Texto dramático
eBook - ePub

Texto dramático

La palabra en acción

  1. 200 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Texto dramático

La palabra en acción

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Este libro trata de revelar al lector las claves de la creación del texto dramático. Después de un rápido pasaje por la evolución histórica de la obra dramática y la pieza teatral, desarrolla el valor del cuerpo en la palabra-acción, como futuro de la dramática. Aporta numerosos ejemplos y variables para acceder al texto, con una antología paralela de textos de W. Shakespeare, maestro de la 'puesta en pie' del lenguaje dramático escrito.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Texto dramático de Lola Poveda en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Media & Performing Arts y Theatre. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2017
ISBN
9788427724020
Edición
1
Categoría
Theatre
IV. EL LENGUAJE TEATRAL
Sé que presento un libro sobre el texto dramático en un momento que puede parecer adverso. Me animan las dispersas constelaciones de los que, a lo largo de este siglo, han dado vida a la dramática, sin otra voluntad que la de dejar fluir su deseo de expresarse.
Me siento solidaria con Antonin Artaud cuando dice que es preciso que nos lavemos de la literatura y continúa: Nosotros queremos ser hombres, antes que nada. No hay nada de formas ni de forma. No hay más que emerger de la vida.
Recuerdo la expresión de asombro de un alumno, después de un curso para profesores: “Interpretar así es como no hacer nada. Entonces ¿qué estamos haciendo nosotros aquí?”. Se refería al trabajo de interpretación con sus propios alumnos. “No veo que aquí se haga nada especial”, me dijo una madre que decidió no dejar a su hijo en el taller de niños, después de haber observado con él una sesión en la que el niño se incorporó como si ya llevara tiempo con el grupo y conociera todas mis propuestas.
Nuestro pacto con las técnicas de rápida y aparente adquisición y los estereotipos que han ido configurando nuestra cultura nos han hecho extraños al “emerger de la vida”.
Pienso que el tardío acceso del teatro a los sistemas interpretativos, en el fondo, ha sido una ventaja para salvaguardar lo que aún queda de dinámico y vital en esta forma literaria de expresión.
Yo quisiera rescatar de la dramática lo que se manifiesta como expresión natural. Mi discurso y mi método es el de la observación y la experiencia.
El análisis de textos y la historia de la literatura, la semiótica y la hermenéutica han enfocado hacia el texto dramático, como el que tropieza con una dimensión inesperada de la palabra, una parte incipiente de sus investigaciones. Los tengo en cuenta, pero no es mi camino. Todos nosotros estamos enfermos de interpretación, dice J. Wahl(101). Trato de esquivar, en la medida de lo posible, esta enfermedad.
La novela es el televisor de la literatura. Es el género de más fácil acceso, porque se trata de encontrar las palabras adecuadas al cristal con que se mira la realidad cotidiana. Como objeto puede ser, incluso, una edición de bolsillo que nos transporta fácilmente a un lugar común, distinto del lugar común en el que estamos. Salvo raras excepciones, el lenguaje de la novela es descriptivo,explicativo y sintáctico. Es decir, la forma en la que la mayoría de los humanos aprendimos a leer y escribir. (Ese gesto por el que un día se nos consideró “civilizados” = no analfabetos).
Las novelas se acepta que estén en la calle y se premian, porque siempre son historias lo suficientemente próximas y lo suficientemente “ajenas”.
La poesía —sigo transmitiendo la vibración que me viene del entorno— es para pocos; porque las metáforas pueden enfrentarnos al misterio (lo no evidente) y, sin embargo, no son una droga (no nos liberan del “no”). Sólo nos acordamos de ella para las introducciones o los epitafios, y abandonamos a los poetas a su doloroso combate con las medidas, las rimas y las libertades que es a lo que nuestra cultura ha ceñido la poesía.
En la calle no es peligrosa porque los poetas forman pequeños cenáculos de lectura —a modo de reductos secretos de opio— y lo hacen en lugares prestados.
Alguna vez se premia a algún poeta, si ha conseguido publicar una antología antes de morir, o si ha tenido una influencia política o pública indirecta.
Pero estos premios, al ser anuales, permiten olvidar durante el año a aquel o a aquella a quien se le dio. (Lo otro es comprar los periódicos el día semanal que se dedican a “la cultura” para ver si algún día toca saber algo más de aquel ínclito hacedor de palabras).
El teatro, diría fríamente, que es una cuestión de presencia obligada, de mutuas fidelidades que determinadas firmas adquieren con la cultura. Y está justificado. Algunos libreros no entenderán mi sonrisa de aceptación y condescendencia cuando veo libros de hace veinte o treinta años, de repertorio teatral, todavía en su primera edición de pocos ejemplares. El actor, por otro lado, nunca tuvo muchos recursos, por lo que un libro —como sucede con las partituras musicales— sirve para toda la compañía o para varias, acudiendo a los sitemas domésticos de fotocopiado.
Y la gente de la calle ¿para qué va a leer teatro? “El teatro es para verlo”, dirán muchos.
Aquí quería llegar.
Wagner dijo que lo que mató la vibración de la poesía fue la intelectualización del acento, los fingidos versos yámbicos de cinco pies, la rima final, y la melodía separada de la danza que la acompañaba. Hoy en día sabemos que la infinidad de facetas que muestra la métrica griega fue producida por la colaboración —viva e inseparableque el gesto de la danza prestó al lenguaje de palabras y sonidos, de modo que nosotros, desde el punto de vista de nuestro idioma, cuya causa formadora fue tan distinta, apenas sí podemos comprender su peculiaridad rítmica.
Al tener que grafiarse como obra dramática, el texto, ya produjo su primer distanciamiento del movimiento. A esto hay que añadir la dificultad de los actores para moverse con los coturnos que elevaban su figura. En la época de las grandes tragedias y comedias, el movimiento se había confiado prácticamente al coro.
En la modernidad, el teatro, sin ningún deseo de despreciar los otros géneros, se ha “novelizado”, se ha “poetizado” y ha perdido el verbo de la acción, la presencia del personaje y la dinámica interna del conflicto. Y los coturnos o los efectos naturales escénicos han sido suplantados por carísimos efectos especiales —que el público se ha acostumbrado a priorizar— en una clara y absurda competencia con el cine.
Pero cuando determinados dramaturgos consiguen tocar el alma de la dramática con determinadas obras, estas han brillado con brillo propio y han perdurado en el tiempo; por ejemplo, La Divina Comedia de Calderón, o El alcalde de Zalamea de Lope de Vega, o Hamlet de Shakespeare, o Esperando a Godot de Samuel Beckett.
Mi opinión es que la obra dramática se ha separado de la acción, ha enlatado la facultad de interpretarse (personaje-máscara-persona) y ha perdido la fuerza mística, y añado, cósmica, del conflicto.
La acción, el personaje, el conflicto son —tomo la expresión de Wagner— las “proto-raíces” de las que ha de nacer la nueva dramaturgia(102).
Claude Mauriac, en La aliteratura contemporánea, saca la conclusión de que la literatura, o mejor dicho la aliteratura… está a punto de renovar el acto de escribir(103).
En mi libro sobre antropología teatral(104) aclaro mi opción por la terminología obra dramática y pieza teatral. Los dos términos se refieren a lo mismo. La distinción es espacial dado que, en teatro, el texto incluye la puesta en escena.
Image
Otra denominación comúnmente aceptada es la de “libreto”. Es la “obra teatral” en la que director y actor anotan la descripción concreta de una puesta en escena. Los originales de las obras de Lope de Vega y Shakespeare tienen infinidad de anotaciones añadidas, como resultado de la reacción del público a determinados pasajes de las piezas.
No es mi intención interpretar los signos para definir los fenómenos; sino poner un medio al alcance del que quiera vivir, a través del lenguaje teatral, la fuerza liberadora de la emoción.
Tal vez, al incluir gráficos y dar claves interpretativas estoy haciendo una semiótica del teatro. No es mi propósito. Tampoco trato de desentrañar la dramática desde claves hermenéuticas, aunque mi forma de encarar el tema lo haga suponer.
Tenemos la suerte, en la actualidad, de que el pensamiento humano se ha abierto a la interdisciplinariedad y ya nada es ajeno a nada. Darwin se lamentaba de que la ciencia le hubiera alejado de su afición a la poesía; Humberto Maturana, (Premio Nacional de Ciencias en Chile, 1994), escribe un largo poema, “Plegaria del estudiante”, y lo pega en la puerta de su Departamento de Biología en la Universidad, y Schrödinger, (Premio Nobel de Física), compara el sueño con un teatro de marionetas en el que manejamos los hilos de bastantes actores(104).
El teatro, a su vez, ha recurrido en escena a elementos de la física y química, a la información biológica y médica en la formación del actor, y a los recursos literarios para el texto.
Ciencias nuevas de este siglo como la fenomenología, la teoría de sistemas y la endolingüística ayudarán al encuentro de la dramática con sus raíces.
En cuanto a la forma, la obra dramática ha optado por dividir en actos los capítulos que pueden suponer un cambio en la temática o la acción. Los actos quedan divididos en escenas que afectan a movimientos de los personajes, a las variables de la acción o al desarrollo del conflicto. La escuela francesa determinó las conocidas “tres unidades” (de tiempo, espacio y acción) para determinar el paso de una escena a otra. Cada época crea sus normas o antinormas. Pero en este caso no afectan a la naturaleza de la dramática. Doy poca importancia a este aspecto.
La forma dialogada reserva las explicaciones sobre el texto a las acotaciones que, en general, explican las ...

Índice

  1. Cubierta
  2. Anteportada
  3. Portada
  4. Índice
  5. INTRODUCCIÓN
  6. I. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL LENGUAJE TEATRAL
  7. II. EL ESPECTÁCULO TEATRAL
  8. III. GESTO- PALABRA: POR UNA PRÁCTICA DE LA TOTALIDAD
  9. IV. EL LENGUAJE TEATRAL
  10. BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
  11. Página de derechos de autor