Inversión extranjera, derramas tecnológicas y desarrollo industrial en México
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Inversión extranjera, derramas tecnológicas y desarrollo industrial en México

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Este trabajo analiza el problema de la inversión extranjera directa en México, que se considera como el flujo de capital más estable y que presenta, respecto a otras fuentes de financiamiento externo, un potencial mayor para alentar el desarrollo del país. El estudio del impacto de esta clase de inversión sobre el sector nacional de la economía constituye indudablemente un tema esencial en la formulación de políticas públicas. La transformación radical que ha experimentado México ha traído distintas y complejas consecuencias que el autor observa detenidamente para sugerir resultados que puedan contribuir a nuevas consideraciones.

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Información

V. ANÁLISIS DE INDUSTRIAS

ESTE CAPÍTULO PRESENTA el desarrollo de los estudios de caso de las industrias seleccionadas.14 Al final del mismo se analizan las hipótesis propuestas y si la evidencia presentada en los casos las comprueban. El análisis de los determinantes de la incidencia de derramas se reserva para el siguiente capítulo.

INDUSTRIA DE LAS FIBRAS QUÍMICAS

Esta industria incluye los establecimientos manufactureros que producen fibras. Las fibras químicas se pueden obtener a partir de celulosa (en cuyo caso se denominan fibras artificiales, por ejemplo el rayón y el acetato) o de productos petroquímicos (en cuyo caso se denominan fibras sintéticas, por ejemplo el nylon, el poliéster y el acrílico). La producción de fibras químicas es intensiva en capital y tiene un limitado impacto en el empleo. En términos de producción y de capacidad exportadora, el poliéster es la fibra química más importante manufacturada en México. En 1998, ésta representaba 49% del valor de la producción en la industria, el nylon 13%, y las fibras acrílicas 12 por ciento.15
La contribución de la industria al empleo total en el sector químico es pequeña (menos de 4%). Sin embargo, en 1993 el capital total fijo de las plantas que producían fibras químicas representó 5.5% del total en el sector. Otra característica de la industria es la alta concentración de la producción total, del valor agregado y del capital fijo en unas cuantas plantas grandes. Indicadores de la intensidad de capital (capital total fijo por trabajador, K/L y por unidad de valor agregado, K/VA) revelan valores que se encuentran muy por arriba de los promedios para el sector químico y el sector manufacturero total, confirmando la alta intensidad en capital de la industria.
Las exportaciones de fibras sintéticas se han incrementado extraordinariamente. Durante los años ochenta, la tasa anual promedio de crecimiento de las exportaciones fue de 38%, mientras que durante la primera mitad de los noventa ésta se mantuvo cercana a 29%. La industria satisfacía los requerimientos de calidad internacionales incluso antes de la liberalización comercial de mediados de los ochenta. Debe notarse que el sector de las fibras sintéticas es uno de los pocos, dentro de la industria química, que presentan un superávit comercial.

Estructura de mercado

La industria se encuentra altamente concentrada. Sus características fundamentales (alta intensidad de capital y de actividades de investigación, economías de escala sustanciales y altos niveles de integración vertical) contribuyen a este resultado. En 1988 la contribución de las cuatro plantas más grandes a la producción total de la industria (índice CR4) era de 86.7%, mientras que en 1993 este valor era de 53.3%. La industria se encuentra dominada por un número reducido de compañías, la mayoría tiene participación extranjera y es competitiva internacionalmente. Otra característica de la industria es la presencia de firmas pertenecientes al mismo conglomerado industrial.16 Tres firmas (Celulosa y Derivados, Fibras Sintéticas y Finacril) controlaban 76% del mercado de fibras acrílicas a mediados de los noventa (Nacional Financiera, 1995). La producción de las firmas es principalmente para exportación (la capacidad instalada excede por mucho la demanda interna), y utilizan tecnología de punta de origen francés, italiano y japonés.
Hasta 1995, Celanese y Akra controlaban 80% de la capacidad instalada para la producción de nylon. Ambas empresas se caracterizan por una marcada integración vertical (controlan la única planta para la producción de caprolactama, insumo esencial para la producción del nylon) y usan tecnología avanzada de origen estadounidense y holandés. Estas firmas también controlaban 80% de la producción de poliéster. Otros insumos son producidos por plantas integrantes del conglomerado industrial Alfa, del cual Akra forma parte.
La importancia del capital extranjero en la industria (en términos de su contribución al capital total) se incrementó ligeramente de 28.5% en 1991, a 31.3% en 1994. En 1993, 23% del total de los establecimientos tenía participación extranjera. Éstos aportaban 33% del total de trabajadores y representaban 37% de la producción total de la industria.

Política sectorial

El Estado mexicano no consideró “estratégica” a la industria de las fibras químicas, como tampoco que su nivel de dependencia externa fuera particularmente preocupante. Por lo tanto, nunca formuló un programa coherente para su fomento y no se establecieron requisitos de desempeño para los inversionistas extranjeros. En cambio, el Estado siguió políticas típicas del modelo de sustitución de importaciones, lo que alentó la producción nacional de fibras que anteriormente eran importadas. Se pueden identificar tres políticas gubernamentales que tuvieron el mayor impacto en la industria: hacia el sector petroquímico, la inversión extranjera y el comercio.
La función del gobierno ha sido crucial para el desarrollo del sector petroquímico. Desde 1938 (año de la nacionalización de la industria petrolera), las actividades de exploración, extracción y refinamiento del petróleo son exclusivas del monopolio estatal de Pemex. La Ley para el Desarrollo de la Industria Petroquímica Mexicana, aprobada en 1971, procuraba alentar el desarrollo del sector, para lo cual definió las categorías de productos petroquímicos básicos y secundarios con el fin de imponer límites a la participación privada nacional y extranjera. Los productos petroquímicos básicos fueron definidos como los que resultan de la primera transformación química o procesamiento físico del petróleo. Con esa ley, tales productos sólo pueden ser producidos por Pemex. Mientras que los productos secundarios son los que se obtienen a partir de los petroquímicos básicos. Se permitía la participación del sector privado en su producción con permiso de la Comisión Petroquímica Mexicana. La participación del capital privado fue limitada al sector de los petroquímicos secundarios, y la participación extranjera no podía exceder 40% en ningún caso.
Sin embargo, durante los años ochenta se comenzó un proceso de liberalización del sector, el cual se vio reflejado en la reducción del número de petroquímicos considerados como básicos (hoy sólo ocho permanecen en esta categoría), a las compañías privadas se les permitió importar de forma independiente las materias primas requeridas y se incrementó el límite máximo permitido de participación extranjera. Además, la reducción de barreras arancelarias y no-arancelarias permitió a las compañías mexicanas establecer acuerdos de largo plazo para la adquisición de materias primas, con lo cual se ganó mayor flexibilidad y la oportunidad de obtener mejores condiciones en términos de precios, pagos, etcétera.
Otros cambios de política impactaron al sector. La última reclasificación de productos petroquímicos eliminó efectivamente el obstáculo regulatorio para incrementar la integración vertical de las empresas (la cual es tradicionalmente alta en la industria petroquímica de otros países). Además, la Ley de Inversión Extranjera de 1993 liberó al sector secundario de restricciones al capital extranjero. Se espera que tales reformas en el sector eliminen cuellos de botella en la operación de las plantas en la industria de las fibras químicas (por ejemplo, para el abastecimiento de materias primas) e incrementen su competitividad.

Dinamismo tecnológico

La caracterización de la madurez tecnológica de una industria depende de la elección de las variables utilizadas para juzgar su dinamismo. Jasso (1999) analiza la madurez tecnológica de las industrias que comprenden el sector petroquímico e incluye variables tales como participación de mercado, dinamismo del mercado, tasa de crecimiento del volumen de las exportaciones e intensidad y crecimiento de patentes en el sector. De su análisis concluye que estos indicadores permiten clasificar a la industria de las fibras químicas como madura, aunque con un alto contenido tecnológico.
La industria mexicana de las fibras químicas ha incorporado la mayoría de las innovaciones tecnológicas disponibles internacionalmente, de tal forma que el nivel de alta capacidad técnica de las plantas establecidas en México es comparable con la mejor práctica internacional. Tal como lo indica Unger (1994), los conglomerados nacionales a los que pertenecen la mayoría de las plantas en la industria se caracterizan por desarrollar importantes esfuerzos tecnológicos: laboratorios para IyD, aplicación de métodos modernos para el control de calidad, e incluso asistencia técnica a otros países en vías de desarrollo. También señala que, en la mayoría de los casos, las actividades productivas de las plantas mexicanas se concentran en productos y procesos maduros disponibles internacionalmente. Esto, sin embargo, no excluye la existencia de mercados concentrados hacia los cuales las empresas dirigen sus esfuerzos tecnológicos en mejoras de la eficiencia de los procesos productivos y, en menor grado, en el desarrollo de nuevos productos y procesos.
La estrategia seguida por los conglomerados industriales más importantes con interés en la producción de fibras químicas fue el establecimiento de alianzas tecnológicas con empresas extranjeras líderes en el campo. Como ejemplo de esta clase de colaboración entre grupos industriales nacionales y firmas extranjeras resulta ilustrativo revisar la experiencia de la empresa Fibras Químicas (Montavon et al., 1979). Esta alianza tecnológica entre el grupo mexicano Cydsa (que aportó 60% del capital) y la empresa holandesa Akzo NV (40% del capital) comenzó operaciones en 1961.
Cuando otras firmas comenzaron la producción de nylon en México, Cydsa decidió entrar al mercado. Con el fin de adquirir la tecnología necesaria, comenzó a buscar socios potenciales, concluyendo que la mejor opción era Akzo. Se prefirió el establecimiento de un proyecto conjunto (joint venture) sobre una simple transferencia tecnológica a través de licencias, ya que entonces aún existían amplias oportunidades para la introducción de mejoras tecnológicas. La formación de una sociedad con una de las empresas líderes aseguraría el acceso a nueva tecnología tan pronto como fuera desarrollada. El contrato establecía que Akzo proporcionaría a su socio mexicano el conocimiento técnico disponible en todas las subsidiarias pertenecientes a su división de fibras sintéticas, los resultados de las investigaciones en curso, nuevos procesos o maquinaria, así como la capacitación de personal que fuera necesaria. El precio que pagaría Fibras Químicas por tal asistencia era un porcentaje sobre las ventas netas. De esta forma, el socio extranjero aportó capital y tecnología mientras que el socio nacional aportó capital y su conocimiento del mercado interno y de los proveedores de materias primas.
El proyecto conjunto resultó un éxito financiero, y después de algunos años de operación se podría afirmar que el socio mexicano ya dominaba la tecnología y el proceso de manufactura de la fibra. Al mismo tiempo, los objetivos de la alianza cambiaron de la simple producción de fibras sintéticas a la mejora de los procesos de producción y adaptación de maquinaria y equipo para posibles nuevos productos. Sin embargo, en un área donde los cambios tecnológicos aún se estaban dando, el socio mexicano no podía arriesgarse a cortar los lazos con las fuentes de la investigación que estaba siendo desarrollada por el socio extranjero.
Para 1976 se reconocía que la empresa mexicana había adquirido la capacidad para continuar la producción de fibras sintéticas sin la ayuda de Akzo. No obstante, dada la competencia existente y la necesidad de introducir innovaciones en la forma de nuevos productos, maquinaria, o procesos, se juzgó que Fibras Químicas perdería su competitividad sin un socio extranjero. De esta forma, es posible afirmar que si la tecnología y el conocimiento absorbido por los trabajadores mexicanos se volvieran rápidamente obsoletos, las capacidades tecnológicas adquiridas podrían ponerse en duda. Esta situación parece poco probable, tal como lo demuestra la decisión de varias firmas involucradas en acuerdos tecnológicos similares de reducir la participación extranjera o incluso de terminar la alianza con la firma extranjera una vez asimilada la tecnología importada.17 Fibras Químicas fue vendida al conglomerado industrial Alfa, pero Cydsa mantuvo y amplió sus capacidades tecnológicas. La compañía estableció un centro para la investigación tecnológica en productos textiles y ha desarrollado y patentado tecnología de forma independiente.
Éste es un único ejemplo, pero es posible observar otros casos en los que conglomerados mexicanos se han involucrado en formas similares de colaboración en la industria (Baranson, 1981, 1993).

Efectos de derramas

Eslabonamiento. La subcontratación en la industria de las fibras químicas (y por lo tanto el establecimiento de efectos de eslabonamiento) es prácticamente inexistente. De acuerdo con los resultados de la encuesta ENESTyC, no hubo ninguna planta involucrada en esta clase de relación en 1994.
Colaboración. Con respecto a efectos de colaboración, se puede afirmar que éstos tuvieron lugar a través de la clase de proyectos conjuntos descritos arriba. En este tipo de colaboración, la CMN proveía parte del capital y la tecnología requerida para la producción, mientras que la contraparte mexicana contribuía con capital y conocimiento del mercado interno. Sin embargo, otros tipos de colaboración son posibles. Resultados de la encuesta ENESTyC para 1994 informaron sobre un caso en la industria que involucraba colaboración entre firmas para la compra de materia prima. Durante las entrevistas desarrolladas se encontró que no hay acuerdos de colaboración para desarrollar actividades de investigación con otras firmas o universidades.
Demostración. Las plantas en la industria son muy dinámicas en términos de introducción de cambios en la organización de la producción. En 1989, 15 de 23 plantas encuestadas respondieron afirmativamente a esta pregunta, mientras que en 1994, 14 de 20 plantas introdujeron tales cambios. Entre los principales cambios realizados se encuentran: la introducción de equipos de trabajo, la organización a través de unidades de negocios, el reacomodo de equipos y materiales, el uso de control estadístico en la producción y la introducción de métodos para el control de calidad.
Con respecto a la introducción de maquinaria y equipo, la industria también revela un alto dinamismo. De 23 plantas encuestadas en 1989, 22 de ellas habían introducido maquinaria nueva, mientras que en 1995, 12 de 20 lo habían hecho. La alta tasa de introducción de cambios en la organización y maquinaria/equipo puede verse como una fuente potencial de derramas tecnológicas a través de efectos de demostración.
Capacitación. Esta industria involucra actividades con alta intensidad de capital y mano de obra calificada. Como resultado, la movilidad de trabajadores es baja, ya que los costos de reemplazar personal especializado son altos (Nacional Financiera, 1995). Esta baja movilidad fue confirmada durante las entrevistas realizadas. Administradores de algunas compañías argumentaron que la movilidad de los trabajadores no es importante porque el conocimiento adquirido es altamente específico y no es fácilmente aplicable a otra planta, y porque los trabajadores desarrollan un fuerte sentido de lealtad hacia la compañía. Sin embargo, en lo que respecta a ejecutivos con experiencia, se observa alguna movilidad entre empresas.
Las plantas en la industria hacen uso intensivo de la capacitación. De acuerdo con resultados de la encuesta ENESTyC, en 1994, 95% de las plantas proporcionó capacitación a sus trabajadores. Del número total de trabajadores en la industria, 81% recibió capacitación, de los cuales 64% recibió capacitación formal (es decir, de instructores o agentes externos). Sin embargo, cuando se preguntó a los mismos administradores de las plantas sobre la frecuencia de renuncias de trabajadores para trasladarse a otras compañías, todos negaron tener tal problema. De esta forma, aun cuando la planta laboral es calificada y recibe capacitación, la evidencia disponible indica que la movilidad de la misma es baja, lo cual limita la importancia de este canal para transmitir derramas tecnológicas a otras plantas.

INDUSTRIA FARMACÉUTICA

La industria farmacéutica en México vio sus inicios entre 1920 y 1950, periodo durante el cual varias firmas extranjeras establecieron subsidiarias en el país. La int...

Índice

  1. ÍNDICE
  2. LISTA DE SIGLAS Y ACRÓNIMOS
  3. PRESENTACIÓN
  4. AGRADECIMIENTOS
  5. INTRODUCCIÓN
  6. I. INVERSIÓN EXTRANJERA, DERRAMAS Y CAPACIDADES TECNOLÓGICAS
  7. II. METODOLOGÍA
  8. III. ANÁLISIS DE DATOS
  9. IV. ESTUDIOS DE CASO DE INDUSTRIAS
  10. V. ANÁLISIS DE INDUSTRIAS
  11. VI. DETERMINANTES DE LA INCIDENCIA DE DERRAMAS TECNOLÓGICAS
  12. VII. LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN LA INDUSTRIA MEXICANA: RESPUESTAS DE POLÍTICA
  13. CONCLUSIONES
  14. APÉNDICE
  15. BIBLIOGRAFÍA