Newton y la gravedad
eBook - ePub

Newton y la gravedad

  1. 120 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Newton y la gravedad

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Newton es uno de los científicos más influyentes de la historia. No solo desarrolló y formuló la teoría de la gravedad, proporcionando a la humanidad un primer atisbo del funcionamiento del universo, sino que, además, descubrió el concepto de fuerza, la naturaleza de la luz y cambió nuestra manera de calcular. Los descubrimientos de Newton transformarían para siempre la forma en que percibimos el mundo. Newton y la gravedad resume brillantemente la vida y la obra de Newton, y explica, de un modo claro y accesible, el significado y la importancia de los descubrimientos que realizó, así como la manera en que éstos han transformado nuestra vida diaria.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Newton y la gravedad de Paul Strathern, Marta Fontes en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historia de la ciencia. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2014
ISBN
9788432316883
Edición
1
Categoría
Historia
Vida y obra
Isaac Newton nació el día de Navidad de 1642, en una casa solariega de la aldea de Woolsthorpe, en Lincolnshire. Casualmente, su gran predecesor científico, Galileo, había fallecido unos meses antes.
En el árbol genealógico de Newton no hay rastro de antepasados excepcionales. Su padre, que también se llamó Isaac Newton, era un boyante pequeño terrateniente incapaz de escribir su propio nombre. Según su familia, se trataba de «un hombre débil, violento y extravagante» que murió tres meses antes de que naciera su hijo. Su madre era hija de un caballero local sin un duro, y en general era considerada como una mujer ahorradora, acostumbrada al trabajo duro.
Isaac nació prematuramente, y era «tan pequeñito que cabía en un cacillo de litro». Nadie pensaba que fuese a sobrevivir más de un día. (El caso es que disfrutó de una salud excepcional, y vivió hasta los 84 años.) No habiendo conocido nunca a su padre, el joven Newton iba a «perder» a su madre cuando solo tenía 18 meses: en 1644, Hannah Newton se casaba con Barnabas Smith, de 63 años, un adinerado pastor protestante de la localidad, y se fue a vivir al pueblo de North Witham. El pequeño Isaac se quedó al cuidado de su abuela.
Newton no se recuperó jamás de este traumático suceso, y sus efectos imprimieron una huella indeleble en su carácter. Su vida adulta se vería marcada por incontrolables accesos de rabia, venganzas paranoides y ocasionales periodos de inestabilidad mental. Amaba a su madre, pero esta le había abandonado. No se decidía a odiarla, pero que el cielo ayudase a cualquiera que le proporcionase un blanco sobre el que descargar legítimamente toda la furia que reprimía en su interior.
De hecho, North Witham estaba solo a un par de millas valle arriba. El joven Isaac podía incluso vislumbrar la torre de la iglesia, más allá de los campos, desde la colina que se elevaba junto a su casa. Pero en la práctica había un mundo de distancia. Su verdadero padre estaba «en el cielo», y su madre había sido desterrada a los límites del mundo de su infancia. Durante su vida adulta, Newton se dedicaría en cuerpo y alma a cavilar larga y profundamente acerca de los cuerpos celestes y la naturaleza de la atracción que experimentaban unos hacia otros. No es nada sorprendente que los psicólogos piensen que esto es algo más que pura coincidencia.
Según el testimonio de uno de sus contemporáneos, Newton se convirtió en «un muchacho sobrio, silencioso y pensativo». Pero también era víctima de estallidos ocasionales y de auténticas rabietas. En el transcurso de una de estas rabietas, Newton recordaría posteriormente «haber amenazado a su madre y a su padrastro con quemarlos y quemar su casa». Así que, al parecer, su madre no siempre se libraba de su ira (y además la piromanía, aunque solo sea un pensamiento, rara vez denota absoluta normalidad).
Sin embargo, no era la mente de Newton lo único exaltado por aquel entonces: en el año en el que nació, las acciones de Carlos I, y su creencia en el «derecho divino de los reyes», llevó finalmente a los parlamentarios a desafiar su reinado. La guerra civil resultante azotó Inglaterra durante los seis primeros años de la vida de Newton, y finalizó con la victoria de los parlamentarios y la ejecución de Carlos I en 1649. Durante la guerra civil hubo algunos episodios esporádicos de enfrentamientos y quema de casas en Lincolnshire. Los Newton y otras familias de pequeños propietarios locales se sentían inclinados a apoyar al rey, pero no hasta el punto de tomar las armas.
La victoria parlamentaria –la primera revolución llevada a cabo con éxito en Europa– fue testigo del establecimiento de la Commonwealth de Cromwell (1649-1660), y los posteriores excesos revolucionarios de rigor: se reforzó el puritanismo represivo, todos los bailes y muestras de alegría popular fueron prohibidos, e incluso la Navidad dejó de ser una fiesta en la que se comían dulces para convertirse en un día de oración. Sin embargo, tampoco en este sentido se vieron demasiado afectadas las familias granjeras de Lincolnshire. Llevaban ya mucho tiempo viviendo inmersas en el temor de Dios, leían la Biblia con especial atención y les escandalizaba todo lo relacionado con el sexo. El joven Isaac creció en un hogar de tradición puritana, por lo que adoptó sus costumbres con toda naturalidad. Aprendió a consultar la Biblia para descubrir los deseos de Dios padre, un hábito que conservaría durante toda su vida.
Pero Dios padre no era solo el Dios del cielo, sino también su padre celestial. En el siempre fértil campo de los estudios psicológicos sobre Newton, la mayoría coincide en señalar que Newton se dejaba guiar por una imperiosa necesidad inconsciente de conocer a su padre. Había aprendido de su fe que Dios padre había creado el universo, dejando algunas claves referentes a Su naturaleza e intenciones últimas. Durante toda su vida, Newton no cesó en su obsesiva búsqueda de estas claves en dos campos que venían al caso. Se consagraría por igual al estudio bíblico y religioso y a la búsqueda de la verdad científica. Hasta el final de sus días, Newton estuvo convencido de que era su trabajo religioso el que estaba destinado a perdurar. Por una vez, los hechos alcanzan las mismas cotas de disparate que la psicología.
Cuando Newton tenía 10 años, el reverendo Barnabas Smith murió, y la madre de Isaac volvió a su casa convertida en una mujer relativamente rica. Las plegarias de Newton habían sido escuchadas. A estos hechos siguieron dos años de extraña felicidad, templada por la realidad llena de sentido común de su madre y la presencia adicional de un hermanastro y dos hermanastras. Pero Isaac era el mayor, y al parecer Hannah dependía de él hasta cierto punto. Antes incluso de alcanzar la pubertad, Isaac era «el hombre de la familia» a los ojos de su madre. La elemental confianza en sí mismo engendrada por este precoz reconocimiento materno no habría de abandonarle jamás en sus cruzadas intelectuales, incluso en los momentos en que se hallaba sitiado por enloquecedoras ansiedades.
Cuando tenía 12 años, Newton comenzó a asistir a la escuela secundaria de Grantham, que se encontraba a diez millas de distancia. Se alojaba en casa de Mr. Clark, el boticario, en High Street, al lado de George Inn. En la escuela, sus estudios consistieron casi exclusivamente en latín y griego. Las matemáticas apenas tenían presencia en el programa educativo de la época, que seguía siendo básicamente medieval. Aquel niño sensible y calmado no sentía el menor atisbo de interés por tales estudios, y fue relegado a los últimos puestos de la clase.
Según su propia opinión, Newton permaneció intelectualmente aletargado hasta el día en que el matón de la escuela le golpeó en el estómago. Newton le desafió a una pelea en el patio de la iglesia. En palabras de Conduitt, su primer biógrafo, que transcribió los recuerdos del mismo Newton: «Isaac no era tan fuerte como su antagonista [pero] poseía un carácter y una resolución tan superiores que le vapuleó hasta que el otro declaró que no quería pelear más». Newton había encontrado un blanco legítimo sobre el que descargar la increíble ira que reprimía en su interior. Pero una vez que esto se desató fue imposible volver a controlarlo, y ya no hubo forma de pararle los pies. Darle una paliza a un oponente físicamente superior no era suficiente. Tras su victoria «Isaac le cogió por las orejas, le obligó a acercar la cara al muro lateral de la iglesia y le restregó la nariz contra la pared». Pero ni siquiera tamaña humillación física bastó. Newton tenía que vencer a su oponente en todos los campos posibles. Sintió la necesidad de superar a su oponente intelectualmente, comenzó a esforzarse en clase, y no tardó en demostrar su superioridad intelectual.
Es así como lo recuerda Newton, y no hay duda de que sucedió algo muy parecido. Semejantes estallidos de rabia y rencor serían una constante durante toda su vida: este arrebato no hizo más que sentar las bases de los siguientes.
Una vez que las facultades intelectuales de Newton hicieron su aparición, ya no hubo quien le parase. Ver al adolescente tontorrón emerger de su crisálida y desplegar las alas de la genialidad debió de ser todo un espectáculo para los habitantes de Grantham. Y, por supuesto, todo el mundo lo recuerda. Mediante percepción retrospectiva, claro. Según los recuerdos recogidos tras la muerte del magnífico sir Isaac Newton, presidente de la Royal Society, director de la Royal Mint (Real Fábrica de Moneda), etc., el joven Isaac mostraba todos los signos característicos del genio supremo y desconcertaba a las gentes del lugar con maquetas de molinos de viento de intrincada construcción, relojes de agua hechos a mano, cometas explosivas, un molinillo para moler grano accionado por ratones, una linterna de papel plegable, su habilidad para precisar la hora que era valiéndose únicamente de la sombra, e incluso un cuaderno abarrotado de los usuales diagramas ininteligibles. Afortunadamente, este cuaderno se encuentra en la actualidad en la Biblioteca Pierpont Morgan, en Nueva York; una inscripción en su interior aclara que fue comprado originalmente por Newton en 1659 por dos peniques y medio antiguos. Su contenido confirma los aparentemente fantasiosos recuerdos de la gente de Grantham, con páginas que contienen diagramas del sistema solar de Copérnico, detalles sobre la manera de hacer un reloj de sol o construir una maqueta de un molino de viento, y predicciones astronómicas de eclipses. Dos cosas son obvias: los intereses intelectuales de Newton habían superado con creces los límites de su educación escolar y estaba principalmente interesado por la ciencia, y por el mecanismo de las cosas.
Todo parece indicar que se trataba de un principiante precoz y brillante y, en gran medida, autodidacto. Un caso inusual, pero no único. Debió de haber existido una veintena o más de prodigios similares por aquellas tierras. Como la gran mayoría de los otros, Newton parecía destinado a una vida provinciana de mediocridad excéntrica. En el mismo año en el que compró su barato cuaderno, su madre lo llamó a casa para que se hiciese cargo de la granja. Solo tenía 17 años. Pero esta vez no todo era miel sobre hojuelas en su casa. La mente de Newton ardía ahora con algo más absorbente que meras fantasías pirómanas (si bien la idea podía parecer igual de desequilibrada). Las explicaciones psicológicas de la obsesión abrasadora de Newton son numerosas: desde la necesidad de descubrir las claves del padre, hasta una necesidad demente de fugarse a un mundo ordenado, libre de ansiedad física. Esta multiplicidad de explicaciones compleja y a menudo contradictoria es bastante útil, aunque solo sea como recordatorio de la naturaleza compleja y a menudo contradictoria de la entidad única que trata de describir: la mente de Newton. Hay algo que es indiscutiblemente cierto: este interés avasallador por la ciencia hizo presa en la mente adolescente de Newton igual que una adicción, y su fuerza se mantendría, prácticamente inagotable, durante 37 años.
Como granjero, el Newton de 17 años era más que inútil. Si se le ponía a cuidar ovejas, se acomodaba a la sombra de un árbol con un libro. Cuando acudía al mercado de Grantham, dejaba al peón a cargo de la venta de la producción y del ganado mientras él corría a casa de su antiguo anfitrión, Mr. Clark, a por unos cuantos libros más (uno de los parientes de Mr. Clark había dejado su colección de libros en el...

Índice

  1. Portada
  2. Portadilla
  3. Legal
  4. Introducción
  5. Vida y obra
  6. Citas diversas
  7. Cronología
  8. Otras lecturas recomendadas
  9. Títulos publicados