Humanismo cosmopolita
eBook - ePub

Humanismo cosmopolita

  1. 112 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Humanismo cosmopolita

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Rafael Argullol y Mercedes Monmany atraviesan siglos de cultura occidental para dar con algunos de los problemas esenciales a los que se enfrentan el intelectual y el artista contemporáneos. Dialogan sobre sus responsabilidades como guías de la sociedad, sobre la dificultad de esa labor en la época de la posverdad, la pérdida de la espiritualidad y el valor de la palabra.Exhortan a prescindir de cánones envejecidos, a renunciar a una cultura no comprometida con las generaciones venideras: piden crítica y autocrítica. Demuestran confiar en la liberación que supone el verdadero arte, el del artista siempre crítico de sí mismo, vivo y valiente, para garantizar y elevar la vida.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Humanismo cosmopolita de Rafael Argullol, Mercedes Monmany en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Literatura y Crítica literaria. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2020
ISBN
9788417690830
Categoría
Literatura
Humanismo cosmopolita
MERCEDES MONMANY: Estaba rememorando el momento preciso en el que entré en contacto con tu obra, porque primero fue la obra y luego la persona, y, para mí, aquel momento fue un encuentro muy sorprendente: representabas algo inusual en nuestro panorama. Yo era una fanática del cosmopolitismo, de las pasiones europeas… tenía el virus italiano ya muy infiltrado en mi mente y entonces leí un libro que se titula Lampedusa, aparecido en el año 1981. Esto me deslumbró: ver que había un autor que se salía de esos cauces tan hispánicos y tan acostumbrados. Yo, al menos, los rehuía; era una rebelde universitaria de aquellos años, a la búsqueda de otro tipo de «tradición». Desde entonces, hasta llegar al presente —hasta el libro Poema (2017), una aventura artística, espiritual, personal y una forma de narrarse fantástica, inédita, que ya se entreveía en Visión desde el fondo del mar (2010), desde luego— sigo pensando que has roto muchos senderos de los normalmente transitados. No hay muchos autores que a lo largo de tres años emprendan un diario poético. Una posible imagen sería: «ningún día sin poesía». Es algo que no tendríamos que haber erradicado de nuestras vidas cotidianas. A lo mejor muchos de nuestros males contemporáneos nos acontecen porque hemos erradicado casi por completo la poesía. Y cuando hablo de poesía hablo del enigma de la belleza, de la idea de misterio en nuestras vidas. Donde dialogamos con nosotros mismos, con el mundo, con lo que nos inspira: las imágenes, el día a día, las lecturas… a través de un poema diario. Me pareció milagroso que alguien asumiera este riesgo personal también como creador. Me gustaría saber cómo se llega al diario poético tras tu larguísima carrera, tanto académica como creativa, en todos los géneros. Con la exploración de estos géneros que poco a poco has ido reinventando y que, vistos en perspectiva, vienen a representar un hipergénero: narrativa, poesía, ensayo, diario privado y diario de lecturas, crítica literaria y artística, reflexión filosófica y ética, autobiografía fragmentaria. A lo largo del tiempo has ido afinando esta anulación de géneros. ¿Cómo se llega a esto en el momento actual? Ya que a ti nunca te ha gustado clasificar los géneros, quisiera preguntarte por qué has escogido esta palabra: Poema. Yo tengo la teoría que eres un poeta a lo largo de toda tu obra, escribas lo que escribas. En algún momento has dicho que lo poético para ti no es un género, es una actitud espiritual, un estado de ánimo. Y es verdad, en toda tu obra, incluso el ensayo, la poesía está continuamente atravesándola. Quizás este trabajo se podría haber titulado Novela y hubiera sido una novela en versos, escrita durante tres años, del 2012 al 2015. Tampoco te gusta que este proyecto de suma originalidad se llame Diario. Entonces ¿cúal fue la idea, el génesis, por qué nombrarlo así?
RAFAEL ARGULLOL: Poema es el segundo libro de lo que será una trilogía, ahora estoy con el esbozo del tercer libro. Cada uno de ellos formalmente muy distintos. El primero fue Visiones desde el fondo del mar, el segundo Poema y el tercero no tiene todavía título y no sé qué forma exacta tendrá. Lo que sí sé es que el tema fundamental de los tres es la relación entre la memoria, el mito y el enigma en la vida de un ser humano; en este caso mi vida. Y que para reflejar esta relación yo necesito expresarlo a través de formas distintas. De ahí que desde hace años yo defienda una actitud literaria en la que el género, en el sentido tradicional del término, es poco apropiado para mí. Me siento demasiado prisionero en el género. Por eso hace muchos años dije que mi literatura era una escritura transversal antes de que la palabra transversal estuviera tan de moda. Pero antes de eso, en cierto modo, mi cerebro y mi actitud ante la vida funcionan así. Es decir, no solo la escritura transversal es la idea de romper o ir más allá de los géneros tradicionales porque yo siento que no estoy cómodo en ellos, sino por razones más profundas, digamos, filosóficas, en el sentido que para mí lo que es el mundo de las sensaciones y el mundo de los pensamientos van muy unidos. No contemplo un mundo en que pensamientos y sensaciones estén separados, en el que lo corporal sin sentido y lo espiritual ideal estén separados. Entonces necesito continuamente que las imágenes tengan su traducción en el mundo de las ideas y que el mundo de las ideas tenga una traducción en imágenes y sensaciones. Esto sería, dicho muy rápidamente, la escritura transversal que revindico. A lo largo de estos años he ido escribiendo distintos libros, he llegado, creo, a los 35, que para los libreros, los editores, los críticos han pertenecido más o menos a un determinado género al que yo siempre he transgredido bastante hasta llegar a este proyecto en el cual ahora estoy, aunque cada uno de los libros es perfectamente unitario e individualizado. Así pues, sería la culminación de este ideal de escritura transversal.
M. M.: Esta escritura transversal, más allá de los géneros, es un ideal en efecto que simboliza por completo la escritura como reino de la libertad. Si la Historia cuenta con hechos y tiene la obligación ineludible de consignar y ser fiel, la literatura nos hace palpar al detalle, caleidoscópicamente, en panorámica o a través de un tapiz fabuloso la ingente, laberíntica y compleja riqueza de la vida humana y del interior más recóndito de cada existencia. Según eso, da la impresión de que quien carga siempre con los más grandes desafíos al carecer de normas y reglamentación, ni deberes con una fidelidad asfixiante, es ese reino de la libertad total y mutante de la literatura. Siempre me ha fascinado ese principio de enorme libertad con la que parte el primer instante de cada escritura. La libertad se convierte en un Tusitala, un narrador de historias de los Mares del Sur, como hizo Stevenson. La libertad tremenda interior de Pasternak al crear una obra inmortal como Doctor Zhivago, haciéndole frente al poder soviético. O esa libertad suprema, como lector, de reconocerse sin tener al mismo tiempo ataduras ni plegarse a enseñanzas obligatorias, como dice Canetti en su diario de Hampstead que le sucede con Stendhal. Aunque, como afirma, Stendhal nunca fue su «Biblia», es el autor que más lo hizo vivir: sin Cervantes, Gogol o Dostoievski él como escritor no hubiera sido nada, pero dice deberle al francés «el amor por la vida». El gozo, el sentirse ligero y diáfano, con cada libro de Stendhal que abría a lo largo de su vida. «Mi libertad era él», dice. Cuando estaba a punto de asfixiarse en la vida, siempre volvía a él. Pero está bien la libertad en la literatura en épocas en que todo operaba contra ella, en todos los sentidos, no sólo en el político. Por ejemplo, en aquellos años de finales del siglo XVI y en el XVII, cuando vivió Cervantes y escribió la primera y la segunda parte del Quijote. Cuando la libertad era una quimera e, incluso, se pagaba con la cárcel y los trabajos forzados. En realidad, se pagaba por el simple hecho de pensar en ella. Cervantes le hace decir a don Quijote, muchas veces su alter ego, en respuestas a alguna de las preguntas de Sancho: «la libertad es el bien más preciado». La libertad de pensamiento, de escritura, de publicación. La libertad por la que han muerto millones de personas en todo el mundo. Y la literatura, es decir, la palabra de poetas, de filósofos, de novelistas, que más allá de la belleza y la descripción del mundo, no pocas veces ha sido también un vehículo de esperanza, de consuelo y rebelión. O cuando un escritor aborda el tema de la memoria, como tú has hecho.
R. A.: Cuando escribí, ya hace unos años, Visiones desde el fondo del mar, quería hacer este abordaje de la memoria a partir de un principio sencillo de explicar, pero complejo de aplicar, y es que todo en nosotros está filtrado, iluminado por lo mítico. Cuando nosotros, por ejemplo, decimos nuestra infancia o cuando la memoria nos traslada a nuestra infancia lo hacemos al revés a través de un filtro mítico. Un nosotros y como comunidades: la comunidad humana, la comunidad que a veces se articula desde patrias, países, poblaciones, ciudades, lo que se quiera y nosotros como individuos. Porque lo que llamamos nuestra infancia —y que para algunos es la edad de oro— no es tanto aquello que ocurrió realísticamente sino que es aquello filtrado por el mito, como las comunidades lo hacen. Para poner un ejemplo clásico y fundador, cuando a través de la épica homérica o la épica griega en general se va fundando la idea de lo que fue el pasado de Grecia, es evidente que lo que traslada la épica homérica a los ciudadanos de Atenas del siglo v no es tanto lo que fue sino lo que el mito elaboró y transfiguró. Por eso Troya, que probablemente fue una barbaridad tipo Sarajevo, transfigurado se ha convertido en un pilar de belleza para los griegos y para nosotros. El mito actúa continuamente. Colectivamente, los pueblos y las comunidades se reflejan en el espejo del mito y nosotros individualmente también. En Visiones desde el fondo del mar me interesaba indagar eso y para resumirlo aquí quise establecer una especie de doble viaje. Lo que actualmente llamamos memoria es un viaje en una sola dirección. El viaje desde a través de lo que llamamos recuerdos, de acceder a los otros de una manera arbitraria. Pero cuando uno a través del arte, y esto es uno de los fundamentos del arte, no solo hace un viaje en una dirección s...

Índice

  1. Después... Cosmopolitismo, humanismo y cultura europea
  2. Humanismo cosmopolita
  3. Bibliografía
  4. Autores mencionados