CAPÍTULO V
Metodología y técnicas de masaje. Su acción fisiológica
Metodología y técnicas de masaje. Su acción fisiológica
Para describir las técnicas del masaje, observaremos el orden habitual del sistema soviético de masaje deportivo. Por otra parte, se utilizan algunas expresiones específicas. Cuando nos referimos a que la mano se mueve hacia adelante, significa que se desliza hacia adelante con el dedo mayor y con el índice. Si hablamos del movimiento reverso de la mano, significa que vuelve con el dedo meñique. La pierna o el brazo más cercano designan la extremidad que está más cerca del masajista, que está sentado o de pie en posición perpendicular al paciente. La pierna o el brazo más alejado son los que están más lejos del masajista.
Si los ejes perpendiculares (ejes de los hombros) del cuerpo del masajista y del cuerpo del paciente son perpendiculares entre sí, decimos que el masajista está situado “perpendicularmente” en relación al paciente; si dichos ejes son paralelos, el masajista está situado “longitudinalmente”.
El estudio de la metodología y las técnicas del masaje se basa en las reglas siguientes:
1. Todas las técnicas del masaje deben ejecutarse según el sentido de las vías linfáticas, en dirección a los ganglios linfáticos más cercanos,
2. No hay que hacer masaje en los ganglios linfáticos.
3. La posición del paciente debe evitar la tensión en las zonas donde se efectúa el masaje y contribuir a una total relajación del cuerpo.
4. Las técnicas de masaje no deben provocar sensaciones de dolor.
5. Cuando se ejecuta cualquier técnica de masaje, es indispensable, observar un ritmo determinado, un ritmo de movimientos y una fuerza de presión (compresión).
6. Hay que hacer el masaje de las extremidades más próximas y de las zonas lejanas del tronco (en la zona del cuello, la espalda, la pelvis, los músculos pectorales y oblicuos del estómago).
Para efectuar el masaje clásico es indispensable conocer las técnicas siguientes y el orden de su aplicación durante la sesión de masaje: 1) roce superficial, 2) estiramiento, 3) amasamiento, 4) la percusión, 5) la fricción, 6) los movimientos activos y pasivos, los movimientos con resistencia, 7) los golpes, 8) la sacudida.
La ilustración 15 representa la dirección de las manos para la ejecución de cada técnica.
Cada técnica de masaje ejerce una acción fisiológica específica en cada sistema del organismo y en el organismo en general (Véase cuadro).
El roce superficial
El roce superficial es una de las técnicas de masaje más antiguas y divulgadas tanto en la práctica como en el masaje terapéutico. El roce superficial sirve sólo para el masaje de la piel. Es una técnica suave que se ejecuta con la superficie de la palma de la mano muy relajada. Cuatro dedos cerrados y el dedo gordo está lo más separado posible de los demás. La mano debe intentar abarcar una zona muy amplia. Hay que efectuar el roce superficial tranquila, rítmica y suavemente, deslizando la mano (o las manos) por la piel.
Cuando se ejecuta el roce superficial, se eliminan mecánicamente las células muertas de la epidermis, mejora la respiración cutánea, se intensifica la función secretora de las glándulas sebáceas y sudoríparas, se incrementa el tono muscular y cutáneo, y la función de contracción de las glándulas cutáneas. El roce superficial es una gimnasia para los vasos sanguíneos de la piel; los ensancha, permite abrir los capilares de reserva.
Ilustr. 15. Dirección de las manos para la ejecución de las técnicas de masaje:
a) en línea recta; b) en zigzag, c) en espiral, d) circular, e) con trazos.
Ilustr. 16. Posición de la mano para el roce superficial
El roce superficial hace aumentar la temperatura local, produce una agradable sensación de calor y permite el ensanchamiento de los vasos, lo cual provoca un aflujo de sangre arterial hacia la zona donde se hace el masaje y facilita una nueva distribución de la sangre en el organismo.
El roce superficial contribuye a intensificar el reflujo de sangre venosa y de linfa, se eliminan los fenómenos de estancamiento, se activa el tono de las fibras musculares cutáneas, y mejora la elasticidad y flexibilidad de la piel.
El roce superficial aumenta la actividad vital de los elementos celulares de las capas profundas de la piel, aumenta el número de eritrocitos y de trombocitos.
Dicha técnica elimina la tensión del sistema nervioso y una aplicación continuada actúa como efecto anestésico, por esta razón se utiliza en el masaje terapéutico para las lesiones deportivas. En las zonas reflexógenas (nuca, cuello, parte superior del pecho, epigástrica, zona del vientre, etc.), ejerce una influencia beneficiosa en los cambios patológicos de los distintos tejidos y órganos internos.
En la práctica deportiva, se utiliza mucho el roce superficial, especialmente en un estado de fuerte excitabilidad, en el masaje previo a la participación en competiciones, y en la sesión de masaje después de las cargas psicofísicas.
En los hombres, cuando se efectúa el roce superficial es preciso “evitar” el pezón. En las mujeres, el roce superficial se efectúa más arriba y abajo de las glándulas mamarias; las glándulas mamarias sólo se trabajan por prescripción facultativa.
Tipos de roce superficial
En la práctica deportiva los tipos de roce superficial más difundidos son los siguientes: en línea recta, transversal, en zigzag, combinado, concéntrico. Dichas técnicas pueden efectuarse en posición perpendicular o longitudinal respecto a la parte del cuerpo donde se hace el masaje.
En la mayoría de los casos, el roce superficial se hace con la palma de la mano (ilustr. 16, parte rayada) o formando un cojín con uno, dos o tres dedos.
Roce superficial lineal. El masajista está de pie, perpendicular al paciente. La mano relajada se mueve hacia adelante.
Roce superficial en la espalda. El paciente está en decúbito prono, apoya la frente sobre los dedos cruzados o en el reverso de las manos, con el rostro en posición lateral contraria a la zona donde se efectúa el masaje. El masajista coloca la mano en el músculo largo de la espalda en la zona lumbar. Cierra los cuatro dedos a lo ancho del músculo, y abre el dedo pulgar a lo largo del músculo. La mano hace un movimiento ascendente, y recorre el surco de la espalda hasta el principio del cuello (ilustr. 17a). Al finalizar el roce superficial de la región de los músculos dorsales largos, se une el dedo gordo a los demás dedos y se lleva a cabo el roce superficial en los haces superiores del trapecio. Luego la mano vuelve y se detiene un poco más abajo para efectuar el roce superficial en una nueva zona (ilustr. 17b).
Ilustr. 17. Roce superficial lineal en la espalda.
a: en los músculos dorsales largos,
b: en la zona media,
c: en los músculos dorsales.
Para efectuar el masaje en el músculo más ancho de la espalda, la mano se detiene en los músculos oblicuos del abdomen con los cuatro dedos tocando casi la camilla y el dedo pulgar muy abierto (ilustr. 17c). El movimiento del roce superficial se efectúa hacia arriba. Los cuatro dedos llegan hasta la axila y el dedo pulgar llega hasta el destoides.
El masajista debe saber que cuando el paciente está en decúbito prono, las desviaciones fisiológicas de la columna pueden ser niveladas con cojines, lo cual es particularmente importante en caso de la lordosis limbar.
Se colocan pequeños cojines en la zona de los grandes músculos pectorales de las mujeres para que la presión en las glándulas mamarias no resulte dolorosa.
El roce superficial en el cuello y en el trapecio. La técnica se ejecuta en el lado adecuado. El paciente apoya la cabeza sobre los dedos cruzados e inclina la barbilla hacia el pecho. Se inicia el roce superficial desde el cuero cabelludo. Luego se desliza la mano hacia abajo, hacia la zona de la articulación del hombro. El dedo pulgar roza superficialmente la parte media de la cabeza y la zona de los haces superiores del trapecio, mientras los cuatro dedos restantes rozan el cuello. Es más fácil hacer el masaje del lado derecho del cuello con la mano izquierda, y viceversa.
El roce superficial en las extremidades superiores. La extremidad superior se sitúa a lo largo del cuerpo con la palma de la mano hacia arriba y se desvía ligeramente hacia el codo para lograr una mayor relajación de la musculatura. Se efectúa el roce superficial de la parte interna del hombro, desde el cuello hasta la axila (cuatro dedos hacen el roce superficial en el bíceps, y el dedo pulgar lo hace en el tríceps, y luego en el antebrazo (ilustr. 18). Luego se coloca el brazo donde ya se ha efectuado el masaje delante de la cabeza a unos 15-20 cm de distancia, girando la cabeza hacia el lado opuesto. Se hace el roce superficial en el hombro y luego en el antebrazo. El masajista puede permanecer sentado mientras efectúa el masaje de los brazos.
Ilustr. 18. Roce superficial recto en la parte interna del antebrazo.
El roce superficial en la zona lumbar. Se efectúa igual que en la espalda (ilustr. 19). Se inician los movimientos desde la zona del sacro y se sigue el movimiento hasta las costillas, hacia los músculos oblicuos de abdomen.
El roce superficial en los músculos glúteos. El masajista da la espalda a la cabeza del paciente. El dedo pulgar debe estar a lo largo del pliegue entre l...