- 158 páginas
- Spanish
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Información del libro
Las palabras misión y misionero no tienen buena acogida en aquellos países donde se las recuerda unidas a episodios de conquista. Con la fuerza que da la experiencia misionera en Asia durante muchos años, el autor piensa que es labor importante de la Iglesia conseguir que los países de misión no vean a los misioneros como conquistadores.El libro contiene unas buenas pistas para comunicar el mensaje con una nueva sensibilidad muy atenta al contexto: el misionero tiene que ser portador de Cristo, pero no debe enarbolarlo como un estandarte; debe vivir de Cristo, pero sin pavonearse de ello; debe dar testimonio del amor sin darse importancia; hablar de Dios sin ensordecer al otro; amar a los que están lejos pidiendo discretamente su amor.Este libro es un regalo que acompaña la renovación de nuestras respuestas a la vocación misionera del Señor. Son unas páginas útiles para la formación espiritual de los trabajadores del Evangelio enviados en misión-diálogo: jóvenes católicos, ministros laicos, seminaristas, sacerdotes y para todos los que se consagran a la vida apostólica.
Preguntas frecuentes
Información
Índice
- INTRODUCCIÓN
- Presentación
- Mundosen desequilibrio
- ¿Habéis dicho “misión”?
- Me uní a una comunidad de apóstoles
- un viajeropor la interioridad
- identidady raíz en Cristo
- Apóstolen la discreción
- aislado y encarnado
- enviadoa lavarse los ojos
- del encuentroal diálogo
- Apóstol, pastor y José
- COMPLETAR loinacabado de Dios
- Apóstol de la Iglesia que no sabe
- Apóstol del perdón
- ser tocadoy volverse
- a la escuchade lo que dice la gente
- la atencióny el ver
- Apóstol y sacerdoteen el mundo
- Los mundos se desequilibran y la fe cristiana es extranjera
- Apéndice
- Otros libros del autor
- Colección espiritualidad
- CRÉDITOS