Foucault, Bourdieu y la cuestión neoliberal
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Foucault, Bourdieu y la cuestión neoliberal

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Foucault, Bourdieu y la cuestión neoliberal

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"Neoliberalismo" es el concepto que tanto Michel Foucault como Pierre Bourdieu eligieron para caracterizar el momento histórico que presenciaron en los últimos años de sus vidas. En ambos casos, sus trabajos fueron interrumpidos por una muerte prematura, dejando inacabadas unas investigaciones que, en su divergencia de estilos y propuestas, nos interpelan hoy con toda su fuerza.Christian Laval nos brinda en este estudio las claves para recuperar el legado interrumpido de Foucault y Bourdieu. En un minucioso recorrido filosófico y político, nos permite comprender tanto la lucidez como las limitaciones de sus propuestas. Estos dos cursos de investigación, separados veinte años entre sí, sientan las bases para pensar las raíces de los ejercicios contemporáneos del poder, cuya dinámica se prolonga de modos cada vez más radicales y violentos a todas las dimensiones de nuestra vida. Su herencia resulta ineludible hoy para desentrañar los mecanismos del ser neoliberal y preguntarse qué política habrá que inventar para combatir su vasto afán de dominio.

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Un nuevo arte de gobernar
La lectura del Nacimiento de la biopolítica plantea una serie de problemas que no se pueden considerar despreciables. Empezando por el de saber de qué se trata precisamente. Las interpretaciones hacen de él por lo general un curso sobre el neoliberalismo. Pero ¿es un curso sólo sobre el neoliberalismo, o sobre las relaciones entre liberalismo clásico y neoliberalismo, o incluso, sobre las relaciones entre liberalismo y biopolítica, o también, finalmente, entre las distintas formas de neoliberalismo, alemán, francés, norteamericano?32 Incluso podemos preguntarnos si no se trata de un curso que concierne a un problema todavía más fundamental: el nacimiento del liberalismo, o bien el de la política moderna. Para ver más claro, partamos de la pregunta tal como es formulada en el título del curso. Aunque las lecciones tratan en lo esencial del arte liberal de gobernar, y aunque algunas de ellas abordan la cuestión del neoliberalismo en sus formas más contemporáneas, nunca precisan de forma demasiado clara el vínculo entre la «biopolítica» anunciada en el título y este arte liberal, luego neoliberal, de gobernar. Salvo para plantear, en el resumen del curso redactado en forma de un balance, que el liberalismo constituía un marco particularmente problemático para el «nacimiento de la biopolítica». En efecto, pues para un sistema semejante, «preocupado por el respeto de los sujetos de derecho y de la libertad de iniciativa de los individuos», la gestión de los fenómenos relativos a la población mediante «dispositivos de seguridad» se presentaba como un «desafío».33 Habría que entender, por tanto, que este examen de la relación «liberalismo/biopolítica» no es más que una introducción a la «biopolítica» que no tuvo continuación.34
Cuando Foucault introdujo el concepto de «gubernamentalidad» se trataba para él de una forma de poder circunscrita en el tiempo y que estaba perfectamente correlacionada con la biopolítica definida como gestión de la población: «Por gubernamentalidad entiendo el conjunto constituido por las instituciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos y las tácticas que permiten ejercer esta forma bien específica, siempre muy compleja, de poder que tiene como blanco principal la población, como forma principal de saber la economía política, como instrumento técnico esencial los dispositivos de seguridad».35 Esta primera definición de la «gubernamentalidad» estaba pues vinculada a un tipo histórico muy particular de política, la biopolítica, cuyo objetivo son los grandes movimientos oscilatorios que afectan a la vida de las poblaciones (morbilidad, nacimiento, muerte, sexualidad, pobreza y riqueza, precio de los productos alimenticios, etcétera). Pero la «gubernamentalidad» adquirirá un sentido mucho más amplio, intercambiable con el «arte de gobernar» o la «racionalidad gubernamental», para designar las formas muy concretas, a menudo finas e invisibles, con las que se dirige a los individuos. Concierne, por tanto, al tipo de acción que permite que un individuo haga lo que otro espera de él, pero también a los modos en que los individuos eluden llevarlo a cabo. Con este concepto, son los dispositivos, los marcos, los «medios», lo que ocupan el centro del análisis y constituyen las condiciones a través de las cuales pueden desarrollarse las conductas esperadas. Como se ve, la problemática de la «gubernamentalidad» y su célebre definición del «gobierno de las conductas» están muy directamente vinculadas al modo en que Foucault se deja «trabajar» por su objeto de investigación: el gobierno liberal y neoliberal. Y cuando afirma que «gobernar [...] es estructurar el campo de acción posible de los otros»,36 da una definición general —extraída muy directamente de su mismo material— de lo que significa gobernar.
Foucault trata de comprender cómo se han podido conciliar prácticamente un arte de gobernar específicamente liberal, cuyo principio es la limitación de su ejercicio, y una política que extiende sus tecnologías a la población, a los espacios de vida, a múltiples actividades y dominios de la existencia. Esta paradoja aparente es el punto de partida de la investigación de Foucault. Se trata para él de considerar la biopolítica como un aspecto de un fenómeno histórico más general que es la «razón liberal», de «estudiar el liberalismo como marco general de la biopolítica».37 En suma, el punto de partida de Foucault consiste en vincular la gestión de la población, planteada como característica principal de la política moderna, con una racionalidad gubernamental liberal basada en la manipulación de los intereses mediante la propia organización de la libertad económica de los mercados y el juego de los precios.38 La biopolítica sólo puede entenderse por su lado operatorio, y este lado operatorio es precisamente la gubernamentalidad, es decir, el gobierno de los hombres a través de sus intereses. De ahí este largo rodeo, por el que alguna vez se disculpó, por el arte de gobernar liberal y neoliberal. Pero, como veremos, este rodeo le lleva más lejos, sin duda, de lo que él mismo imaginaba, ya que se verá llevado a hacer del neoliberalismo un objeto conceptual en sí mismo.
La gubernamentalidad liberal
La primera pregunta, por tanto, es qué entiende Foucault exactamente por «liberalismo»: ¿un régimen, una práctica, una doctrina? Foucault adopta el liberalismo como objeto bastante tardíamente.39 Lo estudia desde dos puntos de vista: como práctica o arte de gobierno, que supone tecnologías y dispositivos particulares, y como reflexión sobre el ejercicio del gobierno. Para Foucault, lo que importa analizar es la articulación entre los enunciados y las prácticas.40
En el liberalismo, lo que le interesa no es tanto una doctrina de la libertad como una determinada racionalidad política surgida en el siglo XVIII en reacción a las prácticas administrativas y reglamentarias del «Estado de policía» monárquico. Este último estaba regido por la «razón de Estado», que apuntaba a la maximización del poder estatal basándose, no ya en la vieja sabiduría virtuosa del soberano, sino en el cálculo de las fuerzas. En reacción a esta lógica, cuyos objetivos son por principio ilimitados, el liberalismo se plantea una pregunta: ¿cómo no gobernar demasiado? La respuesta liberal ya no concierne directamente a las cualidades del soberano (sabiduría, virtud, fidelidad cristiana a las leyes divinas, leyes supremas del reino, orden de las cosas, etcétera), sino a los propios gobernados, o más exactamente las propiedades, los derechos y las capacidades que se les suponen. Sólo ellos pueden instaurar una racionalidad cuyo principio subjetivo es el interés personal y el efecto objetivo la limitación del poder del soberano. El arte de gobierno liberal se basa, por tanto, en los derechos y la racionalidad de los propios gobernados. Entonces surgen dos grandes modalidades de esta respuesta, que se conjugan y se superponen a menudo: la lógica jurídica de los derechos innatos del hombre, que constituyen, por medio de ciertas transacciones necesarias para justificar la existencia de un gobierno, límites al ejercicio abusivo del poder; la lógica utilitarista, cuyo objetivo es controlar las políticas y las leyes mediante sus efectos mensurables sobre el bienestar de los gobernados. El primer principio de limitación es exterior al gobierno, se traduce en «estatutos», «declaraciones», «constituciones», escritas o no. El segundo principio es interior o inmanente a la práctica gubernamental. Se traduce en cálculos, cuentas y balances sobre los efectos del gobierno. En el primer caso, el gobernado es de entrada un sujeto jurídico; en el segundo, un sujeto económico. Conformidad a principios jurídicos o medida de las producciones en relación con la utilidad general: éstos son los modos de limitación que constituirán los dos grandes ejes de la «gubernamentalidad» liberal en los siglos XIX y XX.
La pregunta liberal de «cómo no gobernar demasiado» es tratada, como hemos visto, en la perspectiva de su articulación con una «política de la vida». Esta biopolítica pretende actuar sobre los grandes conjuntos humanos que son las «poblaciones» y su objetivo es obtener resultados en materia de alimentación, salud, higiene, mortalidad y natalidad, hábitat o educación. ¿Cómo intervenir en estos grandes procesos, estos flujos, estas circulaciones, estas oscilaciones? Tal es el problema del ejercicio del poder en su rel...

Índice

  1. Introducción
  2. Primera parte: Michel Foucault. ¿Cómo nos gobierna el neoliberalismo?
  3. Introducción. El poder en presente
  4. 1 Un nuevo arte de gobernar
  5. 2 La coherencia política del neoliberalismo
  6. 3 Gobernar a través del mercado
  7. 4 La actualidad del neoliberalismo a finales de los años 1970
  8. 5 Un análisis inacabado
  9. Segunda parte: Bourdieu: la dominación neoliberal
  10. Introducción. Teoría sociológica y neoliberalismo
  11. 6 El compromiso contra el neoliberalismo
  12. 7 Una sociología críticade los mundos encantados
  13. 8 De la crítica de la escolástica económica al análisis del neoliberalismo
  14. 9 ¿Qué es la «revolución neoliberal»?
  15. 10 Las implicaciones políticas de la sociología del neoliberalismo
  16. Conclusión. Foucault, Bourdieu y nosotros
  17. Agradecimientos