Ciudadano del mundo

Alberto Alguilar

• Editorial: ibukku, LLC
• Año: 2019
• ISBN:
  9781640862784
• Edición: 1
• Categoría: Ciencias sociales
• Categoría: Biografías de ciencias sociales

Mientras caminaba con un amigo periodista por un parque en Europa, le contaba la historia de sus hermanos gemelos desaparecidos durante la dictadura Argentina. Es así como nació este reto y se desarrolló esta hermosa experiencia.

Marcelo era un chico muy pobre, creció con su familia en Argentina durante uno de los periodos más difíciles del país. Siendo aún un niño vivió la triste experiencia de la dictadura y el robo de sus hermanos gemelos a los que sigue buscando sin cansancio, su madre siempre añoró volver a verlos. Emigró en su juventud a España buscando un futuro mejor para toda su familia, y en especial para su querida Mamacalu.

De niño soñaba con ser cantante, de adulto tuvo muchos sueños más. Su bondad hizo que muchas personas se aprovecharan de él, muchas veces su propia familia. Marcelo logró cumplir algunos de sus sueños y otros aún están en lista de espera.

VALORANDO A TU SER

Se juntaron dos soñadores, Marcelo, el más fuerte, el más golpeado, el más apasionado; y su sobrino: un niño apodado Conejo, su padre, Andrés, era futbolista y él quería ser como él o incluso mejor. Cuando el Conejo tenía nueve años, entrenaba todos los días, llevaba el balón consigo a la escuela e incluso dormía con el balón y si Victoria, la hermana de Marcelo, se lo quitaba, en la madrugada se despertaba y lo buscaba hasta encontrarlo, solo entonces regresaba a dormir.

Marcelo en esos años vivía en España y ellos en Argentina, un día, hablando con Mamacalu que vivía cerca de Victoria, le contó que al Conejito, quien en ese entonces ya tenía 11 años, lo venía a buscar mucha gente del fútbol, con mucha alegría también le contó que su habitación estaba llena de trofeos, medallas y premios. Marcelo le preguntó a Mamacalu a qué se dedicaba Andrés y si estaban trabajando él y Victoria La idea era barajar la situación, hablar con ellos de trabajo y, de esa manera, tocar el tema de su hijo para que fuera a jugar en algún equipo grande como el Barcelona ya que el Conejo era del Barça al igual que su padre. Marcelo le planteó la oportunidad, les dijo que los podía ayudar para que fueran a trabajar a Madrid y que él iba a buscar un buen equipo para su hijo pues el chico prometía mucho en el fútbol.

El Conejo durante la temporada de verano entrenaba en una cancha vacía ubicada en la esquina de su casa, su hermanito Marco se sentaba al lado del arco y miraba mientras se ejercitaba tirando a la portería, córner, centros, chilenas, pateando con las dos piernas, etc. y después corría a buscar el balón porque practicaba solo, muchas veces hasta las 12 de la noche. No quería que nadie más tocara la pelota.

Para ese entonces empezó a jugar con un club de fútbol llamado Fortín del Gallo, Marcelo podía ver que su sobrino destacaba en el deporte como futbolista delantero y goleador.

A Marcelo le gustaba todo eso del deporte y la música, él era el representante de Dorotea, una sobrina a quien había colocado en una agencia de publicidad y arte dramático y a una amiga de ella en clases de vocalización. ¿Cómo no iba hacer algo también por su sobrino?

En una ocasión Marcelo le preguntó a Andrés como iba el Conejo, éste le contó que había jugado el sábado y había metido tres goles, dos con jugada individual y el tercero de penal. El Conejo había salido en la revista del barrio como goleador y una nueva promesa en el Fortín del Gallo, barrio San Alberto del Gran Buenos Aires.

Después de que Andrés le contara todo eso, Marcelo, que estaba como representante aprendiz, debía empaparse en la pomada para saber cómo llevar a un chico a cualquier equipo pero no se echaba para atrás, le propuso a su cuñado que se fuera a España, le conseguiría trabajo para él y también para Victoria, ellos eran una familia de cinco, tres hijos y ellos dos; el problema se vino enseguida porque Andrés ganaba muy poco en el gremio de la construcción y el dinero que había en casa era solo para comer.

Marcelo le propuso entonces que viajara primero Victoria y Conejo para ponerlo en algún equipo grande pero Andrés no quiso y planteó viajar todos juntos porque los otros niños no podían estar sin su madre, Marcelo le dijo que los traería a los cinco a la vez pero eso se llevaría un par de años, si ellos aceptaban, al venir tendría casa a donde llegar y Andrés podría trabajar con él en la construcción.

Les puso como condición que el Conejo tendría que entrenar más horas por día y recibir más técnicas porque en Madrid los chicos eran muy rápidos e iba a ser difícil alcanzarlos, su sobrino tenía técnica pero no era muy veloz. Les pidió que le hicieran caso, y sobre todo que no lo pusieran a jugar con los chicos más grandes porque corría el riesgo que se rompiera una pierna y podía troncar el sueño de su vida, jugar en cualquier equipo europeo o en el Barcelona, que era el equipo de su vida.

Él seguía jugando en el Fortín y sacaba a su equipo adelante ya que tenía una gran maestría, siendo chiquito ya era un grande, tenía mucha sangre y buena técnica, había nacido con ese talento especial con el balón.

Tres años más tarde Marcelo logró llevar a toda la familia a Madrid con mucha alegría y entusiasmo por tener a Victoria, su hermana, en casa con Andrés y sus sobrinos. Ese domingo, cuando acababan de llegar a España, mientras los niños aún dormían, tipo las nueve de la mañana, Marcelo estaba tomando mate en el balcón de su casa, cuando en la calle empezó a sonar un pasodoble español, de repente alguien lo abraza por atrás y le pregunta: “¿qué es esta música hermanito?”, Marcelo le contestó “al fin estás en España”, ella comentó que el señor del órgano tocaba hermoso. Marcelo dijo que le debían reconocer su trabajo y darle un par de monedas porque eran grandes profesionales en el arte, como cantaban y como tocaban el instrumento.

Marcelo le preguntó a su hermana qué tal estaba mientras tomaban mate y quiso saber si los chicos estaban durmiendo, ella le dijo que la acompañara para que viera como dormía su futbolista con una mano agarrando el balón.

Marcelo llevó a Conejo a la primera prueba para un equipo de fútbol que se llamaba Rayo Vallecano, en Madrid. Era una prueba con 200 chicos de 14 años como él. Seleccionaron a seis, su sobrino fue uno de los escogidos, entre esos seis sacaron a tres de los mejores y a los otros los mandaron a la casa. Ahí estaba Conejo, era la primera vez que lo mandaban a la casa.

En su equipo en Argentina él era el goleador, encima de eso lo iban a buscar para que no se comprometiera con otro equipo, pero ahí era otro cantar, debía acoplarse a una nueva técnica y estrategia. El Conejo decía que los técnicos gritaban mucho y jugaban poco.

Él seguía jugando en los equipos del barrio porque Marcelo quería que se fogueara con los chicos españoles para que agarrara el ritmo del fútbol en Madrid. Poco a poco comenzó a entrar en confianza para destacar.

Después de dos años de haber llegado a Madrid se mudaron a un pueblito llamado Meco, a unos 30 kilómetros de Madrid, Andrés compró un apartamento, sus hijos menores iniciaron el colegio ahí.

Marcelo se enfrentaba a un nuevo problema, su sobrino, aunque era muy bueno como futbolista, no tenía documentos españoles, y, con el pasaporte de Argentina le daban muchas vueltas para que pudiera jugar en un buen equipo.

Conejo empezó a jugar en el club del pueblo donde se habían mudado aprovechando que no le pedían documentos, a Marcelo le interesaba que jugara para que cogiera el mismo ritmo que tenía cuando jugaba en Argentina. Él deslumbraba al jugar, Marcelo lo veía con el balón en media cancha y, en cuestión de segundos, metía un gol, era muy hábil y tenía una buena estrategia jugando. Era un chico alto, media 1.84 cm y a pesar de eso tenía mucha destreza en recuperar la conexión con el balón. Para ese tiempo empezó a demostrar sus habilidades.

Levantó a su equipo con buena puntuación, con un partidazo donde metió 4 goles increíbles. Tuvo la suerte de que ese partido fuera televisado, además lo sacaron en la portada de la revista del barrio como un jugador argentino que quería surgir con su capacidad en el deporte.

Continuaba entrenando en el equipo de Meco con muy buenos resultados, un viernes Marcelo llegó por la tarde a su casa y, al saludar a Victoria, le preguntó por el Conejo, ella le contestó que estaba en su habitación dominando el balón con música, él estaba escuchando la misma música que escuchaba el Pelusa antes de empezar a jugar un partido para el Barcelona pero Conejo lo sorprendió, cuando Marcelo abrió la puerta él estaba de espaldas hacia la entrada, Marcelo lo dejó que siguiera su práctica sin decirle nada ya que era su sobrino 10, estaba dominando el balón con una venda negra en los ojos, Victoria estaba detrás de Marcelo y mientras lo abrazaba le dijo al oído: “mi hijo es una estrella”.

Después de un momento Marcelo le pidió a su sobrino que parara de entrenar porque quería proponerle algo nuevo, se fueron a la cocina y se sentaron cada uno a los extremos de la mesa. Victoria preparaba la cafetera para tomar mate, mientras Marcelo sacaba masas dulces les contó que había conocido a Martín, un señor que tenía contactos con el club de fútbol Atlético de Madrid.Conoció a Martín un día mientras hacía un trabajo de plomería y de repente tocaron el timbre de la casa donde trabajaba, la empleada abrió la puerta y Martín, el señor que acababa de entrar, preguntó por Manolo y ella lo llevó a su oficina, vestía con un traje muy elegante, cuando pasó frente a ellos los saludó con una gran sonrisa.

Estuvo hablando con el dueño de la casa alrededor de 40 minutos, de repente Manolo llamó a Marcelo y le pidió que fuera con ellos a la oficina, él dejó de armar la cisterna, la puso en el suelo y fue a donde estaban ellos esperándolo. Al entrar Manolo le presentó, a Martín, en su época, había sido integrante de la plantilla de los dirigentes de primera división junto con el presidente del Atlético de Madrid.

Marcelo alucinaba con tener esa oportunidad.

Manolo le había contado que el plomero tenía un sobrino que era muy buen futbolista, además le contó que él le estaba buscando un club grande, su sobrino tenía 17 años y podía empezar a jugar en primera división, también le narró que él era su representante pero no tenía mucho conocimiento con el fútbol, los dos empresarios estaban muy entusiasmados, Manolo pidió que les llevaran café mientras apuraba a Martín, le dio una palmada en la pierna y le preguntó qué le parecía el sobrino de Marcelo, al agente le gustó mucho incluso sin haberlo visto en acción, tan solo con lo dicho por su tío y una la foto que le mostró.

Martín le hizo saber que él cobraba por las conexiones porque estaban hablando de Primera División, Manolo soltó unas palabras y dijo “hombre, si vas a trabajar tienes que cobrar pero no le hagas tener miedo”, le dijo que él era solo un plomero, que por favor se sincerara y le dijera cuanto iba a cobrar, el empresario respondió que no quería dinero pero quería un coche nuevo, un Jaguar valorado en $140.000 dólares.

Los empresarios quedaron muy entusiasmados por el lanzamiento al estrellato de Conejo, a quien le harían una prueba en primera división con la posibilidad de tener un contrato en el mismo club, Marcelo debía hacer un tratado por lo civil con Martín, tendrían un mes de tiempo para la prueba profesional por primera vez en Atlético de Madrid.A decir verdad, Marcelo no contaba con el apoyo de Victoria, su hermana, porque ella mimaba mucho a Conejo, se preocupaba de que lo pudieran golpear en cualquier momento o que lo pudieran lesionar cuando jugara. Andrés, si lo apoyaba, él había sido futbolista y sabía que su hijo tenía mucha técnica y que triunfaría porque había nacido con ese don.

A Victoria se le fue de las manos y permitió que Conejo jugara la noche previa a la prueba de primera división hasta las seis de la mañana y lo peor fue que no le contaron nada a su tío, por lo tanto, al otro día, cuando Marcelo fue a buscarlo lo vio muy agotado, le esquivaba la mirada hasta que no aguantó y entonces le confesó “tío perdóname pero estoy muy cansado porque anoche jugué dos partidos y terminamos a las seis de la mañana” Marcelo, decepcionado, les preguntó porqué le habían hecho eso cuando él, por todos los medios había buscado las oportunidades para que triunfara.

Conejo culpó a su mamá por no haberle recordado que tenía la prueba ese día, le pidió a su tío que arreglara una nueva cita, le dijo que podía ir el día siguiente. Marcelo llamó a Martín y le explicó lo sucedido, éste le dijo que le daría una prueba con un amigo de él, solo tenía que decir que era el Conejo Argentino, él ya lo había recomendado, les dijo que debían presentarse, decir su nombre y esperar a que los llamaran.

Cuando fueron el próximo día preguntaron por el amigo al cual Martín le había recomendado al Conejo pero no estaba, les informaron que no venía ese día, había tenido que viajar a Palma de Mallorca a una reunión y regresaría a Madrid después de un tiempo. Ellos esperaron más de una hora y media y nadie los llamó para nada, Marcelo tenía muy claro que triunfaría como representante de Conejo en primera división pero en ese momento sentía una impotencia increíble, ya estaban en la cancha profesional pero le hicieron una mala jugada entre su sobrino y su hermana al no haberle contado de la trasnochada del futbolista, quien jugaba como una estrella profesional pero había cometido tremenda estupidez junto con su madre, mientras tanto Marcelo estaba hundido por la oportunidad que se le escapó cuando ya la tenía en las manos.

Andrés estaba de su parte, él le decía que estas cosas le continuarían pasando hasta que su hijo no entendiera lo que su tío estaba haciendo, Conejo estaba convencido que triunfaría en cualquier momento porque en la práctica lo tenía todo por sus cualidades de futbolista, pero ignoraba los sacrificios que Marcelo como tío y representante había hecho, ignoraba que se gastaba todo su dinero para viajar si era necesario a cualquier provincia de España.

Así, sentados, esperaron la llamada que nunca llegó, mientras miraba la cancha desde arriba de las oficinas Conejo le decía “tío no te enojes, yo v...

Índice

• Contenido del título de la página
• Legales
• DEDICATORIA
• EL TÚCUTA
• LA LUZ MALA
• PROMESAS INCUMPLIDAS
• LA COPA DEL MUNDO CUBIERTA CON UN PONCHO MILITAR
• ¿DÓNDE O CON QUIÉN ESTARÁN?
• EL DOLOR DEL HAMBRE
• OJOS AZULES
• RESPETA A MI MADRE
• EL PRIMER AMOR DUELE.
• SUS SUEÑOS TOMAN NOMBRE… ITALIA
• EL LADRILLO Y LA FUERZA DE VOLUNTAD
• BOXEO VS ATROPELLO
• SERVICIO MILITAR
• ESPAÑA
• MADRID
• BÚSQUEDA INCANSABLE
• IMPOSICIÓN EN EL BOXEO
• VALORANDO A TU SER
• ENEMIGOS DE SU PROPIA SANGRE
• LO QUE SE HEREDA NO SE DISCUTE
• CONOCIENDO OTRAS CULTURAS
• EL DESAFÍO
• PERDIDO EN MEDIO DEL SAHARA
• MAURITANIA Y LA VIA DEL TERROR
• UN ESPEJISMO EN LA ADUANA DE SENEGAL
• VIVIENDO DE ILUSIONES
• AMANECIENDO EN SENEGAL
• LA MANIPULACIÓN SE ACENTÚA
• ATADO A SU SANGRE
• LOS AMERICANOS
• ALDEAS EN CASAMAS
• LA TRIBU DE LOS MANGOS
• BAUTIZO MUSULMÁN
• MATRIMONIO DE DOS CULTURAS
• ENCARANDO LA REALIDAD
• OTRA OPORTUNIDAD
• CONCLUSIÓN