1. BENJAMIN A WIESENGRUND-ADORNO
BERLÍN, 2/7/1928
Querido Sr. Wiesengrund
Sus amables líneas me han dejado con la agradable sensación de expectativa respecto del “Schubert”. Porque entiendo que a este alude usted. Ojalá entretanto haya podido darle un cierre feliz. ¿Me permite que me adelante y le pida ya su consentimiento para compartir el manuscrito también con Bloch? Poder leerlo junto con él me resultaría muy provechoso.
Aquella vez en Berlín, usted manifestó tanta amabilidad y tanto interés por mi amigo Alfred Cohn que finalmente he resuelto comunicarle el devenir de los hechos o, lamentablemente y mejor dicho, la liquidación de la empresa donde trabaja y así de su puesto. Ninguna de las dos cosas hasta el momento se ha efectivizado, y la liquidación aún es un secreto comercial. Pero llegando a octubre no caben dudas de que su situación se volverá sumamente crítica si sus amigos no logran intervenir. De modo que ahora quiero y debo hacer lo que está en mis manos: y en este caso el único modo de hacerlo es hablándole nuevamente de mi amigo. Desde luego que me queda claro que la combinación berlinesa ha caducado. Ahora bien, si mal no recuerdo, en aquel momento usted conjeturaba acerca de ciertas chances en Frankfurt, ¿es así?
Sé que esto es suficiente para volver a activar su amistad y su influencia en caso de que vislumbre posibilidades de éxito.
Mientras me presento con este pedido me pesa en el corazón el hecho de que en apariencia aún no haya recordado mi intención de invitar a la señorita Karplus. Pero esto no se debe a un olvido. En las últimas semanas, los trabajos y las circunstancias que se fueron entreverando de manera poco feliz me hicieron sentir demasiado limitado como para poder dirigirme a ella.
En cuanto la situación mejore, y espero que sea pronto, usted volverá a tener noticias mías por su intermedio.
Me despido por hoy saludándolo con todo mi afecto
2 de julio de 1928 | Suyo |
Berlín-Grunewald | Walter Benjamin |
Delbrückstr. 23 | |
2. BENJAMIN A WIESENGRUND-ADORNO
BERLÍN, 1/9/1928
Querido Sr. Wiesengrund
Difícilmente se pueda hallar una disculpa para mi largo silencio. Lea, entonces, estas pocas líneas a modo de explicación. Pero le adelanto mi agradecimiento profundo por sus manuscritos.
Cuando estos llegaron a mis manos, justo estaba con Bloch, que estaba tan impaciente por llevárselos a su casa que, contre cœur, se los cedí. Luego se presentaron las circunstancias que lo llevaron a abandonar Berlín de improviso y no le dieron tiempo para ocuparse de ellos, y lamentablemente tampoco para devolvérmelos.
Así es que los he recuperado hace apenas unos pocos días. Pero como no quiero sumar a este desatino el adicional de leer el “Schubert” de manera precipitada, he resuelto solo anunciarle con estas palabras que en una semana podrá contar con un comentario al respecto y, pienso, con un agradecimiento de carácter menos formal.
Para liquidar todo lo indigno de entrada: la redacción de “Literarische Welt” había acogido muy veloz y enérgicamente mi propuesta de pedirle a usted la contribución mencionada para el número sobre George. Me aseguraron que lo convocarían de inmediato. Yo fui lo suficientemente imprudente como para considerar que la cuestión se había resuelto, en lugar de contar con la ilimitada negligencia de este tipo de oficinas. También esto me compele a pedirle disculpas.
Por mejores auspicios para el futuro
le envío mis afectuosos saludos
1º de septiembre de 1928 | Suyo |
Berlín-Grunewald | Walter Benjamin |
Delbrückstr. 23 | |
Muchísimas gracias por todo lo que ha hecho por mi amigo. Como lamentablemente no ha perdido actualidad, en otra ocasión volveré al tema.
3. BENJAMIN A WIESENGRUND-ADORNO
BERLÍN, 29/3/1930
Querido Sr. Wiesengrund:
Le pido que me disculpe si le ocasiono trabajo. Tuve el descuido de olvidar uno de los autores que me nombró de aquellos que escribieron sobre Kraus. Creo incluso que el nombre me asombró mucho cuando usted lo mencionó. Los que sé: Liegler, Haecker, Viertel… pero había uno más. Usted dijo, si no recuerdo mal, que era discípulo de Kraus.
¿Sería tan amable de enviarme esta información en una postal a la brevedad?
¡Muchísimas gracias!
29 de marzo de 1930 | Suyo |
Berlín W | Walter Benjamin |
Friedrich Wilhelm Str 15III | |
4. BENJAMIN A WIESENGRUND-ADORNO
BERLÍN, 10/11/1930
Querido Sr. Wiesengrund:
En estos últimos días murió mi madre; de ahí que se demoraran estas líneas. Lamento que tengan que ser más escuetas de lo que desearía. Mucho de lo que aborda su carta es tan importante para mí que quisiera responder detalladamente. Pero es tanto el trabajo apremiante. Lo que usted objeta del tema que propuse para Frankfurt se aviene a mis propios escrúpulos. Una razón más para tomar la formulación que usted propone: Hacia una filosofía de la crítica literaria. En estos días se lo escribiré a Horkheimer. Pero sería muy amable de su parte si le comunicara directamente esta nueva forma del tema y añadiera a este aviso la información de que a raíz del caso de defunción mencionado vería de buen grado que mi conferencia se corriera a una fecha posterior a Navidad, por ejemplo a mediados de enero.
Quiero que se complazca en escuchar que sus palabras levemente insistentes acerca de “La tienda de antigüedades” finalmente salieron vencedoras por sobre impedimentos externos y desde hace algunos días estoy inmerso en el libro, aunque la conciencia del modo en que usted lo acaba de leer haga que alguien me conduzca por esos oscuros pasillos con un farol, al que sigo. He visto destellar vetas sorprendentes.
Cómo me gustaría hacerme perceptible a sus oídos con algo escrito, dado que es probable que de las moles discursivas, tan revueltas actualmente –los encuentros entre Brecht y yo–, aún no lo haya alcanzado el ruido del oleaje. Pero el Frankfurter Zeitung, con el que más contaba para tal fin –estoy pensando en mi artículo sobre Kästner–, plantea muchas dificultades. Por lo visto, se guardan miramientos sobre miramientos.
Leí a Korsch: Marxismo y filosofía. Pasitos bastante débiles –me parece– en una buena dirección.
Cuénteme lo más pronto posible acerca de los destinos de su trabajo. A la señorita Karplus, cuando Brecht me visite la próxima vez, también la invitaré a mi casa.
Con todo el afecto de
10 de noviembre de 1930 | su |
Berlín-Wilmersdorf | Walter Benjamin |
Prinzregentenstrasse 66 | |
5. BENJAMIN A WIESENGRUND-ADORNO
BERLÍN, 17/7/1931
Querido Sr. Wiesengrund:
Una vez realizados tant bien que mal los primeros acomodamientos berlineses, estoy en condiciones de darle noticias sobre mí. La condición previa era haber leído su lección inaugural de corrido y estudiando sus detalles. También hablé sobre el tema con Ernst Bloch y él por su parte me dio a leer la carta que usted le escribió. Para hablar de lo que a mí respecta: no me caben dudas de que es un trabajo logrado en su sentido global, que precisamente por su brevedad cristaliza con énfasis las ideas que conforman el fundamento de nuestro círculo y que posee todas las cualidades pour faire date, como decía Apollinaire. Creo que Bloch tiene razón cuando sostiene que la manera en que las ideas en disputa se vinculan con el materialismo es forzada, pero también creo que está plenamente justificada en vistas de la situación intelectual y que probablemente pueda demostrarse su validez en todos los casos en que el marxismo no sea “aplicado” a rajatabla sino que se trabaje con él, lo que significa, para todos nosotros, que se lidie con él. Más contundente me parece a mí lo que comenta acerca de su manera de polemizar con la escuela vienesa. Creo entender las atinadas consideraciones diplomáticas que lo llevaron a sus formulaciones en este asunto. Es difícil determinar con precisión hasta dónde se puede avanzar en ese sentido. Su polémica con el desarrollo de la fenomenología, en cambio, me parece impecable; lo que usted pone sobre el tapete acerca de la función de la muerte en Heidegger es de importancia crucial. Por lo demás, siento particular afinidad no tanto con la postura diplomática en sí, sino con el modo, tan eficaz como sutil, en el cual esta se vincula en su discurso con pretensiones que pueden tildarse de autoritarias, para ser breve, el aplomo con el que elude en ciertos pasajes el trad...