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CONTEXTUALIZACIÓN DEL TEMA
Comenzamos este primer capítulo intentando contextualizar el tema. Aquí queremos hablar de la posible relación de los esenios y Jesús de Nazaret. Ahora bien, ¿qué supone o qué quiere decir esto?
Tal como hemos visto, los esenios destacan como una corriente fundamental del judaísmo temprano. Igualmente, pueden proporcionar nuevos puntos de arranque para la comprensión del cristianismo primitivo, por su modo de entender y concebir el mundo y la religión. Son un grupo judío con suma influencia en el siglo I de nuestra era. Estudiarlos nos puede ayudar a entender y conocer mejor cómo era el mundo judío en tiempos de Jesús.
Sin embargo, respecto a la relación entre Jesús y los esenios, desde el principio hemos de mencionar que no se ha demostrado la existencia de una conexión directa entre la Iglesia temprana y la comunidad de Qumrán. Sí es cierto que ambas se basan en una intelección metafórica y eclesiológica del Templo, es decir, en un intento de entender o concebir de manera metafórica el papel eclesial del Templo. Pero esto no establece una vinculación directa.
Igualmente sucede entre los diferentes grupos esenios que vivían en las poblaciones palestinenses y las comunidades cristianas. Si bien parece que hay puntos de encuentro, no tenemos una certeza absoluta. Hemos de aprender a leer los signos que van dejando los primeros narradores cristianos, así como también los historiadores y las pruebas arqueológicas para ir encontrando posibles claves interpretativas que nos ayuden a descubrir si existió o no dicha relación.
Veamos algunos aspectos que pueden ayudarnos a situar el tema.
1. Los esenios en el Nuevo Testamento
Ya hemos indicado que no aparecen citados en el Nuevo Testamento. Al menos no como esenios. Pero no todo contacto supone un contacto inmediato con la persona. Es decir, puede ser que no hubiera un contacto estrecho, pero sí ciertas relaciones. Puede ser que no se hable de esenios, pero sí de miembros de este grupo o cercanos a él. Desde aquí vamos a buscar algunas posibles presencias de los esenios en el Nuevo Testamento.
a) Escribas y maestros de la Ley
Si recordamos lo que hemos expuesto en la primera parte, parece que algunos esenios eran expertos en la Torá, ya que su punto fuerte era el estudio de las Escrituras. Esto ha llevado a pensar a algunos autores que los esenios pueden aparecer nombrados en los evangelios bajo las denominaciones de escribas y doctores de la Ley. Podría ser. Y como ya no existían como grupo en el momento de ser escritos los evangelios, no haría falta utilizar ninguna otra nomenclatura para referirse a ellos.
Este aspecto es importante. Cuando los evangelios se escriben, los esenios ya han perdido su espacio. No son el grupo importante que habían sido. Qumrán ha sido atacada y ya no quedan esenios. Por tanto, no tiene ningún sentido citar a un grupo que fue conocido, incluso que fue importante en tiempos de Jesús, pero que ya no es reconocido por ese nombre. Quienes quedan no son conocidos como esenios, y tampoco parece que se vaya a recuperar ese grupo. Más bien quienes quedan parece que se diluyen en medio de otros grupos.
También hay quienes los ubican cuando se habla del grupo de los herodianos. Recordemos que, tal como hemos indicado anteriormente, parece que gozaron de privilegios en tiempos de Herodes el Grande (37-4 a. C.).
Veamos algunos textos. Ya que el evangelio de Marcos fue el primero escrito cronológicamente y al parecer fue la base sobre la que construyeron Mateo y Lucas, comenzaré por este evangelio en lugar de por el de Mateo, que en las Biblias aparece en primer lugar.
– Mc 2,6-7: «Algunos maestros de la Ley que estaban allí sentados pensaron: “¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Nadie puede perdonar pecados, sino solamente Dios”».
Se trata de una curación que hace Jesús. No es la primera. Enseguida vemos la respuesta de los maestros de la Ley cuestionando la curación, no por el hecho en sí, sino por las palabras que lo acompañan. Se unen aquí dos aspectos interesantes. El tema de la curación, que los esenios también conocían y de la que parece que no se extrañan, y el tema de la utilización de las palabras desde Dios.
En el paralelo de Mateo vemos que, lo mismo que en Marcos y en Lucas, en el capítulo 5, junto a los maestros de la Ley aparecen también los fariseos. ¿Son estos maestros de la Ley esenios? Por lo que cuenta el texto podría ser.
– Mc 3,6: «En cuanto salieron los fariseos se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle».
Recordemos el contexto en que se encuentra este versículo. Jesús está en la sinagoga, es sábado y allí cura a un hombre que tiene una mano tullida. En los paralelos de este texto encontramos cómo en Mt 12,14 aparecen citados los fariseos, pero no los herodianos. En Lc 6,7, al presentar el hecho, habla de maestros de la Ley y fariseos. No aparecen aquí los herodianos. ¿Interpreta Lucas que herodianos y maestros de la Ley son el mismo grupo? ¿Se está refiriendo con esta terminología a los esenios?
Jesús ha realizado la curación en sábado. Por tanto, parece que se ha saltado la Ley. Eso podría enfurecer a aquellos que vivieran la normativa de la Ley como un precepto inviolable. Igualmente a aquellos que quisieran acusar a Jesús por su enseñanza. El texto también indica que nuevamente Jesús se encuentra en la sinagoga. No es la primera vez, por tanto, que Jesús visita una sinagoga. ¿Era esto habitual en él? ¿Qué papel tenía ...