SÍNTESIS y RECURSOS interpretativos del PAISAJE
Cuando se pinta un paisaje, no se trata sólo de elegir un lugar atractivo y reproducirlo fielmente. Antes es necesario reconocer los elementos que lo componen, estudiar los aspectos cambiantes, decidir el color de cada término, etc. Se empieza por estudiar los efectos básicos y, paulatinamente, se abordan aspectos más difíciles.
La primera parte de este libro pretende ser una guía para que el lector estudie de una manera fácil y comprensible las consideraciones básicas que el artista debe prever antes de empezar a pintar un paisaje: la composición, la interacción del color, el efecto de profundidad, la representación de la climatología y la interpretación.
Del esquema al PAISAJE
Sabemos que todas las formas de la naturaleza se pueden reducir a unas pocas líneas esquemáticas. Éste es un buen punto de partida para situar a grandes rasgos el dibujo del paisaje sobre el papel. Los esquemas preparatorios, por pequeños y rudimentarios que sean, resultan siempre útiles porque estimulan la observación objetiva y ayudan a precisar el carácter de la composición.
Un horizonte elevado resta importancia al cielo y concentra la atención hacia el terreno.
Sintetizar los planos
Antes de empezar a pintar, hay que saber sintetizar el paisaje con unas pocas líneas decisorias que estructuren la composición principal y los términos. Los trazos deben delimitar los planos.
El tratamiento debe ser geométrico y minimalista y no incluir detalles, perfiles ni formas complejas.
Unas cuantas líneas bastan para situar los principales elementos.
Las curvas ofrecen un tratamiento rítmico y se adaptan mejor a las formas de la naturaleza.
Ley de la curvatura
Tiene su principio en que todas las formas naturales se basan en curvas en lugar de rectas. Por lo tanto, a fin de lograr un buen esquema compositivo es necesario que las líneas que lo definen sean, a ser posible, líneas curvas con preferencia a líneas rectas o angulosas.
FORMAS GEOMÉTRICAS
Encuadrar es componer; por lo tanto, al esbozar un paisaje debemos tratar de encontrar formas geométricas que nos permitan sintetizar las siluetas.
Luego sintetizamos los diferentes planos en rectas diagonales, elipses y formas cónicas, mientras que los campos y las montañas presentan perfiles triangulares.
Detectando estas formas básicas en la naturaleza conseguimos o bien un esquema preparatorio listo para empezar a pintar o una obra terminada con aportaciones planas de color.
El horizonte medio es el que proporciona más equilibrio entre los términos.
Consejo
Una manera de facilitar el dibujo es trazando previamente una recta horizontal y otra vertical que dividan el soporte en cuatro cuadrantes. Ayuda a situar el centro del cuadro y el resto de elementos en su cuadrante.
El horizonte bajo da mayor relevancia al cielo, siendo esta opción la ideal para trabajar nubes.
La línea del horizonte
El horizonte, allí donde se encuentra la tierra con el cielo, es tan fundamental para nuestra experiencia que una pintura abstracta puede transformarse en un paisaje con sólo dividirla mediante una línea horizontal. De ahí que el primer trazo que debamos realizar sea la línea del horizonte.
Un horizonte elevado
Los horizontes elevados tienden a suprimir los primeros planos y dar más relevancia a la extensión del paisaje. Favorecen el estilo descriptivo que individualiza cada accidente del terreno. En los paisajes muy llanos, un horizonte elevado suele ser la mejor opción.
Un horizonte medio
Con un horizonte en la mitad del cuadro existe un mayor equilibrio entre el primer plano y el último. Conviene evitar que el horizonte divida el papel en dos mitades iguales. Es aconsejable colocar la línea algo por encima o por debajo de la mitad del papel.
Un horizonte bajo
La línea del horizonte baja no permite la alternancia de términos: con muy poco recorrido llegamos al cielo. Los elemen...