Narración de la extraordinaria experiencia del joven médico en Chicago de 1926 a 1937
Helen Ladrón de Guevara Cox
Cierto día del año 1956 un hombre de apariencia campesina tocó a la puerta de la casa del doctor Guevara. El doctor abrió la puerta y preguntó: “¿En qué le puedo ayudar?”. El hombre se hincó y trató de besarlo en el dorso de la mano: “Buenos días, doctor. ¡Vengo a decirle que usted es un santo!” El doctor sorprendido preguntó “¿Por qué dice usted esto?”. El hombre respondió: “Porque usted curó a mi hija moribunda de una amebiasis pulmonar que aparentaba tuberculosis. Usted lo detectó a tiempo y la salvó de morir”. El doctor dijo: “Buen hombre, levántese, ¡no soy santo, soy buen médico!”
Anécdota familiar
Preámbulo
Fue hace poco más de un año que el doctor Hugo Torres Salazar, coordinador del Seminario de Biografía y Narrativa de Maestros Memorables de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara, hoy Departamento de Historia de la División de Estudios Históricos y Humanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad de Guadalajara, me informó que dentro de las actividades del seminario había propuesto a sus colegas elaborar un libro relativo a la vida de mi padre, el médico Alberto Ladrón de Guevara Jiménez, catedrático y director de la mencionada facultad. En ese instante sentí que había llegado el momento afortunado de la reivindicación del médico culto y humanista que dedicó hasta los últimos momentos de su vida a la actividad profesional de la historiografía y la historia como ciencia en su alma máter. Con infinita alegría y agradecimiento recibí la noticia. Inmediatamente me invitó a participar en la elaboración de un capítulo.
Desde luego acepté sin saber claramente qué aspecto abordaría en mi contribución y al mismo tiempo sentí temor de colaborar por la responsabilidad que implicaba mi aportación en tan importante trabajo a cargo del seminario mencionado. Posteriormente decidimos que mi texto versara sobre un tema en específico para dar a conocer en este medio universitario la faceta del ejercicio de la medicina de mi padre en el extranjero durante buena parte de su juventud. Dicha actividad era relativamente conocida por algunos de sus alumnos en la otrora Facultad de Filosofía y Letras, principalmente entre las generaciones de los años sesenta y setenta. Igualmente era importante difundir entre las nuevas generaciones de alumnos y maestros el ejemplo de vida y la grandeza de un hombre comprometido con el responsable ejercicio de la medicina, lo que implicaba al mismo tiempo tener una gran cultura para entender con mayor profundidad la naturaleza del ser humano, ya sea en el bienestar o en el dolor. Afortunada combinación de un hombre siempre estudioso de la medicina y de la cultura en varias de sus manifestaciones: la literatura, la historia, la filosofía, el arte, las religiones y las ciencias.
Plasmar en palabras las imágenes, las escuchas de los seres más queridos ya ausentes pero tan presentes en la memoria, es un acto doloroso. La nostalgia lo palia. Lo que fue y hoy ya no lo es, pero sigue siendo. Contrasta todo ello con el bienestar que produce el recuerdo y la oportunidad de plasmar con las personas de hoy, del futuro, los pensamientos y el conocimiento adquirido a través de la existencia de los seres queridos físicamente ausentes. No es un vacío total, porque en ese acierto de la naturaleza que distingue al homo sapiens con la memoria, el aprendizaje y aplicación del conocimiento, se crea una especie de encantamiento al momento de la escritura para compartir lo conocido con los actuales y futuros lectores.
Sé que algunas personas que leerán este capítulo son antiguos alumnos, hoy catedráticos y amigos que conocieron con mayor profundidad al doctor Ladrón de Guevara. Le recuerdan con admiración, respeto y cariño. Siempre se los reconoceré. Quienes no le conocieron tendrán la oportunidad y fortuna de hacerlo con la lectura del presente libro que se publica para información y motivación del público general, especialmente del universitario.
Aclaración
Esta participación es resultado de la práctica bibliotecaria profesional y del interés personal por la investigación, que mucho se debe a la formación obtenida en el programa de la entonces Maestría en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara. Por varios meses, y en ratos libres, llevé a cabo la presente investigación durante una estancia de trabajo bibliotecario y de promoción cultural en la ciudad de Chicago, Illinois, en la década de los años noventa.
La principal motivación de este trabajo surgió de la necesidad de profundizar en el conocimiento obtenido durante las pláticas familiares de corte científico, muchos años atrás, ...