Balloneta Pelada
eBook - ePub

Balloneta Pelada

Violencia que yo viví República del Algodón

  1. 468 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Balloneta Pelada

Violencia que yo viví República del Algodón

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Durante los años de la década que corresponde a los cuarenta, se desarrolló una desdichada violencia en el país del Algodón, que logró exterminar a la mayoría de los agricultores y campesinos de ese país. Algo que fue horrendo, debido a que el gobierno de esa época se dedicó a mantener una violencia en contra de los campesinos del pueblo de Algiona. Esta fue una violencia tan absurda, porque no se atacaba a los adinerados del pueblo, pero sí a los campesinos y a los agricultores. Esta tierra se bañó en sangre por manos de los tombos de esa era, quienes capturaban a los agricultores y a los campesinos, robándoles lo que producían, abusaban de sus mujeres y poniendo el caos al país del Algodón. Debido a las marchas prolongadas por los policías por varios días, haciendo recorridos por todas las calles del pueblo, gritando consignas en contra de los campesinos y de toda la ciudadanía, entonaban cánticos gritando en voz alta: "Somos la ley, somos los Azules, y también los Rojos y hemos venido aquí para aplicarles torturas, y si es posible, la pena de muerte a todos los que se rebelen en contra de nosotros, que somos la autoridad máxima de este pueblo, y de todo el país del Algodón. Tenemos el apoyo de los gamonales políticos del pueblo, y también del país entero". Cuando los tombos terminaban sus cánticos y las amenazas en pleno público, se retiraban en sus caballos al galope, anticipándoles que al día siguiente estarían ahí para comenzar con las batallas para comenzar con las torturas. Los campesinos, los ciudadanos y los agricultores, estaban totalmente en suspenso debido a que en verdad no sabían que podría suceder y a quién se le torturaría, o se llevarían al paredón. La cierto es que esta fue una violencia encarnada por la política, para mantener al país del Algodón con la boca cerrada, mientras se trataba de reelegir al mismo presidente del país del Algodón, y mantenerse casi como un presidente vitalicio, que le obedecieran todos los habitantes para seguir un Gobierno parecido a los que hacían los reyes, para que se acostumbraran todos los ciudadanos a obedecerle al presidente de la República del Algodón como si fueran sus vasallos. Ocurrieron muchos encuentros con los tombos, sacrificaron a muchos ciudadanos y campesinos, hasta que algunos exmilitares y algunos indios que sabían pelear, derrotaron a los tombos con mucho tiempo antes de que se celebraran los comicios para reelegir al mismo presidente que pertenecía al color Azul, y quien estaba convencido de que podría ganar de nuevo el mandato para el próximo periodo presidencial, y así continuar con el zafarrancho de combates en contra de los campesinos, agricultores y todos los ciudadanos de la República del Algodón. Ustedes, amigos lectores, leyendo a fondo este libro titulado Bayoneta Pelada, se enterarán de todos los acontecimientos que ocurrieron en aquella era de los años cuarenta.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Balloneta Pelada de Manfio Castilla en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Literature y Historical Literature. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2020
ISBN
9781643347158
Segunda parte
En estos tiempos los gobiernos que han seguido después de los años cuarenta han dejado madurar por mucho tiempo en tratar de explicar el porqué de la violencia que ocurrió en el pueblo de Algiona durante los años cuarenta, hasta el punto que ahora está más duro acabar con estas guerrillas que se derivaron de los atropellos que los policías optaron por realizar en este pueblo por mandato de los líderes políticos de menor y mayor rango adentro del gobierno. Por este concepto también se endurecieron los secuestros, los crímenes que realmente es casi imposible de parar, todos estos acontecimientos, lo cual estos tipos de violencia están ocurriendo a diario, en todas las ciudades del país del Algodón, como se observa, que por falta de diálogos al respecto de llegar a un acuerdo para paralizar las violaciones de los derechos humanos. Dicen los sobrevivientes de los atropellos de los años cuarenta, que se atreven a jugarse la vida y apostar que no hay un verdadero interés para ponerle fin a este conflicto que se originó durante la década de los cuarenta. Lo real es que, si el Gobierno traduce esto que sucedió en el pasado, y llevarlo a un buen entendimiento en estos días presentes, es posible que con un diálogo bien ajustado, a exponer las causa de la violencia en el pasado, se pueden crear normas de gobernar y que sean un diálogo abierto entre Gobierno y ciudadanos comunes. De esto tal vez se podría conseguir modalidades que puedan compartirse con el pueblo y Gobierno para que exista un entendimiento entre guerrilla y Gobierno, sin exigencias por parte de uno y el otro, solamente se trataría de buscar un acuerdo específico para acabar con las guerrillas que no le están dando ningún producto al país. Porque esto de guerrillas y secuestro es lo mismo que crímenes escondidos, solo le está causando al país y a sus habitantes que se recorten los presupuestos para atender las necesidades del pueblo, y aplicar todos estos fondos para combatir las guerrillas. Esta es la única razón porque el pueblo está pasando las necesidades más grandes en este siglo. La verdad es que, cuando hay un desbalance de esta clase, no se puede medir cual es la cantidad efectiva de dinero para usarlo en combatir las desviaciones de un pueblo envenenado por lo que ocurrió en los años cuarenta.
La única forma de terminar con la violencia es combinación de diálogos entre el Gobierno y las guerrillas, no hay otro antídoto que pueda curar lo que ocurrió en el pasado que verdaderamente exista la voluntad de tratar de llegar a un verdadero acuerdo con las guerrillas y el Gobierno actual para verificar los atropellos injustos por parte de los tombos en contra de los ciudadanos de Algiona en los años cuarenta.
También habrá que echar al olvido la participación del Gobierno durante la violencia que se desató en los años cuarenta. Guerrillas deben de hacer una parada total de las armas y someterse con sinceridad al diálogo con el Gobierno. Recordemos que la violencia traerá más violencia, y si no se hace una parada de las armas jamás habrá un diálogo que pueda acabar con los crímenes, secuestros y torturas en la República del Algodón. Lo cierto es que, al estar combatiendo Gobierno y guerrillas al mismo tiempo que se estén haciendo conversaciones para que se cree un diálogo perfecto, nunca podrá existir la paz entre guerrillas y Gobierno. Lo único que hace falta es sinceridad y una buena disposición para llevar al país del Algodón a una paz completamente duradera y eficaz.
Lo cierto de todo esto es que se han encontrado algunos métodos para paralizar la guerrilla, pero esto ha llegado al punto de que el Gobierno hay veces que quiere el diálogo y hay veces que no lo quiere. En su defecto, las guerrillas están en las mismas condiciones, por lo tanto, lo mejor de todo esto es tratar de apagar las velas de la insurrección; pero la dificultad de extinguir estas velas son: acabar con los secuestros, los crímenes y el desempleo. Como vemos son dos cosas comunes que hay que buscar, unión entre el Gobierno y las guerrillas, para acabar con los enriquecimientos ilícitos, por lo tanto, no hay mejor palabra para tratar de superar este problema que decir “Queremos el diálogo”, pues siempre que exista el diálogo en algún conflicto, se encontrarán métodos que son eficaces para la exterminación de los problemas internos de un país.
Además, parece que Gobierno y guerrilla, después de más de sesenta décadas que han pasado por los hombros de los ciudadanos del país del Algodón, quieren la paz. En verdad no debemos de jugar más con los ciudadanos de este país, ni tampoco con el Gobierno, y también exigirles a las guerrillas que se sometan por una elección para buscar la paz que este país quiere y necesita, pues si la guerrilla quiere guerra, el gobierno le contestará con lo mismo. Aquí miramos claramente que esto seguirá sin conclusión, pero a lo largo, esta conducta traerá mucha más sangre, porque siempre existirá el querer ejecutar la venganza por parte de la primera y la segunda generación de los que fueron víctimas de los fusiles de los tombos. Además, siempre existirán sobrevivientes que pertenezcan a la tercera y la cuarta generación.
Si no existe el diálogo con pureza, nunca se exterminarán las guerrillas y nunca más existirá la paz en esta República del Algodón, porque realmente todos los descendientes de esa violencia tendrán en sus corazones el recuerdo de las torturas extremas que sus antecesores fueron sometidos por los policías de esa época y los respectivos gamonales políticos.
Pero, si no existe un buen líder adentro del Gobierno que busque los métodos reales para el encuentro de una paz real que cicatrice las heridas que dejaron los fusiles de los tombos adentro del cuerpo de sus antecesores, que fueron acribillados por pura maldad por los policías de esa época de los cuarenta, porque estas batallas injustas por parte del Gobierno que mantuvieron al pueblo de Algiona en tensión durante cuatro años, en contra de los campesinos de Algiona, es casi imposible de olvidar. Pero reflexionando, con un buen interés de encontrar la paz, dicen los sobrevivientes de los años cuarenta, que ellos estarían dispuestos a reunirse con el Gobierno, para buscar métodos para hallar la paz tan deseada, y que este país necesita para poder conducirse en una dirección correcta. Pero para esto hay que tener un presidente amigo de la paz, y enemigo de los enriquecimientos ilícitos por parte de guerrillas y miembros del Gobierno. Entonces busquemos al líder real que lleve al país del Algodón por una vereda de pura verdad para obtener la gloria de la paz infinita y duradera.
Todo lo que conllevó a esta guerrilla misteriosa, ocurrió por porque los gobernantes de esa época fueron enemigos de la paz, y la mayoría de ellos no buscaban que el país marchara debidamente, solo se ocupaban del enriquecimiento ilícito, el cual todavía continúa ocurriendo en el país del Algodón. Por ello, con un buen líder que ocupe la presidencia de la República del Algodón, será el antídoto eficaz para acabar con todos los intereses de querer ser millonarios sin importarles las consecuencias de lo que ocurra en este país.
No debemos afanarnos por los crímenes que ocurrieron en esa década de insurrección, y también por lo que está sucediendo en el país del Algodón, porque estos son residuos de esa violencia que vivió este país hace alrededor de sesenta años. La realidad, es que en estos tiempos no se habla de aquello que conmovió al país hasta llevarlo al margen de la pobreza de todos sus habitantes, y el Gobierno cuando se toca ese tema, tartamudea por tratar de echar en los cestos de basura ese recuento de la era maldita de los cuarenta. Tampoco se ha mencionado la palabra paz con un significado lleno de sinceridad, y siempre que se intenta llegar a un acuerdo, existen desacuerdos que nunca son relevantes para decir “habrá paz”, pero tampoco se han abierto senderos para encontrar el camino eficaz para que el Gobierno le pida perdón a esos familiares que son descendientes de todos estos pormenores que llevaron al crimen, y a las grandes torturas que dejaron una espina en el centro del corazón a todos los habitantes del pueblo de Algiona.
Precisamente la violencia que yo viví en los años cuarenta, cuando solo era un niño con escasos doce años de edad, fue el atropello en contra de los campesinos, las torturas que le aplicaban, y la clase de crímenes que ejecutaban los policías de una forma tan espantosa. Me quedó todo aquello estampado en mi cerebro que jamás he podido olvidar. Todavía recuerdo con plena lucidez los terribles asesinatos, las grandes torturas y todo tipo de humillaciones que los policías ejercían sobre los campesinos, quienes carecían de armas, porque su único interés era cultivar sus tierras y vivir una vida de paz y armonía con sus hijos y sus esposas. Lo cierto es que la violencia estalló, no por los campesinos, fue el Gobierno quien empezó con estos ataques hasta llevarlos a un caos que completamente enturbió al país del Algodón.
Busquemos ese líder que verdaderamente ame al país del Algodón, ya que esa sería la única opción para llevar al país al restablecimiento de la paz.
Ahora, recordemos que sucedía durante las procesiones que acostumbraban a realizar los ciudadanos de Algiona quienes eran enteramente católicos.
En aquella época de los años cuarenta, los campesinos acostumbraban a recorrer las calles del pueblo de Algiona con una imagen de la Virgen María montada en una tarima de madera, arreglada con flores y adornos, demostrando la belleza del alma de esa virgen, y también querían denotar la pureza que existía en la madre de Jesús de Nazaret. Esto se consideraba como recorrer el pueblo cargando a la virgen para una prueba de arrepentimientos de sus pecados. Cada agricultor hacia votos de castidad y pureza durante esas procesiones. En esas procesiones se acumulaban ciudadanos de todas las esferas sociales: baja, media, y alta; y no había ningún tipo de discriminación entre ellos, todo aquello era paz, sinceridad y armonía, no existían medios de violencias. También hay que denotar que en esos recorridos que hacían los campesinos también se cometían crímenes durante el término que durara el recorrido de la procesión.
Es también nostálgico recordar como los tombos cometían asesinatos durante el término de la caminata, en esa época tan maldita durante los años cuarenta, en que todos los tombos que estaban al mando de los gamonales políticos del pueblo, quienes vivían como reyes, y el resto de la población que se las arreglara como pudieran porque no existían fuentes de trabajo. En esa época los campesinos vivían solo de la agricultura, los únicos que progresaban eran los gamonales del pueblo que vivían a costa de los agricultores, imponiendo leyes que solo le favorecían a ellos, y siempre los campesinos de esa época vivían prisioneros del campo, nunca tuvieron apoyos del Gobierno. El único apoyo que tuvieron fue la implantación de la violencia para poder apoderarse de todo lo que los agricultores hacían. También los policías vivían a costillas de los campesinos. Desde aquí empezaron a sentirse los primeros brotes de la violencia, hasta que esto se convirtió en un campo de batalla para exterminar a los campesinos.
Los gamonales políticos se agrupaban en conjunto con los policías y se apoderaban de estas caminatas que le llamaban procesiones de la Virgen María, y ahí, en esas multitudes tan inmensas, los policías que eran ordenados por el sargento Jamenez y el cabo Soncho, les daban órdenes secretamente a los tombos, diciéndoles en el oído: “Entiérrenle la bayoneta a ‘x’ persona”, y no se sabía a quién iban a asesinar de una manera tan horrible como enterrarle la bayoneta pelada por la espalda a cualquier campesino. Siempre esto ocurría al darle fin a la caminata, era la ocasión más fácil de cometer un crimen puesto que, cuando empezaban a desagruparse las personas, formaban diferentes agrupaciones que se confundían el uno con el otro. Esto precisamente les favorecía a los tombos a cometer el crimen deseado, y habiendo cometido el crimen que deseaban, los gamonales se saciaban de risas con la satisfacción que esto les producían a los gamonales cuando asesinaban a alguna persona. Así que cuando los campesinos llegaban hasta la iglesia, dejaron a la Virgen en su puesto y se las prestaron al venado saliendo de la iglesia corriendo para dirigirse al monte más cercano para esconderse y así evitar que los policías les asesinaran y como los montes estaban al rededor del pueblo y las malezas eran tan desarrolladas que les permitía a los campesinos permanecer ahí ocultos por el tiempo que duraba la persecución.
Los policías persiguieron a los campesinos durante mucho rato, pero los arbustos y el follaje de los montes eran tan grandes, que no les permitió a los policías de encontrarlos, en tal forma, se regresaron a sus dependencias policiales. La salvación de esos campesinos fue un milagro de la Virgen María, según dicen los sobrevivientes de esa época. Por lo tanto, los campesinos que sobrevivieron de las matanzas que los policías hacían día a día, dicen ellos que tuvieron que salir del país para refugiarse en los países más cercanos, y así, de esta manera, salvar a sus hijos y a sus esposas de estos crímenes. En estos instantes, los que sobreviven de esta violencia, solo se ocupan de recordar las torturas que ellos vivieron durante estos ataques que los policías a cada día celebraban de los asesinatos que habían cometido.
En estos tiempos, para los que sobrevivieron de la violencia de los años cuarenta en este país del Algodón, es imposible vivir por el temor del secuestro, los crímenes y las torturas que son el pan caliente de todos los días. Dicen que, mientras el Gobierno este conformado por los descendientes de los policías y los gamonales políticos de esa época, no podrá haber una paz completa. Esos son los familiares de los que cometieron los crímenes más grandes del país del Algodón, y siempre lo quieren tener en las tinieblas para evitar que sus nobles apellidos caigan en la desgracia al conocerse que ellos fueron los que sostuvieron la violencia de los años cuarenta.
Lamentablemente, todo lo que siempre se ha escuchado en la capital de este país acerca de los crímenes y torturas que aprendieron a vivir los campesinos de esa época de incidentes desagradables, no se han publicado. La televisión solo muestra los impactos más comunes y menos destructibles para este país.
No nos afanemos en hablar de los años cuarenta, porque todo lo que sucede en la actualidad en las selvas del país del Algodón son reflejos de lo que sucedió en los años de la tortura y el crimen. También podría ocurrir que, en estos tiempos, el Gobierno esté preparando de alguna forma de pedirle perdón a los descendientes de esa era, y así, de esa manera, buscar un camino más corto para arreglar los arroyos para el encuentro con la paz. La verdad es que todos los campesinos que fueron acribillados por los tombos, dejaron a muchos familiares, esposas e hijos hundidos en la miseria, puesto que los policías dirigidos por los gamonales se concentraron en robarle todo lo que los campesinos habían construido para abrigar a sus esposas y sus hijos para no dejar a todos sus familiares desamparados. Todavía los políticos actuales aplican teorías de los años cuarenta. Los gobernantes actualizados usan las mismas tácticas para gobernar sin importarles cual será el rumbo de los ciudadanos, los gobernantes dicen que este es el camino para llegar a obtener una paz completa en la República del Algodón.
Pero parece que este tipo de pensamientos para conseguir métodos de igualdades para poder llevar al país del Algodón a una paz real están equivocados. Siempre en todo campo de batallas cuando se habla de paz es para paralizar los combates del todo, y después del silencio de los fusiles se concentran los gobiernos a realizar en términos oficiales, y decir con voz de mando a todos los soldados “Ha llegado el momento de la paz”. Pero en el país del Algodón, desde los años cuarenta, nunca ha existido esa palabra de paz con sinceridad, siempre han sido acuerdos sin ningún efecto. Todavía en este siglo no se encuentra como decir “Paz. Ya se acabaron los estruendos de los fusiles, ya no habrá más crímenes ni tortura, esto es una paz definitiva”; sería maravilloso escuchar esas palabras del Gobierno para dormir soñando con un nuevo amanecer para este país del Algodón, que verdaderamente si quiere la paz. Hay que seguir buscándola.
Parece que los senderos de una política totalmente errada continúan llevando a este país a la desintegración total de los acuerdos significativos para encontrar un microscopio que visualice la palabra paz, y si se logra con veracidad, entonces el Gobierno habrá triunfado, llevándole de nuevo la tranquilidad a todos los hogares de el país del Algodón. Realmente esto es lo que se requiere para que la República del Algodón comience a florecer debidamente y empezar a cosechar los frutos de la realidad de una paz completa y duradera.
Si los políticos continúan con el mismo juego de los años cuarenta y el Gobierno utiliza las mismas tácticas para gobernar, no se podrán encontrar soluciones que sean estables para conducir al país a la realidad, todo esto debe cambiar dándole un giro de más de trecientos cincuenta grados a la política actualizada, para corregir los errores que llevaron al país del Algodón a una violencia injustificada que durmió por completo a sus ciudadanos en un letargo que todavía no despiertan a los políticos de hoy, para que nunca más ocurran los desacuerdos que llevaron a la desgracia y a la desintegración de la paz que existía en ese país en los años cuarenta. Porque no se puede hacer un esfuerzo real que nos traiga la bendición de Dios y una paz llena de felicidad, creemos los sobrevivientes de los años cuarenta que es la hora de volver a la realidad, pues si sesenta años de combates en las selvas del país no han podido logr...

Índice

  1. Primera parte
  2. Segunda parte