve como llovería
cuando vuelve un verso de lo que predije
soy una voz que nace y se muere
como si hubiera sido escrita por un relámpago
hasta los huesos
un jueves para todo
al que le suenan muchos finales
en eternidad con el agua
cayendo por el aire que sufro
o me falta y sigue lloviendo
mojo sonidos
para que me sobrevivan más fuertes que yo
más jueves que yo
soy una ausencia presente
contra el reloj de lo que nace hablando
el precio de una imagen de mi destino
donde ardo en el pasado
y presente y futuro queman mi discurso
para encender más desolación que gloria
sí
había sido yo
el del estruendo insistente
aquel presentimiento
en el rayo que no dejó de alumbrar
lo que sentí delante del aire nublado
soy el viento lluvioso
de un poema
siseando los pronunciamientos del agua
y llueve
y soy esa lluvia
sinceridad que se escucha
sin discusiones
la pared a la que le estoy hablando cambia
nombra el alma llovida y pregunta
dónde está el autor de lo que decimos
seguro que buscándose en los jueves futuros
y no en las repeticiones silenciosas de la voz que tose
o se calla a la velocidad de lo que dice la lluvia
aunque escucharla tenga un precio muy alto
hambre de nombrarla como la decido
jueves
hoy sigue siendo otro día predicho para arriba y para abajo
presentable ahora mismo
un destino de nostalgia líquida que corre
hacia la distancia a la que está mi tierra
y mi cantidad de hermanos
cuando volvemos a estar todos juntos en mis ojos
y siento que la lluvia deja de ella misma una masa lenta
de hamaques llenos de furia que repiten la fuerza con que empujo
lo que soy
un pálpito que brilla y se va
carne...