Una historia para el arte en la UBA
eBook - ePub

Una historia para el arte en la UBA

  1. Spanish
  2. ePUB (apto para móviles)
  3. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Una historia para el arte en la UBA

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

El estudio de las artes en la Universidad de Buenos Aires lleva más de cien años de historia. Al principio, en los comienzos del siglo XX, se introdujo como materia suelta en las carreras de Letras, Historia y Filosofía. En 1924 se creó el Gabinete de Historia del Arte, que en 1940 se convertiría en Instituto. En 1963 se creó la carrera de Historia de las Artes (hoy llamada Artes), con Julio Payró como primer director. Este estudio propone un recorrido histórico por la disciplina, que aborda sus diferentes líneas de enseñanza, sus cambios curriculares y las trayectorias de sus profesores más destacados, así como los cambios de paradigma y los nuevos desafíos a los que se enfrenta en la actualidad.

Preguntas frecuentes

Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
Sí, puedes acceder a Una historia para el arte en la UBA de Marta Penhos,Sandra Szir en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Education y History of Education. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Editorial
Eudeba
Año
2020
ISBN
9789502331119
Categoría
Education
1. Una carrera hacia la especificidad disciplinar (1)
Ana Schwartzman
Las siguientes páginas recorren los largos años de construcción de la carrera de Artes al interior de la Facultad de Filosofía y Letras, siguiendo la idea de que este derrotero fue fundamental en la conformación del campo disciplinar de la historia del arte en la Argentina. Detenerse en sus variaciones y puntos de inflexión habilita una mirada específica sobre un campo joven, pero que en los últimos años se ha expandido notablemente.
Inicios de la asignatura y antecedentes institucionales
La Historia del Arte hizo su entrada en la Universidad de Buenos Aires con la materia proyectada por Carlos Zuberbühler a inicios del siglo XX. En 1924, con la creación del Gabinete de Historia del Arte bajo el rectorado de Ricardo Rojas (2) se avanzó en la lenta institucionalización de un área hasta ese momento débilmente formalizada en el ámbito universitario.
La formación del Gabinete, gracias a –y pensada en función de– la existencia de materiales (diapositivas en vidrio, fotografías y publicaciones) reunidos desde 1909 por el propio Zuberbühler y, más tarde, por Camilo Morel, (3) es uno de los primeros gestos de organización institucional de los estudios histórico-artísticos en la Universidad, más allá del dictado de la asignatura que formaba parte del currículo de la carrera de Letras.
Los primeros programas que se conocen de la materia Historia del Arte corresponden al año 1915, y hasta la creación de la carrera específica en 1963, los contenidos apuntaban a temas de historia universal. Estos se abordaron, a partir de 1918, con un enfoque cronológico que se completaba anualmente. En estos programas, las referencias bibliográficas, que comenzaron a incluirse desde 1919, consignaban textos clásicos de carácter general, como los de André Michel (Histoire de L’Art depuis les premiers temps chretiens, 1906), Roger Peyre (Histoire générale des beaux-arts, 1894) y la Historia del Arte de José Pijoan (1914).
En 1923, y por los diez años siguientes, la titularidad de la cátedra quedó a cargo de Jorge Cabral, (4) quien fue el primer director del Gabinete de Historia del Arte. Si bien gracias a la publicación póstuma de sus “Conferencias sobre las Misiones Jesuíticas en el Río de la Plata” (1934) lo conocemos como un defensor del reconocimiento de las producciones artísticas precolombinas y americanas, durante los años que estuvo al frente de la cátedra, esta estuvo abocada al estudio del arte en la Antigüedad: desde el arte egipcio, caldeo, asirio, persa y fenicio hasta la Grecia clásica como punto conclusivo. Este coto, sin embargo, permitió una mayor especificidad bibliográfica y la incorporación de temas como el arte hebreo, trabajados por única vez en esa oportunidad. (5)
Entre los años 1935 y 1947 el titular de la materia fue Carlos Becker, el primero con formación en arquitectura. (6) Sus programas fueron alternando año a año los temas de estudio sin una dirección clara. Incorporó temas de pintura europea del siglo XVII, eliminó algunos contenidos de arte antiguo y añadió otros como “influencias del arte español en América”. (7)
Es en ese momento cuando comienzan a surgir los primeros temas sobre arte americano, al principio como contenidos aparte de los temas principales de arte europeo. En este sentido, es fundamental la participación de Ángel Guido y Martín Noel como adjuntos de la materia entre los años 1941 y 1946. (8) Por ejemplo, en 1941 se incorporan las unidades “El arte de España en el momento del Descubrimiento de América” dictada por Martín Noel, y “El arte hispano indígena del siglo XVIII en América”, por Ángel Guido. Ambos temas se asentaban sobre una perspectiva metodológica circunscripta a los aportes de Heinrich Wölfflin, Wilhelm Worringer y Max Dvořák. (9) Al año siguiente, Noel y Guido, pioneros en la conformación de un campo de estudio sobre arte y arquitectura en América, incorporaron un curso sobre “arquitectura y urbanismo precolombianos” [sic], presentando como contenido el estudio de las culturas inca, tolteca, azteca y maya.
Estas propuestas perdieron continuidad durante los siguientes dos años, en los que solo Guido mantuvo una unidad especial sobre “moderna historiografía del arte”, dentro de un programa centrado en forma predominante en temas europeos. El arte en América colonial, incluida la Argentina, volvió a presentarse años después, en los programas de 1945 y 1946 –orientados al arte barroco– en temas como “El arte barroco en América española. Síntesis general de su penetración y evolución. Lo autóctono y lo foráneo […] El arte barroco en la República Argentina”. (10) La poca perdurabilidad de estas propuestas se evidenció en 1947, último año de Becker en la cátedra, que estuvo enteramente dedicado al arte egipcio.
En 1940, sobre las bases del Gabinete, se concretó la creación del Instituto de Historia del Arte, que entre sus objetivos proponía “la investigación del acervo artístico del país en su producción pre y poscolombina […] y de los países de Hispano-América y Luso-América”. (11) Aquí vale destacar que la participación de Noel y Guido, con sus aportes en los estudios sobre arte colonial, pudo haber sido decisiva en relación con la creación del Instituto. Tal idea se desprende del desarrollo posterior de esa área de estudios, que se consolidó académicamente en la misma década con la creación del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas dirigido por Mario Buschiazzo en la misma universidad y del cual ambos investigadores participaron. (12) Pero también hay que recordar la actividad de Becker en la Facultad de Arquitectura y su vínculo directo con Mario Buschiazzo, profesor adjunto en la materia Historia de la Arquitectura I, de la cual él era titular. (13)
Más tarde, entre 1948 y 1955, José R. Destéfano, quien figura como profesor adjunto desde 1936, ocupó el cargo de titular de la cátedra. Destéfano fue docente en la Universidad de La Plata y autor de varias publicaciones sobre estética, letras y teatro, arte antiguo y del Renacimiento. (14) También promovió la difusión de la historia del arte en ámbitos no académicos, como es el caso de la colección de fascículos Imágenes artísticas editado para el Cuerpo Médico Argentino. (15) Si bien bajo su dirección la materia volvió a orientarse hacia la historia universal con énfasis en Europa, de acuerdo con un enfoque lineal y evolutivo, hacia 1951 hacen su entrada por primera vez temas de arte argentino por fuera del período colonial. Bajo la forma de temas o unidades especiales a partir de obras o artistas aislados, principalmente del siglo XIX, se dictaban “Valores del arte argentino: Pueyrredón y Fáder [sic]”; “la Catedral de Buenos Aires, Lucio Correa Morales, Rogelio Yrurtia”; “La Catedral de Córdoba”. En estos casos se advierte una ausencia de articulación de estos contenidos −considerados de manera aislada y sin respaldo bibliográfico− con los del resto del programa, pero también una intención de integrar manifestaciones de la arquitectura, la pintura y la escultura. El énfasis puesto en la singularidad del artista y el señalamiento de obras significativas se mantendrán en los currículos por varios años más.
Hasta aquí, la enseñanza de la historia del arte se encontró ligada a visiones personalistas por fuera de un proyecto institucional concreto. La ausencia de profesionales formados en el área determinó enfoques enciclopedistas que se dedicaron al abordaje de la “Historia del Arte Universal” mediante el estudio por estilos y épocas artísticas, sin proponer o evidenciar una metodología u orientación teórica explícita. Podemos presumir que la revisión de líneas historiográficas por parte de Guido fue uno de los pocos intentos por hacer manifiesta una reflexión acerca de las perspectivas de análisis de los fenómenos artísticos.
El surgimiento de una carrera específica
La caída del peronismo en 1955 produjo una significativa sustitución de profesores y autoridades, así como transformaciones en las modalidades de acceso a los cargos docentes. Se modificó el sistema de ternas por el que se otorgaban los nombramientos, en el cual finalmente el Poder Ejecutivo definía el cargo. Se llevaron a cabo concursos con un grado de autonomía mayor, con jurados, que en algunos casos eran investigadores referentes internacionales. El cambio de régimen habilitó así la inserción de profesores que durante el peronismo habían sido cesanteados o proscriptos. Tal es el caso de José Luis Romero, rector interventor (1955) y luego decano (1962-1965) y también de Julio E. Payró. Durante los concursos se evaluaron las publicaciones en revistas extranjeras o con referato por sobre los años de antigüedad en la docencia que pudieran poseer los postulantes, lo cual indica un giro científico en las disciplinas, que también alcanzó a la historia del arte. De hecho, Payró, que asumiría en esta época la titularidad de la materia Historia del Arte, ya tenía importantes publicaciones y años de trabajo para redacciones prestigiosas como la revista Nosotros y el diario La Nación, así como un amplio reconocimiento como crítico especializado en las nuevas tendencias artísticas y manifestaciones contemporáneas. (16)
El curso iniciado en 1956 con Payró como titular partió de un patrón organizador denominado “Evolución de la pintura desde el Renacimiento hasta nuestros días” que incluyó por primera vez las “escuelas pictóricas del siglo XX”, como el futurismo y el arte “no-figurativo”. Sin embargo, su propuesta no renunció al recorrido tradicional de la historia del arte, e incluyó una “parte general” dividida en seis ítems que abarcaba un amplio arco temporal y geográfico entre arte egipcio, barroco y rococó.
Al año siguiente, el programa suprimió esta parte general y modificó su eje organizador por “Jalones de la evolución artística desde el siglo XVI hasta el siglo XIX”, prescindiendo del estudio del arte del siglo XX, período que recuperaría en 1958 pero referido exclusivamente a la arquitectura. Los planteos de Payró en la elaboración de los programas mantuvieron una innovación temática frente a la redundancia de los currículos anteriores pero que no olvidaba por completo la historia del arte en un sentido tradicional. Un ejemplo significativo es el programa de 1959, conformado por dos partes: una denominada “del posimpresionismo al fauvismo” que tenía como último tema de estudio al expresionismo alemán y, otra parte que estudiaba con minuciosidad la escultura en la Antigua Grecia. (17) Con los años, Payró simplificó los programas de estudio a partir de una mayor especificidad, por ejemplo el de 1962 se centraba en la Catedral Nuestra Señora de París, la vida y obra de Jan van Eyck, la vida y obra de Donatello, el estilo pictórico entre los siglos XV y XIX y la vida y obra de Amadeo Modigliani, manteniendo la idea de los “jalones” como figuras y obras claves que marcan los cambios en los estilos y las formas artísticas.
La bibliografía incluida en los programas elaborados por Payró era cuantiosa, compuesta por manuales de historia del arte general y por épocas, así como por monografías de artistas en varios idiomas. Dada la variabilidad de temas que seleccionaba año a año, la bibliografía adquiría una especificidad ausente en los programas de años anteriores. (18)
En 1963, cuando se creó la carrera de Historia de las Artes bajo la organización de Julio E. Payró, este tenía una intensa interacción con otras figuras del ámbito académico que estaban promoviendo innovaciones teóricas y metodológicas, como es el caso de José Luis Romero en el campo de la historia. Se asistía además a una expansión de la Universidad con la creación de nuevas carreras: en 1957 se establecieron los programas de Psicología y Sociología y, un año después, el de Ciencias Antropológicas.
Durante el gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962), la educación se consideró uno de los motores del desarrollo económico y la ciencia, la herramienta por excelencia para garantizar la independencia económica y el progreso del país. La Universidad fue el ámbito privilegiado para la producción intelectual y científica y la investigación ocupó un lugar privilegiado en la política pública con un amplio apoyo a la actividad científica. Así, en 1958 se creó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Pero también es necesario tener en cuenta la situación en el campo de las artes visuales, particularmente dinamizado por la creación, en 1956, del Museo de Arte Moderno –que cuatro años más tarde encontró sede en el recién inaugurado edificio del Teatro San Martín en la calle Corrientes–, por la actividad del Instituto Di Tella, escenario privilegiado de las vanguardias y la experimentación artística, y por la proliferación de galerías, muchas de ellas concentradas en la calle Florida y sus inmediaciones, que desplegaban una oferta variada para un público creciente. La gestión universitaria de Payró se enmarca así en una década en la cual la actuación de figuras locales como Rafael Squirru, primer director del MAM, y Jorge Romero Brest, alma mater del Centro de Artes Visuales del Di Tella y editor de la revista Ver y Estimar, y la visita del crítico norteamericano Clement Greenberg en 1964, y de Alfred Barr –primer director del Museo de Arte Moderno de Nueva York– en 1966, indican un particular impulso a la producción y difusión artísticas dentro de la emergencia y el desarrollo de proyectos de internacionalización del arte argentino. (19)
Es entonces en este contexto cuando...

Índice

  1. Historia y memoria de la Universidad de Buenos Aires
  2. Agradecimientos
  3. Abreviaturas
  4. Introducción
  5. 1. Una carrera hacia la especificidad disciplinar
  6. 2. La génesis de una disciplina universitaria: la historia del arte a comienzos del siglo XX
  7. 3. El pensamiento de Ricardo Rojas en torno al rol de la enseñanza del arte y la historia en la construcción de una “estética americana”
  8. 4. Recorridos de los estudios histórico-artísticos en la Universidad. Prácticas institucionales, perfiles profesionales y vínculos interfacultades
  9. 5. Julio E. Payró: el camino hacia la profesionalización de la historia del arte
  10. 6. Tras las huellas de una práctica profesional: Adolfo Luis Ribera y un canon para el arte argentino
  11. 7. Héctor Schenone, el maestro de la pregunta
  12. 8. El plan de 1974 y las “artes otras”: África, Asia y Oceanía en busca de un lugar en el diseño curricular de la carrera
  13. 9. 1986: un nuevo plan de estudios
  14. Bibliografía
  15. Apéndice
  16. Acerca de los autores