Propuestas creativas
Propuesta creativa
Alfonso Albacete, Doce pinturas vásicas-10, 1999.Colección particular.
Dejar al descubierto imprimaciones coloreadas o pintar fondos cromáticos uniformes es un recurso empleado por muchos pintores desde el clasicismo a la actualidad, ya que potencia la vibración cromática. Una reciente aplicación de este recurso es la magnífica serie de pinturas de vasos al óleo del pintor y cineasta Alfonso Albacete (nacido en 1950), uno de los representantes de la renovación de la pintura española producida en la década de 1980. Este pintor posee un excepcional oficio en cualquiera de las técnicas que aborda. Su obra está influenciada por Cézanne y la abstracción norteamericana, lo que se percibe por las pinceladas sistemáticas y constructivas que liberan la forma de su sólida estructura creada primero con el dibujo. En la serie denominada «Doce pinturas vásicas» explora los límites entre el fondo y la figura confundiéndolos en un mismo plano pictórico. Para ello se sirve de armonías cromáticas basándose en fondos de color que ayudan a representar la transparencia del vaso.
Aprovechar los fondos de color para crear unidad visual
Un bodegón constituido por un simple vaso de agua es un tema ideal para experimentar los límites entre la figura y el fondo. El autor de este proyecto, Josep Asunción, ha visto en la transparencia del vidrio y del agua la principal motivación para dejar al descubierto el color del fondo. Se ha trabajado sobre tabla grande de madera imprimada con pintura acrílica, sobre la cual ha continuado al óleo. El óleo y el acrílico combinan perfectamente si se respeta el orden: primero acrílico y luego óleo, nunca al revés. Se han empleado pinceles de diversos tamaños, planos y de lengua de gato.
“Yo no creo que mi pintura tenga ninguna base abstracta. Yo creo que es figurativa o naturalista. Lo que sucede es que dejo un campo muy abierto a todo tipo de actuación pictórica que pueda producirse en el cuadro, y esa especie de manejo de las brochas, del color, de la pintura, sin doblegarse al tema es el único componente abstracto de mis obras.”
Alfonso Albacete, entrevista en Lápiz, 1983.
1. Sobre una base acrílica de color naranja intenso planteamos el dibujo del vaso con una creta blanca. Procuramos proporcionar bien sus partes y centrar el volumen de forma simétrica en torno a un eje. Aprovechamos también para situar los puntos de luz.
2. A continuación, manchamos el fondo de un tono tierra de Siena tostada haciéndolo aparecer entre el vidrio, como transparencia. Dejamos los contornos sin pintar aprovechando el naranja del fondo para definir el grosor del borde del vaso como material transparente. También planteamos la sombra proyectada dejando un claro para la luz que la atraviesa.
3. Seguimos definiendo los valores de luz y de sombra con grises azulados, claros y oscuros para provocar un mayor contraste cromático a la par que lumínico, ya que el azul es el color complementario del naranja. Según sea el tamaño de la mancha elegimos el grosor del pincel. Por otro lado, intercalamos pinceladas de pincel plano con otro en forma de lengua de gato para obtener acabados distintos.
4. Añadimos un tono de color más puro para definir el contenido del vaso. Como se trata de agua y ésta es transparente, escogemos un color rojo, ya que se halla en la misma gama cromática que el naranja, a continuación de éste en la rueda cromática. El rojo aporta viveza y cuerpo, pero no resta transparencia. También hacemos aparecer el color más oscuro del fondo dentro del vaso y brillos en el interior de la sombra proyectada.
5. Completamos el cuadro con una intervención radical en cuanto a contraste y que rompa un poco el realismo de la obra, llevándola hacia un territorio más informal y dinámico. Las manchas amplias en color blanco azulado son el contrapunto perfecto para llenar de luz la obra y darla por terminada.
Galería
Otros resultados
En esta ocasión, el autor ha ido creando distintas armonizaciones cromáticas a partir de fondos de diferente color. También ha ido variando su posición respecto al vaso para percibir distintos reflejos y transparencias, ya que con un leve movimiento la visión varía notablemente.
En esta obra se ha escogido una gama melódica simple, basada en el naranja del fondo, sin llegar al amarillo pero acercándose al rojo intenso. Se ha empleado un pincel en forma de lengua de gato con el que se ha fundido la pintura para evitar un excesivo efecto plano en el color.
Esta pintura realizada sobre un fondo de color verde azulado se ha potenciado al enfocarla desde un ángulo distinto y un punto de vista más bajo, lo que obliga a extender la zona oscura del fondo hasta la base del vaso. Para dar un contrapunto cromático al verde se ha añadido un naranja a la luz, su color complementario adyacente.
El mayor contraste lumínico de esta galería lo ofrece esta composición monocroma en verde. Con sólo el blanco para las luces y un verde muy oscuro, mezclado con negro, para las sombras es posible conseguir un efecto de transparencia muy acentuado.
Ésta es la obra que respeta más zona de color de fondo. También es la que presenta el punto de vista más alto, por eso no existen zonas oscuras detrás del vaso. Tal uniformidad cromática confiere al cuadro una mayor simplicidad pero también un mayor lirismo.
Esta última pintura se ha compuesto a partir de un fondo bicolor. El azul para el fondo y el rojo para el plano de la mesa. Sobre esos dos colores se ha definido el vaso con blanco puro. Para crear valores más os...