Comprender la diversidad institucional

Elinor Ostrom, Miguel Moro Vallina, Arturo Lara, Artemio Chávez, Fernando Jiménez, Miguel Moro Vallina, Arturo Lara, Artemio Chávez, Fernando Jiménez

• Editorial: Fondo de Cultura Económica
• Año: 2015
• ISBN:
  9786071627339
• Categoría: Política y relaciones internacionales
• Categoría: Política

En estas páginas, Ostrom aboga por una aproximación conductual a las ciencias sociales en contraposición al enfoque de la teoría de la elección racional estándar. Apuesta por integrar contribuciones de otras disciplinas, como la psicología cognitiva o la economía del comportamiento, y confiere una relevancia especial al método experimental, que tan en boga está en estos momentos en la ciencia política.

PRIMERA PARTE

VISIÓN GENERAL DEL MARCO DE ANÁLISIS
Y DESARROLLO INSTITUCIONAL (ADI)

AGRADECIMIENTOS

Cualquier libro basado en documentos y artículos (publicados o inéditos) que un autor cualquiera haya pensado y reescrito durante varias décadas exige muchos agradecimientos. Tal como menciono en varios pasajes de este volumen, algunas secciones del libro fueron iniciadas en la década de 1980, mientras yo era investigadora en el Centro de Investigación Interdisciplinaria de la Universidad de Bielefeld, en Alemania. Tuve la gran fortuna de visitar Bielefeld en 1982 y hacerlo nuevamente en 1988. La oportunidad de expresar parte de mi pensamiento inicial sobre los conjuntos de reglas anidadas y las situaciones de acción con colegas que participaban en los grupos de Bielefeld me resultó sumamente grata y me ayudó inmensamente. Recuerdo el desconcierto de varios colegas cuando decidí titular una conferencia que di en Bielefeld en 1982 como “La estructura oculta tras la estructura”. En ciertos aspectos, se podría pensar que este libro trata de poner de manifiesto esa estructura oculta y responder sus múltiples preguntas.

Mi principal hogar durante todo este periodo ha sido, obviamente, el Taller sobre Teoría y Análisis Político en la Universidad de Indiana, en Bloomington. Muchas secciones de lo que es hoy este libro, en forma de borrador inicial, fueron presentadas en nuestros coloquios, en miniconferencias, y en diversos encuentros de los grupos de trabajo (por ejemplo, el Grupo de Codificación de Reglas de Recursos de Uso Común, el Grupo de Trabajo sobre Teoría Evolucionista) en el taller. Este ha sido mi hogar intelectual, un hogar en el que podía presentar ideas radicales que eran tomadas en consideración y, al mismo tiempo, cuestionadas y debatidas. Aprecio profundamente el apoyo que ha recibido el taller por parte de la Universidad de Indiana.

Vincent Ostrom y yo fundamos el taller hace más de treinta años, y sus ideas han impregnado todo lo que hacemos en él. Ninguno de nosotros podría haber logrado lo que hemos hecho sin su inspiración, su crítica, su estímulo y su ayuda, y no hay modo de agradecerle adecuadamente los años de vívidas discusiones acerca de las cuestiones teóricas que se discuten en este libro.

A lo largo de este periodo, hemos tenido la fortuna de recibir el apoyo económico de la Fundación Nacional para la Ciencia (SES-8619498; SES-8921888; SBR-9521918; SES-0083511), la Fundación Ford (950-1160-1) y la Fundación MacArthur (00-63798-GSS). El trabajo con los colegas de la Resilience Alliance (apoyada por la Fundación McDonnell) se ha revelado importante durante los últimos años y ha contribuido a estimular nuestra labor en las últimas secciones del libro. Tuve la suerte de pasar un mes con colegas del Centro Max Planck para el Estudio de los Bienes Comunes en Bonn, Alemania, durante 2001. El personal del centro fue sumamente amable, y me ayudó a redactar una serie de notas que habían sido escritas en la década de 1980.

Durante los últimos años he impartido una serie de seminarios en varias universidades acerca de diversas partes de este libro. Entre ellas se incluyen la Escuela de Políticas Públicas de Stanford, perteneciente a la Universidad de Duke, en noviembre de 2001; el Departamento de Ciencia Política, Universidad de California, San Diego, en marzo de 2002; como parte de la serie de conferencias Walker-Ames en la Universidad de Washington en abril de 2002; la Universidad de Katmandú, en abril de 2002; el Departamento de Economía y el Grupo de Sistemas Complejos en la Universidad de Michigan en noviembre de 2002; el Instituto Max Plank en Jena, Alemania, en junio de 2003; la Universidad de Purdue en octubre de 2004; la Universidad de Cornell en noviembre de 2004; la Universidad Case Western en enero de 2005, y el propio taller del 18 de octubre de 2004, así como en mi seminario durante el segundo semestre de 2003 y 2004.

Durante los muchos años que otros colegas y yo hemos tratado de comprender las instituciones, he tenido la oportunidad, junto con mis coautores, de escribir diversos artículos y capítulos de otras obras en los que he podido desarrollar versiones iniciales de muchos de los argumentos que se pueden encontrar en este volumen. Así, hay porciones de artículos previos que se hallarán en varios capítulos de este libro. Entre ellas se cuentan las siguientes.

Capítulos I y II: Elinor Ostrom, “Institutional Rational Choice: An Assessment of the Institutional Analysis and Development Framework”, en Theories of the Policy Process, Paul A. Sabatier (ed.), Boulder, Colorado, Westview Press, 1999: 35-71, y Elinor Ostrom, “Doing Institutional Analysis: Digging Deeper than Markets and Hierarchies”, en Handbook of New Institutional Economics, Claude Ménard y Mary Shirley (eds.), Dordrecht, Holya, Springer, 2005: 797-926.

Capítulo IV: Elinor Ostrom, “Collective Action and the Evolution of Social Norms”, Journal of Economic Perspectives, 14 (3), 2000: 137-158.

Capítulo V: Sue E. S. Crawford y Elinor Ostrom, “A Grammar of Institutions”, American Political Science Review, 89 (3), septiembre de 1995: 582-600 (reimpreso con permiso de Cambridge University Press). Publicado también en Polycentric Games and Institutions: Readings from the Workshop in Political Theory and Policy Analysis, Michael McGinnis (ed.), University of Michigan Press, Ann Arbor, 2000: 114-155 (tablas e ilustraciones reimpresas con permiso de University of Michigan Press).

Capítulo VIII: Elinor Ostrom, “Reformulating the Commons”, en Protecting the Commons: A Framework for Resource Management in the Americas, Joanna Burger, Elinor Ostrom, Richard B. Norgaard, David Policansky y Bernard D. Goldstein (eds.), Washington, Island Press, 2001: 17-41.

Capítulos VIII y IX: Elinor Ostrom, “Coping with Tragedies of the Commons”, Annual Review of Political Science, 2, 1999: 493-535 (reimpreso con permiso de la Annual Review of Political Science).

Capítulo IX: Elinor Ostrom, “Institutional Analysis, Design Principles, and Threats to Sustainable Community Governance and Management of Commons”, en Law and the Governance of Renewable Resources: Studies from Northern Europe and Africa, Erling Berge y Nils Christian Stenseth (eds.), Oakland, California, ICS Press, 1998: 27-53.

En lo que respecta al trabajo con este libro, aprecio profundamente las largas conversaciones que he mantenido con colegas acerca del marco de Análisis y Desarrollo Institucional (ADI), en cuya creación muchos de nosotros hemos tenido una influencia directa. Las muchas conversaciones y memorandos que he compartido con Larry Kiser y con Sue Crawford han sido particularmente importantes por la influencia que han ejercido sobre mi propio planteamiento, y el trabajo con Roy Gardner y con James Walker en la modelación de estas ideas mediante la teoría de juegos, con objeto de comprobar nuestras predicciones, ha sido sumamente valioso. Roger Parks ha efectuado exhaustivos comentarios sobre los manuscritos iniciales, que me han obligado a trabajar más para explicar los conceptos. Marco Janssen y Mile McGinnis han leído y comentado extensamente partes de este manuscrito. El trabajo con T. K. Ahn en diversos artículos también ha contribuido a mi propia comprensión. Chuck Myers, de Princeton University Press, me ha proporcionado sugerencias valiosas y ha sido extremadamente útil durante el año final para transformar un manuscrito amorfo en un libro real. Cindy Cumrine, que efectuó la corrección del libro para Princeton University Press, realizó un trabajo sobresaliente. Los revisores anónimos de Princeton University Press también proporcionaron consejos útiles. Eric Coleman leyó enteramente el manuscrito final con mirada crítica y elaboró el índice onomástico del libro. Sin la excelente habilidad como editora de Patty Lezotte, su amable perspicacia y su alentadora ayuda en momentos de elevado estrés, no sé cómo podría haber finalizado esta obra.

Además, hubo una serie de personas que leyeron uno o más capítulos con gran seriedad y me proporcionaron comentarios al respecto. Entre ellos están Ryan Adams, Arun Agrawal, Alexander Alexeev, Marty Anderies, Krister Andersson, Ed Araral, Robert Axelrod, Brian Bartels, Avner Benner, Robert Bish, Juan-Camilo Cárdenas, Robert Christensen, Daniel Cole, Eric Coleman, Meritxell Costeja, Shanon Donnelly, Ginger Elliot, Ernst Fehr, Susan Fitzpatrick, Bruno Frey, Norman Frohlich, Jessica Gerrity, Gerd Gigerenzer, Werner Güth, Tobias Haller, Grant Hemphill, Pamela Jagger, Kenneth Koford, Kudan Kumar, Wai Fung Lam, Joe Oppenheimer, Mike Radcliffe, Eric Rasmusen, Bo Rothstein, Fritz Scharpf, John Schiemann, Edella Schlager, Ganesh Shivakoti, Shui Yan Tang, Ingela Ternstrom, Catherine Tucker, Frank van Laerhoven, Tommaso Vitale, James Wilson, Lihau Yang y Eric Zeemering.

I. COMPRENDER LA DIVERSIDAD
DE LAS INTERACCIONES HUMANAS
ESTRUCTURADAS

PARA comprender las instituciones es preciso saber lo que son, cómo y por qué están tejidas y sostenidas, y qué consecuencias provocan en diversos escenarios. La comprensión de cualquier objeto es un proceso en el que hay que aprender lo que hace, cómo y por qué funciona, cómo crearlo y modificarlo y, llegado el caso, cómo se puede transmitir ese conocimiento a otras personas. Hablando en líneas generales, las instituciones son prescripciones que los seres humanos usamos para organizar todas las formas de interacciones repetidas y estructuradas, incluyendo las que acontecen en familias, barrios, mercados, empresas, clubes deportivos, iglesias, asociaciones privadas y gobiernos a todas las escalas. Los individuos que interactúan en situaciones estructuradas por reglas se enfrentan a elecciones respecto a las acciones y estrategias que llevan a cabo, elecciones que poseen determinadas consecuencias para ellos mismos y para otros.

Las oportunidades y las restricciones a las que se enfrentan los individuos en cualquier situación particular, la información que obtienen, los beneficios que consiguen o aquellos de los que se les excluye y cómo razonan acerca de la situación, todos esos elementos se ven influidos por las reglas (o por la ausencia de ellas) que estructuran dicha situación. Más aún, las reglas que influyen en una situación también han sido creadas por individuos que interactúan en otras de nivel más profundo. Por ejemplo, las reglas que empleamos cuando acudimos cada día en coche al trabajo fueron elaboradas en su día por funcionarios que actuaban en el marco de reglas de decisión colectiva, que se emplearon para estructurar sus deliberaciones y decisiones. Si los individuos que están elaborando y modificando las reglas no comprenden cómo influye una combinación particular de reglas en las acciones y resultados en un entorno cultural y ecológico particular, los cambios en esas reglas pueden producir resultados inesperados y, en ocasiones, desastrosos.

Así que comprender las instituciones constituye una tarea ardua. Es la tarea con la que otros colegas y yo misma, en el Taller sobre Teoría y Análisis Político, hemos lidiado durante al menos treinta años.¹ Tras diseñar numerosos proyectos de investigación, escribir múltiples artículos, desarrollar mis ideas en el aula, aprender de otros especialistas en estas cuestiones, de los estudiantes y de mis colegas, y de abordar el problema en numerosas ocasiones, es el momento de tratar de reunir los pensamientos sobre esta cuestión en un libro, aun cuando no esté aún completamente satisfecha con mi propia comprensión del problema. Considérese esto como un anticipo en un proyecto a largo plazo que deberá ser continuado, espero, por muchos otros en el futuro.

1. LA DIVERSIDAD: UN PROBLEMA CLAVE
PARA COMPRENDER LAS INSTITUCIONES

Un problema de suma importancia para comprender las instituciones está vinculado con la diversidad de situaciones que existen en la realidad contemporánea. A medida que se desarrolla nuestra vida cotidiana interactuamos siguiendo una gran variedad de situaciones complejas. Muchos de nosotros nos enfrentamos a viajar a diario en las mañanas y tardes, esperamos que otros, que están viajando a gran velocidad, observen las reglas de circulación. Nuestras propias vidas dependen de dichas expectativas. Otros dependen de nuestro propio comportamiento al volante, que se ajusta, por regla general, a reglas de vigencia local respecto a la velocidad, el cambio de carril y los giros en los cruces. Los que trabajamos en grandes organizaciones —universidades, centros de investigación, empresas de negocios, oficinas de la administración pública— participamos en una gran variedad de tareas en equipo. Para hacer bien nuestro propio trabajo dependemos de que otros efectúen el suyo de modo creativo, enérgico y predecible, y viceversa. Muchos de nosotros practicamos algún tipo de deporte al mediodía, por la tarde o los fines de semana. Aquí, de nuevo, precisamos aprender las reglas básicas de cada uno de los deportes que practicamos, así como encontrar compañeros con los que podamos realizar repetidamente esta actividad. A lo largo de la semana, por término medio, emprenderemos actividades en escenarios de mercado de diverso tipo: desde adquirir nuestra comida y otros productos para satisfacer nuestras necesidades cotidianas hasta invertir dinero en productos financieros muy diversos. Y dedicaremos algunas horas cada semana a la familia y a los amigos en una variedad de ocupaciones que pueden incluir visitas a la iglesia, ayudar a los niños con sus deberes, cuidar nuestras casas y nuestros jardines y una larga lista de actividades adicionales que llevamos a cabo con familiares y amigos.

De algún modo, como individuos damos sentido a muchas de estas diversas y complejas situaciones. Lo hacemos incluso hoy, con todas las nuevas oportunidades y riesgos que no eran siquiera concebibles hace unas pocas generaciones. Ahora esperamos ver los Juegos Olímpicos y otras competencias internacionales en el momento que se disputan, sin importar dónde se lleven a cabo y en qué lugar del orbe nos encontremos. Nos hemos acostumbrado a comprar plátanos, naranjas y kiwis en cualquier momento del año en casi cualquier mercado del mundo en el que entremos. No solo millones de nosotros vamos al trabajo en coche habitualmente, sino que muchos también viajamos con frecuencia en avión a otras partes del globo, confiando nuestras vidas al conocimiento y la pericia de pilotos que conocen y emplean multitud de normas respecto a lo que se debe y a lo que no se debe hacer en los aviones.

Si nos consideramos adultos sensatos, se espera que seamos capaces de razonar, aprender y, llegado el caso, saber lo que debemos hacer en tantas y tan diferentes situaciones con las que nos enfrentamos en el mundo de hoy. Sabemos que cuando estamos comprando en un supermercado podemos coger una gran variedad de productos en los estantes y ponerlos en el carro de la compra. Antes de meter estos productos en nuestro coche, sin embargo, tenemos que hacer cola en una caja y efectuar el pago en efectivo o mediante una tarjeta de crédito (algo que tampoco estaba tan extendido hace unos pocos años). Cuando estamos comprando en un bazar en Asia o África, sin embargo, las normas respecto a lo que se debe y no se debe hacer son diferentes. Si acudimos allí hacia el final de la jornada, podemos regatear el precio de la fruta que ha quedado en el puesto; algo que nunca podríamos hacer en un supermercado donde la fruta permanecerá refrigerada hasta el día siguiente. Si estamos en la sección de productos para el hogar del bazar, los vendedores pueden quedarse estupefactos si no efectuamos varios regateos antes de comprar un producto. Intente hacerlo en una tienda de muebles en un distrito comercial de un país occidental y se encontrará con que le piden educadamente (o no tan educadamente) que salga del establecimiento. De modo que existen muchos cambios sutiles (y no tan sutiles) de una situación a otra, aunque muchas variables sean idénticas.

Estos factores institucionales y culturales influyen en nuestras expectativas respecto al comportamiento ajeno y a las expectativas de los demás respecto a nuestro propio comportamiento (Allen, 2005). Por ejemplo, una vez que aprendemos las habilidades técnicas asociadas con la conducción de un vehículo, conducir en Los Ángeles —donde todo el mundo conduce rápido, pero generalmente cumple el código de circulación— resulta ser una experiencia muy distinta a hacerlo en Roma, en Río de Janeiro o incluso en Washington, D. C., donde los conductores parecen estar tanteando a los demás en los cruces más que cumpliendo las reglas de tráfico. Cuando jugamos al squash con un colega, se acepta habitualmente que seamos agresivos y tratemos de ganar empleando todas las habilidades de las que disponemos, pero cuando enseñamos a un niño de nuestra familia cómo se juega a la pelota, el reto es tratar de que se divierta mientras comienza a aprender esta nueva habilidad. Ser...

Índice

• Portada
• Sumario
• Elinor Ostrom: elección racional y complejidad, por Arturo Lara Rivero
• Primera Parte. Visión general del marco de Análisis y Desarrollo Institucional (ADI)
• Segunda Parte. Estudio de las reglas
• Tercera Parte. El trabajo con reglas
• Bibliografía
• Índice de tablas
• Índice de figuras