PRIMERA PARTE
1. MIGRACIÓN, ESTÁNDARES INTERNACIONALES Y DERECHOS DE LAS PERSONAS MIGRANTES EN ARGENTINA
1.1. Migración y derechos humanos
Cabe comenzar afirmando que las personas migrantes son titulares o sujetos de derechos humanos por el solo hecho de ser personas, por lo que todos los derechos humanos reconocidos o consagrados a nivel internacional, regional y/o nacional les corresponden y les son aplicables. Más allá de lo expresado, la comunidad internacional, bajo el auspicio de la Organización Internacional de Naciones Unidas (ONU), reconoce los riesgos y las especiales situaciones de vulneración a las que como grupo o colectivo se encuentran expuestas las personas migrantes, por lo que desarrolla o especifica el contenido y alcance de determinados derechos humanos (generales) para atender a esta particular circunstancia, lo que da lugar a lo que se denomina derechos humanos de las personas migrantes.
Los mencionados riesgos y especiales situaciones de vulneración se vinculan a la ausencia o a la falta de presencia de las personas migrantes de sus Estados de origen, a su presencia en otros Estados en calidad de extranjeros/as, a posibles y frecuentes actitudes de discriminación, xenofobia y/o explotación a la que se ven expuestas; todo lo señalado se acentúa en casos de migración irregular por el hecho de las personas migrantes en estos casos suelen vivir y trabajar de manera clandestina, con miedo a quejarse o a reclamar ante posibles represalias, lo que las hace mucho más vulnerables. En cualquier situación o circunstancia los derechos humanos de las personas migrantes deben quedar garantizados, tanto en los países de tránsito como en los países de destino, lo que se torna relevante para personas más marginadas y con mayor riesgo de padecer vulneraciones -las que abarcan la negación de derechos fundamentales, y suelen estar estrechamente vinculadas tanto a leyes y prácticas discriminatorias, como a actitudes de prejuicio y xenofobia en su contra-.
A partir de lo expuesto, los derechos de las personas migrantes contemplan los principios consagrados en los principales instrumentos internacionales de derechos humanos como son, entre otros, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño, precisándolos, concretándolos o especificándolos, lo que es objeto de tratamiento posterior.
1.2. Migración en Argentina
Argentina es un país que históricamente ha estado marcado por las migraciones internacionales. Entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX fue un país receptor de migración procedente en su mayor parte del continente europeo, y a partir de entonces de migración procedente principalmente de países limítrofes y de otros países del continente americano. Durante las últimas décadas Argentina ha combinado la recepción de migración, mayoritariamente regional, con la migración de nacionales hacia diferentes destinos, tanto regionales como extra-regionales .
En lo que respecta la recepción de migración de países de la región, cabe señalar que, si bien los flujos migratorios han sido variables en los últimos años, Argentina se ha mantenido como un país de destino de la población migrante proveniente de países limítrofes y de América del Sur. A lo largo de la historia la población migrante de países limítrofes ha representado entre el 2% y el 3,1% de la población total de Argentina, y actualmente esta tendencia como país de destino dentro de la región se mantiene, entre otros factores tanto por las condiciones socio-económicas de algunos países de origen de la región, como por las crecientes restricciones que imponen a la migración internacional países desarrollados como Estados Unidos o países de la Unión Europea, entre otros. Dentro de las causas de la migración adquiere singular importancia la migración económica, migración característica de la dinámica social en la región sudamericana, motivada en la búsqueda de mejores condiciones de empleo y perspectivas de vida, lo que va ligado a la pretensión de alcanzar un mayor desarrollo y nivel socio-económico.
Al menos dos factores interesan destacar por su relevancia en los últimos años: por una parte, el mercado laboral argentino fue modificándose paulatinamente durante la primera década del mileno, lo que incluyó en términos generales un mejoramiento de las condiciones laborales o de empleo y de seguridad social, lo que promovió la llegada al país de hombres y mujeres migrantes en búsqueda de mejores condiciones que las existentes en sus países de origen ; por otra parte, la sanción o adopción de la Ley Nacional de Migraciones Nº 25.871 en el año 2003, que facilitó la regularización de las personas migrantes, sobre todo de aquellas originarias de países miembros del MERCOSUR y de países asociados al bloque regional, a partir de un enfoque de derechos humanos que propició su integración social; esta política migratoria actuó como un factor de atracción, y al mismo tiempo como un mecanismo de visibilizar a las personas migrantes que ya residían en el país en situación migratoria irregular.
En este contexto, el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas realizado en la Argentina del año 2010 da cuenta de la existencia de una población extranjera de 1.805.957 personas, el 4,5% respecto del total de la población censada. Dentro de esta cifra están representadas poblaciones de los distintos continentes, siendo mayoría las correspondientes a América y a Europa –la población proveniente de países de América representa un 81,2% del total, seguida por la proveniente de Europa con un 16,5%, y de las provenientes de Asia (1,7%), África (0,2%) y Oceanía (0,1%)– .
La mayoría de la población migrante está concentrada en dos jurisdicciones dentro del país: en la Provincia de Buenos Aires el 52,2% y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) el 21,1%). De acuerdo con estimaciones resientes (2017) residen en el país más de 2 millones de personas nacidas en el exterior, lo que representa casi el 5% de la población total. Argentina es el principal país de residencia de personas migrantes intra-regionales, y continúa recibiendo más de la mitad de sus flujos migratorios de sus países vecinos (Paraguay 43%, Bolivia 24%), y registrado un flujo creciente de personas migrantes de Venezuela, Colombia, República Dominicana, entre otros países como Senegal y China.
En cuanto a las características de la población inmigrante según grupos de edad, sexo y nivel de instrucción, el Censo del año 2010 señalaba que las personas migrantes de origen americano presentan una importante proporción de población en edad laboralmente activa (entre los 15-64 años), en torno a un 80%, en tanto que la migración de origen europeo ofrece un importante grado de envejecimiento (migración antigua). Si el análisis se hace a partir del sexo de las personas migrantes, se observa en general un predominio de las mujeres migrantes de origen americano, lo que responde en parte de una demanda laboral para tareas vinculadas al cuidado de niños/as, adultos mayores y al servicio doméstico.
En línea con lo afirmado, puede afirmarse que el perfil de las personas migrantes en el país actualmente este se corresponde mayoritariamente con el de personas en edad de trabajar, con niveles de educación generalmente inferiores a los niveles medios nacionales, escasez de recursos económicos y vulnerabilidad social, cuyas principales labores en destino se vinculan a situaciones de empleo informal o precario, lo que suele traducirse en una vulneración o violación fáctica de derechos en términos generales , de manera más pronunciada en las mujeres migrantes. Adicionalmente, puede afirmarse que para gran parte de las personas migrantes que llegan al país existen patrones de inserción laboral diferenciales, con una fuerte concentración en determinados segmentos o nichos del mercado de trabajo vinculados a la base de la estructura ocupacional -destacándose la construcción, el trabajo doméstico y las tareas de cuidados entre las principales actividades, lo que implica una inserción socio-económica parcial y una práctica discriminatoria para con las personas migrantes, puesto que las expone a situaciones de vulnerabilidad y favorece su explotación y exclusión. En el caso de las mujeres, se presentan y aúnan dos factores de vulnerabilidad, el ser mujeres y el ser migrantes, dos factores que, si se combinan con un tercero, la pobreza, aumentan la situación de vulnerabilidad.
1.3. Breve referencia a regulaciones e iniciativas actuales en el ámbito internacional
Actualmente las migraciones internacionales constituyen una cuestión compleja y un reto para la comunidad internacional.Por una parte, a nivel global, países desarrollados establecen serias restricciones destinadas a frenar masivos flujos migratorios hacia sus territorios de personas migrantes provenientes de países en desarrollo, y/o a resguardar su seguridad interna frente a las amenazas del terrorismo internacional, lo que se traduce en...