La CUP de puertas afuera:
espejos, reflejos, versiones
«Vista la acumulación de pruebas, no queda hipótesis más verosímil que la realidad».
JEAN BAUDRILLARD
Entre los meses de abril, mayo y junio de 2012, se remitió un cuestionario a diversas personalidades de los Países Catalanes con la intención de saber qué pensaban de la CUP, para entender cómo veía el país este espacio político emergente. Estimamos oportuno dividir la consulta, fundamentalmente, en siete grandes ámbitos: periodistas especializados en política, universitarios de referencia, personas significadas del ámbito soberanista catalán, las formaciones políticas parlamentarias catalanistas, el ámbito sindical, la sociedad civil organizada y los movimientos sociales transformadores y, finalmente, algunas voces significativas del ámbito cultural e intelectual.
El cuestionario enviado, de carácter orientativo y no obligatorio, solicitaba la opinión de los entrevistados con nueve preguntas: a) ¿Qué opina de la CUP?; b) Si tuviese que explicar a alguien que llega por primera vez a Cataluña qué es la CUP, ¿cómo la definiría?; c) ¿Cómo valoró o qué pensó el 22-M, cuando la CUP consiguió 101 concejales?; d) ¿Qué razones o efectos piensa que lo motivó?; e) ¿Qué esperaría o espera de la CUP? ¿Qué recorrido le pronostica?; f) ¿Cree que tendría que concurrir en las elecciones autonómicas?; y g) ¿Podría señalar un defecto y una virtud de la CUP? La octava pregunta, de respuesta abierta y también voluntaria, era una invitación a incluir cualquier otra apreciación o aportación.
El resultado final es un abanico caleidoscópico de casi ochenta opiniones que no habría sido posible sin la voluntad de colaborar de todas las personas que han tomado parte en él. A todos ellos y a todas ellas, una vez más, nuestro agradecimiento porque es gracias a todos que este capítulo se ha podido elaborar. La recopilación es tan plural, sugestiva y contradictoria como el propio país. Una parte del país que, inmediatamente, toma la palabra para opinar sobre la CUP.
[Ámbito mediático]
1. De periodistas, ondas y medios
[Opinan: Vicent Partal, Antoni Batista, Ferran Casas,
Rita Marzoa,Salvador Cot, Miquel Sellarès, Roger Palà,
Sergi Picazo, Manu Simarro y Saül Gordillo]
PARTAL
«Uno de los pilares del independentismo catalán»
El director de Vilaweb resuelve el cuestionario con categoría profesional. Si periodismo es síntesis, Vicent Partal define la CUP como «la representante en los Países Catalanes de las corrientes de izquierda radical europea, una organización con una fuerte base asamblearia y municipalista y uno de los pilares del independentismo catalán». Valora «de forma positiva» los resultados del 22-M porque «ha sido un claro reflejo del crecimiento y la implantación de esta organización». Piensa que «seguramente influyó en ello el desencanto respecto a otras opciones», pero está «seguro de que el trabajo de base, la tarea del día a día a escala local, ha sido más importante». Respecto a los tiempos que vendrán cree «que la CUP es una organización que todavía tiene mucho espacio por recorrer y para crecer» y que la decisión sobre si concurrir o no a las elecciones autonómicas «la habrán de tomar sus miembros; creo que tendrían un resultado correcto y que entrar al Parlamento no es una hipótesis descabellada». Partal, que opina que no le corresponde a él señalar los defectos, dice que la virtud de la CUP es «la persistencia».
BATISTA
«Defecto: creer que tiene la razón; virtud: pensar que tiene razón»
Antoni Batista nos define la CUP como «una opción independentista de izquierdas que enriquece el pluralismo ideológico, aporta una manera de hacer política y, como el resto de grupos independentistas catalanes que se restan entre ellos, están poco dotados para sumar». Batista descifraba que la CUP «ocupaba un espacio político que las otras opciones habían dejado perder o no habían sabido ganar» y que «el desencanto de una parte del electorado independentista respecto de los partidos lastrados por la institucionalización, especialmente ERC, y la creación de un “público” nuevo, con peso joven importante» son algunas de las causas que motivan su irrupción el 22-M. En el caso de tener que explicar a alguien de fuera qué eran las CUP, Batista respondía: «Como este alguien seguro que tiene el referente internacional de la izquierda abertzale, le diría que la CUP quiere ser como una versión en catalán, con la capacidad de interpretar el mundo que tiene cada lengua en razón de su entorno, historia y cultura. Empezaron por traducir Herri Batasuna, Unidad Popular en euskera. Y la inspiración de todo junto es, en castellano, la Unidad Popular de Salvador Allende, que este alguien también tendrá que conocer».
Finalmente, interpelado sobre el futuro, nos escribía: «Ni espero ni dejo de esperar: analizo. El independentismo catalán ha ganado mucha masa crítica, pero no ha sabido estar a la altura. Esta masa crítica manifiesta el deseo de que las diferentes marcas sean capaces de encontrar una opción común, que tenga flexibilidad para establecer un programa consensuado y que la ilusión que un proyecto de la envergadura del proceso hacia la autodeterminación exige compense sacrificios de ententes y cordialidades que no les serán fáciles por los componentes de endogamia política cainita». Respecto a las elecciones autonómicas, entendía que «si el independentismo no concurre junto a las elecciones autonómicas, seguirá siendo una utopía, justo lo que quieren que sea quienes se les oponen». Y para acabar, en el ámbito del defecto/virtud de las CUP, era categórico: «Defecto: creer que tiene la razón; virtud: pensar que tiene razón». Y añadía una reflexión final: «Después de haber realizado el ejercicio de aproximación a la izquierda abertzale, hacer el ejercicio de distanciarse de ella. Explica Herodoto, salvando las distancias, que los buenos estrategas persas tomaban las grandes decisiones poniendo en paralelo lo que pensaban del mismo hecho en dos estados de ánimo diferentes, diría que desde el sentido común y desde el arrebato».
CASAS
«No tiene renuncias en su agenda»
Ferran Casas, jefe de Política del diario Ara, opina que es «una formación política que se mueve fuera de los parámetros convencionales, en el sentido de que no actúa con las normas orgánicas habituales de los partidos (es asamblearia y hay poco dirigismo porque no hay líderes nacionales “claros”): ha priorizado hasta ahora la vocación municipalista por encima de la nacional; un mundo municipal que, sobre todo los últimos años, ha sido refugio y escuela del independentismo y que a la CUP le ha permitido trabajar con más eficacia que el ámbito nacional, donde es más difícil tener eco y visualizar el trabajo; las municipales de 2007 y 2011 tuvieron resultados que permiten hacer trabajo, marcarse objetivos estimulantes y pensar un poco más allá; en cambio, las europeas de 2004 fueron un fracaso rotundo con un resultado simbólico de poco más de 6.000 votos a pesar de la intensa campaña realizada».
Tiene buena opinión de la CUP porque «su presencia ha sido un revulsivo en muchos ayuntamientos —por ejemplo, en el de Reus— y permite la incorporación a la política de muchos jóvenes y personas que nunca se acercarían a ella; sin embargo, el carácter asambleario y la forma de funcionar hace que a veces sea difícil que el proyecto y los militantes con más responsabilidades tengan continuidad y que se caiga en un cierto amateurismo que, si bien es ideal, sobre todo en los municipios más pequeños, puede acabar dificultando la asunción de responsabilidades y la eficacia». Si un medio internacional le pidiese una definición, le diría que «es una formación anticapitalista, independentista y que no tiene renuncias en su agenda; eso también hace que sus objetivos políticos sean difíciles de abarcar —pienso, por ejemplo, en la reunificación nacional de Salses a Guardamar y de Fraga a Maó—; es eficaz y dura en la oposición, pero ahora tiene que demostrar que también sabe gestionar los gobiernos de ciudades importantes».
Respecto al 22-M, cree que «como todos los fenómenos políticos, responde a una suma de factores; en primer lugar, hay que recordar que 100 concejales es una cifra pequeña, aunque algunos de ellos lo sean en ciudades grandes o medianas; también es un resultado desigual (si comparamos Molins de Rei con Hospitalet de Llobregat); pero es un buen resultado en cuanto que demuestra que hay un espacio por cubrir a la izquierda de los partidos convencionales y más sensible a determinadas problemáticas sociales y sectores». Más factores: «La CUP ha sabido conectar en algunos municipios con sectores, como, por ejemplo, el movimiento de los indignados o los afectados por los desahucios, que van más allá del espacio tradicional del independentismo; en muchos lugares, su pujanza responde también al mal momento de ERC, muy penalizada por el segundo Tripartito y por determinadas actitudes de sus dirigentes, que se acomodaron rápidamente en el poder; su bajada continuada desde el año 2006 ha sido especialmente severa en las ciudades grandes y medianas, y la CUP ha sabido atraer a una parte del electorado; normalmente, una CUP fuerte hasta ahora ha equivalido a una ERC muy debilitada, porque hay un espacio amplio compartido». Señala también «la madurez de algunas personas y organizaciones implicadas en las CUP, que hace años que trabajan con una cierta continuidad, el acierto de conectar con colectivos fuertemente castigados por la crisis y que se sienten atraídos por un discurso rompedor y el crecimiento cuantitativo del independentismo: estos factores explicarían fenómenos como el de Girona».
Mirando hacia el futuro cree que «continuará yendo a más porque va encontrando su espacio; el crecimiento del independentismo y la crudeza de la crisis económica siguen ampliando su radio de influencia; el campo donde la CUP “caza” los votantes se hace más grande, tanto a escala social como nacional, y fuera del ámbito metropolitano, donde está ICV y EUiA, está poco amenazada por la izquierda». Y mirando al Parlamento, sostiene que «todo partido que quiera jugar un papel político a escala nacional tiene que concurrir, pero es un paso que se ha de valorar, dadas las anteriores experiencias: el Parlamento permite visualizar mejor el discurso y la alternativa; estar en él no garantiza tener presencia municipal (pensemos en C’s o SI), pero estar en los ayuntamientos sí que no da base para poder estar en el Parlamento». Prevé que «si la CUP se presenta, es posible que pueda entrar —también dependerá bastante del estado de forma de ERC y SI—, pero cabe preguntarse cuál es el objetivo de entrar, cuál la forma de funcionar, y si eso cambia la filosofía y el modelo organizativo; entrar para hacer qué y con quién es la pregunta». La virtud, concluye, «la capacidad de trabajo, implicación e ilusión de sus militantes sin esperar nada a cambio», y el defecto, «la imprevisibilidad y la forma de trabajar anárqui...