E n los ejercicios que siguen a continuación comprobaremos las aplicaciones prácticas de lo explicado en la primera parte de este libro. Cada uno de los ejemplos que analizamos resume de algún modo un tema, una técnica, una factura o una interpretación característica de la representación de la figura humana. Ejercicios muy útiles que se han seleccionado a fin de adquirir recursos y habilidad para solucionar los temas más frecuentes que pueden plantearse.
Construimos una figura de forma muy sencilla, fijándonos fundamentalmente en las diferencias entre las luces y las sombras, entre las partes iluminadas y las oscurecidas de la piel. Emplearemos pinceladas cortas, realizando manchas descriptivas cuya única finalidad y función en el dibujo será construir las formas y los volúmenes por contraste. Es decir, un poco a la manera de los impresionistas cuando aplicaban sus colores en pinceladas individuales, en toques de color que no se mezclaban entre sí.
El resultado final no ofrece una apariencia muy acabada, pero puede sernos útil para comprender cómo se estructuran las primeras pinceladas, cómo debe iniciarse la construcción de cualquier modelo. Estudiaremos dos notas de color realizadas por Gabriel Martín con pintura acrílica.
Dibujamos la modelo con una mina o un lápiz de grafito 2B. No hace falta ser meticuloso, basta con que se aprecien bien cada uno de los miembros y la forma de la cara. Pintar sobre un dibujo bien hecho da mayor seguridad.
Con amarillo, una punta de carmín y blanco preparamos el primer color que se extiende en la parte izquierda del cuerpo de la modelo, para cubrir las zonas bañadas por la luz. La pintura puede diluirse algo en agua para que se deslice mejor.
Consejo
Antes de iniciar cualquier dibujo de figura, conviene prestar atención al ritmo interno de la figura, las líneas curvas imaginarias que marcan la dirección del cuerpo y que determinan la pose. Para conseguir mayor expresividad hay que exagerarlas un poco.
La segunda aplicación de color se prepara con un poco de marrón tierra de Siena, una punta de amarillo y algo de blanco. Realizada la mezcla sobre la paleta, pintamos las zonas de intensidad intermedia del cuerpo de la modelo, es decir, aquellas que ni están plenamente iluminadas ni sumidas en una sombra oscura. Procuraremos no cubrir por completo el color anterior.
Con un poco de marrón tierra de Siena mezclado con una punta de blanco pintamos la parte sombreada del cuerpo. Con estos tres tonos claramente diferenciados conseguiremos representar la luz que incide sobre la modelo de manera bastante esquemática.
Sobre la base de los colores anteriores pintamos con un color más espeso, menos mezclado con agua. Las aplicaciones son ahora rosadas y tratan de dar mayor unidad e integrar mejor los tonos anteriores. Se trata de efectuar unas pocas pinceladas cortas dejando que respiren los colores que hay debajo.
Consejo
Una vez concluido el apunte puede pintarse un fondo de color, preferiblemente de tono neutro, para que destaque el color de las carnaciones y el contorno de la figura sea más visible.
Probemos una segunda versión. Sobre otro dibujo a lápiz empezamos aplicando un ocre anaranjado de color claro y otro algo más oscuro a modo de pinceladas cortas. Estos dos colores deben representar desde el principio las zonas iluminadas y las sombreadas del modelo.
Con tierra de Siena mezclado con carmín se empieza a pintar el cabello. También se aplican pinceladas certeras en forma de líneas débiles en algunos contornos de la modelo para remarcar que son zonas sombreadas: debajo de la barbilla, la cara interna del brazo, debajo de los senos…
Con un color rosado blanqueado se intensifica la luz de las zonas iluminadas. Con tierra de Siena mezclado de nuevo con carmín y tierra de sombra tostada se esboza el cabello y la forma y los pliegues del drapeado. El apunte de color concluye aquí, ofreciendo un aspecto esbozado.
MODELAR a partir del ESBOZO
Sabemos cómo aplicar el color de manera estructurada, veamos ahora cómo podemos modelarlo para describir mejor la degradación de la luz sobre la superficie del cuerpo. Los valores tonales resultan imprescindibles si se desea modelar las formas, sólo es necesario aprender a fundirlos entre sí para conseguir suaves transiciones que describan mejor la suavidad y lisura de la piel.
Poner en práctica el modelado es muy sencillo. Primero se aplican las manchas de manera individual, c...