Tres puntos cardinales

Rafael Solana

• Editorial: Fondo de Cultura Económica
• Año: 2015
• ISBN:
  9786071632272
• Categoría: Literatura
• Categoría: Colecciones literarias

A cargo de Claudio Delgado, esta compilación es un conjunto de los textos más representativos y algunos desconocidos de Rafael Solana, quien abarcó varios géneros: poesía, novela, cuento y teatro. En estas páginas el lector encontrará desde el primer volumen de su trilogía, El envenenado, hasta la inédita pieza teatral El décimo Fausto, pasando por una también inédita versión de Son pláticas de familia.

TEATRO
(1952-1992)

PUDO HABER SUCEDIDO EN VERONA (1982)

Al licenciado Juan José Bremer

PERSONAJES

Montesco	70 años
Benvolio	72 años
Marco	80 años
Conde	71 años
Condesa	65 años
Nodriza	85 años
Tibaldo	68 años
Beatriz	14 años
María	13 años
Romeo	14 años
Nicolás	17 años
Benedicto	45 años
Rosalinda	66 años
Un tabernero
Ocho jovencitos y jovencitas

PRIMER ACTO

ESCENA I

Sala vieja.

Queda al criterio del escenógrafo caracterizarla en alguna forma. Si se tratara de un teatro en círculo sería difícil sugerir con sólo una silla, una lámpara o un pequeño tapete una época o un país. En caso contrario, bastaría con indicar que se trata de una mansión señorial y añosa; los muebles en ningún caso serán de última moda, y se evitará la aparición de aparatos modernos. Ojalá que el diseñador de la ropa pudiese dar con los trajes una idea de intemporalidad, ya fuera por la ausencia de todo detalle que denuncie una época determinada o por la coincidencia de varios propios de tiempos diferentes. Están en mitad de la escena, en la actitud de quienes acaban de llegar y esperan, el señor Benvolio y el señor Montesco, hombres de edad algo más que madura.

MONTESCO (mira en torno con curiosidad): Tengo la vaga sensación, que no sabría a qué atribuir, de haber estado aquí antes... ¿No habré visitado esta casa alguna vez, en un pasado distante?

BENVOLIO (sin el menor interés, aburrido): Es posible, sí, muy posible.

MONTESCO: Tendría que haber sido hace muchísimo tiempo... no había yo vuelto a Verona desde... uh... desde el año de la peste.

BENVOLIO: Medio siglo, por lo bajo.

MONTESCO: Se siente a veces la impresión de volver a un sitio conocido, aunque sin precisar con ninguna exactitud... Por supuesto, mucho estará cambiando...

BENVOLIO: Mucho, sí, naturalmente...

MONTESCO: Sólo la Bella Durmiente del Bosque, al abrir los ojos, cien años después, volvió a verlo todo tal como lo había dejado cuando los cerró.

BENVOLIO: “Todo cambia, nada permanece”; Heráclito.

MONTESCO: La casa no, no ha cambiado... las paredes... las ventanas... nada ha sido derribado o reconstruido... ésa es la impresión que siento... reconozco el casco... pero...

BENVOLIO: ¿Los muebles, tal vez? Cada cinco o diez años las señoras acostumbran retapizarlos.

MONTESCO: No... no... veo esta sala sin muebles, en mi vaga reminiscencia... adornada de otro modo... como para una fiesta... un baile, o algo así...

BENVOLIO: ¿Un baile, en el año de la peste? Poco probable.

MONTESCO: Habrá sido antes, poco antes; al estallar la peste yo me fui, todos nos fuimos. Ya después no pudo ser.

BENVOLIO (algo impaciente): Es cierto.

MONTESCO: Esta casa...

ESCENA II

Marco, criado viejo, aparece y anuncia:

MARCO: El señor conde bajará en seguida (mutis).

ESCENA III

BENVOLIO: ¿Y del conde, te acuerdas? ¿Tienes la sensación de haberlo conocido en otro tiempo?

MONTESCO: Por el solo nombre, no... pero tal vez al verlo.

BENVOLIO: No creo que perteneciese a nuestra sociedad, en aquel tiempo.

MONTESCO: Tal vez sea un extranjero.

ESCENA IV

Entra el conde, hombre aproximadamente de la misma edad que sus visitantes.

CONDE: Señores...

BENVOLIO: ¿El conde Paris?

CONDE: Para servirles. ¿A qué debo la satisfacción?

BENVOLIO: El señor Montesco, a quien tengo el honor de presentarle...

CONDE: Mucho gusto.

MONTESCO: Para servir a usted (se estrechan la mano).

BENVOLIO: ... abriga la intención de venir a residir en Verona... es decir, de volver; él es nativo de esta ciudad.

CONDE: ¿Ah, sí, veronés? Le felicito; es una ciudad encantadora.

MONTESCO: He permanecido alejado de ella por medio siglo. Apenas la reconozco.

BENVOLIO: Tiene casa aquí, heredada de sus padres; pero requeriría algo mayor, de más amplia capacidad. Su familia...

CONDE: ¿Tiene usted una fami...

Índice

• Portada
• Agradecimientos
• Un hombre de letras por, Claudio R. Delgado
• POESÍA (1934-1964)
• NOVELA (1939-1970)
• TEATRO (1952-1992)