Poe en 90 minutos

Paul Strathern

• Editorial: Ediciones Akal
• Año: 2017
• ISBN:
  9788432318306
• Categoría: Literatura
• Categoría: Biografías literarias

Poe en 90 minutos presenta una instantánea brillante de la vida y la obra deuno de los escritores más brillantes de Norteamérica considerado el padre de la novela de misterio, de los cuentos cortos y de las novelas de detectives modernas. Poe se labró una reputación como maestro de lo macabro con algunos cuentos de miedo y su poema clásico El cuervo.

Vida y obra de Poe

Edgar Allan Poe nació el 9 de enero de 1809 en Boston, Massachusetts. Era hijo de dos actores de reparto, que trabajaban para una compañía itinerante representando dramas populares en los teatros de la Costa Este. Su padre, David Poe, tenía 25 años, era de ascendencia irlandesa, poseía un carácter impetuoso y extravagante, le gustaba beber e interpretaba papeles románticos, aunque siempre de secundario. El padre de Poe abandonó a su madre cuando Edgar aún era un niño. La dejó con tres hijos y simplemente desapareció en la vasta Norteamérica independiente sin que nunca se volviera a oír hablar de él.

Elizabeth, la madre de Poe, era inglesa. Ya era viuda cuando se casó con David Poe, poseía mucho talento como actriz y una belleza etérea que le garantizó papeles protagonistas. Parece que el niño tenía una profunda fijación con su madre, pero ella enfermó y murió cuando Edgar apenas tenía dos años. Poe se sentiría atraído toda la vida por mujeres etéreas de quienes se enamoraba platónicamente. La familia de John Allen, una próspera familia burguesa cuyo cabeza de familia se dedicaba al comercio, se hizo cargo de Edgar cuando este quedó huérfano. En 1815, cuando Edgar tenía seis años, John Allen cruzó el Atlántico con su familia. Se trataba de un viaje de negocios que les llevó a recorrer Escocia e Inglaterra, donde Edgar estudió en diversas escuelas y acabó en la academia para jóvenes caballeros de Stoke Newington, un suburbio del este de Londres. Destacaba en historia y literatura, aunque en su informe anual, se le describe como «inteligente, terco y voluntarioso».

En 1820 el comercio del tabaco se resintió seriamente, lo que afectó muy negativamente a los negocios de John Allen y obligó a la familia a volver a instalarse en Richmond. Durante el largo y cálido verano Poe aprendió a nadar en Shokoe Creek y leyó Robinson Crusoe con fascinación. Cuando la situación económica familiar mejoró, se mudaron a una mansión con sirvientes y mandaron a Poe a un colegio privado para jóvenes caballeros sureños, donde se labró una reputación corriendo y boxeando. Se dice que por entonces nadó casi diez kilómetros contracorriente por el río James. También se enamoró de una quinceañera, Sarah Elmira Royster, antes de ir a la Universidad de Virginia. John Allen le pasaba un exiguo estipendio que recortó mucho sus expectativas y no casaba con la imagen de caballero sureño que tenía de sí mismo. Como se relacionaba con los hijos de ricos hacendados incurrió rápidamente en deudas de juego, y cuando siguió jugando para recuperar lo perdido, se hundió aún más en el infierno de las deudas. Empezó a beber, un pasatiempo que no se le daba demasiado bien, pues tendía emborracharse tras una única copa de vino.

En septiembre de 1826, Poe volvió a Richmond y halló que su amada Sarah se había prometido a otro. John Allen se enfureció cuando se enteró de que Poe bebía y tenía deudas de juego; decidió que no volvería a la universidad. Esta situación marcó el inicio de las malas relaciones de Poe con su tutor. Allen, un terco hombre de negocios, era el polo opuesto de Poe, que había empezado a escribir poesía romántica con un claro aire byroniano:

Estoy entre el fragor de una playa

atormentada por el rompiente oleaje,

y sostengo en mi mano granos de arena dorada.

¡Son tan pocos! Pero se deslizan

entre mis dedos hasta el profundo…

Poe se fue de casa y navegó hacia el norte, hasta Boston, donde encontró un impresor que publicó su libro de poemas. En mayo de 1827 se imprimieron unas cuatro docenas de copias de Tamerlán y otros poemas de «el bostoniano». Poe solo tenía 18 años y era la obra de un aprendiz. A pesar de su orgullo natural y de su evidente ambición, era muy consciente de esta circunstancia, lo que le llevó a incluir en el prefacio una ambigua nota declinando toda responsabilidad:

La mayoría de los poemas que forman parte de este pequeño volumen se escribieron entre 1821 y 1822, cuando el autor aún no había cumplido los catorce años; evidentemente no fueron pensados para su publicación. La razón de su publicación actual es algo que solo a él le incumbe; puede que sean egocéntricos, pero los escribió una persona demasiado joven como para que su propio corazón conociera el mundo.

Ni que decir tiene que escribió la mayoría de estos poemas superados los «catorce años» (alguno hay de cuando tenía trece). Estaba muy influenciado por los poetas románticos, hasta el punto de rozar el plagio en algunos versos. Puede que aún no hubiera absorbido correctamente estas influencias, pero se aprecia perfectamente la admiración que despertaban en él Coleridge y Shelley; había comprendido que quería desarrollar su personalidad poética siguiendo su ejemplo. Los primeros versos del poema Imitación son muy típicos por su tenor y calidad:

Una marea oscura e insondable

de orgullo sin fin;

un misterio y un sueño

debió parecer mi juventud.

Hay que hacer un ejercicio de perspicacia para encontrar prometedoras estas líneas; pero la frase torpe de un adolescente cualquiera se convirtió en algo más profundo en el caso de Poe. El poema Tamerlán aludía al legendario guerrero mongol que conquistó Rusia y la India en el siglo XIV, la típica autoidentificación romántica.

En noviembre de 1827 Poe se quedó sin dinero, y para mantener su independencia tomó la decisión drástica de enrolarse en el ejército bajo el nombre de Edgar A. Perry. Sirvió en Carolina del Sur y más tarde en Virginia, donde ascendió a sargento mayor en enero de 1829. Pero tres meses después dejó el ejército. Por entonces, su madre adoptiva había muerto en Richmond. John Allen no tardaría mucho en casarse de nuevo, y Poe se sintió como un completo extraño cuando volvió a casa de los Allen. Ese verano se fue a Baltimore a vivir con su tía materna, Maria Clemm, y Virginia, la hija de seis años de esta.

En diciembre de 1829 Poe publicó Al Aaraaf, Tamerlán y poemas menores, esta vez bajo el nombre de Edgar A. Poe. El volumen de 71 páginas era una versión revisada de Tamerlán y algunos de sus primeros poemas, pero también contenía muchos versos nuevos que ya dejaban traslucir un estilo cada vez más personal. En el poema que daba título al libro, Al Aaraaf, se aprecia una creciente familiaridad con problemas técnicos de métrica, y Poe despliega un brillante colorido romántico, eso sí, frecuentemente oscurecido por el significado. El resultado es que el poema se ha interpretado de muchas formas diferentes. Sin embargo, la mayoría de los críticos se muestran de acuerdo en que era un intento de articular, de forma alegórica, tanto las teorías estéticas de Poe como su idea de que la imaginación poética estaba condenada en ese mundo, cada vez más materialista, que veía crecer a su alrededor.

Era un espíritu hermoso el que cayó;

un vagabundo bien abrigado por el musgo,

un observador de las luces que brillan en lo alto,

un soñador en un rayo de luna por su amor:

¿qué maravilla? Pues cada estrella es como un ojo,

que contempla con dulzura el cabello de Bella.

Pocos sargentos mayores, de entonces o de ahora, hubieran escrito líneas así o tenido sentimientos parecidos. Pero Poe añadió algunos poemas irónicos pensados para parodiar su oscura visión romántica del mundo:

Valles de sombra y aguas apagadas.

Bosques como nubes,

que ocultan su contorno

en un fluir de lágrimas.

Allí crecen y menguan unas enormes lunas

una vez y otra vez…

En estos poemas irónicos vemos como una creciente madurez fue reemplazando a sus anteriores vacilaciones, lo que indica que era más consciente de sí mismo aunque mantuviera las dudas propias de la inexperiencia. Hay no obstante algo burlesco en el poema A Helen, uno de sus poemas más recordados. Una versión posterior reza así:

Helen, tu belleza es para mí

cual las naves de Nicea de antaño,

que gentilmente, sobre un mar perfumado,

llevaban al débil y cansado peregrino

a su orilla natal.

El poder evocador de estas líneas es muy característico. Utiliza conscientemente arcaísmos como of yore [de antaño] y algunos otros préstamos bastante desafortunados. Como ocurre a menudo en los poemas de Poe, la aspiración a lo sublime se marida con una realización poco inspirada. Pero era esa aspiración la que estaba dando forma a la persona literaria que despegaría en el género, menos exaltado, de la prosa.

John Allen ayudó a su hijastro a entrar en West Point, intentando que iniciara una carrera militar respetable, pero la atmósfera y la disciplina de esta academia militar de elite eran incompatibles con Poe. Se refugió en sus «experiencias en Sudamérica». Sus compañeros estudiantes se dieron cuenta enseguida de que se trataba de relatos puramente imaginarios y empezaron a considerarlo un bicho raro. Confirmaron su opinión cuando Poe decidió que ya había visto bastante de West Point y logró que lo expulsaran faltando a los desfiles y a las clases siempre que podía. Cuentan la anécdota de que cuando le ordenaron que se presentara para desfilar llevando «cinturón y guantes blancos bajo el brazo», Poe decidió cumplir la orden al pie de la letra. Apareció llevando cinturón y guantes blancos y con su rifle al hombro, pero completamente desnudo. Debido a este incidente y a otros, le expulsaron de West Point en febrero de 1831 por «negligencia en el cumplimiento del deber».

Ese verano Poe volvió a casa de Maria Clemm y su hija en Baltimore. Empezó a escribir cuentos cortos y relatos, en principio únicamente para ganarse la vida, pero al año siguiente el Philadelphia Saturday Courier publicó cinco cuentos suyos. Sin embargo, apenas ganaba lo suficiente para mantenerse a sí mismo y a la señora Clemm, necesitada a su vez. En abril de 1833 escribió desesperado a su tutor, y merece la pena que citemos una carta que arroja mucha luz sobre las difíciles relaciones existentes entre Poe y Allen:

Han pasado más de dos años desde la última vez que me prestó ayuda y más de tres que no me dirige la palabra… Si tuviera a bien considerar la situación en la que me encuentro, seguro que le inspiraría compasión. No tengo amigos ni medios ni forma de conseguir un empleo, me estoy muriendo… y sin embargo no he estado ocioso, no soy adicto a vicio alguno ni he cometido ningún crimen contra la sociedad… ¡Por Dios, apiádese de...

Índice

• Portada
• Portadilla
• Legal
• Introducción
• Vida y obra de Poe
• Epílogo
• De las obras de Poe
• Cronología de la vida y época de Poe
• Lecturas recomendadas