CAPÍTULO 1
Introducción
Texto elaborado por Eduardo Blanco
LA EVOLUCIÓN DEL DEPORTE
a) El desarrollo del deporte
El deporte, entendido como actividad física en forma de juego, es realizado desde que el hombre habita la Tierra, tal vez por ser algo consustancial con el ser humano. Según las épocas, la actividad física, ya en forma de juego o en forma de competición, constituyó un rito o culto ofrendado a las divinidades y a los poderes naturales. También tuvo un fin más utilitario como medio de educación y formación de los jóvenes o como instrumento indispensable en la preparación y entrenamiento para las artes guerreras. Pero, sobre todo en un principio, la actividad física fue un elemento fundamental para la subsistencia de la especie humana.
Hubo épocas de la historia en las que el juego y la actividad física fueron marginados, incluso prohibidos. Estuvieron mal vistos por considerar que atentaban contra las llamadas “actividades del espíritu”. Con la irrupción del Renacimiento, y la mirada atrás en busca de la tradición clásica griega, el juego y la actividad física comienzan a recobrar una fuerza y un valor que habían perdido, produciéndose lo que será la antesala del nacimiento del deporte en su concepción actual. En este sentido, Carl Diem, en su libro Historia de los Deportes, se refiere al deporte como nieto del Renacimiento e hijo de la Revolución Francesa.
El término “deporte”, de raíz latina, tiene diversas significaciones, aunque en los siglos XII y XIII se identifica en los idiomas romances como diversión, según los cualificados estudios realizados por Miguel Piernavieja. También estaba ligado a la concepción de ocio que existía en la época, ocupación que tan sólo estaba al alcance de la aristocracia que disponía del suficiente tiempo libre.
El juego, y la actividad física en general, han sido una realidad permanente a lo largo de la historia humana, que con el inicio del movimiento deportivo en Gran Bretaña en el siglo XIX, y su exportación a otros países, experimenta una evolución jamás conocida, que hace que llegue a nuestros días por la institucionalización a la que es sometido. El deporte moderno tiene, por lo tanto, un origen próximo, destacando a Thomas Arnold como uno de sus principales impulsores, el cual va a influir decisivamente en el barón Pierre de Coubertin. El inicio y desarrollo del deporte en el siglo XIX se hacen de la mano de la aristocracia y de la naciente burguesía, que le dedican su tiempo y atención, introduciéndolo en los ambientes estudiantiles, por lo que, en cierta medida, tienen razón algunos autores que señalan que el deporte tiene un origen burgués.
Durante el siglo XX, el deporte se va estructurando en unas organizaciones internacionales y nacionales que facilitarán su consolidación, dejando de una forma paulatina de ser exclusivo de unos pocos y generalizándose su práctica entre las capas populares. Después de la II Guerra Mundial, se inicia un desarrollo condicionado por la sociedad de consumo con sus implicaciones sociales, políticas y económicas. En esta última evolución del deporte, aparecen claramente diferenciadas dos tendencias que se concretan en los llamados Deporte para Todos y Deporte de Rendimiento, que dan lugar a diferentes manifestaciones, algunas tan antagónicas como puede ser el “deporte espectáculo”, cada vez más profesionalizado, o el deporte social.
b) Un concepto actual y europeo
Desde un punto de vista teórico, se puede interpretar el término “deporte” en un sentido restrictivo, ciñéndolo a las modalidades y especialidades deportivas organizadas en torno a las federaciones y asociaciones deportivas, o bien se puede aceptar un concepto más amplio, recogido en un trabajo del Consejo de Europa elaborado por M. Marchand, en el que el término “deporte” comprende actividades muy diversas, que se subdividen en cuatro grandes categorías:
Juegos y deportes de competición. Se caracterizan por la aceptación de reglas y el hecho de enfrentarse a otros.
Actividades de aire libre. En ellas los participantes tratan de dominar un terreno determinado (campo, bosque, montaña, curso de agua o cielo). Los desafíos provienen de la forma en la que se trata de vencer las dificultades y varían en función del terreno escogido y de otros factores, como el viento y las condiciones meteorológicas.
Actividades estéticas. En su ejecución, el individuo, en vez de mirar más allá de sí mismo y de responder a los retos artificiales o naturales, dirige su atención sobre sí mismo y reacciona ante el placer del movimiento corporal coordinado, como, por ejemplo, en el baile, el patinaje artístico, ciertas formas de gimnasia rítmica o la natación practicada a título recreativo.
Actividades de mantenimiento de la condición, es decir, ciertas formas de ejercicio o de movimientos realizados no tanto para sentir inmediatamente una satisfacción de logro o un placer cinestésico, sino más bien para beneficiarse de sus efectos a largo plazo, que se traducen en una mejoría o un mantenimiento de la forma física y una impresión de bienestar general.
El concepto actual del deporte, sustentado en gran parte en la teoría integradora y global anteriormente citada, viene determinado por la Carta Europea del Deporte, aprobada por la VII Conferencia de Ministros responsables de deportes de todos los países europeos celebrada en Rodas los días 14 y 15 de mayo de 1992.
Se entenderá por deporte, según la vigente Carta Europea, todo tipo de actividades físicas que, mediante una participación, organizada o de otro tipo, tengan por finalidad la expresión o la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de resultados en competiciones de todos los niveles.
LAS MANIFESTACIONES DEL DEPORTE
En la actualidad, y bajo el mismo denominador común, nos encontramos manifestaciones y realidades deportivas distintas. El término “deporte” no tiene ya una traducción unívoca, amparándose bajo el mismo manifestaciones deportivas con diferentes características y objetivos, sustentadas en diversas instituciones deportivas, y por esto la Carta Europea del Deporte establece una concepción amplia, global e integradora.
Deporte para Todos y Deporte de Rendimiento son, en principio, tendencias de práctica deportiva diferentes y, en algunas submanifestaciones, incluso antagónicas. El Deporte para Todos nace históricamente, en cierta medida, en contraposición al Deporte de Rendimiento, lo que no quiere decir que las federaciones deportivas no hayan contribuido también, unas más que otras, al desarrollo del Deporte para Todos.
a) Análisis de un proceso
A este antagonismo, en España, han contribuido, además de las propias características que definen cada una de las manifestaciones, la actuación política de las Administraciones Públicas, en especial los municipios que enarbolaron en su día la bandera del Deporte para Todos, en confrontación abierta con el Deporte de Rendimiento, representado fundamentalmente por las federaciones deportivas y por algunos clubes.
Hasta cierto punto puede entenderse como lógica la reacción contra el Deporte de Rendimiento que, en España, había constituido casi la única vía de acceso a la práctica deportiva y, como consecuencia, utilizando en exclusiva la escasa infraestructura que existía. Han sido los primeros ayuntamientos democráticos, y en especial los que conformaban la línea progresista, los que introdujeron un elemento corrector en la política deportiva local, pero llevando el péndulo al otro extremo y, de esta manera, generando el rechazo consiguiente de la organización deportiva tradicional representada por las federaciones deportivas.
Se considera desacertado que el presupuesto deportivo de un municipio se gaste en subvencionar el equipo de fútbol de la localidad, así como que, en un momento posterior, a un equipo de competición, o encuadrado en el espectáculo deportivo, se le dificulte, o incluso se le impida, tener acceso al uso de las instalaciones deportivas del municipio.
No podemos olvidar que muchos clubes de competición carecen de instalaciones propias y viven a expensas de la utilización de las instalaciones públicas, por lo que imposibilitar dicho uso significa ahogar su existencia, es decir, cerrar la vía que el deporte tiene para mejorar de calidad. En sentido contrario, antes se producía una discriminación social del ciudadano que quería practicar el deporte, ya que era muy difícil hacerlo sin tener que acudir a la iniciativa privada, por lo que incluso en las entidades sin ánimo de lucro había que pagar unas cuotas económicas que suponían un obstáculo importante para la mayoría de los ciudadanos.
Si la política deportiva de un municipio persigue como objetivo central satisfacer la demanda deportiva en general, hemos de convenir que dicha demanda no es una, sino varia y plural. Desde el deporte de tiempo libre o de esparcimiento que cada vez tiene mayor presencia en la vida ciudadana, pasando por el deporte federado, que satisface intereses de práctica deportiva de muchos ciudadanos, hasta los espectáculos deportivos en diferentes disciplinas, todos ellos conforman un amplio y diverso abanico de intereses deportivos exigidos por la colectividad.
Afortunadamente el paso de los años ha producido una política deportiva más equilibrada, demostrando que deporte para todos y deporte de rendimiento pueden compatibilizar su existencia y, como si de vasos comunicantes se tratase, llegar a beneficiarse mutuamente.
b) El Deporte para Todos
El término “Deporte para Todos” ha sido utilizado en los textos del Consejo de Europa desde 1956, y uno de los pioneros en su utilización ha sido Jürgen Palm, jefe del Departamento del Deporte para Todos de la antigua Alemania Federal, pudiéndose afirmar que es en 1966 cuando se acuña definitivamente dicho término y se lanza como mensaje institucional del Consejo de Europa, que inicia un movimiento como reacción al sedentarismo y en la defensa del derecho a la práctica del deporte que se reconoce como “el segundo camino del deporte”.
En 1968, se reúnen en la ci...