Capítulo 1
La pedagogía de Jesús: facilitando el aprendizaje
Porque Jesús ama, enseña. Aquí radica el secreto de su autoridad y de su compromiso como maestro. Su pasión por formar personas es un distintivo de su tarea docente. Jesús vivió, sufrió y murió por el pueblo que lo escuchaba y seguía sus enseñanzas. Su propuesta educativa bien puede ser resumida como una “pedagogía de la ternura”.
Uno de sus discursos más memorables para deleitarnos con las extraordinarias dotes comunicativas de Jesús es el conocido “Sermón del Monte”. Acompáñame a explorar solo el párrafo registrado en el Evangelio de Mateo capítulo 6, versículos del 1 al 18. En esta porción de las Escrituras descubriremos siete principios pedagógicos para motivar y direccionar nuestro ministerio como facilitadores de procesos de enseñanza-aprendizaje:
1. Una pedagogía por objetivos
Cuando Jesús enseñaba tenía muy claro el objetivo pedagógico a alcanzar. Mateo 6.1a lo describe con gran precisión:
“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos”.
Dicho en otras palabras:
“Qué nuestras buenas acciones no estén impulsadas principalmente por la búsqueda de reconocimiento personal”.
Por supuesto, dada la naturaleza de la misión de Jesucristo sus objetivos de enseñanza son construidos en clave teológica, como continúa afirmando el verso 1b:
“…de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”.
Observa cómo todo lo enseñado por Jesús desde el versículo 2 hasta el 18 apunta al cumplimiento de lo anunciado en el versículo 1.
Quisiera destacar dos ventajas de establecer con claridad la meta educativa:
a. En la preparación de una sesión de aprendizaje: puedes seleccionar y desarrollar los temas y las metodologías en función de si contribuyen o no a alcanzar el objetivo trazado.
b. Al final del tiempo de enseñanza: puedes evaluar con mayor objetividad si la meta fue alcanzada parcial o totalmente.
A continuación un ejemplo de un objetivo pedagógico para un taller de predicación:
“Que los participantes comprendan el valor de ser fieles a la intención del autor cuando predican un pasaje de la Biblia”.
2. Una pedagogía estructurada
Una vez establecido el objetivo pedagógico, debes determinar la estructura de enseñanza, que es la manera secuencial y progresiva de desarrollar los contenidos para lograr la meta propuesta.
Mira como Jesús ordena su enseñanza describiendo tres hábitos espirituales que todo judío debía practicar para ser considerado una persona piadosa:
a. Cuando, pues, des limosna… (Mt 6.2)
b. Cuando ores… (Mt 6.5)
c. Cuando ayunéis… (Mt 6.16)
Presta atención cómo primero habla de la limosna, luego de la oración y finalmente del ayuno. Evidencia claramente un extraordinario modelo de andamiaje didáctico.
El uso de estructuras didácticas por parte de Jesús permitió a sus seguidores recordar y trasmitir a otros lo aprendido, hasta el punto de poder plasmarlo por escrito en cuatro libros conocidos como los evangelios.
Cuando una sesión educativa está bien sistematizada facilita la asimilación y retención de lo aprendido por parte de los participantes.
Un taller de predicación cuyo objetivo sea: “Que los participantes comprendan el valor de ser fieles a la intención del autor cuando predican algún pasaje de la Biblia” tendría la siguiente secuencia de enseñanza:
a. ¿Qué es la intención del autor?
b. ¿Por qué es valiosa la intención del autor?
c. Cómo predicar fielmente respetando la intención del autor.
3. Una pedagogía contextual
La limosna, la oración y el ayuno eran consideradas las tres columnas de la espiritualidad judía y, por lo tanto, muy familiares para quienes escuchaban a Jesús.
Una pedagogía contextual parte de, e incorpora, las realidades conocidas por sus oyentes, potenciando así una mejor recepción y comprensión del mensaje.
Una de las diferencias entre la educación de adultos y la de niños es que las personas mayores traen consigo un conjunto de conocimientos y experiencias previas que deben ser usadas para enriquecer los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Una manera de poner esto en práctica, es promoviendo espacios donde todos los estudiantes puedan aprender de todos, y no solo de un maestro experimentado. Nunca olvides que a los adultos les encanta aprender mientras enseñan.
Pensando en talleres de formación de predicadores, los participantes poseen conceptos y experiencias previas adquiridas por escuchar a otros predicadores y/o por predicar regularmente.
Si el objetivo del taller es: “Que los participantes comprendan el valor de ser fieles a la intención del autor cuando predican un pasaje de la Biblia”, antes de iniciar el proceso de enseñanza-aprendizaje podemos pedirle a los asistentes que dialoguen en parejas sobre:¿qué entiende cada uno por la intención del autor y su importancia en la predicación?
4. Una pedagogía integral
La enseñanza de Jesús es integral porque impacta la totalidad de la vida de las personas que lo escuchan. Veamos como su propuesta pedagógica afecta tanto las esferas del comportamiento, sentimiento y pensamiento de quienes creen en su mensaje. Así lo presenta nuestro texto de estudio:
a. Impacto en la esfera del comportamiento:
» La conducta incorrecta: “no hagas” (Mt 6.2); “no seas” (Mt 6.5); “no seáis” (Mt 6.16).
» La conducta correcta: “no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” (Mt 6.3); “entra en tu aposento y, cerrada la puerta…” (Mt 6.5); “unge tu cabeza y lava tu rostro” (Mt 6.17).
b. Impacto en la esfera del sentimiento:
» El sentimiento incorrecto: “para ser alabados por los hombres” (Mt 6.2); “para ser vistos de los hombres” (Mt 6.5); “para mostrar a los hombres…” (Mt 6.16).
» El sentimiento correcto: “para que sea tu limosna en secreto” (Mt 6.4); “ora a tu padre que está en lo secreto” (Mt 6.6); “para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto” (Mt 6.18).
c. Impacto en la esfera del pensamiento:
» El pensamiento incorrecto: “ya tienen s...