Cartografías de la conciencia española en la Edad de Oro
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Cartografías de la conciencia española en la Edad de Oro

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Cartografías de la conciencia española en la Edad de Oro

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La conciencia y su manejo fueron fundamentales en la España de los siglos XVI y XVII, y sin embargo, se manejaba en sumas de casos particulares. En esta monografía, Elena del Río Parra trabaja con el imaginario de una época importantísima en el ámbito hispánico para mostrarnos la dinámica del comportamiento de una sociedad y su obsesión previsora por regular el mundo.

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Información

Año
2014
ISBN
9786071624888

REFERENCIA E ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

FIGURA I.1. Pedro de Ledesma, Primera parte de la Suma, portada
FIGURA I.2. Manuel de Filguera, Suma de casos de conciencia, p. 449
FIGURA I.3. Hermann Busenbaum, Medula de la Teología moral, tabla
FIGURA I.4. Juan Enríquez, Cuestiones prácticas de casos morales, índice
FIGURA I.5. Pablo Ramón, Cartilla y explicación de los rudimentos de la Teología moral, p. 372
FIGURA I.6. Gerard Vandergucht, en William Cheselden, Osteographia, lám. XXXVI
FIGURA II.1. Antonio de Arboleda y Cárdenas, Práctica de sacramentos y policía eclesiástica, p. 799
FIGURA II.2. Alonso Cano, San Bernardo (1556-1560), Museo de El Prado, Madrid
FIGURA II.3. Antonio de Pereda, Bodegón con dulces, vasijas y caja de ébano, Museo Hermitage, San Petersburgo
FIGURA V.1. Felipe Guamán Poma de Ayala, Nueva corónica y buen gobierno, p. 596
FIGURA V.2. Sínodo de Lima de 1613, p. 96v
FIGURA v.3. Sínodo de San Juan de Puerto Rico de 1645, p. 58
FIGURA VI.1. Fray Anselmo Gómez, Tesoro de la ciencia moral
FIGURA VIII.1. Weekly World News, vol. 27, núm. 2, 19 de septiembre de 2005, portada
FIGURA VIII.2. Bill Dodds, Your One-Stop Guide to Heaven, Hell and Purgatory, portada
FIGURA VIII.3. Mark St. Germain, The God Committee
FIGURA VIII.4. Gel de baño Baptism in a bottle, Blueq
FIGURA VIII.5. Buscador de St. Anthony Messenger Press
I. LA CIENCIA DEL ALMA
1 San Norberto se presenta, pues, como un ignorante en la materia y un mal estudiante de casuística. Esta y otras referencias hagiográficas han sido objeto de estudio en un trabajo reciente del profesor Ángel Gómez Moreno.
2 “Si la mujer casada puede asconderse de los bienes comunes siendo el marido un desperdiciador” (Vega, 2-245). El resultado era a veces trágico, como el homicidio ocurrido el 25 de mayo de 1623 en la calle del Gato: “Mató un hombre a su mujer porque no le quería dar dinero para jugar” (Noticias de Madrid, 58).
3 Este corte temporal, evidente anglicismo, nos servirá para considerar el amplio espacio de la Nueva España para, al mismo tiempo, rehuir del término “colonial”, que identifica procesos de subordinación irrelevantes en esta monografía centrada en el evidente movimiento hacia la modernidad.
4 El énfasis es nuestro. La palabra latina conscientia (cum-scire) indica tanto scio me scire (sé que sé) como scio me agere (sé que actúo, que hago); es decir, etimológicamente está desprovista de connotaciones religiosas.
5 Excepto en el caso de causar gran afrenta a las mujeres muy honestas, en que no era obligatorio examinarlas. Tampoco era preceptivo amputar algún miembro sin el consentimiento del paciente, a menos que fuese de gran utilidad a la República (Noydens, Práctica del oficio, 77), ni administrar medicamentos a una embarazada si hay riesgo de que muera el feto (Enríquez, Cuestiones, 40r-40v).
6 La casuística se ha relacionado, con frecuencia y casi exclusivamente, con la orden jesuita, en cuyos escritos se basó Blaise Pascal para lanzar una invectiva que terminaría con el género tal y como se conoce en el siglo XVII. Sin embargo, como se desprende de la bibliografía consultada, los autores a cargo de las diferentes compilaciones pertenecen a órdenes religiosas varias, y las sumas siguen publicándose hasta bien entrado el siglo XVIII. Tampoco es exacto que los jesuitas introdujeran el término “teología moral” como sinónimo de “casuística”, aunque sí se populariza a finales del siglo XVII, siendo una cátedra diferente de la de éticas.
7 Lo disputa humorísticamente Miguel de Cervantes en La ilustre fregona: “La justicia, cuando de repente y de tropel se entra en una casa, sobresalta y atemoriza hasta las conciencias no culpadas”.
8 Se trata de celebraciones como la veneración de reliquias e imágenes no oficiales que, aunque se alejan de la ortodoxia y rayan en la idolatría, en ningún caso ponen en peligro las creencias oficiales y no se tipifican como heréticas ni necesitan de inquisición ni regulación. De hecho, Christian señala que muchos ensalmadores y conjuradores de nubes pertenecían, precisamente, al clero (29).
9 A estos desórdenes cabe añadir los focos de luteranismo, judaísmo y otras disidencias estudiadas por Menéndez Pelayo en su clásica Historia de los heterodoxos españoles, si bien omitiendo los pasajes más humeantes.
10 Miguel de Cervantes lo recrea en El rufián dichoso, tras la muerte de fray Cristóbal de la Cruz, antiguo loco: “Padre Antonio, deje el llanto, / y acuda a cerrar las puertas, / porque si las halla abiertas / el pueblo, que acude tanto, / no nos han de dar lugar / para enterrar a su amigo [...] Acuda su reverencia, / que está toda la ciudad / en el convento, y se arrojan / sobre el cuerpo, y le despojan / con tanta celeridad” (jornada III, VV. 605-617). También en el caso de vivos se corre peligro: “En San Ginés un fraile descalzo francisco, de grande opinión de santidad, se arrebató el éxtasis, en el cual desde la mitad de la iglesia fue hasta el altar por el aire y en él estuvo un cuarto de hora mirando el santísimo sacramento a vista de gran pueblo que le hizo pedazos el hábito” (Almansa y Mendoza, 298-299).
11 En este sentido, José Antonio Maravall aludió a la mecanización de la moral en el Barroco, cuando se desarrolla un método práctico con reglas aplicables a la conducta humana (La cultura, 142). Efectivamente, los sacramentos mantienen un orden de interdependencia: la confesión no es posible sin un previo examen de conciencia, y la comunión no puede realizarse sin la absolución. Las sumas de casos, en cambio, parecen querer responder a la excepción.
12 Análoga protesta es la de Cristóbal Suárez de Figueroa, quien se refiere a la “moral filosofía que, hambrienta y desnuda, desde los rincones reforma el mundo, informa las costumbres y en todo descubre defectos” (El pasajero, 87).
13 Nuestro colega el profesor Fernando Castillo Cáceres sugiere una reflexión acerca del miedo y su imposición sobre el hombre del Barroco ya que, según piensa, no ha sido suficientemente considerada la importancia de un pasado tardomedieval calamitoso en la reconstrucción de la mentalidad áurea; trabaja actualmente en lo relacionado con la pestilencia y el terror al paso de los ejércitos.
14 Aparecen ejemplos de casuística en los Evangelios (Mateo 22:17 y Lucas 14), en la “Primera carta a los corintios”, caps. 7, 8 y 11 y en la “Segunda carta a los corintios”, cap. 6 de San Pablo, donde se discute si es posible comer la carne que había sido ofrecida como sacrificio a los ídolos. Para los judíos, en cambio, la ley fue revelada una vez y es intocable, no debe ser ampliada ni reducida, y son los fariseos quienes pretenden alterarla, por lo que las discusiones casuísticas se reducen a su mínima expresión (Kirk, 130-131).
15 De la historia de la penitencia en sus documentos, incluyendo la confesión y la extremaunción, se ha ocupado pormenorizadamente Paul F. Palmer.
16 El primer intento de compilar un repertorio casuístico español es el de Nicolás Antonio en su Biblioteca Hispana Nova II (564-565). Pierre Michaud-Quantin ofrece un catálogo exhaustivo de obras penitenciales que dan origen a nuestras sumas (17-33); considera la Summa de Peñaforte como el primer repertorio casuístico, algo alejado ya de la literatura penitencial como tal. Por su parte, Thomas N. Tentler ofrece el inventario de las sumas y sus ediciones (103-107), en lo que considera la primera corriente confesional de 1215; la segunda tendría lugar después de los actos luteranos de 1520; esto es, en la época que ocupa nuestro estudio.
17 “Mas hay otros principiantes / que de nuevo calzan guantes / que al fin de siete lecciones / mueven tan arduas cuestiones, / tan sutiles, tan pujantes, / que causan admiraciones / a todos los circunstantes. / Quiero ponerte presentes / algunas en que los meto: / Buscan cómo hay accidentes / en la hostia sin sujeto / con estas otras siguientes. / Si San Pedro consagrare / en el altar sobre el ara / cuando Cristo en cruz pendía / que consagrara aquel día / o su misa en qué parara / item, si entonces podía / ser hombre Cristo a la clara / [...] / Item, procura saber / si en los muertos de comer / después de resucitados / y los cuerpos ya gastados / de qué suerte podrán ser / unidos y conformados / sin un pelo fallescer” (“Triunfo de teólogos”).
18 El jesuita Juan de Lugo (1583-1660) fue cardenal y profesor de teología en Valladolid. También perteneciente a la Compañía fue Francisco Suárez (1548-1617), autor de los veinticuatro volúmenes en folio titulados De Justititia et Jure y acuñador de la teoría del congruismo, que sostiene que la gracia es eficaz por su congruencia. Su valor histórico radica en que: “He first saw that international law was composed not only of the simple principles of justice applied to the intercourse between states, but of those usages, long observed in that intercourse by the European race, which have been since more exactly distinguished as the consuetudinary law acknowledged by the Christian nations of Europe and America” (Mackintosh, 24). Por su parte, Luis de Molina (1535-1600) acuña el llamado “molinismo”, que defiende la libertad del libre albedrío, la gracia y la predestinación como productos de la divinidad; el papado hubo de poner fin a la polémica suscitada por esta teoría, objeto de denuncia inquisitorial. Ya desde tiempos de Shakespeare comienza a identificarse la retórica jesuítica co...

Índice

  1. Portada
  2. Agradecimientos
  3. I. La ciencia del alma
  4. II. Rituales
  5. III. Babel y barroco: “hablar en lenguas” y otras manifestaciones teolingüísticas áureas
  6. IV. Límites
  7. V. Conciencias portátiles: Iglesia, moral y poder en el espacio transatlántico
  8. VI. Taxonomías del pecado
  9. VII. Sobre el alma: matrimonio, confesión y casuística en torno a El burlador de Sevilla
  10. VIII. Limbo cerrado
  11. Obras citadas
  12. Referencia e índice de ilustraciones