La divulgación científica
Estructuras y prácticas en las universidades
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La divulgación científica
Estructuras y prácticas en las universidades
Información del libro
La divulgación y la información científica son parte fundamental de las misiones que tienen encomendadas las universidades en su transferencia de conocimiento. Es obligación de estas instituciones de Educación Superior formar, a través de sus diversas acciones comunicativas, a una ciudadanía crítica y participativa.Bajo esta premisa, este libro se centra en esbozar el tejido temporal que justifica la vinculación ciencia y sociedad y en comprender las nuevas funciones y perspectivas que ofrecen los gabinetes de comunicación, las unidades de cultura científica y las radios universitarias.Además, este estudio ofrece una radiografía de las iniciativas puestas en marcha por distintas entidades del contexto europeo y latinoamericano para el acercamiento de la I+D+i.
Preguntas frecuentes
Información
- Por un lado, la mayoría de los científicos han pasado por las aulas universitarias, es allí donde obtienen sus conocimientos iniciales. Para un estudio de los comienzos, de la formación e influencias que hayan podido tener, o de los libros y lecturas que pudieron participar en sus avances posteriores, es fundamental la historia de la universidad.
- Por otro lado, la institución universitaria resulta ser imprescindible para analizar la difusión de saberes y disciplinas. La historia de la universidad es, pues, un instrumento para examinar la extensión sociológica de la ciencia, como lo pueden ser los estudios que analizan la coyuntura de la producción impresa, sus rutas comerciales o la censura de ideas. Quizá sea bueno recordar aquí que junto a las estrictas instituciones universitarias encontramos entidades vinculadas —colegios y conventos fundamentalmente— que han tenido una enorme importancia en la evolución de las universidades y que asumirán una cierta relevancia en aperturas científicas.
- Asimismo, en las instituciones universitarias se constituyen corrientes, focos científicos, enfrentamientos ideológicos, intereses contrapuestos. Su estudio constituye el armazón donde se dilucidan los saberes universitarios.
- Por un lado, entendemos que la historia de la ciencia, sin ser ese su objetivo sustancial, cumple funciones de divulgación científica. Posiblemente sea un tema controvertido, pero estamos de acuerdo con el especialista Sánchez Ron cuando expone lo siguiente: «[…] la historia de la ciencia, sin ser divulgación, cumple con funciones de divulgación científica […] [las obras de historia de la ciencia] cumplen con una doble función, una pretendida y otra impensada: contribuyen a la historia de la ciencia como disciplina y a la difusión de la ciencia en la sociedad» (Sánchez, 2002). Entendemos, en consecuencia, que cualquier exposición que verse sobre divulgación científica, como es el caso, no debe obviar a los historiadores de la ciencia ni a su disciplina, dada la función social que representan: sus obras no son únicamente divulgativas, pero ni debe menospreciarse este término ni, por supuesto, debe subestimarse su aplicación colectiva.
- Por otro lado, consideramos que para la confección de un análisis histórico de la divulgación científica, debemos dejar entrever la relación existente entre la historicidad de la filosofía y la de las ciencias. Si estas últimas proporcionan a la filosofía los datos alcanzados directamente de su examen de la realidad, la primera presta a las ciencias los principios universales y sus conocimientos comunes. Antonio Aróstegui, entre otros autores, ha segmentado la historia de la filosofía y las ciencias en cuatro etapas, a pesar del riesgo que supone periodizar algo que por esencia resulta ser constante e ininterrumpido:
- una primera o antigua, en la que la reflexión filosófica se aplica al problema de la naturaleza y las ciencias se encuentran entroncadas plenamente con la filosofía;
- una segunda o medieval, que se ocupa esencialmente del tema de Dios. En consecuencia, la teología logra conquistar desde múltiples perspectivas el pensamiento filosófico, y la ciencia sólo desveló algunos avances, aunque lejos del oscurantismo con la que tradicionalmente se la ha calificado;4
- una tercera etapa o moderna, en la que el problema epistemológico adquiere un cierto predominio en filosofía, y, en consecuencia, las ciencias alcanzan una destacada independencia frente a la filosofía, dándose incluso notorios enfrentamientos entre unos y otros;
- y, por último, una última etapa, nada armónica y repleta de corrientes y contracorrientes, que, a pesar de los riesgos que supone esta generalización, se centraría en la metafísica, el problema del hombre y la integración de las ciencias y la filosofía. Ni que decir tiene que las ciencias adquieren ahora una extraordinaria propulsión (Aróstegui, 1963).
- En las primeras etapas históricas, como es sabido, la escritura no existía y era la palabra el elemento fundamental para difundir los conocimientos. En consecuencia, la transmisión del conocimiento y su divulgación en la denominada cultura ágrafa se llevaba a cabo de «uno a uno» o «de unos pocos a unos pocos», de forma aislada e inconexa.
- Más adelante, la revolución agrícola o neolítica supuso importantes avances científicos de consecuencias globalizantes. Asimismo, la invención de la escritura supuso una nueva forma de transmisión de la información, relevando en muchos casos a la memoria y a la palabra como elemento verificador de contenidos culturales y científicos (Farrington, 1980; y White, 1986). En consecuencia, consideramos que escritura y ciencia se encuentran vinculadas, configurándose ambas como instrumentos de poder sólo accesible a las clases dirigentes (por ejemplo, los escribas). En definitiva, la circulación científica y su sucinta divulgación era «de unos pocos y para unos pocos», convertidos en clase dirigente.
- La invención de la imprenta, hace apenas poco más de medio milenio, supuso nuevas características tecnológicas, sociales, económicas y culturales. Con ella, no sólo se difundió la alfabetización, sino que también se vieron modifica...
Índice
- Prólogo
- 1. Introducción
- 2. Estructuras universitarias dedicadas a la divulgación y comunicación científica
- 3. Acercamiento a entidades, proyectos y casos de buenas prácticas en divulgación de la ciencia
- 4. Conclusiones
- 5. Bibliografía y webgrafía