El siglo del desencanto

Angelina Muñiz-Huberman

• Editorial: Fondo de Cultura Económica
• Año: 2015
• ISBN:
  9786071633637
• Categoría: Literatura
• Categoría: Crítica literaria

Mirada crítica al siglo XX, un siglo que comenzó con la esperanza de consolidar un avance en distintos campos del saber humano, pero que también conoció la barbarie y la destrucción. La autora resalta el espíritu de orfandad que impregna cada uno de los diversos estadios y obsesiones del pensamiento filosófico, literario, musical y artístico de este convulsionado siglo.

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DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ

I. DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ: LA LITERATURA JUDEOMEXICANA

La historia de la literatura judeomexicana aún está por hacerse, porque dicha literatura se halla en sus comienzos. Este ensayo es una breve introducción al tema. Pretendo, únicamente, dar un panorama general y mencionar algunas de las características que la conforman. Partiré de la época colonial, es decir, del siglo XVI, como un primer comienzo que desgraciadamente quedó truncado. Después, tendremos que esperar al siglo XX para conocer el segundo o, propiamente dicho, el verdadero comienzo de esta literatura.

LA ÉPOCA COLONIAL

Uno de los caminos elegidos por los judíos de España que querían escapar a la persecución inquisitorial fue el de emigrar al nuevo continente recién descubierto. Gran número de conversos arribaron a la Nueva España, Guatemala, Perú, Chile, Argentina durante los siglos XVI y XVII. Algunos fueron escritores de la talla de Mateo Alemán, autor de la famosa novela picaresca Guzmán de Alfarache; los poetas Fernán González de Eslava, Juan Bautista Corvera y el malhadado Luis de Carvajal, el Mozo, así como el autor satírico Mateo Rosas de Oquendo, entre otros.

Estos autores provenían de una tradición literaria peninsular en la que sus orígenes judíos frente a una sociedad cristiana les obligaba a emplear recursos estilísticos peculiares que les permitiera transmitir su mensaje en clave cifrada, a la vez que se dejara entrever el desciframiento para lectores de siglos venideros. Tal fue la labor que realizó en nuestros días Américo Castro, a quien debemos la interpretación de dichas claves.

La literatura colonial de la Nueva España se rigió por los mismos cánones. Así, los escritores conversos que se avecindaron en las nuevas tierras siguieron valiéndose de esas técnicas literarias y lingüísticas. Sin embargo, esta literatura, adaptada a sus circunstancias específicas histórico-religiosas, recibió un golpe de muerte con el proceso inquisitorial contra la familia de Carvajal y sus allegados. La vida criptojudía que empezaba a florecer se vio cortada de tajo y algunos de los escritores empezaron a trasladarse a otras regiones de la América hispánica, inclusive llegando a cambiar sus nombres, para no ser identificados como conversos. De ahí que la tradición judaica fuese interrumpida y hubiera que esperar muchos siglos para que se retomara.

Con la llegada de emigrantes judíos a partir de finales del siglo XIX y principios del XX, el establecimiento de una comunidad organizada, la vida cultural y, con ella la literaria, dan sus primeros pasos. El recorrido a lo largo de trescientos años fue de la clandestinidad a la apertura, de la persecución a la libertad, de las tinieblas a la luz.

Fernán González de Eslava, poeta y dramaturgo, se estableció en la Nueva España en 1558. Su vida y su obra se caracterizan por los conflictos y ambigüedades propios de los judeoconversos. Nunca menciona su lugar de origen, es cauto en dar fechas, hay huecos en su cronología y se desconoce cuándo murió (tal vez en 1603). En 1563, participa en un famoso debate sobre la Ley de Moisés con Francisco de Terrazas y con Juan Bautista Corvera. Este último fue encarcelado por la Inquisición; en cuanto a González de Eslava, se salvó, probablemente, por la intervención de algún protector. Sin embargo, unos años después nada le impide ir a prisión por una falsa atribución de unos entremeses que atacaban al virrey. Posteriormente tomó las órdenes menores y dejó de ser perseguido.1

Mateo Alemán, como muchos otros cristianos nuevos, se asfixiaba en España y quería pasar sus últimos años de vida en un lugar donde no fuera reconocido. Para ello estaba dispuesto a olvidar su fama, cumplir con los preceptos de la “Oda a la vida retirada” de fray Luis de León —otro converso perseguido—, abandonar su carrera de escritor y morir en el anonimato. Propósitos que logró.

Cuando Mateo Alemán viaja en 1608, tras de muchos int...

Índice

• PORTADA
• 2. EN TORNO A MARÍA ZAMBRANO
• 3. DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ