Universitatem Facientes

Pensar la universidad en perspectiva dominicana

Fray Pedro José Díaz Camacho

• Editorial: Ediciones USTA
• Año: 2017
• ISBN:
  9789588477534
• Categoría: Pedagogía
• Categoría: Educación general

La Universidad transmite el conocimiento. Y también lo produce. La Universidad es, en tres palabras, poder del conocimiento. Supone, en consecuencia, la búsqueda de los mejores profesores, los creyentes en la verdad, los defensores de los valores de la educación, los garantes de la responsabilidad académica. Estos devotos del conocimiento, que son a la vez los curadores de la sabiduría, tienen que desplegar su ingenio y apoyarse entre sí para actuar ante las nuevas circunstancias.

1. INTRODUCCIÓN*

Háganse presentes los frailes en las universidades, en

los institutos y en los centros científicos, lo mismo que

en las escuelas de diverso género y grado, propias

o extrañas, sobre todo como profesores y asistentes religiosos

(LCO, 103, I).

Para iniciar la presente reflexión sobre la Orden Dominicana y la Universidad se proponen algunas preguntas que nos pueden ayudar a resolver ciertas inquietudes que parecen pertinentes, a saber:

• ¿Qué hacen los dominicos en la Universidad y qué piensan de ella?

• ¿Cómo se relaciona y articula la misión de la Orden Dominicana con la misión de la Universidad?

• ¿Es pertinente hablar de una idea dominicana de universidad?

• ¿Cuál es el horizonte y el perfil universitario de la Orden Dominicana y cuál el perfil dominicano de una universidad regentada por esta orden religiosa?

• ¿Cuáles son los retos que el contexto y el quehacer universitario le plantean a la Orden Dominicana en la actualidad y hacia el futuro?

• ¿Qué implicaciones pedagógicas, organizativas, administrativas y de gestión se pueden deducir de una visión dominicana de la Universidad?

• ¿Cómo se adapta la misión de la Universidad a las condiciones cambiantes del país (Colombia) y en sus nuevos contextos sociales, políticos y culturales?

No se pretende, sin embargo, ser puntuales, sistemáticos ni exhaustivos en las respuestas a dichas cuestiones e inquietudes, pero esos interrogantes ayudarán a definir el problema y a orientar el desarrollo de la reflexión que nos hemos propuesto realizar y compartir, cuestiones que se irán resolviendo a lo largo de esta indagación.

Dentro de la Orden Dominicana, en los distintos países donde se halla establecida en la actualidad, a comienzos del siglo XXI, es muy significativo el número de frailes, hermanas y laicos relacionados con el trabajo universitario, tanto en el ámbito directivo y administrativo como en la investigación, la docencia y la pastoral; además de quienes adelantan estudios universitarios en las diversas disciplinas y campos del saber. De una manera general podemos decir, con suficientes razones, que la presencia de la Orden Dominicana en la Universidad es relevante, como ha sucedido históricamente, y son muy variadas las funciones que en ella desempeñan sus miembros según cada caso y contexto.

Por lo que se refiere a Latinoamérica y el Caribe, la constatación de la presencia dominicana en la universidad es fácilmente verificable, pues hay muchos miembros de la Familia Dominicana que trabajan en universidades y centros de estudios superiores, tanto propios como ajenos. Se ha constatado que, en todas las entidades dominicanas de la región (provincias y vicariatos), la Orden Dominicana tiene vínculos de distinta índole, frecuencia, intensidad y relevancia con el mundo universitario.

Las anteriores afirmaciones, por obvias que sean, nos ponen de presente la importancia y utilidad de tratar el tema de la idea dominicana de universidad y de hacer una lectura dominicana de esta multisecular institución educativa que durante varios siglos de historia ha jalonado la cultura, la ciencia y la misma sociedad.

Para aproximarnos a una idea dominicana de universidad es necesario referirse no solo a las ideas en sí mismas y en forma abstracta, o a lo que se piensa teóricamente acerca de la universidad por parte de los miembros e instituciones de la Orden Dominicana, de una manera explícita o implícita. Es necesario tener en cuenta y referirse a la experiencia histórica dominicana en relación con la universidad y a los conceptos que en esa experiencia se construyen, se suponen, se encarnan y se expresan, así como a los documentos oficiales relacionados con la formación, los estudios y la enseñanza en el ámbito comunitario. Hay que comenzar, pues, diciendo que la historia y la experiencia misional de la Orden Dominicana se halla vinculada desde el principio, y a lo largo de los siglos, con la génesis, las vicisitudes y la evolución de la universidad en casi todos los países donde se han establecido los frailes y demás miembros de la Familia Dominicana en cumplimiento de su misión evangelizadora.

Más aún, se puede decir que la Orden Dominicana se halla vinculada a la universidad por vocación y misión desde los orígenes y que la red de Centros de Estudios Superiores de la Comunidad Dominicana en el mundo, y la misma vida de estudio de sus miembros, así como el sistema y régimen de los estudios institucionales han formado una especie de “asociación universal de maestros y estudiantes”, lo cual corresponde al sentido original e histórico de la universidad.

Por otra parte, en el caso colombiano, todas las reflexiones suscitadas a propósito y en torno a los procesos de autoevaluación con fines de acreditación de alta calidad de los programas académicos y de la misma institución, en sus sedes, seccionales y en el sistema de educación abierta y a distancia, le han dado relevancia a la necesidad de profundizar en la reflexión sobre la identidad institucional y misional, y ha resaltado la pertinencia de pensar la universidad y su quehacer educativo y formativo desde la perspectiva del carisma y la misión de la Orden Dominicana, como se deduce de la documentación surgida dentro de los procesos de autoevaluación institucional universitaria, realizados en los años transcurridos del presente siglo.

En este contexto y circunstancia, la Universidad, como comunidad educativa y formadora de personas, ha tomado mayor conciencia de la necesidad de pensarse y repensarse a través del tiempo y de las cambiantes condiciones socioculturales, dentro de la dialéctica de conservación de su identidad institucional y la adaptación a los cambios que surgen de los signos de los tiempos. Los resultados de estos procesos de autoevaluación para la acreditación de alta calidad institucional han planteado nuevos y más exigentes retos y han significado, además, una mayor confianza en sí misma, ratificando también la confianza de la sociedad en su proyecto educativo.

2. CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DE UNA IDEA DOMINICANA DE UNIVERSIDAD

De la memoria del pasado y la comprensión del .

presente hacemos previsión del futuro (santo Tomás).

2.1 EN LOS ORÍGENES DOMINICANOS

Entre los componentes originarios, estructurales e identitativos de la forma de vida dominicana y de su legislación, encontramos elementos de carácter monástico, formas de acción apostólica y estructuras académicas, organizativas y de gobierno de tipo académico, escolar y universitario. Junto a la oración coral de la comunidad conventual y a la disciplina regulada por normas de carácter monástico, los frailes dominicos se han dedicado desde sus orígenes al estudio asiduo y a la enseñanza a nivel superior, como parte de su propio estilo de vida y de su misión apostólica. Los dominicos han frecuentado siempre las instituciones académicas de nivel superior y los claustros universitarios, y han establecido múltiples relaciones entre estos y los claustros conventuales; algunas veces ambos han coincidido en una especie de paralelismo y simbiosis estructural y funcional, otras veces el convento ha dado origen a la universidad o la ha albergado en sus propios claustros o le ha cedido sus espacios físicos; por esos motivos a la universidad se le ha denominado también como “claustro universitario”.

Podría decirse que desde los orígenes, y por su propia vocación y configuración, la Orden Dominicana aparece como una Orden universitaria, aunque no de manera exclusiva, o que en su estructura como sociedad religiosa y apostólica de la Iglesia hallamos diversos componentes de ascendencia universitaria1. En efecto:

La orientación inicial del estudio dominicano aparece con estas características esenciales: es organizado, metódico, institucional, en contacto con el medio universitario y abierto a la problemática de la actualidad… Es la búsqueda y la reflexión allí donde los problemas doctrinales de la época se presentan en toda su agudeza; el predicador estudia en el ambiente en que se da el encuentro de las disciplinas religiosas y profanas. No se aísla tras las paredes del claustro; se prepara para las luchas del espíritu en el propio medio, abierto y agitado, donde confluyen las diferentes tendencias y corrientes culturales (Pinto de Oliveira, 1983, 76-77)2.

Por lo demás, el saber que allí se cultiva y se transmite es de carácter sistemático, complexivo e interdisciplinario, y es orientado en orden al servicio de la enseñanza y la predicación.

2.2 PRIMERAS EXPERIENCIAS Y ACTUACIONES UNIVERSITARIAS

Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, por razón de su formación universitaria y su dedicación a la enseñanza y a la predicación, era llamado “el Maestro Domingo”. En efecto, su formación académica y primera experiencia apostólica fue de carácter universitario (Universidad de Palencia, España), aunque en algún arranque de solidaridad misericordiosa y sincera generosidad haya decidido vender sus libros para socorrer a los necesitados, aduciendo que no deseaba estudiar sobre pieles muertas mientras sus hermanos morían de hambre. Esa vida de estudio la quiere para sus seguidores y compañeros:

Desde el principio, santo Domingo encamina a sus hijos a las universidades, y en todas las fases de la presencia de la Orden en la Iglesia y en el mundo, ella desarrolló su organización de los estudios en comunión con la cultura superior y con los medios universitarios. Observamos que desde el principio el estudio dominicano se diferencia del estudio monástico, porque no mira sólo a la edificación espiritual sino que pretende ser útil al prójimo e insertarse en el diálogo cultural (Pinto de Oliveira, 1983, 98-99)3.

Grandes, controvertidos y prestigiosos maestros universitarios fueron Alberto Magno (Precursor de la investigación científica europea), Tomás de Aquino (Doctor de la Iglesia y Maestro en París y en otras universidades), Jordán de Sajonia, Reginaldo de Orleáns, Raimundo de Peñafort, Humberto de Romanis y otros frailes de las primeras generaciones dominicanas. De las universidades nacientes surgieron abundantes vocaciones para la comunidad recientemente fundada por el maestro Domingo de Guzmán (1216), y a ellas volvieron como maestros.

Por medio de estos universitarios dominicos se conoció mejor y se “bautizó» a Aristóteles, se expurgó de excesos a los árabes, especialmente a Averroes, se confrontó el platonismo, suscitando así en Occidente un horizonte nuevo de reflexión y discusión, y se abrió un nuevo ámbito y metodología en la búsqueda de la verdad, con el reconocimiento del “valor e importancia de la razón para la investigación de la realidad concreta y para la explicación del mundo” (Paulo VI, 1974), que fueron las bases “para un nuevo planteamiento de la especulación filosófica, y de la investigación científica” (Peña, 2009). En muchas de estas cuestiones y debates de la época, estuvieron muy activos los dominicos de las primeras generaciones y así han seguido a lo largo de la historia.

2.3 ENTRE DEBATES Y CONFLICTOS

En la floreciente Universidad de París, los primeros dominicos tuvieron también sus primeras cátedras, sus primeras controversias doctrinales, sus primeros logros universitarios y también sus primeros conflictos y condenas a causa de sus enseñanzas y de la novedad que significaba que los frailes mendicantes enseñaran en las universidades e introdujeran al pagano Aristóteles en sus aulas. Allí fue prohibida, en algún momento, la doctrina de santo Tomás por considerarla contraria a la ortodoxia o, mejor quizá, a los intereses de algunos platónicos y agustinianos que estaban en juego y que actuaban como contrincantes.

En medio de los debates y controversias universitarias primitivas, santo Tomás y otros dominicos de las primeras generaciones tuvieron que resolver los diversos interrogantes y “cuestiones disputadas” que iban surgiendo en las universidades, especialmente en torno a la legitimidad y estatuto jurídico de las órdenes mendicantes, tanto en la Iglesia como en la universid...

Índice

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• PÁGINA LEGAL
• CONTENIDO
• PRESENTACIÓN
• 1. INTRODUCCIÓN
• 2. CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DE UNA IDEA DOMINICANA DE UNIVERSIDAD
• 3. APROXIMACIÓN IDEOLÓGICA Y METODOLÓGICA A LA UNIVERSIDAD EN PERSPECTIVA DOMINICANA
• 4. ALGUNAS TAREAS Y COMPROMISOS UNIVERSITARIOS DESDE UNA PERSPECTIVA DOMINICANA
• 5. CUESTIONES ADICIONALES PARA PROFUNDIZAR Y COMPARTIR
• 6. LECTURAS COMPLEMENTARIAS
• REFERENCIAS
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