Psicotrauma sexual
La psique humana
La psique humana es un sistema de tratamiento de información que penetra todo el organismo, hasta la última célula. Por medio de las vibraciones, fluidos corporales, células nerviosas, órganos y el cerebro como órgano central, este sistema registra las realidades dentro y fuera del organismo humano para que este se pueda conservar y reproducir. La mayor parte se produce por debajo del nivel de conciencia. Al individuo solo se le hace consciente una pequeña parte de la información procesada como realidad. Con ayuda de nuestra conciencia podemos influir en la realidad con un fin concreto y modificarla a nuestra voluntad. Esto incluye la decisión consciente de que es mejor no hacer algunas cosas y dejar que sucedan.
La psique humana es un sistema multimodal. Abarca la percepción (ver, oír, oler, gustar, tocar), la comprensión intuitiva de las relaciones, los sentimientos, la imaginación, el pensamiento, la capacidad de recordar, la yoidad, la voluntad y el manejo de la acción. Las funciones psíquicas:
- Están orientadas selectivamente a las situaciones vitales correspondientes y a los propios intereses y necesidades.
- Son adaptativas para amoldarse a los diferentes entornos y hacerlos suyos.
- Son creativas al producir o inventar algo que no existía previamente.
- Son reflexivas, es decir, la psique humana se puede reconocer y así modificarse.
Si bien el cerebro humano es un órgano especial para producir el máximo rendimiento psíquico consciente, todo el cuerpo humano es capaz de alcanzar comprensiones psíquicas. Cada una de las células puede recoger información, procesarla y transmitirla a su entorno por medio de vibraciones y variaciones en los niveles químicos.
Las funciones básicas de la psique existen desde el principio de la vida de un ser humano, es decir, desde la unión del óvulo y el espermatozoide. Para su desarrollo necesitan un entorno benévolo que permita que su potencial se desarrolle plenamente. En particular, en el momento de su creación, es decir, antes del parto y hasta la edad de tres años, las funciones psíquicas son fácilmente irritables y se sobrecargan rápidamente. Por eso, todo lo que sucede en esta etapa temprana tiene gran importancia en la vida posterior de la persona. La psicología pre-, peri- y posnatal ha acumulado en los últimos tiempos mucho conocimiento sobre este tema (Evertz et al., 2014). La investigación muestra que los bebés que aún no han nacido y los recién nacidos se dan cuenta de lo que sucede con ellos y a su alrededor (Chamberlain, 2010). A continuación, el testimonio que un asistente a uno de mis grupos nocturnos puso a mi disposición.
Sentir la aflicción de la madre estando en su vientre
«Hacia el final del embarazo mis padres se encontraban en estado de shock. Montaron una zapatería con un préstamo tras quedarse libre una habitación en su casa de madera —las otras habitaciones se habían destinado al alojamiento forzoso de refugiados tras el final de la Segunda Guerra Mundial—. Cuando la administración municipal se enteró, los amenazó con desahuciarlos por hacer un uso indebido del espacio, y los obligó a devolverlo a su función original. Apenas tenían dinero para comprarse algo de comida. En esta situación nací yo.
Por medio de una meditación hipnótica pude darme cuenta de que en el útero me enteré de todo. Por amor a mi madre y para no causarle molestias adicionales, me propuse involucionar y dejar de existir. Vine al mundo totalmente rígido, como si estuviera muerto. Durante esa meditación me asombró mucho lo intensa que fue la unidad entre mi madre y yo, como un único organismo. En el orfanato decidí dejar de existir. Sin el consentimiento de mi madre, mi padre me sacó de la sección de pediatría del hospital y me abandonó en un orfanato».
Básicamente, la psique humana se puede encontrar en tres estados diferentes:
- Estados de bienestar, en los que está abierta a la realidad de manera óptima porque la persona en cuestión no se siente amenazada existencialmente. Los estados de bienestar son, entre otros, la base de una experiencia placentera de la sexualidad.
- Estados de estrés, en los que se experimenta una amenaza existencial, lo que conduce a un estrechamiento de la percepción de la realidad. Es estados así no es posible vivir la sexualidad de manera placentera. La sexualidad va emparejada al miedo, la rabia y la agresividad.
- Estados de trauma, en los que la realidad ha de ser enmascarada porque para la psique es imposible procesarla. Entonces, la sexualidad solo se puede vivir y ejercer desde un estado disociado.
La identidad psíquica de una persona consta de la suma de sus experiencias vitales desde su origen. Para estar psíquicamente sano, el ser humano ha de poder expresar y desarrollar lo siguiente:
- Su propio yo.
- Su propia voluntad.
- Sus propias percepciones.
- Sus propios sentimientos.
- Sus propias ideas.
- Sus propios pensamientos.
- Sus propias palabras y su propia lengua.
- Sus propias acciones.
Los seres humanos somos seres sociales. Nuestra psique está orientada a la convivencia con otros. Con nuestra psique podemos comprender y dar forma a las relaciones de manera excelente. Sospecho que incluso tenemos un sentido propio para ello, el sentido relacional, que opera como los otros sentidos perceptivos, es decir, vista, oído, olfato, etc. Nuestro sentido para las relaciones vinculares funciona de modo directo, espontáneo y sin el rodeo de las funciones cognitivas superiores.
Incluso cuando, debido a esto, haya riesgo de que una persona tenga dificultades para diferenciarse de otra, es esencial de todos modos que la psique de una persona sea individual, es decir, que solo le pertenezca a esa persona en concreto y que tenga su punto de referencia en su propio yo. Si la psique pierde su personalidad, es decir, si se pierde el punto de referencia del yo, toda la psique alcanza un estado de exposición a los influjos exteriores. Sin yo propio, la psique de una persona puede estar en cierto modo secuestrada por la psique de otra persona (por ejemplo, por la de la propia madre o el propio padre). Solo una psique centrada en su yo puede crear relaciones constructivas con otras personas, en las que cada uno pueda ser él mismo.
La psique humana es el resultado de la evolución de la vida. Por ello, dispone de funciones instintivas que han asegurado la vida y la supervivencia de nuestros ancestros humanos y animales desde hace millones de años. Es un sistema abierto y en constante evolución que no está determinando genéticamente para reconocer la realidad. Los genes son únicamente el potencial, el conocimiento acumulado sobre cómo funciona la vida. La psique utiliza los genes que le son útiles en la medida que necesite para resolver la realidad vital correspondiente.
La psique humana tiene una enorme capacidad de aprender. En un proceso de desarrollo constante puede desplegar sus cualidades cada vez más, siempre y cuando no se hayan producido traumatizaciones. Por consiguiente, ser humano significa convertirse en ser humano. Cada persona es parte de la evolución y contribuye a configurarla. Las traumatizaciones limitan considerablemente el despliegue de los potenciales humanos. Los psicotraumas pueden hacer retroceder a las personas a niveles prehumanos del desarrollo evolutivo. Sobre todo, cuando no funciona la comprensión emocional de la realidad, las valoraciones cognitivas no son ciertas. No reconocemos las contradicciones lógicas y nos vamos enredando más y más en nuestra propia maraña de pensamientos. Cada vez estamos más confundidos.
Características propias del psicotrauma
Los psicotraumas son la consecuencia de las experiencias vitales de una persona que sobrepasan las posibilidades psíquicas que esta tiene para procesarlas y que la conducen a un estado de exposición, impotencia e indefensión. La causa de este apabullamiento puede ser un exceso de información que la psique no puede procesar, como por ejemplo, durante un accidente de coche. La psique humana se traumatiza sobre todo cuando aquello que experimenta es contradictorio en sí mismo y cuestiona la comprensión de uno mismo y del mundo (Fischer y Riedesser, 1998). Un hijo, cuando es golpeado por su padre, al que ama, no lo entie...