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ÍNDICE DE LESIONES
4.1. Lesiones musculares
4.1.1. Anatomía muscular
Autocrítica antes que buscar excusas
A la cabeza de la lista: las lesiones musculares
Según las estadísticas de las compañías aseguradoras de los deportistas, en torno al 4% de todos los deportistas de ocio o de elite activos sufren al menos un accidente deportivo al año. Sin embargo, únicamente uno de cada cuatro sufre las lesiones durante el entrenamiento.
Por el contrario, en la competición la tasa de lesiones llega hasta el 75%, lo que indica claramente que los momentos de carga y riesgo son más frecuentes cuando se lucha por goles y puntos. Sin embargo, también podría ser indicativo de una mala preparación para la competición. En total, las lesiones musculares están con mucho a la cabeza de la estadística de las lesiones deportivas. Por el contrario, en el día a día laboral dichas lesiones son relativamente raras porque las exigencias se han ido desplazando cada vez más hacia el trabajo mental. Por ello a continuación las descripciones se centrarán principalmente en las situaciones deportivas.
En función del grado de gravedad las torceduras o roturas de tendones o ligamentos pueden provocar una retirada del deporte activo de hasta dos meses. Este patrón de lesiones no se presenta sin más, sobre todo si se repite con frecuencia. En primera instancia se debe a errores en la conducción individual del entrenamiento. Todo deportista tiene una estructura muscular hereditaria que ha de ser preparada individualmente y correspondiendo con la edad para cargas de entrenamiento y competición. Incluso los deportistas que no disponen de un entrenador competente, como los deportistas individuales o de ocio, deben verificar su forma de entrenamiento cuando se produzcan lesiones musculares con demasiada frecuencia. En segunda instancia también cabe mencionar como responsables los factores externos que puedan influir en el entrenador o en el deportista. Sin embargo, no se debe abusar demasiado de la constante excusa de la mala suerte en el deporte, ya que en la competición cuerpo a cuerpo un deportista con una coordinación elevada siempre sabrá salir mejor de la situación que un contrincante menos ágil. La ejercitación fina de la motricidad protege frente a las lesiones importantes. Por lo tanto, las lesiones no siempre son consecuencia de circunstancias desfavorables. Esto es aplicable sobre todo a las lesiones musculares, ya que éstas no suelen deberse a la acción de un contrincante (a excepción, p. ej., de las patadas en el fútbol).
Lesiones por errores en la propia conducta:
•Nivel insuficiente de entrenamiento (falta de preparación).
•Estados de agotamiento físico y psíquico (excesivo entrenamiento).
•Estados metabólicos carenciales (alimentación poco profesional).
•Curación incompleta de las heridas (lesiones recidivantes).
Lesiones por incidencia externa:
•Contacto directo con contrincantes (patadas y empujones).
•Condiciones meteorológicas (peligro de resbalar).
•Irregularidades del pavimento (fases cortas de adaptación).
•Equipo deficiente.
Estiramientos y tonificación
Con frecuencia las lesiones musculares se producen al principio de una competición. Cuando no se ha preparado suficientemente el aparato locomotor para una situación de movimientos extremos, el primer paso largo amplio o el primer salto o esprint de potencia máxima pueden causar tensiones y dolores punzantes incipientes en los músculos. Asimismo, en situaciones de agotamiento, cuando el sistema nervioso central (SNC) no es ya capaz de mantener una velocidad de conducción nerviosa rápida y/o en los músculos que trabajan se han acumulado productos metabólicos, hay un mayor riesgo de lesiones musculares. El músculo en particular reacciona muy sensiblemente a los estados de agotamiento en trabajos excéntricos.
Muchos deportistas de ocio que participan en competiciones suelen limitar sus ejercicios de calentamien to (¡si es que los hacen!) a métodos de estiramientos sin restituir el tono muscular antes de iniciar la competición. Para contrarrestar la velocidad de extensión, sobre todo en acciones de fuerza rápida con una tensión excéntrica, el músculo precisa un tono basal activado. Si bien un amplio programa de estiramientos favorece la movilidad y la irrigación local, reduce por otro lado la tensión muscular. Si no se incorporan ejercicios de tonicidad en el programa de calentamiento, es recomendable eliminar completamente los estiramientos de la preparación y, en lugar de ello, ir preparando progresiva y lentamente la musculatura a las cargas de competición o entrenamiento.
NOTA: Como medida preventiva para evitar lesiones musculares, los programas de estiramientos deben ir seguidos por ejercicios tensionales de activación de la tonicidad (saltos, pasos largos, etcétera).
Las modalidades deportivas de torneo (tenis y bádminton) o las semanas inglesas de fútbol favorecen la acumulación de metabolitos en el tejido. El músculo se agota progresivamente si no se permite una regeneración suficiente. En un nivel profesional o de elite el control médico suele estar garantizado, mientras que por regla general esto no ocurre en unos niveles de rendimiento medios o bajos. En consecuencia en estos niveles las lesiones musculares son casi inevitables.
RECOMENDACIÓN: Cuando un deportista sienta tiranteces ligeras o pinchazos en un músculo se recomienda una reducción o un ajuste inmediatos de la carga. Es muy fácil que, a partir de una torcedura leve o una miogelosis, se desarrolle una rotura de fibras. En este caso se impone un largo período de reposo.
NOTA: Los entrenadores que trabajan en clubes deben conocer las técnicas básicas del masaje deportivo. De esta forma es posible conseguir una regeneración incluso en el mismo día de la competición y evitar las lesiones.
4.1.2. Tipos de fibras musculares
Relación entre la rapidez y la genética
Los músculos, gracias a su capacidad para contraerse (contracción bajo desarrollo de tensión), son el órgano ejecutor del rendimiento corporal. Tienen un origen proximal y una inserción distal. Entre medias hay uno o varios cuerpos musculares (bíceps, tríceps o cuádriceps) consistentes en innumerables fascículos musculares que, por su parte, están compuestos por miles de fibras musculares.
Los velocistas poseen por genética más fibras rápidas
Una sola fibra muscular está formada por miofibrillas contráctiles y un líquido rico en sales y proteínas (sarcoplasma). Mientras que el sarcoplasma tiene la función del aporte de nutrientes a las miofibrilllas, éstas son filamentos de proteínas dispuestos paralelamente entre sí (actina y miosina) que se desplazan mutuamente y penetran unos en otros. Por tanto, el músculo puede alargarse y acortarse sin que se modifique la longitud de las miofibrillas.
El dicho tan frecuentemente mencionado de que se nace como corredor de los 100 m lisos está relacionado con el hecho de que el hombre tiene tres diferentes tipos de fibras. Las fibras musculares lentas (fibras rojas/tipo I/slow twitch) obtienen su energía a partir del oxígeno que el pulmón ha inspirado y que ha pasado a la circulación sanguínea. Poseen poca velocidad de contracción. En comparación con la función de un automóvil, economizan tanto la energía disponible como un coche moderno de 3 litros. Por ello e...