Activos de aprendizaje
eBook - ePub

Activos de aprendizaje

Utopías educativas en construcción

  1. 143 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Activos de aprendizaje

Utopías educativas en construcción

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

La educación está en movimiento. Los estudiantes cada vez nos señalan con más claridad que aprenden de maneras distintas y muchos docentes están dispuestos a acompañarlos enseñando de manera diferente. La pregunta no es si la escuela está en transformación o no, sino más bien hacia dónde avanza. Para ello es necesaria la utopía, que es esperanza y deseo; se ofrece al caminante como aliciente para dar un paso más, un nuevo paso. En sanidad se habla desde hace tiempo de activos de salud en la búsqueda de unas condiciones que promuevan la salud y eviten la enfermedad. Mediante estos activos, la comunidad y el individuo generan y participan en situaciones que les proporcionan bienestar. De la misma manera, contamos con activos de aprendizaje que promueven, estimulan y permiten un desarrollo integral equilibrado del individuo y de la comunidad. Somos organismos que aprenden y nuestro entorno es una fuente constante de aprendizajes. Por eso los textos que aquí se ofrecen contienen fragmentos de un mapa de esos activos de aprendizaje que aún está por explorar; son breves fotografías que miran al presente como futuro. En nuestras manos está determinar no solo cuál es nuestra utopía sino también cómo queremos hacer el camino.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Activos de aprendizaje de Fernando Trujillo Sáez en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Pedagogía y Métodos de enseñanza de la educación. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2018
ISBN
9788491820673
Capítulo tres

La enseñanza como activo de aprendizaje: utopías de enseñanza innovadora

Jugar el partido
A veces mirar a nuestro lado nos descubre facetas de nuestra propia actividad sobre las cuales no habíamos reparado. En este caso miramos al juego y al deporte para reconsiderar la actividad que tiene lugar en la escuela como espacio de aprendizaje, no porque ambas tareas sean similares sino porque el deporte y el juego nos permiten reconsiderar nuestra manera de enseñar y el sentido de nuestra enseñanza.
El deporte siempre ha jugado un papel importante en mi vida. Recuerdo los partidos de baloncesto con el equipo de mi colegio: la emoción de los partidos en nuestra cancha y ante “nuestro público” – entiéndase madres y padres fundamentalmente –, las visitas a otros equipos, la alegría del éxito, el consuelo del entrenador ante los fracasos. Son buenos recuerdos que conservo con cariño pues, entre otras cosas, ahí estaban algunos de mis mejores amigos y ahí se encuentran algunos de los mejores momentos de mi infancia.
Cuando leí el libro de David Perkins (2010) titulado Making Learning Whole comprendí con facilidad la principal metáfora que estructura el texto y que ahora te planteo:
“¿Tú qué prefieres, jugar el partido o entrenar?”.
Francamente, yo lo tengo claro: aunque me gustaba entrenar con mi equipo, lo que le daba sentido al esfuerzo de los entrenamientos era el partido. Practicábamos la presión en zona pensando en el partido contra el siguiente rival y ensayábamos la entrada a canasta imaginando que tendríamos la oportunidad de lucirnos con una bonita bandeja en el momento más oportuno del partido. El partido daba sentido a los entrenamientos posteriores, que servían para corregir errores, como también el siguiente encuentro era la motivación para entrenar nuevas jugadas y estrategias de tal forma que pudiéramos afrontarlo con garantías.
Sin embargo, en la escuela con frecuencia nunca llegamos a jugar el partido. No es extraño ver aún que somos capaces de pedir a nuestros estudiantes que memoricen la definición del cuento sin atrevernos a crear o a representar uno en clase; o podemos encargarles que hagan decenas de ejercicios sobre estadísticas o probabilidad sin llegar nunca a realizar una investigación donde unas u otras sean necesarias; o podemos recorrer todo el espectro de las Ciencias de la Naturaleza sin pasar nunca por el laboratorio, realizar una observación al aire libre o desarrollar un sencillo experimento. Somos, en muchos casos, entrenadores sin partidos.
En su libro, David Perkins (2010) denuncia con claridad y abundantes argumentos que diversos factores impiden jugar el partido completo en educación; entre otros, un currículo atomizado que se pretende cubrir completamente, sea como sea y caiga quien caiga (esas “enseñanzas mínimas” que son máximas…), unos libros de texto cargados de contenidos y actividades que son interpretadas de manera conservadora, una creciente presión de la Administración a través de pruebas estandarizadas y ciertas tradiciones de nuestra cultura de enseñanza, como la fidelidad taxonómica a las listas de contenidos o la ausencia de trabajo en equipos cooperativos hacen que los estudiantes se queden con frecuencia en la repetición rutinaria de actividades a las cuales no ven sentido alguno: solo el partido completo representa una auténtica actividad significativa que los ayudará a comprender el sentido de su esfuerzo y, al mismo tiempo, les permitirá desarrollar sus competencias claves.
¿Y qué necesitaríamos cambiar para jugar el partido completo en la escuela? Para empezar, valorar si los contenidos que estamos enseñando realmente responden a alguna pregunta relevante para nuestros estudiantes y conectar así los contenidos con la vida son el primer paso adelante. A partir de ahí, podríamos plantearnos que un partido completo suele implicar algún tipo de investigación o de actuación en sentido amplio, que estas suelen requerir resolución de problemas, argumentaciones, explicaciones, búsqueda de evidencias y desarrollo de estrategias y que, finalmente, como resultado de tal investigación o actuación, se debe crear algo, sea una solución para un problema, una imagen, una historia, un ensayo o un modelo.
Así pues, la ruta está trazada y parece clara y expedita. Es más, hoy se dan como nunca antes las condiciones para poder acometerla: podemos conocer con cierta facilidad ejemplos de prácticas educativas replicables o transferibles a nuestros contextos; tenemos materiales en abundancia para acompañarnos en el camino, sea en formato digital o en analógico; nuestra capacidad para trabajar colaborativamente se ha visto potenciada a través de la red; incluso la Administración y la normativa, siempre ambivalentes, parecen animarnos a jugar el partido completo en lugar de entrenamientos. ¿Qué nos detiene, por tanto, para comenzar el camino?
De las muchas que pueden incidir en nuestra falta de partidos, apuntaré dos razones sobre las cuales podemos intervenir: en primer lugar, nuestros propios marcos mentales y culturales, esas representaciones que utilizamos para interpretar la realidad y actuar en ella, están configurados históricamente para equiparar enseñar con la secuencia tradicional de presentación y práctica de los contenidos, sin ir más allá; en segundo lugar, cualquier cambio en profundidad requiere tiempo y el diseño de itinerarios de desarrollo profesional sostenibles personal, institucional y socialmente.
¿Estamos dispuestos a permitir(nos) el cambio? Espero sinceramente que sí: no podemos escondernos detrás del parapeto de la falacia de la cultura del esfuerzo depositando en los hombros de nuestros aprendices la responsabilidad de no querer afrontar los cambios que sabemos que son necesarios para ellos… y para nosotros. ¡El partido debe comenzar ya!
Educar sin libros de texto: debate abierto
El libro de texto es un artefacto cultural de importancia histórica. Con su aparición, la escuela encontró un aliado para poder incorporar una variedad de textos y actividades cuya compilación habría sido imposible o muy difícil de realizar para los docentes.
Sin embargo, la llegada de internet ha cambiado las reglas del juego y hoy es relativamente fácil y económico (por esfuerzo, dedicación e inversión) generar un documento que incluya textos multimodales y actividades de diverso tipo con una calidad aceptable para ser utilizado en un contexto educativo. Esto implica que el lugar y la importancia relativa del libro de texto están en cuestión, pues son muchos los docentes que están dispuestos a enseñar sin libros de texto, o a usarlos de manera creativa o a utilizar libros de texto “alternativos” que no provienen directamente de los canales tradicionales de publicación.
Por todo ello, es importante que la escuela debata abiertamente cómo puede ser el futuro sin libros de texto, de tal forma que su ausencia (si esta es inevitable) no reduzca la calidad del aprendizaje o para que estemos preparados para un uso no convencional o para la utilización de materiales alternativos creados por las empresas del ámbito editorial y otras instituciones. Este debate, además, no debe ser dramatizado: estamos en un momento histórico de oportunidades y futuros abiertos. Ahora tenemos que tomar las decisiones más adecuadas para garantizar unos materiales educativos de calidad.
En noviembre de 2014, el Minister of State for Schools, Nick Gibb, entró de lleno en el debate sobre el uso del libro de texto en Gran Bretaña10. Gibb criticó el crecimiento de una “ética anti-libros de texto” que, según afirmaba, se podría correlacionar con los pobres resultados de su país en PISA frente a países como Finlandia o Corea del Sur. Para evitarlo pidió a los docentes, de manera explícita, que usaran libros de texto, así como a las editoriales que produjeran libros de texto de calidad.
A partir de ahí se produjo una cadena de declaraciones a favor y en contra de los libros de texto. Así, Sir Michael Wilshaw, inspector jefe de la Ofsted (Office for Standards in Education, Children’s Services and Skills), declaró en junio de 2015 que la inspección educativa no toleraría que se usaran “scrappy worksheets” (hojas “chatarra” de actividades) en lugar de libros de texto de alta calidad11, y así se encargó de hacerlo llegar a los inspectores e inspectoras de educación a través de su conferencia en The Future of Education Inspection.12.
Desde la perspectiva de ciertos centros educativos, Barnaby Lenon, presidente del Independent Schools Council, defendió públicamente el uso de libros de texto argumentando, entre otras cosas, el importante papel que estos han tenido en la historia de la educación:
Los libros de texto del pasado han tenido un impacto enorme en Educación. No solo reflejaban los contenidos establecidos sino que influían en ellos. Los mejores libros de texto eran el currículo. Determinaban el nivel en relación con el cual trabajaban los mejores estudiantes.
Por otro lado, Richard Culatta, asesor del presidente Obama y director de la Oficina de Tecnología Educativa del Departamento de Educación de los Estados Unidos, entró en el debate al afirmar que esperaba que los centros educativos a ambos lados del Atlántico hayan abandonado definitivamente el libro de texto en un plazo de cinco años, es decir, en torno al año 2020. En su opinión...

Índice

  1. Portadilla
  2. Prólogo
  3. Introducción
  4. Capítulo uno. La escuela como activo de aprendizaje: utopías de nueva escuela
  5. Capítulo dos. El profesorado como activo de aprendizaje: utopía de nuevo profesorado
  6. Capítulo tres. La enseñanza como activo de aprendizaje: utopías de enseñanza innovadora
  7. Capítulo cuatro. La ciudad como activo de aprendizaje: utopías de educación expandida y ciudades educadoras
  8. Capítulo cinco. Entre utopías y distopías
  9. Bibliografía
  10. Notas
  11. Contenido
  12. Créditos
  13. Otros libros de la colección Biblioteca Innovación Educativa