Parte 1
Entrenamiento Cognitivo
SESIONES
1. Los cinco pensamientos 2. VID: Ventajas, Inconvenientes, Dudas 3. Otra vez VID, o pensar bien las consecuencias 5. Cómo están las cosas, otra vez 7. Reglas o Normas, otra vez 9. Lo que queremos, otra vez 10. Mis prioridades y los demás 11. Mis prioridades y los demás, otra vez 12. Explicaciones y decisiones 13. Saber buscar explicaciones y saber tomar decisiones Sesión 1
Los cinco pensamientos
Esta primera Sesión tiene por objetivo que los participantes conozcan los cinco pensamientos o habilidades cognitivas necesarias para solucionar conflictos y problemas.
La Sociología nos enseña que, para resolver eficazmente los conflictos, hacen falta cinco pensamientos o habilidades cognitivas. Esos cinco pensamientos son: Causal, Alternativo, Consecuencial, de Perspectiva y Medios-Fin.
Actividad 1.1 | Explicar al grupo los cinco pensamientos |
1. El
Pensamiento Causal es la capacidad de definir o «diagnosticar» un problema o conflicto, como hace el médico con las enfermedades. Para diagnosticar bien, lo que hace falta es tener buena información (que no se nos escape ningún detalle importante) y saber interpretarla con imparcialidad. Mucha gente habla sin información, es decir sin saber de qué habla. Otros no distinguen entre hechos reales y la opinión de quienes nos cuentan esos hechos. No hay que ignorar u olvidar ningún factor importante del problema, porque podemos equivocarnos al diagnosticar.
Por ejemplo, en una prisión de Andalucía, un interno llamado F., estaba de pie en medio de un pasillo, esperando que un funcionario saliera de la oficina. Otro interno que venía por ese pasillo con un carrito cargado de sábanas, le gritó varias veces que se apartara, pero F. no se movió. El del carrito siguió gritando y, al ver que F. no se inmutaba, dijo: «De mí no se ríe nadie» y cogiendo a F. por un hombro le dio un fuerte puñetazo en la cara. El agredido respondió de la misma manera y se organizó una pelea tan violenta que hicieron falta cuatro funcionarios para separarlos. Entonces se aclaró el detalle que el del carrito ignoraba: que F. era sordo.
Pero no sólo en la cárcel pasan cosas así. En la Universidad, un profesor estuvo muy molesto toda la hora de clase porque un alumno en vez de estar sentado normalmente en su asiento y tomando notas, estaba echado totalmente sobre la mesa (el profesor lo describía como «derramado sobre la mesa»). El profesor, de carácter muy severo, estuvo a punto de expulsarlo de clase, diciéndole «que se fuera a su casa a dormir la borrachera». Pero lo que ocurría y el profesor lo ignoraba, es que ese alumno era espástico (una enfermedad que afecta a los músculos y no permite andar bien, ni escribir, ni mantenerse erguido en una silla). Y precisamente ese alumno era un magnífico estudiante, con muy buenas notas, a pesar de su dificultad. ¡Menos mal que el profesor no llegó a «meter la pata» con su diagnóstico equivocado!
2. El
Pensamiento Alternativo es la capacidad de generar o imaginar varias soluciones alternativas al problema que ya se ha diagnosticado. Por ejemplo, una pareja que discute con frecuencia por la forma de gastar el dinero, pueden plantearse varias soluciones: que sea obligatorio consultarse mutuamente si uno de ellos va a gastar más de xxx euros (la cantidad que hayan determinado); o que quien sea mejor administrador lleve toda la economía y haga todas las compras y sólo le dé al otro una cantidad mensual fija para sus gastos; o que cada uno disponga de su dinero, y para los gastos comunes los dos den la misma cantidad y se anoten todos los gastos; etc.
Las personas inhibidas, cuando encuentran un problema, no suelen ver ninguna solución y piensan que la única postura posible es aguantarse y vivir con el problema. Las personas agresivas no suelen encontrar más que soluciones violentas. Por ejemplo, a un chico de 16 años, recluido en un centro de menores por algunos delitos de robo con violencia, se le pidió que pensara varias alternativas a un problema sencillo. El problema consistía en que él tenía prisa por llegar a un sitio, pero un compañero suyo, bromeando en un pasillo estrecho, no lo dejaba pasar. Se le dieron al chico tres minutos para pensar al menos dos soluciones, pero que fueran distintas, muy diferentes: así tenía que ejercitar el pensamiento alternativo. Pasados los tres minutos afirmó muy satisfecho que tenía dos soluciones totalmente diferentes: la primera era «le doy un puñetazo que le vuelo la cabeza»; la segunda era «le doy una patada en el culo que sale por el techo». Como se puede ver, las dos soluciones eran igualmente violentas: solo variaba la parte de la anatomía sobre la que apli...