Poética
eBook - ePub

Poética

  1. 219 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Poética

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Reflexión sobre la realidad del poema y los problemas que implica su estudio, partiendo del reconocimiento de la especificidad del lenguaje de la filosofía y el derecho que ésta tiene de interrogar sobre la poesía y dar razones de su naturaleza.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Poética de Josu Landa en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Literatura y Crítica literaria en la poesía. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2015
ISBN
9786071633651

III. EL PRINCIPIO DE TRANSIGNIFICACIÓN

48. ALGO DEBE DE OCURRIR en el seno de los lenguajes para que éstos puedan dar lugar al poema. Para establecer en qué consiste ese “algo” será necesario, primero, ofrecer una noción satisfactoria de lo que aquí se expresa con el término “lenguajes”.
No viene al caso presentar aquí una teoría acabada y original del lenguaje. Tampoco tiene sentido esforzarse por mostrar siquiera un conjunto representativo de las teorías que se han forjado a propósito de tal tema. Una empresa así rebasaría los límites y desviaría el curso de estas reflexiones. En consecuencia, será suficiente con establecer convencionalmente una noción general que sirva a los fines del presente tratado.
Para efectos heurísticos, se puede convenir en concebir el lenguaje como:
— el orden de la realidad constituido por todos los signos verbales, con independencia de sus funciones semánticas o referenciales.1 Ello incluye la totalidad dinámica, es decir, en permanente movimiento y renovación, de materia verbal que determinada comunidad humana ha generado en su desenvolvimiento histórico;
— el orden de todas las posibilidades de significación y de sentido2 en que interviene la palabra. Esto abarca la totalidad de usos lingüísticos posibles, con base en la materia verbal referida, así como las reglas con que están asociados.
La universalidad de esta estipulación no debe ser óbice para tener presente el hecho de que “el lenguaje” se concreta en “lenguajes”, es decir, en diferentes formaciones lingüísticas singulares. Tales formaciones dependen de los nexos que mantienen las más diversas comunidades humanas —diferenciadas según distintas actividades regulares y formas de vida—3 con los procesos de significación. De ahí que sea preferible hablar de “lenguajes”, en plural.
En tanto que totalidad, el lenguaje puede ser visto como un sistema dinámico y abierto de actos, procesos y posibilidades que integra todo lo dicho y lo decible, así como el decir mismo, al mismo tiempo que engloba todas las posibles concreciones lingüísticas situacionales, en su más amplia pluralidad.
Por otro lado, reconocer la existencia de un “orden de la realidad” conformado por una clase especial de “materia” (verbal) comporta admitir y reivindicar un modo especial de entidad, de determinabilidad. Incluso permite proponer la idea de un proceso sui generis de reificación, de naturalización, que implica la sedimentación histórica de procesos verbales y relaciones sociales y culturales sustentadas en usos y juegos concretos de lenguaje. La condición especial de dicha materia estriba en que su determinabilidad no se puede reducir a ningún intento de empleo intencional e instrumental. Sin embargo, pese a que son más que mera disponibilidad (como lo puede ser cualquier sustancia, cualquier “medio”: un trozo de hierro, un costal de harina…), pese a que están constituidos por una materialidad in-substancial, los lenguajes sí parecen signados por una determinabilidad relativa. Es decir, los lenguajes no se limitan a ser simple herramienta, tan sólo medio utilizable para tal o cual fin; pero al mismo tiempo el remanente material, cósico, que también distingue a la palabra en situación4 (no existe palabra en abstracto, absoluta), da lugar a cierta disponibilidad de la materia en cuestión. Por tanto, los lenguajes aparecen como una plataforma ontológica que, en tanto erario y flujo simbólicos, antecede a toda composición verbal con sentido y en virtud de la cual será posible también la creación poética, la articulación intencional de la obra poética, lo que, a su vez, es condición del poema por venir.
49. El poema es posible porque entra en la gama de las posibilidades propias de los lenguajes. No se podrá saber de qué son capaces los lenguajes, pero se tiene la certeza de que el poema debe contarse entre sus facultades. Así, los lenguajes constituyen la primera virtualidad material del poema. Entonces, el problema será determinar, hasta donde ello sea hacedero, cómo es posible el poema a partir de lo que puede evidenciarse en los lenguajes.
Una evidencia distinguible en los lenguajes es que ocupan un lugar propio en el mundo y, por consiguiente, se dan conexiones concretas entre éste y aquéllos. La capacidad de generar significados y entes dotados de sentido, así como de participación destacada en la configuración de situaciones o estados de la realidad está directamente asociada a la existencia y naturaleza de los lenguajes.
A partir de tal evidencia, debe suponerse que:
  1. La significatividad5 de los lenguajes es, en principio, una condición de posibilidad del poema, aunque también es cierto que esa misma capacidad semántica de la palabra en situación puede ser el principal obstáculo de la potencialidad poética de un texto dado.
  2. La posibilidad de realización de la poesía del texto poético se decide en el terreno de la significatividad de los lenguajes.
50. ¿Podría darse el poema a partir de un “lenguaje privado”? Una cosa así pone en entredicho la base ontológica del poema: los lenguajes y su capacidad semántica. Un “lenguaje” conocido por una sola persona es sencillamente un no-lenguaje; esto es, algo que no puede devenir poema porque eventualmente se sustenta en signos que significan nada.
Alguien podría proferir algo como esto:
Gutrukima mogarkim tzeru ñasorasuma
Illasustra totporetiza kaalaboro
Txastarribuka desotorava rot garlana
Fiovottoriela beranejake zitakaro
Pese a cierta apariencia de texto apegado a formas poéticas, ¿podrán derivar los cuatro “versos” anteriores en poema? Sería dable argüir en favor de tal posibilidad diciendo que se trata de una composición con base en unidades rítmicas de catorce sílabas, que riman según el esquema AC-BD. También podría aducirse que el texto evidencia cierta intención poética. No obstante, la independencia total de esta materia sígnica ante los lenguajes vigentes, en una comunidad de referencia, hará impensable su realización como poema. No aparece, en las caprichosas líneas que se acaban de plasmar, un basamento semántico susceptible de potenciar procesos de realización poética y ser afectado por ellos. Tampoco es posible una comunidad, una red de relaciones intersubjetivas específicas, alrededor de una cosa como la transcrita; por tanto, no podrá acontecer el poema. Y, desde luego, resulta obvio que no basta una presumible intención poética en el moldeado (composición) de una proferencia para que ésta termine siendo poética.
La base de las comunidades poéticas son los lenguajes a los que están asociados. Sin este basamento, no hay comunidad poética ni será posible el poema.
51. Los sustantivos “túnel”, “sangre”, “dedos” y “tierra”, junto con el artículo “la”, la conjunción “y”, la preposición “de” y el adverbio “debajo” no evidencian nada especial. Dichas palabras tienen significados perfectamente comprensibles y, en diversas combinaciones, pueden producir varias proposiciones con sentido. Una variación puede ser: “La tierra abre túneles. Debajo tiene dedos y sangre”. Esta expresión no tiene mucho de extraordinario, salvo una asociación peculiar de dedos y sangre con tierra. Sin embargo, Neruda, al final de su texto “Maternidad”, logra articular lo que sigue: “La sangre tiene dedos y abre túneles / debajo de la tierra”.6
A la luz de ejemplos como éste se comprende que, por un lado, la posibilidad del poema está necesariamente determinada por la materia verbal que procede de los lenguajes vigentes; mientras, por otro lado, tiene que acontecer algo en el terreno mismo de la significatividad de tales lenguajes para que pueda concretarse el poema. Si no fuera así, no habría diferencia alguna, en el plano estético, entre la frase inventada para efectos de esta reflexión y el texto hilvanado por Neruda.
Las palabras “túnel”, “tierra”, “dedos”, “sangre”, “tener”, “abrir” tienen un significado ordinario, que depende de los juegos de lenguaje en que pueden ser consideradas. No hay una relación necesaria entre las palabras y las cosas; al contrario, los nexos entre unas y otras tienen un carácter convencional, cultural, histórico. Al margen del modo concreto en que se den dichas conexiones, lo importante aquí es destacar que se está hablando de palabras dotadas de una carga semántica viva. Ahora bien, por sí solo tal erario semántico no dará nunca un poema. Entonces, el primer hecho a subrayar, en el ámbito del poema, es el de la composición. A la condición de la significatividad de la materia verbal del texto poético se le debe sumar —si se pretende dar pie al poema— la de la situación conformada por sus nexos internos, textuales. La composición textual, es decir, la peculiar combinación de los entes significativos del caso genera situaciones que ponen en entredicho sus significados originarios. De ahí que sea imposible leer las dos líneas de Neruda transcritas como una proposición geológica o de ingeniería o de algún extraño tratado de biología ni nada que se le parezca. Lo que sucede con el texto en referencia es que ya informa una entidad unitaria, cuya composición invalida la permanencia de los significados y sentidos normales identificables en su seno.
52. El poema se concreta a pesar de la significatividad de la materia verbal que constituye al texto poético. Sin palabras no hay poema y decir palabras (así como las consiguientes formaciones lingüísticas de sentido: frases, oraciones, proposiciones…) equivale a hablar de significatividad. Como afirma De Man, “la noción de un lenguaje del todo liberado de sus limitaciones referenciales es inconcebible”.7 No hay, pues, posibilidad de poema, sin una plataforma de significatividad. Pero también es cierto que si el texto se aferra a su carga semántica, si permanece sin abrirse al proceso de realización poética, desde su propia conformación textual y desde su naturaleza significante, no terminará transformándose en poema. Por consiguiente, será necesario admitir que, de cara a la concreción del poema, todo componente significativo de la obra poética es netamente transitorio. En realidad, el poema no nombra propiamente nada, no asienta nombres con un componente ilativo estable. Lo que sucede es que el texto poético menciona accidentalmente palabras, profiere y plasma vocablos con una proyección hacia algo que está más allá de lo significativo. La significatividad del texto poético sólo puede ser provisional si de veras aspira a coronar con éxito su vocación de poema.
Tal provisionalidad del elemento significativo presente en el texto poético es susceptible de derivar en una contraposición entre poema y significatividad, al cabo de los procesos pertinentes. Esto obliga a considerar un nuevo dato de interés para una ontología del poema. En efecto, lo que trasluce a partir de lo dicho es que “lo otro” con respecto al poema no es el silencio. Como se vio (cf. cap. II, § 30), el silencio es parte constitutiva de la compleja dinámica de la que brota el poema, lo que no puede decirse de la dimensión s...

Índice

  1. Introducción
  2. I. “Quod est demonstrandum”
  3. II. ¿Qué clase de cosa es un poema?
  4. III. El principio de transignificación
  5. IV. El principio de relevancia
  6. V. La situación poética
  7. Bibliografía