Un «puzzle» complejo y muy interesante
Usamos la imagen del «puzzle» para un itinerario didáctico que se despliega desde el cuarto año de la escuela primaria hasta al bienio de primero y segundo de Bachillerato1.
A cada pieza del puzzle (hay unos sesenta), le corresponde una Operación Didáctica que trata de dar en el blanco de una Competencia Cognitiva específica.
La aproximación es de carácter modular: cada actividad de laboratorio es relativamente autónoma y se puede colocar en diferentes secuencias, teniendo en cuenta, obviamente, el nivel para el que se destina.
Si se quiere, se pueden programar así itinerarios macro-modulares basados en diferentes aspectos: en la reflexión gramatical, en la coherencia y en la cohesión textual, en la narratología, en los mensajes visuales, en el problem solving cognitivo, en el método; para finalmente concluir con pruebas de comprensión, diferenciadas por niveles, que registren a través de una adecuada verificación la competencia alcanzada.
La autonomía de cada módulo es, sin duda, solamente relativa, en el sentido de que las operaciones en las que se basa cooperan sinérgicamente para estimular las habilidades y los procesos de base para la comprensión de diversos tipos de textos, en particular, de carácter expositivo y narrativo.
Respecto al modelo de «construcción-integración» de Kintsch, que hemos presentado en la primera parte del libro, hemos articulado el proceso de «construcción» en los dos momentos del «reordenamiento» —que coincide también con la adquisición y el perfeccionamiento de la habilidad de distinguir percepciones y de memorización a corto plazo, preliminares respecto a los procesos sucesivos de elaboración— y de asociar entre ellos los datos memorizados.
La «integración» de las informaciones en bloques informativos de orden superior requiere, en cambio, que se aprendan y se practiquen dos actividades fundamentales: «buscar» y «completar». La primera consiste, justamente, en «buscar» la información activamente, llevando a cabo movimientos estratégicos dentro del texto (anticipación de información y gestos de confirmación). La otra actividad fundamental, «completar», se lleva a cabo tanto en el micro (escaneo de pocas letras en vez de la palabra entera), como en el macro: integración de información nutriéndose de la propia «enciclopedia», es decir, la información previa e implícita de la que ya dispone el alumno (guión, encuadre), explicitando lo que está implícito, extrayendo conclusiones, lanzando hipótesis no sólo a nivel del enunciado, sino también de la enunciación.
En la figura 1, que sigue a continuación y que hemos denominado El “puzzle” de la Comprensión, hemos reproducido el puzzle completo para proporcionar el trasfondo en el que se encuadran nuestros tres ejemplos de aplicación.
En el centro de la figura, como punto de llegada, tenemos las actividades más complejas, ligadas directamente a la comprensión: el problem solving cognitivo, el método de lectura y, como verificación final, las pruebas de comprensión con tres niveles de dificultad. Para dar en el blanco, se parte del área más externa, en la que están presentes las operaciones ligadas al acto de reorganizar y de asociar, para pasar después, en el área más interna, a las dos macro-habilidades de buscar y de completar.
Respecto de los textos utilizados para llevar a cabo las aplicaciones prácticas que ofrecemenos como ejemplos para trabajar con los alumnos, son tres: uno distinto para cada uno de los tres niveles que se ofrecen: escuela primaria, escuela secundaria y bachillerato.
El texto utilizado para el nivel de escuela primaria es un poema de Gloria Fuertes2, titulado ¡Al corro!, que sin duda puede resultar familiar a los niños y niñas de estas edades.
Los textos elegidos para trabajar en educación secundaria son de Heinrich Böll y, para bachillerato, corresponden a Nedo Rossi y Enzo Tiezzi.
Fig. 1. El «puzzle» de la Comprensión.
PARA TRABAJAR EN LA ESCUELA PRIMARIA (9-11 años) La microtextualidad
Utilizando una poesía de Gloria Fuertes, nos concentraremos en cinco habilidades que facilitan la comprensión a nivel microtextual.
Actividad 1. Vínculos de repetición
Descubrir y subrayar los vínculos de repetición. El ejercicio está ya comenzado para facilitar la tarea.
A modo de reflexión
Una de las maneras más sencillas de lograr la cohesión y la comprensibilidad de un texto es la repetición de los significados de algunas palabras. Los mismos significados, o significados similares, no quiere decir que las palabras sean necesariamente las mismas. Para evitar repeticiones, se recurre a sinónimos (palabras distintas con significado muy parecido) o a expresiones equivalentes. De este modo, dentro del texto, se crean ciertos parentescos, redes de significado que ponen en relación palabras incluso muy alejadas entre ellas.
Consideraciones didácticas
Es importante recordar que la palabra «texto» significa, originalmente, «tejido». Los dos elementos fundamentales del tejido textual son la coherencia y la cohesión. Este ejercicio trata de poner en evidencia el segundo aspecto, la cohesión, que es como el cemento que une los ladrillos de una casa, pero que muestra resultados opuestos desde el punto de vista de la comprensión. Mientras la repetición idéntica («comeremos-comeremos») la facilita, la repetición parcial («piñones-pinos») la puede obstaculizar. La repetición parcial puede hacerse con sinónimos, hipónimos-hiperónimos («Mi vecina se ha comprado un pastor alemán. Ése maldito perro...»), parte-todo («He llevado a arreglar mi reloj. El relojero me ha dicho que es un problema de las agujas...»), paráfrasis expansivas («Me gustaría pasar unas vacaciones en una isla. Una tierra rodeada de mar es para mí...»).
Actividad 2. Vínculos morfológicos
1. Escribir en los recuadros en blanco las letras que faltan para completar cada palabra.
2. Escribir en cada recuadro en blanco qué tipo de concordancia morfológica se da.
A modo de reflexión
Un vínculo particular de repetición es el que viene dado por las terminaciones, es decir, las partes ...