Historia de Irlanda (3ª ed.)
eBook - ePub

Historia de Irlanda (3ª ed.)

  1. 480 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Historia de Irlanda (3ª ed.)

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Nueva edición de este clásico relato de la lucha nacional irlandesa y su avance en el mundo moderno. Desde los primeros momentos de la historia de Irlanda al proceso de paz, suautor arroja luz sobre los protagonistas y los acontecimientos que han contribuido a construir la actual sociedad de Irlanda del Norte y del Sur.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Historia de Irlanda (3ª ed.) de John O'Beirne Ranelagh, Alfredo Brotons Muñoz en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historia británica. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2014
ISBN
9788446043485
Edición
1
Categoría
Historia
1
Inicios
Los huesos humanos encontrados en una cueva del condado de Waterford en 1928 indican que los primeros irlandeses pueden datar de antes del 9000 a.C. Sin embargo, las pruebas son poco fiables, y de cualquier forma no habrían sobrevivido al último periodo frío que puso fin a las glaciaciones hacia el 7000 a.C. Los primeros signos de vida humana importantes datan de mediados del séptimo milenio a.C. En los veinticinco mil años anteriores floreció una gran variedad de vida animal, de entre la que destaca el ciervo gigante irlandés, con astas que alcanzaban más de tres metros; mamuts peludos parecidos a los elefantes, hienas, lobos y zorros. Conforme cambiaba la temperatura, así cambiaba la flora, e Irlanda tuvo bosques tropicales, tundra y vegetación abierta. La orografía del país se formó incluso antes. Las montañas de Mourne y otras formaciones geológicas conocidas se crearon hace unos 75 millones de años al enfriarse la lava fundida. Hace doscientos mil años la gigantesca fuerza del hielo esculpió y abrió drumlins y profundos valles como el Gap of Dunloe.
Hasta hace unos nueve mil años, Irlanda estaba unida a Gran Bretaña. Conforme el clima de la Tierra se calentaba, el hielo se derretía, subía el nivel de los mares, e Irlanda perdió su unión terrestre con Gran Bretaña, convirtiéndose en una isla situada en el extremo noroccidental de la plataforma continental europea, separada de sus vecinos por mares poco profundos. Una caída de 106 metros en el nivel del mar uniría de nuevo el sudeste de Irlanda con Gales, mientras que una caída de unos 182 metros dejaría al descubierto el fondo del mar hasta Francia y unos 250 kilómetros de plataforma continental atlántica, al oeste de las provincias de Munster y Connaught. Gran Bretaña mantuvo la unión terrestre con el continente europeo a lo largo de la cuenca meridional del mar del Norte con Bélgica, los Países Bajos y la parte noroccidental de Alemania durante mucho más tiempo. Este hecho explicaría por qué en Gran Bretaña, a diferencia de Irlanda, se pueden encontrar serpientes. Cuando estas alcanzaron el oeste de Gran Bretaña después del periodo glacial, Irlanda ya era una isla (aunque la leyenda dice que fue san Patricio, patrón de Irlanda, el que acabó con las serpientes).
Sin embargo, los primeros seres humanos que poblaron las islas Británicas cruzaron estos puentes terrestres antes de que el nivel del mar los sumergiera, alcanzando Irlanda probablemente a través de una unión terrestre desde Escocia. Cuando esta unión también quedó sumergida, alrededor del 6700 a.C., Irlanda se quedó aislada frente al Atlántico. Los primeros pobladores se encontraron con un país cuyas principales características orográficas ya habían sido formadas. De los ocho millones de hectáreas del país, una octava parte estaba formada por colinas y montañas de inhóspita roca, desnuda a causa del hielo, del viento y de la lluvia. La mayor parte del resto era bosque, pero para el año 3000 a.C. otra octava parte se había convertido en ciénagas al hundirse los árboles y otras formas de vegetación en lagos y arroyos. Los seis millones de hectáreas restantes, la mayor parte buena tierra de labor, no fueron explotados plenamente hasta el comienzo del siglo XX, y con él una mayor eficacia agrícola y políticas de reforestación. Pero hace 8.500 años, antes del asentamiento humano masivo, Irlanda, al igual que Gran Bretaña, estaba formada por una cubierta de densos bosques de árboles de hoja caduca solamente interrumpida por lagos, montañas, arroyos y ríos, proporcionando así el hábitat adecuado para la vida animal y el alimento y refugio para los primeros irlandeses.
Las primeras comunidades en Irlanda estaban compuestas por culturas del Mesolítico. Existen opiniones contrarias en cuanto a su origen y los primeros asentamientos. No vivían de la agricultura, sino que recogían alimentos y cazaban animales salvajes. En su mayoría, parece que habitaban cerca de las costas o de las orillas de ríos y lagos. Es probable que realizaran viajes por mar, aunque en embarcaciones muy primitivas, posiblemente barcas de mimbre cubiertas de pieles, similares a las que han sobrevivido hasta la actualidad en el oeste de Irlanda. Su primitiva economía se mantuvo sin variaciones durante más de dos mil años, hasta que el conocimiento sobre la domesticación de animales y el cultivo de plantas llegó a Irlanda durante el cuarto milenio a.C. Incluso entonces, las formas de vida mesolíticas continuaron durante quizá dos mil años después de que los primeros agricultores comenzaran a poblar el país.
Se tienen pocos conocimientos sobre el hombre mesolítico en Irlanda. No se ha hallado ninguna tumba mesolítica (una de las principales fuentes de información para los arqueólogos), y solo se han descubierto huellas importantes de una comunidad mesolítica en el Mount Sandel, en el condado de Londonderry. Las excavaciones en este lugar han mostrado los agujeros de los postes de unas chozas redondas de aproximadamente seis metros de diámetro, con una chimenea central y fosos. Es probable que el yacimiento del Mount Sandel fuese una residencia de invierno, más compleja que las utilizadas en otras épocas del año. La otra fuente principal de información sobre estos pobladores proviene del gran número de vertederos encontrados. Estos contienen restos de animales marinos –moluscos, crustáceos y peces–, aves y a veces mamíferos, junto con utensilios de piedra y sílex y la gravilla producida durante la elaboración de herramientas. Sin embargo, no existe ningún indicio claro de la cultura religiosa o lingüística, y mucho menos de la composición étnica de estos irlandeses. De cualquier manera, lo que estas excavaciones sí evidencian es el hecho de que a partir del año 3500 a.C. los agricultores neolíticos comenzaron a llegar hasta las áreas de los cazadores-recolectores del Mesolítico, asimilando a estos.
En comparación con los pobladores mesolíticos, los agricultores neolíticos eran sofisticados y técnicamente avanzados. Tuvieron igualmente un gran impacto sobre el medio natural, talando grandes zonas, usando herramientas de piedra pulida para arar y plantar cultivos. Criaban rebaños de ovejas y vacas, y las comunidades neolíticas se adentraron en el interior del país. Su forma de vida agrícola, con animales domesticados, complementaba la economía basada en la pesca de bajura y la caza de sus predecesores mesolíticos, siendo esta probablemente la razón que explique por qué ambas formas de vida coexistieron durante tanto tiempo.
Los pobladores neolíticos en Irlanda eran originarios de Oriente Medio, desde donde se vieron gradualmente obligados a emigrar conforme una población creciente en su lugar de origen aumentaba la necesidad de nuevas tierras de cultivo. Hacia el año 5000 a.C. se habían trasladado a través de los Balcanes, a lo largo de la costa mediterránea hacia Francia y España, y desde allí hacia el norte, hasta los Países Bajos y Gran Bretaña. Llevando consigo sus propios cultivos y animales, probablemente navegaron en barcas de mimbre cruzando el mar desde España, Bretaña y Portugal hasta Irlanda. Las pruebas no son del todo claras, pero es posible que también introdujeran la cerámica, decorando y modelando vasijas de fondo redondo para almacenar alimentos y con fondos más gruesos para cocinar.
El yacimiento neolítico más impresionante descubierto hasta la fecha en Irlanda es el del lago Gur, en la península de Knockadoon, a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad de Limerick. Las excavaciones tuvieron lugar principalmente en los años treinta y cuarenta, y revelaron la estructura doméstica de una primitiva comunidad agrícola irlandesa. Las casas estaban construidas con cimientos de piedra, unas redondas, otras rectangulares, y con muros exteriores de madera rellenos de terrones de turba. Usaban hachas de piedra pulida con mango de madera y picos hechos de asta de ciervo. Tenían agujas, punzones y otros instrumentos de hueso para hilar lana y fabricar vestidos y prendas de abrigo. Las flechas y puntas de lanza de sílex son una prueba clara de que los nuevos pobladores, además de agricultores, también cazaban. Las pulseras y otros adornos de cuentas de piedra y hueso demuestran que probablemente se interesasen tanto por su aspecto como hoy día. Incluso llegaron a crear factorías para producir hachas de piedra; sin embargo, el legado más sorprendente de los agricultores neolíticos lo constituyen los enormes dólmenes y megalitos construidos para honrar a sus muertos.
Existen diversos tipos de yacimientos funerarios neolíticos en Irlanda, lo cual sugiere que estos pobladores llegaron de distintos lugares y en sucesivas oleadas. Hay indicios de que los primeros monumentos funerarios neolíticos estuviesen construidos de madera, y solamente fueron superados posteriormente por las construcciones hechas en piedra. Ya fuesen de madera o de piedra, todos consistían en una galería o cámara central que estaba cubierta de tierra para formar un túmulo. Se cree que las tumbas de piedra más antiguas, que datan del año 3000 a.C., son las que se conocen por el nombre de «patio de túmulos», las cuales son especialmente numerosas en la mitad norte del país, lo que sugiere que estaban relacionadas con un grupo inmigrante neolítico determinado. Estas edificaciones estaban caracterizadas por tener una larga galería de piedra lisa con un techo formado por una losa de piedra cubierta de tierra, además incorporaban un patio abierto –a veces en mitad de la galería, pero era más frecuente su situación en uno de los extremos–. Las tumbas eran colectivas y los cadáveres, a veces incinerados, a veces enterrados, eran colocados en la galería con sus pertenencias personales, lo que indica que su religión creía en una vida posterior. El patio aparentemente se usaba para enterramientos y, sin duda, ritos religiosos.
Abundan igualmente tumbas de otras tradiciones. Los «pasillos mortuorios» son especialmente numerosos en el norte y el este de Irlanda, formando algunos de los ejemplos más espectaculares de la arquitectura de la Edad de Piedra. Estas tumbas se encuentran normalmente en la cima de una colina, agrupadas en cementerios, con un corredor de piedra que conduce a una cámara mortuoria, cubierto todo ello por mojones de tierra. Las más antiguas datan del 2800 a.C., y el ejemplo más importante de yacimiento de pasillos mortuorios, uno de los más notables de Europa occidental, se encuentra en el río Boyne, en Newgrange, Knowth y Dowth, cerca de Drogheda, en el condado de Meath, datado en el 2500 a.C. Los muros de piedra de la cámara mortuoria, al igual que ocurre en otros pasillos mortuorios, están decorados con elaboradas tallas de formas onduladas, espirales y en zigzag. Los cuerpos eran incinerados y, al igual que en las tumbas de patio de túmulos, dispuestos en la cámara junto a objetos de cerámica, cuentas y herramientas. En Newgrange, lo extenso y complicado de las tallas sugiere que algunos de los modelos posiblemente tuvieran significado religioso, pudiendo incluso describir figuras y rostros humanos altamente estilizados. Los constructores de Newgrange lo diseñaron de tal manera que el sol pudiese entrar en la cámara solamente una vez al año, alrededor del solsticio de invierno, lo que indica que sus constructores posiblemente tuviesen conocimientos de astronomía y que el sol desempeñaba un papel importante en sus ceremonias religiosas.
La existencia de pasillos mortuorios y formas artísticas similares fuera de Irlanda –especialmente en Bretaña y la península Ibérica– apoya la idea de que estos pueblos pertenecían a un grupo de inmigrantes llegados por mar, con tradiciones ancestrales y relacionadas con las civilizaciones urbanas en desarrollo en el Mediterráneo. Es más, a partir del tamaño y posición de los yacimientos de los pasillos mortuorios, los arqueólogos han podido hacerse una idea sobre la sociedad de sus constructores. Mientras que las tumbas se agrupan en cementerios usados de manera comunal, las más grandes parecen estar destinadas a los jefes y sus familias, agrupándose las tumbas más pequeñas a su alrededor, prueba evidente de un orden social jerárquico que se mantenía después de la muerte.
Otro tipo de tumba en forma de cámara eran los «dólmenes», construidos durante el periodo neolítico y probablemente derivados de la cultura de las tumbas de patio de túmulos. Se trataba de una cámara única, con piedras verticales que servían de apoyo a una gran piedra horizontal que más tarde era cubierta de tierra para formar un montículo. Se hallan ubicadas principalmente en el norte y el este del país y tienden a encontrarse más hacia el interior que las tumbas de patio y de pasillo, lo que sugiere que sus constructores habían penetrado más en el interior de los bosques y por tanto eran posteriores a las culturas de las tumbas de patio y de los pasillos mortuorios. El coronamiento de algunos dólmenes pesa unas cien toneladas, crudo testimonio del ingenio y la capacidad técnica de estos pobladores de la Edad de Piedra.
El cuarto tipo de tumba megalítica, en general posterior, es la del tipo de «cuña», que consistía en una cámara principal única con muros y techo formados por losas de piedra rectangulares, estrechadas por un extremo para producir un efecto en forma de cuña. Se han encontrado casi cuarenta, predominantemente en el sudoeste, a menudo cerca de depósitos de metales, lo que indica que representan a individuos de la Edad del Bronce más que del Neolítico. Es muy posible que los constructores de tumbas de cuña se encontrasen entre los primeros grupos que usaron los metales en Irlanda, y que su economía agrícola dependiera más del ganado y de los pastos que la de sus predecesores neolíticos, pues estas tumbas se encuentran normalmente en suelos ligeros y bien drenados. Los cadáveres incinerados o, si estaban enteros, en cuclillas, eran colocados dentro de la caja de piedras en cuña junto con vasijas, adornos y otros utensilios. Las tumbas se usaban individual y no colectivamente, aunque a menudo estaban agrupadas.
El uso del cobre, oro, plata y plomo se desarrolló en Oriente Próximo alrededor del 3500 a.C., y la experimentación con aleaciones llevó al descubrimiento del bronce a finales del tercer milenio a.C. La dureza del bronce hizo posible la fundición compleja de metales e igualmente proporcionó a las armas y herramientas una superficie de corte más dura. En el periodo anterior al 2000 a.C. se produjeron nuevas migraciones en Europa que finalmente alcanzaron las islas Británicas.
El grupo que introdujo la Edad del Bronce en Irlanda es conocido como «Cultura del vaso campaniforme» debido a sus vasijas con esta forma, y p...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portadilla
  3. Contra
  4. Legal
  5. Prólogo a la primera edición
  6. Prólogo a la segunda edición
  7. Prólogo a la segunda edición actualizada
  8. Prólogo a la tercera edición
  9. 1. Inicios
  10. 2. Ascendencia
  11. 3. Unión
  12. 4. ¿Autogobierno?
  13. 5. Alzamiento
  14. 6. Sur
  15. 7. Norte
  16. 8. Otro país
  17. Apéndice: cronología de la historia de Irlanda
  18. Bibliografía
  19. Publicidad