Pasos Ordenados

una vida preparada para dirigir

Doug Clay

• Editorial: Gospel Publishing House
• Año: 2017
• ISBN:
  9781607315162
• Categoría: Teología y religión
• Categoría: Iglesia cristiana

Conozca a Doug Clay, superintendente general de las Asambleas de Dios, tal como su familia y sus amigos lo conocen. Pasos Ordenados ofrece una reveladora trayectoria desde la perpectiva de quienes mejor lo conocen. Además, Doug nos explica con sus propias palabras sus prioridades y lo que despierta su fervor espiritual. Las experiencia de Doug nos recuerda que Dios soberanamente obra en las circunstancias para bendecir nuestra vida y para que ésta sea de bendición a otros. Los momentos trágicos en la niñez, la fortaleza espiritual de su familia, y el enriquecedor cuidado de su iglesia local fueron los factores que ayudaron a Doug en los extraordinarios desafíos de sus primeras décadas de la vida. La historia de Doug Clay es una reveladora ilustración de la inspiradora verdad de la providencia divina: Cuando decidimos dejar que él ordene nuestros pasos, Dios se complace en cada detalle de nuestra vida.

SECCIÓN 1

PASOS
ORDENADOS

VIDA
FAMILIAR

El drama del Titanic todavía nos fascina.

Hace casi un siglo, personas de la alta sociedad y celebridades bailaban bajo la tenue luz que reflejaban las lámparas de araña. Los músicos interpretaban canciones populares de la época, mientras los pasajeros de primera clase cenaban exquisitos manjares. Nadie sabía que, unas horas más tarde, el transatlántico más grande y lujoso de la historia se hundiría en la profundidad del océano. Si alguien hubiera predicho la tragedia que habría de venir, los mismos pasajeros que, en su viaje inaugural con emoción habían abordado el barco supuestamente «imposible de hundir», de buena gana habrían suspendido su travesía.

Uno de las personas que tenía pensado viajar en el Titanic era J. Stuart Holden, el elocuente predicador de la iglesia Saint Paul en Londres. Él había cruzado el atlántico muchas veces para predicar en los Estados Unidos, generalmente en conferencias bíblicas auspiciadas por D. L. Moody. Menos de veinticuatro horas antes de que zarpara el Titanic, la esposa de Holden necesitó una operación de urgencia. El dilema que enfrentó Holden era si debía cumplir con su compromiso de predicar en los Estados Unidos o cancelar su viaje y quedarse con su esposa. Confiando en la Palabra de Dios respecto de su responsabilidad hacia su esposa, envió un mensaje telegráfico a los anfitriones de la conferencia, diciéndoles que no asistiría. El boleto de Holden para viajar en el Titanic permaneció enmarcado en la pared de su oficina durante el resto de su vida, como testimonio de la fidelidad y guía de Dios. Holden tuvo otros veintidós años de ministerio influyente. Además fue líder en la famosa convención de Keswick, donde propuso un fuerte énfasis en las misiones, lo cual resultó en la comisión de muchos obreros para alcanzar a los perdidos alrededor del mundo.

¿Qué no habría sucedido, qué vidas no habrían sido afectadas, si Stuart Holden hubiera decidido realizar el viaje en el Titanic?

Menos de un mes después de que zarpara el Titanic, un joven de veintiún años de edad salió de Inglaterra para iniciar una nueva vida en los Estados Unidos. Él había planeado comprar un boleto en el viaje inaugural del Titanic pero cambió de plan y decidió navegar en el próximo barco unas semanas más tarde, en el SS Grampian; algunos de sus descendientes especulan que fue a causa del costo del pasaje. Lo que sí sabemos con seguridad es que su decisión de cambiar de barco afectó el futuro de muchas vidas.

El nombre de este joven es George Edward Clay, abuelo de Doug Clay. Si George Clay no hubiera cambiado de barco, Doug Clay no habría nacido.

La soberanía y la providencia de Dios son magníficos misterios. En la carta de Pablo a los Romanos, el apóstol dice que los caminos de Dios son «inescrutables» (11:33, RVC) pero también afirma que «Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman» (8:28).

Art Clay, padre de Doug, con su abuelo George

Lamentablemente, muchos especulan acerca de lo que podría haber ocurrido en su vida si tan sólo hubieran tomado decisiones diferentes. Pero aun más importante es qué no habría sucedido en nuestra vida y a través de ella si Dios no hubiera obrado mediante su providencia.

Para el seguidor de Cristo que está rendido a Él, las nubes oscuras del remordimiento en torno a lo que pudo haber sucedido se disipan ante la luz de aquello que Dios obra en nuestra vida a pesar de la tragedia, la pena y el dolor, y además cómo usa esas circunstancias para su gloria.

SS Grampian

Después de desembarcar en Canadá, George Clay viajó a los Estados Unidos en un tren de inmigrantes y se estableció en Detroit. Después, hizo las gestiones para que Martha, su prometida viajara desde Inglaterra, y así poder casarse con ella. George comenzó a trabajar en la planta de procesamiento químico de Solvay. Un compañero de trabajo, Arthur Shaw, quien también había emigrado de Inglaterra, comenzó a hablarle de Cristo. Hazel, la hija mayor de George y Martha, tenía serios problemas de salud. La habían llevado a especialistas, pero no habían conseguido ayuda. George le dijo a Arthur Shaw que llevarían a su hija a una reunión de oración y que, si sanaba, ellos aceptarían al Señor como Salvador. La niña fue sanada, y George y Martha entregaron su vida a Cristo.

George y Martha comenzaron a asistir a lo que ellos en ese momento llamaban «las reuniones de oración en las cabañas». Estas eran reuniones en los hogares, donde comenzaron a buscar la plenitud del Espíritu Santo, acerca de lo cual habían oído. Aunque George oraba de todo corazón para recibirla, para él era una lucha y estaba desanimado. Como todos eran de Inglaterra, al concluir cada reunión, tomaban té y comían galletas. Una noche, a George le pidieron que bendijera el refrigerio. Cuando comenzó a orar, fue lleno del Espíritu Santo y comenzó a hablar en lenguas.

Más tarde, ese grupo pequeño comenzó a reunirse como iglesia en un establecimiento comercial en River Rouge, Michigan; este grupo después se convirtió en la iglesia River Rouge Assembly of God. George era el maestro de la Biblia y con frecuencia predicaba cuando no estaba el pastor. George y su familia participaban activamente en el ministerio.

Crianza y familia

Desde una edad temprana, Art creció en la iglesia River Rouge Assembly con una niña llamada Audrey. Ellos se enamoraron y, cuando Audrey tenía diecinueve años y Art, veinte, y acababa de terminar sus estudios en el instituto bíblico, se casaron. A Art le pidieron que predicara en una pequeña iglesia en Adrian, Michigan, que había sido fundada por dos mujeres. La iglesia pidió que él se quedara con ellos como pastor y Art aceptó. Así, se convirtió en el primer pastor a tiempo completo en Bethany Assembly of God.

Art y Audrey tuvieron cuatro hijos. En 1953, nació su hija mayor, Debbie. Cuatro años después, nació Rich. Después, Audrey perdió un bebé, pero en 1961, nació su hija, Deana. Aunque Audrey tuvo en sus brazos a su hermosa bebita, veinticuatro horas después, los médicos descubrieron un grave defecto cardíaco. Enviaron a la pequeña Deana rápidamente al Hospital de la Universidad de Michigan, pero sólo vivió tres días.

Audrey estaba destrozada con la pérdida de Deana. Dado que todos sus embarazos habían sido muy difíciles, Art y Audrey decidieron que no tendrían más hijos. Sin embargo, exactamente un año después, el 30 de noviembre, en el cumpleaños de Deana, nació Doug.

Años de niñez

Audrey dice que el pequeño «Dougie» era encantador, siempre les alegraba la vida, era un niño feliz que nunca causó problemas y nunca hizo un berrinche. También tenía mucha energía. Él quería comenzar el preescolar a los cuatro años de edad, un año antes de lo normal, sin embargo, gracias al consejo de la maestra, Art y Audrey no se lo permitieron.

Cuando Doug tenía cinco años, falleció el hermano Taylor, quien se encargaba de los ujieres de la iglesia. En la cena del funeral en el comedor de la iglesia, Audrey notó la ausencia de Doug. Miró a su alrededor, y vio a Doug en la fila, delante de todos, saludando a la viuda. Audrey pensó: ¡Santo cielo! Y se acercó a su hijo, pero la viuda la vio y le hizo una seña para que se contuviera. La viuda después le contó a Audrey que Doug se había acercado y le había dicho: «Hermana Taylor, usted no va a estar sola; yo estaré ahí a su lado y seré su hombre». Y tomó la bandeja de comida de ella y la llevó a la mesa. Audrey dice que en ese momento, ella y Art se dieron cuenta de que Doug tenía un amor natural y genuino por la gente.

A los seis años, durante una reunión en la iglesia un domingo por la mañana, Doug pasó al frente cuando su padre dio la invitación para recibir salvación. Aunque su comprensión de lo que había sucedido en su vida era elemental a esa temprana edad, una cosa le quedó bien clara: necesitaba a Jesús como Salvador. Su familia celebró el hecho de que pasara al frente para tomar la decisión más importante de su vida. Él recuerda claramente que los obreros que estaban en el altar de la iglesia lo abrazaron. Él sabía por la reacción de ellos cuán importante era la decisión. Sus padres lo animaron a inmediatamente dar testimonio de que él había aceptado a Jesús en su corazón.

Cuando Doug tenía nueve años, un domingo por la noche, su padre predicó sobre el bautismo en el Espíritu Santo. Doug pasó al altar para buscar el bautismo, y lo recibió. Poco tiempo después, murió su padre. Doug dice que fue la presencia del Espíritu en su vida lo que lo sostuvo en los momentos difíciles después de la muerte de su padre.

Doug recuerda que su papá era un gran predicador y un padre afectuoso y devoto. También recuerda que era una persona muy entretenida. Después de la reunión del domingo por la noche, Art iba en uno de los coches al restaurante A&W con sus dos muchachos, Doug y Rich, mientras Audrey conducía el otro coche con Debbie. Para el deleite de los muchachos, Art siempre le hacía una jugarreta a Audrey en el A&W. Él le decía al camarero: «Hay una mujer ahí, en el Chevrolet azul. Ella te va a decir que yo voy a pagar su cuenta. No le creas». Luego, él y los muchachos observaban y se reían cuando el camarero le decía a Audrey que Art no pagaría su cuenta. Audrey dice que, con el tiempo, todos los camareros de A&W sabían que esta era una pequeña jugarreta de Art.

Izquierda a derecha Audrey, Debbie, Rich, Art, y Doug Clay

Debbie, su hermana, ayudó a Rich y a Doug a evitar el castigo que papá o mamá seguramente les darían por sus travesuras. Si se metían en problemas, o si discutían o peleaban, ella les decía: «Bueno, muchachos. Si se arrodillan y le piden a Dios que los perdone, no le contaré a mamá y a papá». Así fue como se salvaron de algunas palizas gracias a su hermana. Y la amaban mucho por esa razón.

Art y Audrey dejaron dos veces a Doug solo en la iglesia. Esas dos veces, uno pensó que Doug estaba con el otro. Cuando ambos llegaron a casa, se dieron cuenta de que ninguno de los dos tenía a Doug. Art inmediatamente fue a la iglesia y encontró a Doug solo y profundamente dormido sobre uno de los bancos.

Art con frecuencia llevaba a Doug a sus tareas del ministerio. Doug lo acompañaba a hogares de ancianos y hospitales, o en cualquier otra actividad que hiciera. Cuando Doug creció y fue ministro del evangelio, Gail dice que hizo lo mismo con las niñas. Incluso durante las épocas de mayor actividad —en especial cuando las niñas estaban pequeñas y él era director de jóvenes en Ohio y viajaba con frecuencia—, Doug siempre tuvo tiempo para llevar a sus hijas en sus tareas ministeriales. Lo hacía de una manera que era divertida para ellas. En esos momentos, las niñas desarrollaron un amor por visitar a las personas en el hospital o ir a hogares de ancianos, así como Doug aprendió lo mismo de su papá. Doug regresaba a casa y se acercaba a una de sus hijas y le decía: «Ey, ven conmigo». A veces era una tarea tan sencilla como ir a la oficina para buscar algo que necesitaba, pero él la convertía en una aventura emocionante. O decía: «Vamos a hacer esto y posiblemente compremos un helado en McDonald’s cuando regresemos a casa». Lo que hizo su papá para dedicarle tiempo, ayudó a Doug a desarrollar ese amor por la gente y por el ministerio, lo cual ha sido evidente en el trato con sus propias hijas.

En 1968, Art hizo los preparativos para dejar la iglesia Bethany Assembly y ser pastor de Brightmoor Tabernacle en Detroit, Michigan. Brightmoor era la iglesia más grande de las Asambleas de Dios en Michigan. El antiguo pastor, Bond Bowman, sería el nuevo superintendente del distrito de Michigan. Art recibió 98% del voto de los miembros. Sin embargo, antes de que los Clay se trasladaran a Detroit, el pastor Bowman se acercó a Art y le dijo: «Art, siento que no es la voluntad de Dios que yo sea el superintendente del distrito. ¿Te sentirías mal si yo regreso a mi iglesia?». Respetuosamente, Art estuvo de acuerdo. Y como Bethany Assembly todavía no había encontrado un nuevo pastor, Art y su familia permanecieron en Adrian. Aunque en ese momento fue una experiencia desalentadora, ese acontecimiento se convirtió en algo positivo porque, después del fallecimiento de Art, el pastor Bill Leach y la iglesia de Bethany Assembly fueron un maravilloso amparo para Audrey y sus hijos. Audrey sirvió cincuenta y cinco años en Bethany Assembly en el ministerio de la música y del cuidado pastoral, y se jubiló a los setenta y cinco años de edad.

La muerte del padre de Doug

Unos tres años después de que regresaron a Bethany, una noche, Art no se sentió bien. Había sufrido un ataque cardíaco cinco años antes, y le dijo a Audrey: «No puedo ir a la sala de emergencias otra vez». La mañana siguiente, Art cayó al suelo y...

Índice

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• Entrega de la antorcha
• ¿Quién es Doug Clay?
• Sección 1: Vida familiar
• Sección 2: Ministerio
• Sección 3: Prioridades y fervor