Ausentes del universo
eBook - ePub

Ausentes del universo

Reflexiones sobre el pensamiento poítico hispanoamericano en la era de la reconstrucción nacional, 1821-1850

  1. 343 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Ausentes del universo

Reflexiones sobre el pensamiento poítico hispanoamericano en la era de la reconstrucción nacional, 1821-1850

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Aguilar Rivera analiza el papel de Hispanoamérica en la formulación de ideas trascendentes dentro del pensamiento político occidental; en particular las ideas de Vicente Rocafuerte, Simón Bolívar, Lorenzo de Vidaurre y Lucas Alamán que fueron inspiradas en la reflexión sobre el establecimiento del sistema representativo de gobierno y el constitucionalismo liberal decimonónico en esta región.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Ausentes del universo de José Antonio Aguilar Rivera en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Política y relaciones internacionales y Historia y teoría política. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

TERCERA PARTE

TRES ENSAYOS
SOBRE LA FRUSTRACIÓN

V. ALAMÁN Y LA CONSTITUCIÓN

UNA DE LAS paradojas del pensamiento político latinoamericano es que después de ensayar durante tanto tiempo con diversos modelos constitucionales haya producido tan pocas ideas originales, en particular en el campo de la reflexión constitucional. Simón Bolívar es una clara, y temprana, excepción a esta regla. Ya en la Carta de Jamaica (1815) y el Discurso de la Angostura (1819), Bolívar se mostraba reacio a simplemente adoptar modelos existentes —como el norteamericano—, y aplicarlos en las nuevas naciones. Otro pensador que miró con ojos propios la experiencia hispanoamericana fue Lucas Alamán. En sus dos momentos, como crítico interno del constitucionalismo liberal y como conservador excéntrico, Alamán se apartó del pensamiento derivativo de sus contemporáneos.
La pregunta es ¿qué importancia tienen estos escritos para la filosofía política occidental? La respuesta es que Alamán primero se percató de la ambigüedad del sistema de división de poderes en el modelo constitucional liberal. Identificó las consecuencias políticas del modelo de estricta separación funcional. Después advirtió de los efectos de la omisión de amplios poderes de emergencia en la constitución.
LA ADMINISTRACIÓN ALAMÁN
El 4 de diciembre de 1829 el ejército de reserva de Jalapa, comandado por el entonces vicepresidente, Anastasio Bustamante, publicó un plan contra el presidente Vicente Guerrero. El pronunciamiento buscaba defender la federación, la observancia de las leyes y la exigencia de que el presidente renunciara a sus facultades extraordinarias. También pedía que los funcionarios públicos que fueran denunciados por la “opinión general” renunciaran. Esta rebelión daba forma a un extendido malestar de numerosos sectores con el gobierno de Guerrero. En noviembre de ese año se había pronunciado la guarnición de Campeche, y Yucatán pronto se declaró en rebeldía. Para entonces, el ejecutivo había perdido todo prestigio y “era evidente para todos que Guerrero resultaba incapaz de mantener el mando”.[1] En general, para las clases propietarias la temida anarquía que habían visto en la destrucción del Mercado de El Parián a manos del populacho, “había llegado a ser rebasada en los pocos meses de la administración Guerrero”.[2] Muchos militares se adhirieron rápidamente al plan; los sublevados también contaban con el apoyo de los propietarios, el clero y los “hombres de bien”. Guerrero y su gabinete quedaron anonadados por los acontecimientos que se sucedían a una gran velocidad. Finalmente, después de renunciar a sus facultades extraordinarias el 16 de diciembre, el presidente dejó la capital al mando de dos mil hombres para encabezar las operaciones militares en contra de los sublevados. Como presidente interino fue nombrado José María Bocanegra. Un golpe de mano organizado por el gobernador del Distrito Federal y el general Luis Quintanar depuso a Bocanegra y los ministros restantes, y puso la capital a disposición de los rebeldes de Jalapa. Al conocerse la noticia, el depuesto presidente decidió no oponer resistencia a un hecho consumado y se retiró a su hacienda de Tierra Colorada, cerca de Tixtla, al parecer sin informar a la tropa ni a los oficiales. En México se formó un gobierno provisional compuesto por el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Pedro Vélez, Quintanar y Lucas Alamán. El 31 de diciembre Anastasio Bustamante dirigió su ejército a la ciudad de México y se hizo cargo del poder ejecutivo. Con la excepción de algunas escaramuzas aisladas éste fue un golpe incruento.
Después de asumir el poder, Bustamante asistió a la apertura de las sesiones del Congreso y lanzó algunas proclamas en las cuales denunciaba al régimen anterior, declaraba que sólo asumía el poder por el sentido del deber y por patriotismo, y juró defender y acatar la Constitución de 1824. Nombró ministros a Lucas Alamán (Relaciones), José Ignacio Espinosa (Justicia y Negocios Eclesiásticos), Rafael Manguino (Hacienda), y Antonio Facio (Guerra). Bustamante logró la aprobación de dos decretos que legitimaban el golpe: uno reconocía como justo el pronunciamiento de los rebeldes de Jalapa, y el otro declaraba al presidente Guerrero imposibilitado para gobernar. Según Costeloe, “el reconocimiento de la nueva administración fue rápido y general”.[3] En cuanto Alamán tomó posesión, dedicó sus esfuerzos a neutralizar o remover a las autoridades estatales que apoyaban a Guerrero o que le eran hostiles al nuevo gobierno.
Alamán ejerció una enérgica política en varios frentes. Reanimó la industria, fundó un banco, atendió la educación y mejoró las finanzas del gobierno. También logró acuerdos con el Vaticano para atender las necesidades de la Iglesia y procuró reorganizar el ejército y amortizar los salarios que se adeudaban. Sin embargo, los métodos del gobierno hicieron que muchos aliados acabaran en el campo de la oposición. Las operaciones de Alamán buscaban combatir a sus enemigos políticos locales, pero no atacar la forma federal de gobierno. Tanto Bustamante como Facio eran viejos federalistas. Las ambiciones presidenciales de varios actores, como el propio Antonio López de Santa Anna, parecen haber representado un papel central en la revuelta de 1832.[4] Lo cierto es que, finalmente, la oposición catalizó en un pronunciamiento. El 2 de enero de 1832 se promulgó el Plan de Veracruz, que exigía la destitución de los ministros y pedía a Santa Anna ponerse al frente de la rebelión. El general marchó al puerto y se puso al frente de las fuerzas rebeldes. Contaba con las aduanas y un punto estratégico para operar. Santa Anna avanzó hacia el centro del país, y el 17 de mayo Bustamante aceptó la renuncia del ministerio. Al fin, el 9 de diciembre, Bustamante capituló. El 6 de abril de 1833 Alamán y los otros ministros fueron formalmente acusados ante el Congreso. Entre otras cosas, se les imputaba haber dado su consentimiento al asesinato de Guerrero. El 24 de abril la cámara de diputados, erigida en gran jurado, decidió que había lugar a exigir responsabilidad y ordenó la detención de los cuatro ministros. Para ese momento Alamán, Facio y Espinosa ya se encontraban ocultos. Alamán exigía un juicio justo. Gómez Farías había despedido a los jueces de la Suprema Corte y había nombrado a otros. Alamán exigió la restitución de la Corte, lo que al final sucedió. El ex ministro de Relaciones permaneció oculto más de un año y no pudo reunirse con su familia sino hasta fines de julio de 1834, y no fue absuelto por la Corte hasta el 17 de marzo de 1835. En su escondite escribió el Examen imparcial de la administración de Bustamante.
EL CONSTITUCIONALISTA LIBERAL
En su estudio sobre el pensamiento conservador, Alfonso Noriega señala acertadamente que pocos hombres como Lucas Alamán han sido objeto, al mismo tiempo, de tanta admiración y tanto encono.[5] El Alamán que escribe al final de su vida es un conservador hecho y derecho; sus tesis históricas sobre la Colonia, la Independencia, la religión, la Iglesia y el monarquismo están completamente formadas, aunque no siempre resulten coherentes.[6] Alamán fue testigo o actor en muchos de los eventos clave de la primera mitad del siglo XIX en México: desde la rebelión de Hidalgo hasta la desmembración del país en 1847.
Lucas Alamán nació en 1792, en las postrimerías del régimen colonial, y murió en 1853 presa de la amargura producida por la catastrófica guerra con los Estados Unidos. Alamán aparece, ante todo, como un derrotado en el campo político y en el campo de las ideas. En una célebre carta dirigida a Santa Anna, en 1852, expresaba algunas de las ideas claves del partido conservador: “Deseamos que el gobierno tenga la fuerza necesaria para cumplir con sus deberes, aunque sujeto a principios y responsabilidades que eviten los abusos, y que esta responsabilidad pueda hacerse efectiva, y no quede ilusoria”.[7]
Se trataba del Lucas Alamán que ha capturado la imaginación popular. Para cuando escribe el tomo V de su Historia de México, después de la intervención norteamericana, Alamán ya ha idealizado el pasado colonial como un periodo de abundancia y prosperidad. Su conclusión del examen de las primeras décadas de vida independiente es implacable: “las instituciones políticas de esta nación no son las que requiere para su prosperidad”.[8] El mundo frugal de la Colonia fue destruido por los “esfuerzos de la filosofía irreligiosa y antisocial del siglo 18: no quedó ya otra distinción que el dinero; buscarlo es el único fin de los esfuerzos de todos”.[9] Sin embargo, afirmaba Alamán,
no se ha reflexionado que siendo el principio fundamental de la sociedad moderna el egoísmo, éste no puede ser base de ninguna institución política; que hombres que sólo aspiran a gozar, conforme a las doctrinas de Epícu...

Índice

  1. Portada
  2. Índice
  3. Introducción ¿AUSENTES DEL UNIVERSO?
  4. Primera Parte. RECEPCIONES
  5. Segunda Parte. LA CONSTRUCCIÓN NACIONAL
  6. Tercera Parte.TRES ENSAYOS SOBRE LA FRUSTRACIÓN