Avaricia
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Avaricia

Los documentos que revelan las fortunas, los escándalos y secretos del Vaticano de Francisco

  1. 256 páginas
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Avaricia

Los documentos que revelan las fortunas, los escándalos y secretos del Vaticano de Francisco

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Que en el Vaticano anida el vicio de la avaricia es algo que se ha denunciado con bastante frecuencia, desde Dante hasta las páginas de los periódicos de nuestros días, pero casi siempre se trata de rumores, de conversaciones de pasillo, de palabras interceptadas y a menudo desmentidas. Emiliano Fittipaldi, que lleva años ocupándose de estos temas para L'Espresso, ha recopilado, a partir de fuentes confidenciales, una gran cantidad de documentos internos vaticanos que le han permitido cartografiar el primer mapa del imperio financiero de la Iglesia: de los lujos (casi) inocentes que se conceden los cardenales a los fraudes millonarios, de las fabulosas inversiones en todo el mundo al gigantesco negocio de los hospitales, de las tramas del IOR a la realidad del tesoro del papa. Un auténtico torrente de revelaciones.

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Información

Año
2015
ISBN
9788496797970
Edición
1
Categoría
Cristianismo
Capítulo V
Su Sanidad
No es posible que un monje, que cediendo al deseo de dinero haya acogido en la propia alma ese primer germen, no se sienta cautivo de forma inmediata por la llama de un deseo aún mayor.
San Juan Casiano, Institutiones Coenobiticae
Las finanzas vaticanas funcionan exactamente como un merchant bank que –desde siempre– ha hecho negocios a través de la diversificación de sus intereses. Los principales son el ladrillo y las inversiones financieras en todo el mundo, aunque también ostenta una posición dominante la industria de la Sanidad: desde hace décadas, una de las actividades más rentables de la Santa Sede. Además de las decenas de centros de salud y clínicas de congregaciones y diócesis, el palacio apostólico controla directa o indirectamente cuatro grandes hospitales, tres en Roma y uno en Puglia: el Bambin Gesù, el Istituto Dermopatico dell’Immacolata (IDI), el Gemelli y la Casa Sollievo della Sofferenza en San Giovanni Rotondo.
Hasta ahora, de los cuatro hospitales no se conocían bienes ni patrimonio. Aparte del IDI, las instancias vaticanas tampoco habían sido protagonistas de escándalos que hubieran socavado su buen nombre. Cuando era papa Benedicto XVI, los hospitales de Dios saltaron a la primera página por ser protagonistas del sueño del cardinal Tarcisio Bertone, que deseaba dar vida, de acuerdo con su amigo y gerente Giuseppe Profiti, a un gran centro sanitario vaticano. Una hipótesis que nace en el contexto del fracaso de la Fundación Monte Tabor, que controlaba el San Raffaele de Milán, el gran hospital lombardo fundado por don Luigi Verzé en 1958 y que, casi sesenta años después, acabó al borde de la ruina a causa de las operaciones fraudulentas realizadas mediante contratos y gastos desorbitados efectuados por don Verzé y sus estrechos colaboradores entre 2005 y 2011.
Los procesos judiciales (algunos de ellos aún abiertos) han revelado que el sacerdote y algunos administradores de su confianza habrían robado y disipado una cincuentena de millones de fondos negros en jet privados (al fundador del hospital San Raffaele no le gustaba perder tiempo en el check-in como hace el común de los mortales), desatinadas inversiones inmobiliarias, fincas, villas con piscina y gastos de gestión absurdos, entre ellos el de la enorme jaula llena de papagayos que decoraba las oficinas de don Verzé, el sacerdote amigo de Silvio Berlusconi que falleció el último día de 2011.
Antes de que comprara el hospital el grupo San Donato, del empresario Giuseppe Rotelli, por 405 millones de euros, también el Vaticano había intentado entrar ilegalmente en la partida. El rescate habría sido el primer paso de una operación más compleja que implicaba la creación del enorme centro sanitario católico. La operación, denominada Bertone-Profiti, finalmente se suspendió, entre otras cosas porque el entonces presidente del IOR, Gotti Tedeschi, no la consideró factible desde el punto de vista financiero.
Sin embargo, las batallas para meter mano en los hospitales del papa (el hospital Gemelli, propiedad de una fundación milanesa, está estrechamente relacionado por estatuto con la curia romana) no han conocido tregua alguna, ni siquiera con la llegada del papa Francisco: los intereses económicos son enormes, las cuestiones en juego de peso, y explosivos los escándalos que revelan los documentos de los auditores enviados por el Vaticano al Bambin Gesù y a la Casa Sollievo della Sofferenza inaugurada por el Padre Pio.
Obras en la casa de Bertone
Comencemos por el Bambin Gesù o, mejor, por una fundación regulada y creada en 2008 para recaudar fondos destinados a los enfermos más pequeños. Las investigaciones de la empresa de auditoría PricewaterhouseCoopers (PwC), en un borrador del informe entregado al Vaticano el 21 de marzo de 2014, dedican a la ONG italiana con sede en el Vaticano algunos pasajes de sus due diligence, y señalan con el «semáforo rojo» la necesidad de intervenir inmediatamente a causa de la extraña contabilidad y organización, así como a unos gastos cuanto menos singulares.
Se sacan a la luz, por ejemplo, las compensaciones (en total, 145.000 euros al año) del secretario general y del tesorero, por aquel entonces y respectivamente Marco Simeon, persona de confianza de Bertone y con anterioridad jefe de relaciones institucionales de la RAI, y Massimo Spina, así como el alquiler de un helicóptero, en febrero de 2012, por la nada desdeñable cifra de 23.800 euros, pagados por la Fondazione del Bambin Gesù «a una empresa de chárter para llevar a monseñor Bertone del Vaticano a Basilicata con objeto de desarrollar actividades de marketing a cuenta del hospital». En realidad, el 24 de febrero de 2012 se inauguraba en el sur de Italia una unidad pediátrica del Bambin Gesù en el hospital público San Carlo de Potenza: en vez de viajar en coche o en tren y ahorrar así dinero para destinarlo a la investigación clínica y a los niños enfermos (el Vaticano tiene a su disposición numerosos vehículos, como es sabido), Profiti decide que el cardenal se desplace por aire a un precio altísimo. «Instituciones como éstas son importantes, porque reducen el sufrimiento de los más pequeños y de sus padres, que han de desplazarse desde todos los lugares de Italia», explicó ese mismo día su eminencia a quienes se habían congregado para aplaudirle, antes de subir de nuevo al helicóptero para volver al Vaticano.
Hay constancia, además, de otro gasto de la fundación, recogido en el informe de PwC que podría poner en un aprieto al papa y al Vaticano. Se trata del pago de las obras de la casa de Bertone en el palacio de San Carlos. Efectivamente, la fundación, definida por PwC como «vehículo para la recaudación de fondos destinados a la atención sanitaria, la investigación y las actividades humanitarias del Bambin Gesù», ha pagado las facturas de las obras, por un total de 200.000 euros, a la sociedad Casteli Real Estate del empresario Gianantonio Bandera, amigo personal del cardenal y exmiembro del Magistrato di Misericordia, una obra pía fundada en el siglo XV que administra la herencia de inmuebles y, por estatuo, está presidida por el arzobispo de Génova, cargo ocupado por el propio Bertone de 2002 a 2006.
Resulta difícil creer que el dinero de la Fondazione del Bambin Gesù se haya utilizado para realizar obras en el nuevo piso del cardenal. El exsecretario de Estado ni lo desmiente ni lo confirma. «Estimado señor Fittipaldi», precisa Bertone en un correo electrónico, «a sus preguntas respondo que, independientemente del hecho de que el piso donde resido es propiedad del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, el que suscribe ha pagado al mismísimo Governatorato la suma solicitada correspondiente a las obras de reforma. No tengo nada que ver con el resto de los asuntos.»
Profiti, hasta 2015 presidente tanto del Bambin Gesù como del consejo de dirección de la fundación homónima (del que también formaban parte en la época el banquero Cesare Geronzi, el gentiluomo de Su Santidad Emilio Acerna y el caballero Piero Melazzini) confirma, sin embargo, el gasto autorizado a favor del piso de Bertone, quien ya estaba metido de lleno en el escándalo. La factura, explica Profiti, estaría justificada por el hecho de que la casa del cardenal se habría puesto luego a disposición de la propia fundación para organizar eventuales reuniones con empresas y otros sujetos, de modo que se pudiera recaudar dinero para el hospital. «La idea de fondo era la de promover reuniones con empresas, personajes, digamos, institucionales, con quienes departir sobre las actividades del Bambin Gesù con vistas a recaudar fondos. Es cierto que se ha utilizado una parte de ese dinero para hacer reformas en la casa del cardenal Bertone, con objeto de obtener a cambio la posibilidad de poder después disponer del piso.» Una decisión, la del consejo de la fundación, cuando menos discutible. Profiti admite haber recibido facturas de la empresa de Bandera y añade, además, que recuerda la existencia de una «carta en la que esta sociedad se comprometía a hacer una donación al Bambin Gesù por un importe correspondiente. Creo que esa carta existe. Lo que haya pasado después no lo sé, porque yo ya no estaba...».
Más allá de que exista o no la carta donde se manifestaban estas intenciones, a la pregunta sin tapujos sobre si el cardenal sabía si la Fondazione del Bambin Gesù había pagado parte de la reforma, Profiti responde lo siguiente: «Confieso que no recuerdo si se le comunicó. Creo que pregunté al cardenal si existía esta disponibilidad para organizar reuniones institucionales, también culturales, y que, en tal caso, podíamos realizar una contribución... Creo que él respondió que sí».
Volvamos a los gastos revelados por el informe de PwC. Además de salarios exorbitantes y del alquiler de helicópteros, los auditores revelan también los «costes de los servicios de 2011 en relación a un evento, un concierto musical, celebrado cada dos años, La luce dei bambini», creado en 2009 con la idea de ayudar al hospital. En 2011, en el aula Pablo VI actuó Giovanni Allevi, y en 2013 el Vaticano se deleitó con la voz de Andrea Bocelli: «Sugerimos la introducción de un modelo organizativo que defina las normas de liquidez que deberán mantenerse en la Fondazione del Bambin Gesù (incluido su perfil de riesgo) y los tipos de gastos que podrán realizarse, y que considere, asimismo, la división de funciones en el proceso de autorización y controles internos adecuados», comentan los auditores en la parte final del informe de auditoría, poniendo, además, de manifiesto la ausencia de un documento formal del Reglamento organizativo que, según el estatuto, debería «gobernar» el funcionamiento de la entidad. Asimismo, subrayan que ese año se han conseguido más donaciones que nunca: en el transcurso de 2012, gracias a los donativos realizados por empresas e individuos (Telecom Italia donó 250.000 euros, Unicredit 50.000 euros, Green Network 129.000, la fundación vaticana Spes Viva 145.000, y 173.000 euros llegaron vía sms solidarios), se ha alcanzado la cifra de 1,5 millones de euros, recaudados a través de cuentas corrientes y cuentas del IOR.
«Las donaciones recibidas por la fundación son deducibles de la renta imponible», dice el informe. «La liquidez de la fundación, 5,3 millones a 31 de diciembre de 2012, se ha invertido en instrumentos financieros a través de las actividades de gestión patrimonial del IOR (en las que se han invertido 2,2 millones) y en depósitos de la APSA (2,7 millones)». Otro documento de la Cosea, que resume los resultados de la investigación de PwC, pone un epitafio a la gestión del organismo creado por voluntad de Profiti: «En vista de la visibilidad pública de la fundación y de su actividad de recaudación de fondos, la actual estructura de gobierno debe ser revisada y adaptada a un modelo organizativo que defina claramente la división de deberes y las jerarquías de aprobación. Es muy probable que esta gran debilidad en el control interno sea la razón por la que se han registrado gastos no documentados (la información relativa a dichas transacciones ha sido enviadas a la AIF) y el motivo de que haya sumas significativas no destinadas a actividades del Bambin Gesù». Todavía no se sabe, sin embargo, si la AIF ha tomado medidas o si ha considerado justificables los gastos –incluido el del helicóptero.
Exxon, Dubai y demasiadas asesorías
Además de la gestión de la fundación, se cuentan por decenas las alarmas rojas lanzadas por los auditores sobre el hospital fundado en 1924 en la colina del Gianicolo y considerado desde entonces entidad vaticana extraterritorial, un estatus que permite a la Santa Sede no pagar impuestos, pese a que sus fondos proceden casi exclusivamente del Servizio Sanitario Nazionale y de algunas leyes ad hoc que le conceden decenas de millones al año. En cualquier caso, se trata siempre de dinero público. Todavía hay más: los auditores señalan directamente algunas actividades comerciales que «no resultan coherentes» con la misión por la que se define el hospital, y describen los enormes recursos financieros acumulados en algunas cuentas asociadas al Bambin Gesù abiertas en el IOR y la APSA. Los auditores subrayan, además, la excesiva acumulación (centenares de miles de euros) de asesorías relacionadas con proyectos jamás realizados, incluso donaciones (además de la fundación, el hospital también recibió sumas que, en 2012, ascendieron a 3,6 millones) provenientes de bancos extranjeros en 2011, 2012 y 2013, mediante una serie de transferencias que luego se enviaron a la AIF para someterlas a ulteriores controles.
Un estupor similar provocan las inversiones en bolsa: aunque el papa Francisco se pronuncie a menudo contra «el capitalismo salvaje que introduce la lógica del beneficio a toda costa, del dar para obtener, de la explotación sin consideración alguna hacia las personas», el Bambin Gesù ha invertido en acciones de Exxon, la multinacional del petróleo obligada recientemente a pagar millones de dólares de multa por fraude financiero y desastres ecológicos como el del petrolero Exxon Valdez en Alaska, y en títulos de la empresa Dow Chemical, coloso americano del sector químico sometido a varias investigaciones por incidentes graves. Se trata de negocios cuya ética social está en las antípodas de lo que promulga la Santa Sede. A título informativo, el hospital vaticano ha adquirido también títulos de Baxter, Pepsi y 3M.
Fig.00019.tif
Fondos que el Estado italiano destina cada año al Bambin Gesù.
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Inversiones bursátiles del Bambin Gesù, entre ellas en Exxon y Dow Chemical.
El negocio del hospital pediátrico, de excelencia absoluta en el panorama nacional, es enorme: alcanza los 270 millones de euros al año, de los que 184 provienen de la Región del Lazio y del Servizio Sanitario Naz...

Índice

  1. Cubierta
  2. Avaricia. Los documentos que revelan las fortunas, los escándalos y secretos del Vaticano de Francisco
  3. Legal
  4. Prólogo a la edición española
  5. Prólogo
  6. Capítulo I. El tesoro del papa
  7. Capítulo II. IOR, mentiras y cuentas secretas
  8. Capítulo III. Negocios sagrados
  9. Capítulo IV. Los mercaderes del Templo
  10. Capítulo V. Su Sanidad
  11. Capítulo VI. En el nombre del dinero